Swift de NASA revela el centro exacto de un agujero negro
10/7/2015 de NASA
Anillos de luz en rayos X centrados en V404 Cygni, un sistema binario que contiene un agujero negro en erupción (punto del centro). El color indica la energía de los rayos X, con el rojo representando los más bajos (800-1500 eV), el verde los medios (1500-2500 eV) y los de mayor energía (2500 – 5000 eV) mostrados en azul. Las líneas oscuras que cruzan la imagen son defectos del sistema de imagen. Crédito: Andrew Beardmore (Univ. de Leicester) y NASA/Swift.
Lo que parece una diana es realmente una imagen de anillos concéntricos de luz en rayos X centrada en un agujero negro en erupción. El 15 de junio el satélite Swift de NASA detectó el inicio de una nueva explosión en V404 Cygni, un sistema formado por un agujero negro y una estrella similar al Sol que están en órbita uno alrededor de la otra. Desde entonces, astrónomos de todo el mundo han monitorizado el espectáculo de luz.
El 30 de junio un equipo dirigido por Andrew Beardmore de la Universidad de Leicester, tomó imágenes del sistema empleando el telescopio de rayos X de Swift, revelando una serie de círculos concéntricos que tiene un tercio del tamaño aparente de la luna llena. Una película realizada combinando observaciones adicionales obtenidas los días 2 y 4 de julio muestra la expansión y debilitamiento gradual de los anillos.
Los astrónomos afirman que los anillos son el resultado de un “eco” de la luz de rayos X. Las llamaradas del agujero negro emiten rayos X en todas direcciones. Las capas de polvo reflejan parte de estos rayos X de regreso hacia nosotros, pero la luz viaja distancias mayores y nos llega un poco más tarde que si hubiera seguido un camino directo. El retraso temporal crea el eco de luz, formando anillos que se expanden con el paso del tiempo.
El análisis detallado de los anillos en expansión muestra que todos se originaron por una gran llamarada que se produjo el 26 de junio a las 19:40 CEST. Hay múltiples anillos porque hay múltiples capas de polvo reflectante, a entre 4000 y 7000 años-luz de distancia de nosotros. El monitorizado regular de estos anillos y cómo cambian mientras progresa la erupción permitirá a los astrónomos entender mejor su naturaleza.