Un descubrimiento muestra el aspecto del Sistema Solar cuando era bebé
28/5/2015 de University of Cambridge / The Astrophysical Journal Letters
Izquierda: Imagen de HD 115600 mostrando un brillante anillo de residuos visto casi de canto y situado justo después de una distancia como la de Plutón a la estrella. Derecha: un modelo del anillo de residuos de HD 115600 a a misma escala. Crédito: T. Currie.
Un equipo internacional de astrónomos ha identificado un joven sistema planetario que puede ayudar a comprender cómo nuestro propio Sistema Solar se formó y desarrolló hace miles de millones de años.
Empleando el instrumento Gemini Planet Imager (GPI) del telescopio Gemini South de Chile, los investigadores identificaron un brillante anillo con forma de disco alrededor de una estrella sólo poco más masiva que el Sol, situada a 360 años-luz en la constelación de Centauro. El disco está situado a entre 37 y 55 unidades astronómicas de su estrella nodriza, que es casi a la misma distancia a la que se encuentra el Cinturón de Kuiper del Sol. El brillo del disco, que es debido a la luz estelar reflejada por él, también coincide con una amplia variedad de composiciones del polvo, incluyendo silicatos y hielo presentes en el Cinturón de Kuiper.
El Cinturón de Kuiper se encuentra más allá de Neptuno y contiene miles de pequeños cuerpos helados sobrantes de la formación del Sistema Solar hace más de cuatro mil millones de años. Estos objetos varían en tamaño desde motas de polvo hasta objetos del tamaño de la Luna como Plutón.
La estrella observada en este nuevo estudio es miembro de la masiva asociación OB de Escorpio-Centauro, con una edad de entre 10 millones y 20 millones de años, una región similar a aquélla en la que se formó el Sol. El disco no está perfectamente centrado en la estrella, lo que es una poderosa indicación de que probablemente fue esculpido por uno o más planetas que no se ven. Empleando modelos de cómo los planetas dan forma al disco de escombros, el equipo descubrió que las versiones ‘excéntricas’ de los planetas gigantes del sistema solar exterior podrían explicar las propiedades observadas del anillo.
«Es casi como mirar el Sistema Solar cuando era un bebé», afirma el investigador principal Thayne Currie, astrónomo del Observatorio Subaru de Hawái.