Un asteroide inusual, sospechoso de haber girado hasta explotar
23/3/2015 de W.M. Keck Observatory
El asteroide activo P/2015 F5 captado por Keck II/DEIMOS a mediados de 2014. El panel superior muestra una imagen de gran campo del núcleo principal y fragmentos menores en el interior de una larga cola de polvo. El panel inferior corresponde a una imagen de cerca con la estela eliminada numéricamente para resaltar la visibilidad de los fragmentos. Crédito: M. Drahus, W. Waniak (OAUJ) / W. M. Keck Observatory.
Un equipo dirigido por astrónomos de la Universidad Jagiellonian de Cracovia, Polonia, empleó recientemente el observatorio W.M. Keck en Hawái para observar y medir una rara clase de «asteroides activos» que emiten polvo de forma espontánea y que han confundido a los científicos durante años. Los investigadores han sido capaces de medir la velocidad de rotación de uno de estos objetos, sugiriendo que el asteroide giró tan rápido que explotó, expulsando polvo y fragmentos recién descubiertos en una estela que le sigue.
A diferencia de lo que ocurre con cientos de miles de asteroides del Cinturón Principal de nuestro Sistema Solar, que se mueven limpiamente por sus órbitas, los asteroides activos fueron descubiertos hace varios años imitando a cometas con colas formadas por la tranquila sublimación de hielo durante largos periodos de tiempo.
En 2010 se descubrió un nuevo tipo de asteroide activo que expulsaba polvo sin una razón obvia. Los científicos gravitaban alrededor de dos posibles respuestas. Una afirma que la explosión es el resultado de una colisión a hipervelocidad con otro objeto menor. La segunda explicación popular se basa en las consecuencias de una «rotura rotacional», un proceso que consiste en la expulsión de polvo y fragmentos debido a que el asteroide gira tan rápido que las grandes fuerzas centrífugas superan la propia fuerza de gravedad del objeto, haciendo que se rompa. La rotura rotacional se piensa que es el estado final del llamado efecto YORP – una lenta evolución del ritmo de rotación debido a la emisión asimétrica de calor.
«Cuando apuntamos Keck II al asteroide P/2012 F5 el pasado agosto, esperábamos medir lo rápido que giraba y comprobar si tenía fragmentos de tamaño apreciable. Y los datos nos mostraron todo eso», afirma Drahus. El equipo descubrió por lo menos cuatro fragmentos del objeto, del que se sabía que había expulsado polvo a mediados de 2011. También midieron un periodo de rotación muy corto de 3.24 horas – suficientemente rápido para producir la explosión en el objeto.