Resuelto un rompecabezas de cuásares
3/6/2015 de NOVA / Astrophysical Journal Letters
Ilustración de artista de un cuásar, una galaxia con un núcleo extremadamente brillante y dos lóbulos de material que emiten en longitudes de onda de radio. Crédito: ESA/C.Carreau.
Empleando el observatorio espacial Herschel de ESA, un grupo internacional de astrónomos dirigido por Pece Podigachoski y Peter Barthel del Instituto Kapteyn de la Universidad de Groningen (Países Bajos) ha encontrado una evidencia firme de que los cuásares son de hecho radiogalaxias, observadas bajo un ángulo adecuado. Barthel propuso este modelo de unificación en 1989 en basis a las observaciones obtenidas con telescopios ópticos y en radio. El modelo encontró un apoyo considerable pero también críticas. Las nuevas observaciones realizadas en el infrarrojo lejano con Herschel apoyan firmemente su hipótesis.
Los cuásares y radiogalaxias son fases activas en la vida de una galaxia. Las galaxias masivas (entre diez y cien veces más masivas que nuestra Galaxia, la Vía Láctea) albergan agujeros negros masivos en sus núcleos. Cuando dichos agujeros negros se activan al adquirir materia, sus alrededores inmediatos se calientan mucho y el núcleo de la galaxia emite una intensa luminosidad. Bajo ciertas condiciones se desarrolla una gigantesca fuente doble de radio.
El modelo de unificación de Barthel afirma que el ángulo bajo el cual son observadas estas galaxias activas brillantes en radio es de importancia crucial. Un disco opaco de polvo que rodea al núcleo bloquea su radiación brillante en ciertas direcciones pero no en otras. Las observaciones de Herschel en el infrarrojo lejano concuerdan de manera excelente con las predicciones del modelo en lo que se refiere a la radiación del polvo en las galaxias activas, tanto a escalas nucleares como a mayores escalas.