Un hambriento agujero negro devuelve a una galaxia a la oscuridad
16/9/2016 de ESO / Astronomy & Astrophysics
Esta imagen del instrumento MUSE, instalado en el VLT (Very Large Telescope) de ESO, muestra la galaxia activa Markarian 1018, que tiene un agujero negro supermasivo en su núcleo. Los débiles rastros de luz alrededor de la galaxia son el resultado de la interacción y fusión con otra galaxia en un pasado reciente. Crédito: ESO/CARS survey.
Un equipo internacional de astrónomos ha resuelto el misterio relacionado con un extraño cambio en el comportamiento de un agujero negro supermasivo situado en el centro de una galaxia distante. Lo han logrado utilizando datos obtenidos con el VLT (Very Large Telescope) de ESO, el telescopio espacial Hubble de NASA/ESA y el Observatorio de rayos X Chandra de la NASA. Parece que el agujero negro está viviendo tiempos difíciles y no se alimenta con el suficiente combustible como para hacer brillar a la galaxia.
Al parecer, muchas galaxias cuentan con un núcleo extremadamente brillante alimentado por un agujero negro supermasivo. Estos núcleos generan “galaxias activas”, unos de los objetos más brillantes del universo. Se cree que brillan con tanta intensidad porque el material caliente refulge a medida que cae en el agujero negro, un proceso conocido como acreción. Esta luz brillante puede variar enormemente entre diferentes galaxias activas, por lo que los astrónomos las clasifican en varios tipos basándose en las propiedades de la luz que emiten.
Se ha observado que algunas de estas galaxias cambian drásticamente en el transcurso de tan solo 10 años: un abrir y cerrar de ojos en términos astronómicos. Sin embargo, la galaxia activa de este nuevo estudio, Markarian 1018, destaca por haber cambiado una segunda vez, volviendo a su clasificación inicial en los últimos cinco años. Ya antes se habían estudiado un puñado de galaxias que realizaban el cambio de ciclo completo, pero nunca se había podido estudiar con tanto detalle.
Poder observar la galaxia justo tras haber empezado a desvanecerse fue una oportunidad inesperada para aprender lo que hace que estas galaxias se apaguen, tal y como declara Bernd Husemann, responsable del proyecto CARS y autor principal de uno de los dos artículos científicos relacionados con el descubrimiento: “Tuvimos la suerte de detectar el evento sólo 3 o 4 años después de que comenzara la decadencia, de manera que pudimos poner en marcha campañas de seguimiento con el fin de estudiar detalles de la física de la acreción de galaxias activas que, de otra forma, no pueden estudiarse”.
El equipo obtuvo datos adicionales después de haber conseguido tiempo de observación con el telescopio espacial Hubble de NASA/ESA y el Observatorio de rayos X Chandra de la NASA. Con los nuevos datos de este conjunto de instrumentos fueron capaces de resolver el misterio: el agujero negro se desvanecía lentamente porque estaba siendo privado de material para su acreción.