Un estudio de la nebulosa de Carina revela detalles de la formación estelar
10/3/2015 de Rice University
En esta compilación, cada imagen en blanco y negro corresponde a la imagen en color que tiene encima. En las imágenes en blanco y negro, el negro corresponde al hidrógeno atómico y el blanco al hidrógeno molecular. En las imágenes en color, el rojo muestra hidrógeno molecular, el verde muestra los lugares donde el hidrógeno ha sido ionizado y el azul marca gas altamente ionizado cerca de las masivas estrellas de tipo O. Crédito: P. Hartigan/Rice University.
Un nuevo estudio, dirigido por la Universidad de Rice, de una de las regiones de nuestro vecindario galáctico donde se están formando estrellas más activamente, ayudará a los astrónomos a comprender mejor los procesos que pueden haber contribuido a la formación del Sol hace 4500 millones de años.
“La mayoría de las estrellas se forma en nubes moleculares, regiones donde la densidad de materia es suficiente para que los átomos de hidrógeno se emparejen y formen moléculas de H2“, afirma Patrick Hartigan, director del estudio. “La nebulosa de Carina es un lugar ideal para observar cómo ocurre esto porque hay docenas de ejemplos de estrellas formándose en diferentes fases de desarrollo”.
Carina contiene más de 70 estrellas de tipo O, cada una con masas entre 15 y 150 veces la del Sol. Las estrellas de tipo O son muy calientes y mueren jóvenes, típicamente en unos 10 millones de años. Estas estrellas masivas juegan un papel clave en el modo en que evolucionan las otras estrellas menos masivas, parecidas al Sol, que se encuentran en la misma región ya que las estrellas O evaporan y dispersan polvo y gas que en caso contrario se podría acumular en un disco para formar planetas alrededor de las estrellas de masa baja. “La radiación ultravioleta de estas estrellas calientes y masivas ioniza el hidrógeno molecular y mientras la radiación evapora la nube molecular, las estrellas O excavan hermosos pilares y limpian el espacio alrededor de las estrellas más pequeñas cercanas”, afirma Hartigan.
Hartigan comenta que las simulaciones numéricas realizadas en las últimas décadas sugieren que los fuertes vientos estelares de las estrellas O también inducen la formación de estrellas, comprimiendo el material de la nube molecular hasta el punto en que se vuelve gravitacionalmente inestable. Comenta que las nuevas imágenes revelan límites importantes a este proceso. “Observamos dos cúmulos de estrellas en los que los pilares están siendo excavados desde dentro por las jóvenes estrellas recién formadas dentro del pilar, y desde fuera, por estrellas de tipo O”, comenta Hartigan. “Parece que las estrellas del cúmulo ya existían antes de que las estrellas O evaporaran el material de la nube, lo que implica que las estrellas O no son responsables de la creación de estos cúmulos”.