Primera evidencia directa de la inflación cósmica
20/3/2014 de CfA
Hace casi 14 mil millones de años, el mundo en el que vivimos apareció en un extraordinario suceso que inició el Big Bang. En la primera diminuta fracción de un segundo, el universo se expandió potencialmente, creciendo hasta más allá de lo que pueden captar nuestros mejores telescopios. Todo esto, por supuesto, era teoría.
Investigadores de la colaboración BICEP2 han anunciado ahora la primera evidencia directa de esta inflación cósmica. Sus datos también suponen las primeras imágenes de ondas gravitacionales, o arrugas en el espacio-tiempo. Estas ondas han sido descritas como «los primeros temblores del Big Bang». Finalmente, los datos confirman una profunda conexión entre la mecánica cuántica y la relatividad general.
Estos importantísimos resultados han sido producto de observaciones con el telescopio BICEP2 del fondo cósmico de microondas – un débil resplandor que quedó después del Big Bang. Diminutas fluctuaciones en este resplandor proporcionan pistas sobre las condiciones iniciales del universo temprano.
Dado que el fondo cósmico de microondas es una forma de luz, exhibe todas las propiedades de la luz, incluyendo la polarización. En la Tierra, la luz es dispersada por la atmósfera y se polariza, razón por la cual las gafas polarizadas reducen el brillo del Sol. En el espacio, el fondo cósmico de microondas fue dispersado por átomos y electrones, y también resultó polarizado.
«Nuestro equipo buscó un tipo especial de polarización llamado ‘modos B’, que representa un patrón serpenteante en las orientaciones polarizadas de la luz antigua», comenta Jamie Bock (Caltech/JPL).
Las ondas gravitacionales comprimen el espacio a medida que viajan, y esta compresión produce un patrón distintivo en el fondo cósmico de microondas. Las ondas gravitacionales muestran una «lateralidad», al igual que las ondas de luz, y pueden tener polarizaciones diestras y zurdas.
«El serpenteante patrón del modo B es una firma única de ondas gravitacionales debido a su lateralidad. Es a primera imagen directa de ondas gravitacionales en el firmamento primordial», comenta Chao-Lin Kuo (Stanford/SLAC).