Octubre 2016
Una inusual región de Marte proporciona pistas sobre el pasado del planeta
3/10/2016 de LSU / Journal of Geophysical Research-Planets
Un mapa de Marte que incluye la región de elevación inusual llamada Thaumasia Planum. Crédito: Wikimedia.
El investigador Don Hood de la Universidad Estatal de Louisiana (LSU) y sus colaboradores han estudiado una región inusual de Marte, una zona con una altura elevada llamada Thaumasia Planum. Analizaron la geografía y mineralogía así como la química de esta área, con datos del espectrómetro de rayos gamma del orbitador Mars Odyssey Orbiter. Han encontrado que la cordillera de montañas de la zona fue muy probablemente creada por una cadena de volcanes.
“Los cambios químicos que observamos al movernos hacia el noroeste de la región está de acuerdo con la evolución del manto en Marte. Nuestra investigación apoya que el área entera fue construida por actividad volcánica”, afirma Hood. La composición química cambia en toda la región. La sílice y el agua aumentan y el potasio disminuye, de sureste a noroeste.
“El cambio en la composición química es la progresión clave que nos indica que el lugar fue modelado probablemente por una serie de episodios volcánicos que entraron en erupción de forma continuada mientras cambiaba la composición del manto”, comenta Hood.
La geografía de la región muestra muchos volcanes en escudo que son parecidos a los que se encuentran en Hawái. Sin embargo, a partir de análisis geoquímicos, los investigadores encontraron que el azufre que está presente fue muy probablemente depositado allí como ceniza volcánica. La ceniza volcánica de varias zonas puede ser prueba del vulcanismo explosivo en Marte, que podría ser una pista importante en la historia del planeta. Es significativa porque las erupciones explosivas emiten mucho gas que puede permanecer en la atmósfera y puede producir episodios globales de enfriamiento y calentamiento.
Fermi encuentra una binaria de récord en una galaxia aquí al lado
3/10/2016 de NASA / The Astrophysical Journal
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Sumérjase en el interior de la Gran Nube de Magallanes y contemple una visualización de LMC P3, un extraordinario sistema binario de rayos gamma descubierto con el telescopio espacial de rayos gamma Fermi de NASA. Crédito: NASA’s Goddard Space Flight Center/Scott Wiessinger, productor.
Utilizando datos del telescopio de rayos gamma Fermi de NASA y otros instrumentos, un equipo internacional de científicos ha encontrado la primera binaria de rayos gamma en otra galaxia, y la más luminosa que se ha visto. El sistema dual de estrellas, llamado LMC P3, contiene una estrella masiva y un núcleo estelar comprimido con el que interacciona, produciendo una inundación cíclica de rayos gamma, el tipo de luz de mayor energía.
“Fermi sólo ha detectado cinco sistemas como éste en nuestra propia galaxia, así que el encontrar uno tan luminoso y lejano es muy emocionante”, afirma Robin Corbet (Goddard Space Flight Center, NASA), director de la investigación. “Las binarias de rayos gamma son apreciadas porque la emisión de rayos gamma cambia significativamente durante cada órbita y a veces en escalas de tiempo mayores. Esta variación nos permite estudiar muchos de los procesos de emisión comunes con otras fuentes de rayos gamma con un detalle único”.
Estos sistemas raros contienen una estrella de neutrones o un agujero negro y emiten la mayor parte de su energía en forma de rayos gamma. LMC P3 es el sistema de este tipo más luminoso conocido en rayos gamma, rayos X, ondas de radio y luz visible, y es sólo el segundo descubierto con Fermi.
LMC P3 se halla entre los escombros en expansión de una explosión de supernova situada en la Gran Nube de Magallanes (LMC), una pequeña galaxia cercana, a unos 163 000 años-luz de distancia. En 2012 los científicos encontraron con el observatorio Chandra de rayos X una intensa fuente de rayos X dentro del resto de la supernova y demostraron que estaba en órbita alrededor de una joven estrella caliente con muchas veces la masa del Sol. Los investigadores concluyeron que el objeto compacto era una estrella de neutrones o un agujero negro y clasificaron el sistema como una binaria de rayos X de masa alta.
Nuevos objetos de masa baja podrían ayudar a refinar la evolución planetaria
3/10/2016 de Carnegie / The Astrophysical Journal
Ilustración de artista de una estrella enana marrón rodeada por un disco de gas y polvo en el que se están formando planetas. Crédito: Robin Dienel.
Cuando una estrella es joven, a menudo está rodeada por un disco giratorio primordial de gas y polvo en el que se pueden formar planetas. A los astrónomos les gusta encontrar estos discos porque podrían ser capaces de pillar a la estrella a mitad de camino en el proceso de formación de planetas, pero es muy raro encontrar los alrededor de enanas marrones con masas muy bajas. Un nuevo trabajo, dirigido por Anne Boucher (Université de Montréal), ha descubierto cuatro objetos nuevos de masa baja rodeados por discos.
Tres de los cuatro objetos descubiertos por estos investigadores son bastante pequeños, teniendo sólo entre 13 y 18 veces la masa de Júpiter. El cuarto tiene unas 120 veces la masa de Júpiter. (Por comparar, el Sol es más de 1000 veces más masivo que Júpiter).
“Encontrar discos en sistemas de masa baja es realmente muy interesante para nosotros porque los objetos que existen en el límite inferior de lo que define a una estrella y todavía tienen discos que indican formación de planetas nos pueden decir mucho sobre evolución estelar y planetaria”, afirma Boucher.
Los investigadores pudieron determinar que todos los discos que rodean a sus cuatro objetos de masa baja recién descubiertos se hallan probablemente en una fase de formación de planetas. Aún más interesante ha sido descubrir que posiblemente dos de ellos tengan entre 42 y 45 millones de años de edad. Esto les convertiría en los objetos más viejos rodeados por un disco activo que se han descubierto.
Misión cumplida: el viaje de Rosetta acaba con un osado descenso sobre el cometa
3/10/2016 de ESA
La última imagen del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko tomada con la cámara OSIRIS poco antes del impacto, a una altura estimada sobre la superficie de 20 m. La escala es de unos 5 mm/pixel y la imagen mide unos 2.4m de ancho. Crédito: ESA/Rosetta/MPS for OSIRIS Team MPS/UPD/LAM/IAA/SSO/INTA/UPM/DASP/IDA.
La histórica misión Rosetta de ESA ha concluido tal como fue planeado, con el impacto controlado sobre el cometa que ha estado investigando durante más de dos años. La confirmación del final de la misión llegó al centro de control de la ESA en Darmstadt, Alemania, a las 11:19 GMT (13:19 CEST) con la pérdida de la señal de Rosetta al producirse el impacto.
Rosetta realizó su última maniobra la noche anterior a las 20:50 GMT (22:50 CEST), estableciendo un curso de colisión con el cometa desde una altura de unos 19 km. El objetivo de Rosetta era una región en el lóbulo pequeño del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, cercano a una región de fosas activas en la región Ma’at.
El descenso proporcionó a Rosetta la oportunidad de estudiar el gas, polvo y plasma alrededor del cometa, muy cerca de su superficie, así como tomar imágenes de muy alta resolución. Las fosas, en particular, son interesantes porque juegan un papel importante en la actividad del cometa. También proporcionan una imagen única de su composición interna.
La información tomada durante el descenso a esta fascinante región fue enviada a la Tierra antes del impacto. Ahora ya no es posible comunicar con la nave espacial.
Con el final de la misión acaba también la bonita serie de animación que cuenta la historia de Rosetta y Philae, “Once upon a time…” . http://www.esa.int/spaceinvideos/Videos/2016/09/Once_upon_a_time_mission_complete
La estrella más misteriosa de nuestra galaxia es más rara de lo que pensaban los astrónomos
4/10/2016 de Carnegie Science / The Astrophysical Journal
Esta ilustración de artista muestra una estrella detrás de un cometa fragmentado. Una de las teorías para explicar la inusual caída de brillo de KIC 8462852 es la presencia de escombros resultantes de la colisión o destrucción de un planeta o cometa en el sistema de la estrella, que habría creado una nube temporal que bloquea parte de la luz estelar. Imagen cortesía de NASA/JPL-Caltech.
Una estrella conocida por el aburrido nombre de KIC 8462852, en la constelación del Cisne, ha estado provocando asombro durante el año pasado tanto dentro como fuera de la comunidad científica. En 2015 un equipo de astrónomos anunció que la estrella había sufrido una serie de caídas breves en su brillo, no periódicas, mientras era monitorizada con el telescopio espacial Kepler, y nadie podía imaginar qué era lo que las provocó. Ahora un estudio nuevo de Josh Simon (Carnegie) y Ben Montet (Caltech) ha hecho el misterio todavía más profundo.
Las especulaciones para explicar las caídas del brillo de KIC 8462852 han ido desde un gran grupo inusual de cometas en órbita alrededor de la estrella, a una megaestructura alienígena. En general, las estrellas puede parecer que pierden brillo debido a que un objeto sólido como un planeta o una nube de polvo y gas, pasa entre ella y el observador, eclipsando y disminuyendo su resplandor por un tiempo. Pero el patrón errático de caída abrupta y recuperación de KIC 8462852 no se ha visto en ninguna otra estrella.
Animados por la controvertida afirmación en otros estudio de que el brillo de la estrella había disminuido un 14 por ciento entre 1890 y 1989, Montet y Simon decidieron investigar su comportamiento en una serie de imágenes de calibración de Kepler que no se habían utilizado anteriormente para las medidas científicas. Encontraron que durante los primeros tres años de la misión Kepler, KIC 8462852 se debilitó casi un 1 por ciento. Su brillo cayó entonces un extraordinario 2 por ciento en sólo seis meses, permaneciendo en ese nivel durante los seis meses finales de la misión. La pareja comparó entonces esto con más de 500 estrellas parecidas observadas con Kepler y descubrió que una pequeña fracción de ellas mostraba un debilitamiento parecido al observado en KIC 846285 durante los primeros tres años de imágenes de Kepler. Sin embargo, ninguna exhibía la dramática caída en solo seis meses, o un cambio total en brillo del 3 por ciento.
«El cambio de brillo estable de KIC 8462852 es bastante asombroso», comenta Montet. «Nuestras medidas extremadamente precisas durante cuatro años demuestran que la estrella realmente está perdiendo brillo con el paso del tiempo. No existen precedentes de que este tipo de estrellas se apague lentamente durante años, y no encontramos nada parecido en los datos de Kepler».
Los astrónomos se empiezan a quedar sin ideas para explicar el comportamiento del brillo de KIC 8462852 y los resultados nuevos lo ponen todavía más difícil. Simon y Montet creen que la mejor explicación para la drástica caída del brillo en seis meses sería el choque o destrucción de un planeta o cometa en el sistema de la estrella, creando una nube temporal de polvo y escombros que bloquearía parte de la luz de la estrella. Sin embargo, esto no explicaría la caída de brillo a largo plazo observada durante los tres primeros años de Kepler y sugerida por medidas de la estrella que se remontan al siglo XIX.
El róver Curiosity comienza un nuevo capítulo en Marte
4/10/2016 de JPL
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Tras recoger polvo de roca perforada en el paisaje más incomparable visitado hasta la fecha por un róver marciano, el laboratorio móvil Curiosity de NASA se dirige hacia destinos más elevados como parte de su misión extendida de dos años que se inició el pasado 1 de octubre. Estos incluyen una cordillera cubierta por material rico en hematita (un mineral rico en óxido de hierro), unos dos kilómetros y medio más adelante, y más allá un lecho rocoso rico en arcilla.
Se trata de lugares clave de exploración situados en la parte baja del Monte Sharp, que es un montículo con capas donde Curiosity investiga pruebas de medioambientes antiguos ricos en agua que contrastan con las duras condiciones secas sobre la superficie del Marte de hoy en día. «Después de cuatro años de exploración cerca y sobre la montaña, todavía tiene el potencial de sorprendernos completamente», comenta Ashwin Vasavada (JPL).
Las imágenes más recientes incluyen el último autorretrato del róver tomado con la cámara en color del extremo de su brazo y una escena panorámica tomada por la cámara en color del extremo del mástil. Las imágenes que componen el autorretrato fueron tomadas cerca de la base de una de las Colinas Murray, en el mismo lugar donde el róver utilizó su taladro el 18 de septiembre para tomar una muestra de polvo de roca. Este lugar se encuentra en una capa geológica de 180 m de grosor, llamada la formación Murray. Curiosity ha escalado casi hasta la mitad de ella, encontrando que consiste principalmente en lutita formada a partir del barro que se acumuló en el fondo de antiguos lagos. El descubrimiento indica que el lago fue persistente, no efímero. Durante aproximadamente la primera mitad de la nueva misión de dos años, el equipo del róver espera investigar la mitad superior de la formación Murray.
«Queremos comprobar si el registro de lagos continúa más arriba», comenta Vasavada. «Cuanto más grosor vertical observemos, más tiempo estuvieron presentes los lagos y más duraron las condiciones habitables allí». Las ‘unidades Hematita y Arcilla’ identificadas sobre la formación Murray indican diferentes ambientes para las condiciones registradas en roca más antigua situada bajo ellas y son distintos para cada una. Sería interesante ver si alguno o los dos ambientes fueron habitables, según Vasavada.
Las dunas de Titán y otras formaciones emergen en nuevas imágenes
4/10/2016 de JPL
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Nuevas escenas de un paisaje helado alienígena en la mayor luna de Saturno, Titán, han visto la luz en imágenes recientes, tomadas con radar.
Cassini obtuvo las imágenes durante un paso cercano el pasado 25 de julio, cuando la nave se colocó a sólo 976 kilómetros de la luna gigante. El instrumento de radar de la nave espacial es también capaz de penetrar la densa niebla global que rodea Titán, revelando finos detalles de la superficie.
Una de las imágenes nuevas muestra larga dunas lineales, que se piensa están formadas por granos derivados de hidrocarburos que se han asentado procedentes de la atmósfera de Titán. Cassini ha demostrado que las dunas de este tipo rodean la mayor parte del ecuador de Titán. Los científicos pueden utilizar las dunas para conocer los vientos, las arenas de las que están formadas y las elevaciones y depresiones del paisaje. «Las dunas son formaciones dinámicas. Son desviadas por obstáculos a lo largo del sentido del viento, creando a menudo bellos patrones ondulantes», comenta Jani Radebaugh (Brigham Young University, USA).
Otra imagen muestra un área apodada «anexo Xanadú», confirmando que está formado por el mismo tipo de terrenos montañosos observados en la región llamada Xanadú, que también se encuentran dispersos por otras partes de Titán. «Este ‘anexo’ tiene un aspecto muy parecido a Xanadú en nuestro radar, pero parece haber algo diferente en la superficie que enmascara esa similitud cuando lo observas en otras longitudes de onda, como con el Hubble», comenta Mike Janssen (JPL). «Es un problema interesante».
Xanadú (y ahora su anexo) sigue siendo un poco misteriosa. En el resto de Titán el terreno montañoso aparece en zonas pequeñas, aisladas, pero Xanadú cubre un área grande y los científicos han propuesto varias teorías acerca de su formación. «Estas áreas montañosas parecen ser los terrenos más antiguos de Titán, posiblemente restos de la corteza helada antes de que quedara cubierta por sedimentos orgánicos procedentes de la atmósfera», comenta Rosaly Lopes (JPL).
Un joven magnetar es probablemente el púlsar más lento jamás detectado
4/10/2016 de Chandra / The Astrophysical Journal Letters
Esta imagen compuesta muestra RCW y su fuente central, conocida como 1E 161348-5055 (1E 1613), en tres bandas de luz de rayos X detectadas con Chandra. En esta imagen, los rayos X de Chandra de menor energía son de color rojo, la banda media es verde y los rayos X de mayor energía son azules. La brillante fuente azul en medio de RCW 103 es 1E 1613. Los datos en rayos X han sido combinados con una imagen en el óptico del catálogo Digitized Sky Survey. Crédito: rayos X de NASA/CXC/University of Amsterdam/N.Rea et al; óptico del DSS.
Utilizando el observatorio de rayos X Chandra de NASA y otros observatorios de rayos X, un equipo de astrónomos ha encontrado pruebas de lo que probablemente sea uno de los púlsares (estrellas de neutrones en rotación) más extremos que haya sido detectado. La fuente muestra propiedades típicas de una estrella de neutrones altamente magnetizada (o magnetar) aunque el periodo de giro calculado es miles de veces más largo que el de cualquier púlsar jamás observado.
Durante décadas, los astrónomos han sabido que existe una fuente compacta, densa, en el centro de RCW 103, los restos de la explosión de una supernova situada a unos 9000 años-luz de la Tierra. Los observadores coincidían en que la fuente central, llamada 1E 161348-5055 (1E 1613, para abreviar), es una estrella de neutrones, una estrella extremadamente densa creada por la supernova que originó RCW 103. Sin embargo, la variación regular en el brillo de rayos X de la fuente, con un periodo de unas seis horas y media, suponía un problema. Todos los modelos propuestos tenían problemas para explicar esta periodicidad tan lenta, pero las ideas principales eran que se trataba de una estrella de neutrones en rotación que gira extremadamente despacio debido a un mecanismo de frenado desconocido, o una estrella de neutrones que gira más rápido y se halla en órbita alrededor de una estrella normal en un sistema binario.
Nuevos datos obtenidos por un equipo de astrónomos, dirigido por Nanda Rea (Universidad de Amsterdam), confirman que 1E 1613 tiene las propiedades de un magnetar, convirtiéndolo en el trigésimo que se conoce. Estas propiedades incluyen las cantidades relativas de rayos X producidos a energías diferentes y el modo en que la estrella de neutrones se enfrió después de la explosión de 2016 y de otra observada en 1999. La explicación con una binaria se considera poco probable porque los datos nuevos muestran que la intensidad en la variación periódica de rayos X cambia dramáticamente con la energía de los rayos X y con el tiempo. Este comportamiento es, sin embargo, típico de los magnetares.
Pero el misterio de la rotación lenta persiste, aunque los científicos tienen algunas ideas sobre él. Podría haber escombros producidos por la explosión de la estrella que han caído de regreso a las líneas del campo magnético que hay alrededor de la estrella de neutrones rotatoria, haciendo que gire más despacio con el paso del tiempo.
Un mapa detallado de edades muestra cómo se formó la Vía Láctea
5/10/2016 de University of Notre Dame / Nature Physics
Estructura de las edades del halo de la Vía Láctea. Crédito: Carollo et al.
Utilizando colores para identificar las edades aproximadas de más de 130 mil estrellas del halo de la Vía Láctea, astrónomos de la Universidad de Notre Dame han producido la imagen más clara de cómo se formó la Galaxia hace más de 13500 millones de años.
Daniela Carollo (University of Notre Dame) y sus colaboradores han publicado un mapa cronográfico (de edades) que apoya el modelo jerárquico de formación de las galaxias. Dicho modelo, desarrollado por los teóricos en las últimas décadas, sugiere que la Vía Láctea se formó por la unión y adquisición de pequeños minihalos que contenían estrellas y gas, que las estrellas más viejas de la Vía Láctea se encuentran en el centro de la galaxia y que otras galaxias se unieron a la Vía Láctea atraídas por su fuerza de gravedad durante miles de millones de años.
El mapa muestra una clara jerarquía, con las estrellas más viejas cerca del centro de la galaxia y las jóvenes más lejos. «Los colores, cuando las estrellas se encuentran en esta fase de su evolución [quemando helio en su núcleo] están directamente relacionados con la cantidad de tiempo que la estrella ha vivido, así que podemos estimar su edad», comenta Timothy Beers. «Cuando ya tienes el mapa, entonces puedes determinar qué estrellas llegaron primero y las edades de esas partes de la galaxia. Ahora podemos de hecho visualizar cómo se construyó nuestra galaxia e inspeccionar los escombros estelares dejados por otras galaxias pequeñas al ser destruidas por su interacción con la nuestra durante su ensamblado».
Carollo explicó que las nubes de gas iniciales que contienen material primordial, como hidrógeno y helio, formaron las primeras estrellas. Las nubes de masas y contenidos variados se comportaron de manera distinta: la nubes más pequeñas formaron una o dos generaciones de estrellas (objetos más viejos) y luego se unieron con otras nubes y acabaron en el centro de la galaxia atraídas por la gravedad, mientras que las nubes de masas mayores formaron múltiples generaciones de estrellas (objetos más jóvenes) antes de unirse. Además, las galaxias más grandes, como la Vía Láctea, crecieron también al atraer y unirse con galaxias más pequeñas.
El descubrimiento de tres planetas tipo Tierra alrededor de una estrella de masa baja se confirma
5/10/2016 de Gemini Observatory / The Astrophysical Journal Letters
Ilustración de artista del aspecto que podría tener el sistema de exoplanetas de TRAPPIST-1, con tres planetas del tamaño de la Tierra en órbita alrededor de una estrella de masa baja. Este sistema planetario se encuentra a unos 40 años-luz de distancia. Crédito: Robert Hurt/JPL/Caltech.
Un equipo de astrónomos ha combinado el poder del telescopio de 8 metros Gemini South en Chile con el de una cámara de resolución extremadamente alta para estudiar la estrella TRAPPIST-1. Observaciones anteriores de la estrella, que tiene un 8 % de la masa de nuestro Sol, revelaron caídas en su emisión de luz que serían las esperadas si varios planetas del tamaño de la Tierra estuvieran en órbita alrededor de ella. Sin embargo, la situación se habría complicado mucho si, después de examinarla más de cerca, tuviera una estrella compañera aún sin detectar.
Sin embargo, tal compañera no ha sido hallada con Gemini. Las nuevas observaciones refuerzan la hipótesis de que varios planetas de tamaño Tierra son los responsables de las fluctuaciones en el brillo de la estrella TRAPPIST-1. «Al no encontrar compañeros estelares adicionales en las proximidades de la estrella confirmamos que una familia de planetas pequeños se halla en órbita alrededor de ella», firma Steve Howell (Ames Research Center, NASA).
TRAPPIST-1 es lo que los astrónomos llaman una estrella de tipo M, estrellas que son pequeñas, ultrafrías (comparadas con la mayoría de estrellas) y poco brillantes. Las estrellas M más viejas son tan débiles que las únicas que podemos observar están relativamente cerca de la Tierra, lo que permite a los astrónomos estudiar sus alrededores inmediatos buscando estrellas compañeras.
«Aunque ningún telescopio actual puede tomar imágenes de un planeta del tamaño de la Tierra que se encuentre alrededor de otra estrella, incluso estando en órbita alrededor de una estrella cercana como TRAPPIST-1, nuestra cámara de Gemini nos permite detectar estrellas compañeras cercanas e incluso enanas marrones», afirma Elliott Horch (Southern Connecticut State University). En este caso, «tales observaciones confirman no sólo la existencia de exoplanetas sino también su pequeño tamaño».
Encuentran un planeta por pulsaciones
5/10/2016 de AAS NOVA / The Astrophysical Journal
Ilustración de artista de un exoplaneta en órbita alrededor de una estrella caliente. Se han encontrado muy pocos planetas en órbita alrededor de estrellas calientes de tipo A de la secuencia principal, pero un descubrimiento reciente ilustra un nuevo modo de descubrirlos en órbita en las zonas habitables de las estrellas. Crédito: NASA, ESA, y G. Bacon (STScI).
Buscar planetas alrededor de estrellas muy calientes es mucho más difícil que mirar alrededor de estrellas frías. Por esta razón, el descubrimiento reciente de un planeta alrededor de una estrella de tipo A de la secuencia principal es un hallazgo importante, tanto por su posición única cerca de la zona de habitabilidad de la estrella como por el modo en que el planeta fue descubierto.
En las últimas tres décadas hemos encontrado miles de exoplanetas, pero la mayoría han sido hallados alrededor de estrellas frías (como enanas marrones tipo M) o estrellas moderadas (como estrellas G similares a nuestro Sol). Muy pocos de estos planetas se han descubierto en órbita alrededor de estrellas calientes; de hecho, sólo hemos encontrado unos 20 planetas en órbita alrededor de estrellas de tipo A de la secuencia principal. Ello se debe principalmente a que las técnicas de detección empleadas normalmente (tránsitos y velocidades radiales) son poco efectivas en estos casos.
Las estrellas de tipo A son estrellas cuyo brillo varía periódicamente, a modo de pulsaciones. Estas pulsaciones hacen difícil realizar medidas de tránsitos y velocidades radiales pero pueden, en principio, utilizarse para detectar planetas de un modo diferente. Un equipo de científicos, dirigido por Simon Murphy (University of Sydney, Australia y Aarhus University, Dinamarca) ha detectado el primer planeta en órbita alrededor de una estrella de tipo A a partir de la cadencia de los pulsos de la estrella.
Murphy y sus colaboradores examinaron el periodo de pulsación de la estrella KIC 7917485 a lo largo de cuatro años de datos de la misión Kepler. Descubrieron que las pulsaciones, que se producen de forma periódica predecible, sufren un ligero retraso en su momento de llegada. Pero los propios retrasos mostraban cierta periodicidad, indicando que son producidos por otro objeto que se encuentra en órbita a su alrededor, cuya atracción gravitatoria modula los pulsos de la estrella. Creando un modelo de la curva de luz de la estrella, los investigadores concluyen que el compañero tiene unas 12 veces la masa de Júpiter y completa una órbita cada 840 días. Este periodo sugiere que el planeta se encuentra situado en la zona habitable de la estrella, siendo éste el primer planeta encontrado cerca de la zona habitable de una estrella de tipo A.
La luna Dione de Saturno alberga un océano subterráneo
5/10/2016 de Royal Observatory of Belgium / Geophysical Research Letters
Dione con Saturno y sus anillos al fondo. Esta imagen fue tomada por la nave espacial Cassini el 17 de agosto de 2015. Crédito: NASA/JPL-Caltech/Space Science Institute.
Un océano subterráneo se esconde en las profundidades de la luna Dione de Saturno, según datos nuevos de la misión Cassini en Saturno. Otras dos lunas de Saturno, Titán y Encélado, ya se sabía que albergan océanos globales bajo sus cortezas heladas, y ahora el nuevo estudio sugiere que también existe uno en Dione.
Investigadores del Real Observatorio de Bélgica han demostrado que los datos de gravedad de sobrevuelos recientes de Cassini pueden explicarse si la corteza de Dione flota sobre un océano situado a 100 km por debajo de la superficie. El océano tiene varias decenas de kilómetros de profundidad y rodea un gran núcleo rocoso. Visto desde dentro, Dione es muy parecido a su vecino más cercano, Encélado, cuya región polar del sur expulsa enormes chorros de vapor de agua al espacio. Dione parece estar tranquila ahora, pero su superficie fracturada da testimonio de un pasado más tumultuoso.
Según el nuevo estudio, el océano de Encélado se halla mucho más cerca de la superficie de lo que se pensaba, especialmente cerca del polo sur, donde los géiseres producen erupciones atravesando unos pocos kilómetros de corteza. Esto concuerda con el descubrimiento el año pasado de que Encélado sufre importantes oscilaciones de su órbita, fenómeno llamado libración. La libración de Encélado sería mucho menor si su corteza fuese más gruesa. En cuanto a Dione, esta investigación nueva encuentra que alberga un profundo océano entre su corteza y su núcleo. «Como Encélado, Dione también presenta libración, pero lo hace por debajo del nivel de detección de Cassini», afirma Antony Trinh, coautor del estudio.
El océano de Dione probablemente sobrevivió durante toda la historia de la luna y constituye, por tanto, una zona habitable de larga duración para la vida microbial. «El contacto entre el océano y el núcleo rocoso es crucial», comenta Attilio Rivoldini, coautor del estudio. «Las interacciones entre rocas y agua proporcionan nutrientes clave y una fuente de energía, ambos esenciales para la vida». El océano de Dione parece ser demasiado profundo para tener un acceso fácil, pero Encélado, así como la luna Europa de Júpiter, son suficientemente generosos como para expulsar muestras de agua al espacio, listas para ser recogidas por una nave espacial que pase por allí.
Encuentran pruebas de la existencia de un agujero negro errante
6/10/2016 de Chandra / The Astrophysical Journal
Imagen de la fuente superluminosa en rayos X XJ1417+52, encontrada en el borde de la galaxia lenticular SDSS J141711.07+522540.8. Un nuevo estudio sugiere que esta fuente es un agujero negro «errante». Crédito: rayos X de NASA/CXC/UNH/D.Lin et al; óptico de NASA/STScI.
Un equipo de astrónomos ha descubierto, con los observatorios de rayos X espaciales Chandra de NASA y XMM-Newton de ESA, una fuente de rayos X extremadamente luminosa, variable, situada fuera del centro de su galaxia progenitora. Este objeto peculiar podría ser un agujero negro errante procedente de una galaxia pequeña que cayó dentro de una mayor.
Los astrónomos piensan que los agujeros negros supermasivos, que tienen entre 100 mil y 10 mil millones de veces la masa del Sol, se encuentran en el centro de la mayoría de las galaxias. También existen pruebas de la existencia de los llamados agujeros negros de masa intermedia, que tienen masas más bajas que oscilan entre las 100 y las 100 mil veces la masa del Sol. Los dos tipos pueden encontrarse lejos del centro de una galaxia después de una colisión y fusión con otra galaxia que contiene un agujero negro masivo. El agujero negro se moverá junto con las estrellas, gas y polvo de la segunda galaxia que atraviesan la primera.
Un nuevo estudio informa del descubrimiento de uno de estos agujeros negros «errantes» hacia el borde de la galaxia lenticular SDSS J141711.07+522540.8 (or, GJ1417+52 para abreviar), que está situada a unos 4500 millones de años-luz de la Tierra. Este objeto, denominado XJ1417+52, fue descubierto durante largas observaciones de una región concreta del cielo. Su brillo extremo hace probable que se trate de un agujero negro con una masa estimada de unas 100 000 veces la del Sol, asumiendo que la fuerza de radiación de la materia de los alrededores iguale la fuerza gravitatoria.
La brillante emisión en rayos X de este tipo de agujero negro procede del material que se precipita a su interior. Los autores piensan que las explosiones en rayos X observadas en 2000 y 2002 ocurrieron cuando una estrella pasó demasiado cerca del agujero negro y fue destruida por fuerzas de marea. Parte de los escombros de gas habrían sido calentados, brillando intensamente en rayos X mientras se precipitaban hacia el agujero negro, provocando un pico en la emisión. La posición y brillo de la fuente óptica en la imagen del Hubble que puede estar asociada con XJ1417+52 sugiere que el agujero negro podría haber pertenecido originalmente a una galaxia menor que se precipitó sobre la galaxia mayor GJ1417+52 , arrancando la mayoría de las estrellas de la galaxia, pero dejando el agujero negro con las estrellas que lo rodean en el centro de la galaxia pequeña.
Una “aspiradora” cósmica de ESO revela la presencia de estrellas ocultas
6/10/2016 de ESO
Esta imagen rica en detalles de la región de formación estelar Messier 78, en la constelación de Orión (el cazador), fue tomada con el telescopio de sondeo VISTA, instalado en el Observatorio Paranal de ESO (Chile). Además de ver las regiones azules de luz reflejada, procedente de las calientes estrellas jóvenes, la imagen también muestra corrientes de polvo oscuro y chorros rojos lanzados por estrellas en proceso de formación. Crédito: ESO.
En esta nueva imagen de la nebulosa Messier 78, las estrellas jóvenes proyectan un velo azulado sobre su entorno mientras que incipientes estrellas rojas, envueltas en sus “caparazones” de polvo cósmico, echan un vistazo al exterior. A nuestros ojos, la mayoría de estas estrellas se esconde tras el polvo, pero el telescopio de sondeo VISTA (Visible and Infrared Survey Telescope for Astronomy) de ESO, ve la luz del infrarrojo cercano, que pasa a través del polvo. El telescopio es como un gigantesco aspirador de polvo que permite a los astrónomos penetrar en las profundidades del entorno estelar.
Messier 78, o M78, es un ejemplo bien estudiado de nebulosa de reflexión. Está situada, aproximadamente, a 1600 años luz, en la constelación de Orión (el cazador), justo a la izquierda y por encima de las tres estrellas que conforman el cinturón de esta emblemática referencia celeste. En esta imagen, Messier 78 es la bruma azulada del centro; la otra nebulosa de reflexión que vemos a la derecha se llama NGC 2071. El astrónomo francés Pierre Méchain descubrió Messier 78 en 1780. Sin embargo, hoy es más conocida por ser la entrada nº 78 del catálogo del astrónomo francés Charles Messier, agregada en diciembre de 1780.
Esos rastros oscuros son espesas nubes de polvo que bloquean la luz visible originada detrás de ellas. Estas regiones densas y frías son lugares privilegiados para la formación de nuevas estrellas. Cuando observamos a Messier 78 y a sus vecinas en el rango submilimétrico de la luz (que se encuentra entre las ondas de radio y la luz infrarroja) por ejemplo, con el telescopio APEX (Atacama Pathfinder Experiment), este rango revela el resplandor de los granos de polvo en burbujas que están tan solo un poco más calientes que su entorno, extremadamente frío. Finalmente, en esas burbujas nacerán nuevas estrellas a medida que la gravedad haga que se contraigan y se calienten.
Entre la luz visible y la luz submilimétrica se encuentra la parte infrarroja del espectro, donde el telescopio de sondeo en el infrarrojo y el visible VISTA (Visible and Infrared Survey Telescope for Astronomy) proporciona a los astrónomos información crucial. Más allá de los polvorientos reflejos y a través de las zonas donde la presencia de material es menos abundante, VISTA puede ver las fuentes luminosas estelares que hay dentro de Messier 78. En el centro de esta imagen, dos estrellas azules supergigantes, llamadas HD 38563A y HD 38563B, brillan intensamente. Hacia la derecha de la imagen también puede verse la estrella supergigante HD 290861, que ilumina a NGC 2071.
Un estudio predice la próxima tormenta de polvo en Marte
6/10/2016 de JPL / Icarus
Dos imágenes tomadas en 2001 por la cámara a bordo del orbitador Mars Global Surveyor de NASA, que muestran un cambio dramático en el aspecto del planeta cuando una niebla producida por actividad tormentosa en el sur se esparció por todo el globo. Las imágenes fueron tomadas con un mes de diferencia. Crédito: NASA/JPL-Caltech/MSSS.
Las tormentas de polvo globales de Marte podrían ser pronto más predecibles, lo que beneficiaría a los futuros astronautas que viajen allí, si la próxima sigue un patrón sugerido por las tormentas del pasado.
Una predicción publicada en 2015, basada en este patrón, apunta a que Marte experimentará una tormenta de polvo global en los próximos meses. «Marte alcanzará el punto medio de la actual estación de tormentas el 29 de octubre de este año. Basándonos en el patrón histórico que hemos encontrado, pensamos que es muy probable que se origine una tormenta global de polvo de unas pocas semanas o meses después de esta fecha», comenta James Shirley (JPL).
Las tormentas de polvo locales se producen con frecuencia en Marte. Estas tormentas localizadas ocasionalmente crecen o se unen con otras formando sistemas regionales, particularmente durante la primavera y el verano del hemisferio sur, cuando Marte se encuentra en su posición más cercana al Sol. En raras ocasiones, las tormentas regionales producen una niebla de polvo que rodea al planeta y oculta bajo ella las estructuras de la superficie. Algunos de estos episodios se han convertido en verdaderas tormentas globales, como la que dio la bienvenida en 1971 a la primera nave espacial que se puso en órbita alrededor de Marte, la Mariner 9 de NASA. Encontrar un patrón predecible para saber qué años marcianos sufrirán tormentas globales que rodeen todo el planeta ha sido difícil.
El artículo de Shirley anuncia la existencia de un patrón en la aparición de las tormentas globales de polvo cuando se tiene en cuenta el movimiento orbital de Marte. Otros planetas tienen influencia sobre el momento angular de Marte mientras recorre su órbita alrededor del centro de gravedad del Sistema Solar. Este efecto sobre el momento cambia con un ciclo temporal de unos 2.2 años, que es más largo que el tiempo que Marte tarda en completar cada órbita: 1.9 años terrestres. La relación entre estos dos ciclos cambia constantemente. Shirley descubrió que las tormentas de polvo globales tienen tendencia a producirse cuando el momento está creciendo durante la primera parte de la estación de tormentas. No se ha observado ninguna tormenta global en el registro histórico que se produjese en años en los que el momento estaba disminuyendo durante la primera parte de la estación de tormentas.
Las observaciones de la atmósfera marciana durante los próximos meses demostrarán si la predicción es correcta.
Simulando la fusión de una pareja de agujeros negros supermasivos
6/10/2016 de AAS NOVA
Esta instantánea de una simulación cósmica muestra una pareja de galaxias en proceso de fusión. Un nuevo estudio muestra lo que les ocurre a los agujeros negros supermasivos que residen en el centro de estas galaxias. Crédito: imagen adaptada de Khan et al. 2016.
Cuando las galaxias se fusionan, los agujeros negros supermasivos de sus centros se piensa que se unen, formando un nuevo agujero negro mayor. Los resultados de una nueva simulación demuestran que este proceso puede ser suficientemente rápido como para que podamos observarlo.
Actualmente no se conoce bien cómo se produce la fusión de dos agujeros negros supermasivos en escalas de tiempo razonables. En muchas situaciones y modelos estos gigantes se acercan describiendo espirales uno hacia el otro hasta que la distancia entre ellos es de un parsec, y entonces esta caída se detiene; es lo que se conoce con el nombre del «problema del parsec final».
Pero en un estudio reciente, un equipo de investigadores dirigido por Fazeel Khan (Instituto de Tecnología Espacial de Pakistán) ha presentado una simulación que logra con éxito seguir todo el proceso de fusión. Como resultado, demuestran que los agujeros negros supermasivos pueden fusionarse en escalas de tiempo de sólo decenas de millones de años, que es unos dos órdenes de magnitud más rápido de lo que se estimaba típicamente con anterioridad. Encuentran que la disipación del gas antes de la fusión es importante para crear las condiciones que permiten esta rápida caída.
Los autores también demuestran que el potencial gravitatorio resultante del proceso de fusión de las galaxias no es esférico, lo que resuelve el problema del parsec final ya que las estrellas resultan enviadas a órbitas bajas alrededor de los agujeros negros supermasivos. Las estrellas más alejadas hacen que los agujeros negros pierdan momento angular por fricción dinámica y así continúan precipitándose en espiral uno hacia el otro, incluso cuando no quedan ya estrellas en sus alrededores inmediatos.
Proxima b, ¿un exoplaneta cubierto por un océano?
7/10/2016 de CNRS / The Astrophysical Journal Letters
Comparación entre los dos casos extremos obtenidos para Proxima b con la Tierra. Este esquema muestra la estructura interna de cada planeta. De izquierda a derecha: Proxima b con el radio más pequeño posible según el modelo teórico (65 % de núcleo metálico rodeado por un manto rocoso, separado en dos fases), la Tierra (igual pero con un 32.5 % de núcleo) y Proxima b con el radio más grande permitido (50% de manto de roca rodeado por una capa de agua en forma sólida y líquida). Crédito: Bastien Brugger et al.
Un exoplaneta rocoso de masa similar a la de la Tierra ha sido recientemente detectado alrededor de Proxima Centauri, la estrella más cercana a nuestro Sol. Este planeta, llamado Proxima b, se encuentra en una órbita que le permite mantener agua líquida en su superficie, planteando así preguntas acerca de su habitabilidad. Ahora un equipo internacional de investigadores ha estudiado si sus dimensiones y las propiedades de la superficie favorecen la habitabilidad. Según ellos, este planeta podría ser del tipo “mundo de agua”, con un océano global recubriendo toda su superficie y agua similar a la de algunas de las lunas heladas de Júpiter o Saturno. O la composición de Proxima b podría ser parecida a la de Mercurio, con un núcleo de metal que constituiría dos tercios de la masa del planeta.
Como no es posible conocer el radio del planeta por el método habitual del tránsito, los investigadores utilizaron modelos en los que usaron diferentes composiciones posibles del planeta, centrándose en el caso de planetas densos y sólidos con un núcleo metálico y un manto rocoso como los planetas terrestres del Sistema Solar, permitiendo al mismo tiempo la presencia de una gran masa de agua.
Los resultados muestran que son posibles dos casos extremos. Por un lado, si tiene el radio mínimo estimado (5990 km) podría ser un planeta muy parecido a Mercurio, con un núcleo metálico sólido, y albergar una cantidad de agua que no exceda el 0.05% de la masa del planeta. Por el contrario, si su radio es el máximo calculado (8920 km) se compondría de un 50% de rocas rodeadas por un 50% de agua. En este caso, Proxima b estaría cubierto por un solo océano líquido de 200 kilómetros de profundidad. La presión sería tan fuerte que el agua líquida se convertiría hielo a alta presión antes de llegar a la frontera con el manto, a 3100 km de profundidad.
En estos casos extremos, una delgada atmósfera de gas podría cubrir el planeta, como en la Tierra, por lo que Proxima b sería potencialmente habitable.
¿Qué es lo que mece a una estrella, otra estrella o un planeta lejano?
7/10/2016 de Subaru Telescope / The Astrophysical Journal
Los objetos contenidos en los círculos amarillos son los detectados en el estudio presente. Los círculos blancos y el cuadrado redondeado muestra la posición de la estrella primaria. La estrella primaria fue apantallada durante la observación para facilitar la detección de los objetos más débiles cercanos. Crédito: NAOJ.
Un equipo internacional de astrónomos ha descubierto objetos compañeros que giran alrededor de tres estrellas de masa intermedia. Estas estrellas son más pesadas que el Sol, y se cree que sus compañeros pueden ser planetas o posiblemente estrellas pequeñas.
El estudio investigó seis estrellas brillantes, encontrando que tres de ellas tienen objetos poco brillantes moviéndose a su alrededor. Fueron elegidas porque en investigaciones anteriores se habían detectado pequeños desplazamientos de estas estrellas que fueron atribuidos a la presencia de otros objetos en órbita. En este caso el instrumento HiCIAO, un coronógrafo instalado en el telescopio Subaru, ha permitido obtener imágenes directas de los objetos, bloqueando el resplandor cegador de la estrella para poder observar los astros menos brillantes. Descubrieron compañeras alrededor de tres estrellas: γ Hydra, HD 5608, y HS 109272. Las otras tres estrellas (ɩ (iota) Draconis, 18 Delphinus, y HD 14067) no tienen compañeras que superen la centésima parte de la masa del Sol.
Análisis posteriores realizados combinando datos del desplazamiento de las estrellas y las observaciones directas, indican que ɩ (iota) Draconis y HD 14067 sí tienen estrellas compañeras, de muy poca masa. Sólo 18 Delphinus es candidata a tener posiblemente un planeta lejano, con una órbita grande, por debajo del límite de detección actual.
DDO 68: entre las galaxias, una pulga, pero una muy voraz
7/10/2016 de Large Binocular Telescope Observatory
Esta imagen tomada con el telescopio Large Binocular Telescope muestra la galaxia enana DDO 68, que se encuentra en una región relativamente “vacía” del espacio a 39 millones de años-luz de la Tierra, y uno de sus objetos compañeros, DDO 68 C. Crédito: Francesca Annibali / INAF.
Imágenes de gran campo tomadas con el telescopio Large Binocular Telescope, revelan que las galaxias pequeñas con masas que se cree son demasiado bajas para atraer material de sus alrededores, son de hecho capaces de acretar masa de objetos cercanos.
Incluso una galaxia enana, con una masa muy baja, es capaz de atraer y asimilar galaxias cercanas más pequeñas, según anuncia un equipo internacional de astrónomos dirigido por Francesca Annibali (INAF, Italia). Este resultado ha sido alcanzado observando la región que rodea a la galaxia enana DDO 68, que tiene una masa estelar de sólo 100 millones de masas solares, aproximadamente la milésima parte de la Vía Láctea.
En el escenario de formación jerárquica de las galaxias, los modelos teóricos predicen que las galaxias se forman por fusiones sucesivas de sistemas más pequeños a todas las escalas. Sin embargo, hasta ahora sólo se disponía de observaciones directas que confirmasen esta predicción en el caso de galaxias masivas y sus compañeras más pequeñas.
En el estudio nuevo, Annibali y sus colaboradores aprovecharon el gran campo y alta sensibilidad del telescopio Large Binocular Telescope, o LBT, instalado en el Monte Graham al sureste de Arizona (USA). El equipo de investigadores descubrió que DDO 68, una galaxia enana situada en una región aislada del espacio definida como un “vacío”, se encuentra realmente rodeada por varias galaxias satélite más pequeñas y las está asimilando.
El Hubble detecta “balas de cañón” gigantes siendo disparadas por una estrella
7/10/2016 de Hubble site
Este gráfico ilustra el modo en que el sistema binario V Hydrae está lanzando bolas de plasma al espacio. El panel 1 muestra las dos estrellas en órbita. En el 2, la estrella pequeña se introduce en la atmósfera de la gigante roja, recogiendo material que se coloca en un disco que la rodea. La acumulación de material alcanza un punto máximo y acaba siendo expulsado en forma de masas de plasma caliente, como se ve en el panel 3. El proceso de expulsión se repite cada ocho años, el tiempo que la estrella tarda en volver a cruzar la atmósfera de la gigante roja, tal como se muestra en el panel 4. Crédito: NASA, ESA, and A. Feild (STScI).
El telescopio espacial Hubble ha detectado masas supercalientes de gas, cada una el doble de masiva que el planeta Marte, procedentes de las proximidades de una estrella agonizante. Las bolas de plasma están atravesando tan rápido el espacio que sólo tardarían 30 minutos en viajar de la Tierra a la Luna. Los astrónomos estiman que este “cañón estelar” ha disparado una vez cada 8 años y medio durante, por lo menos, los últimos 400 años.
Estas bolas de fuego suponen un misterio para los astrónomos ya que el material expulsado podría no haber sido emitido por la estrella, llamada V Hydrae. La estrella es una gigante roja hinchada, situada a 1200 años-luz de la Tierra, que probablemente ha arrojado por lo menos la mitad de su masa al espacio durante sus estertores de muerte. Las estrellas rojas son estrellas agonizantes que se encuentran en la fase de su vida en la que están agotando el combustible nuclear que las hace brillar. Han aumentado de tamaño y están arrojando sus capas exteriores al espacio.
La mejor explicación de que se dispone actualmente sugiere que las bolas de plasma son lanzadas por una estrella compañera no detectada. Según esta teoría, la compañera tendría una órbita elíptica que la acerca a la atmósfera hinchada de la gigante roja cada 8 años y medio. Cuando la compañera entra en la región exterior de la atmósfera, acumula material. Entonces este material se almacena en un disco que rodea a la estrella compañera y que sirve de plataforma de lanzamiento para las masas de plasma, que viajan a casi un millón de kilómetros por hora.
Este sistema estelar podría ser el arquetipo que permita explicar la asombrosa variedad de formas resplandecientes descubiertas con el Hubble que se observan alrededor de estrellas agonizantes, llamadas nebulosas planetarias, según dicen los investigadores. Una nebulosa planetaria es una capa en expansión de gas reluciente expulsado por una estrella al final de su vida.
Detectan la señal de una supernova en microfósiles de la Tierra
10/10/2016 de Technical University of Munich (TUM) / Proceedings of the National Academy of Sciences
Cielo estrellado entre árboles. Cuando las estrellas masivas de más de diez veces la masa del Sol agotan su combustible nuclear, colapsan bajo su propia gravedad y acaban explotando como supernovas. Crédito: kaalimies / fotolia.
Cuando las estrellas de más de 10 masa solares han consumido, al final de su evolución, todas sus reservas de combustible nuclear, colapsan bajo su gravedad y acaban con una explosión de supernova llamada de colapso del núcleo. Entonces expulsan enormes cantidades de materia a sus alrededores. Si una supernova tiene lugar suficientemente cerca de nuestro sistema solar, quedan rastros de sus escombros en la Tierra, en forma de radioisótopos específicos. Entre las especies elementales que se sabe que son producidas en estas estrella destaca el radioisótopo del hierro-60 (Fe-60). Es un radioisótopo cuyos mecanismos de producción no son naturales en laTierra; por tanto, la detección de átomos de Fe-60 en muestras terrestres es una prueba de la deposición directa de material de supernova.
Ya se había observado un exceso de Fe-60 en capas de unos dos millones de años de antigüedad de una corteza de ferromanganeso (FeMn) encontrada en el Océano Pacífico y, más recientemente, en muestras lunares. Pero debido al lento crecimiento de la corteza de FeMn, la señal de Fe-60 tenía una resolución temporal pobre, y el regolito lunar no puede registrar información temporal debido a que no se produce sedimentación en la Luna.
Ahora por primera vez, físicos dirigidos por Shawn Bishop (TUM) han conseguido descubrir una señal de supernova temporalmente resuelta en el registro de microfósiles de la Tierra, residiendo en cristales de origen biológico. El principio de la señal de Fe-60 se produce en hace alrededor de 2.7 millones de años y está centrada en hace 2.2 millones de años. La señal acaba claramente hace 1.7 millones de años. «Obviamente, el Sistema Solar tardó un millón de años en atravesar los escombros de la supernova», comenta Bishop.
La estrella progenitora más plausible que produjo esta supernova probablemente era originaria de la asociación OB Escorpio-Centauro, como han demostrado análisis de su movimiento relativo. Hace unos 2.3 millones de años se colocó a una distancia mínima de 300 años-luz del Sistema Solar. Durante el curso de los últimos 10 a 15 millones de años, una sucesión de entre 15 a 20 supernovas se ha producido en esta asociación estelar. Esta serie de explosiones ha producido una gran cavidad libre de materia en el medio interestelar en un brazo galáctico de la Vía Láctea. Los astrónomos llaman a esta cavidad, en la cual está situado nuestro Sistema Solar, la Burbuja Local.
La sonda Schiaparelli, preparada para aterrizar en Marte
10/10/2016 de ESA
Ilustración de artista del módulo Schiaparelli sobre la superficie de Marte. El 19 de octubre, Schiaparelli entrará en la atmósfera marciana a una altura de unos 121 km y a una velocidad de casi 21 000 km/h. Menos de ses minutos más tarde habrá aterrizado en Marte en una región de Meridianum Planum. Crédito: ESA/ATG medialab.
La semana pasada fueron enviados a la nave espacial ExoMars de ESA los comandos que dirigirán el descenso y aterrizaje de la sonda Schiaparelli a Marte. A su llegada, Schiaparelli comprobará la tecnología necesaria para el aterrizaje del róver europeo en 2020, mientras su nave nodriza frena colocándose en una órbita elíptica alrededor de Marte.
Las operaciones de Schiaparelli son gobernadas por comandos almacenados con una secuencia temporal, asegurando así que la sonda realice su misión incluso aunque esté fuera de contacto con los orbitadores de Marte que sirven como repetidores de datos. La operación automática también asegura que la sonda revivirá de sus periodos de letargo para ahorrar energía en la superficie, a tiempo para establecer comunicaciones.
Los comandos fueron enviados en dos grupos. El primero, que contiene los relojes para despertar de la hibernación y la secuencia temporal de los instrumentos científicos de superficie fue cargado el 3 de octubre. El segundo, que contiene el resto de secuencias de comandos de la misión, fue subido al módulo el 7 de octubre.
Uno de los momentos cruciales será el del aterrizaje, previsto para las 14:48:11 GMT (16:48:11 CEST) del 19 de octubre. Ahora que este momento ha sido fijado, los demás comandos funcionarán secuencialmente contando hacia atrás o adelante. Durante el aterrizaje, estos comandos incluyen la expulsión de las aerocapas delantera y trasera, la operación de los sensores de descenso, el despliegue del paracaídas y la activación de tres grupos de motores de hidrazina que controlan la velocidad del aterrizaje.
Kepler obtiene el «panorama general» del cometa 67 P
10/10/2016 de NASA
Animación compuesta por una secuencia de imágenes del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko obtenidas por la nave espacial Kepler de NASA, entre el 17 y el 18 de septiembre de 2016. Crédito: The Open University/C. Snodgrass y SETI Institute/E. Ryan.
El pasado 30 de septiembre la Agencia Espacial Europea (ESA) concluyó su misión Rosetta y el estudio del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko. Durante el mes final de la misión, la nave espacial cazadora de planetas Kepler de NASA tuvo la oportunidad única de proporcionar un «panorama general» del cometa mientras no era posible su observación desde la Tierra. Los telescopios instalados en tierra no podían ver 67P porque la órbita del cometa le hacía aparecer en el cielo cuando era de día.
Desde el 7 hasta el 20 de septiembre, la nave espacial Kepler fijó su mirada en el cometa 67P. Desde su punto lejano de observación, la nave pudo estudiar el núcleo y la coma del cometa. La imagen global obtenida con Kepler complementa las imágenes próximas captadas por la nave Rosetta, proporcionando un contexto para la investigación en alta resolución mientras descendía acercándose cada vez más a él.
Durante el periodo de estudio de dos semanas, Kepler tomó una imagen del cometa cada 30 minutos.
Mientras el cometa viaja por el espacio, deja una estela de gas y polvo. El nivel de actividad de un cometa puede obtenerse midiendo la cantidad de luz solar reflejada por ella. Analizando los datos de Kepler, los científicos serán capaces de determinar la cantidad de materia perdida cada día mientras 67P viaja por el Sistema Solar.
El róver Opportunity explorará un barranco de Marte
10/10/2016 de JPL
Este mapa muestra una parte del borde occidental del cráter Endeavour que incluye la zona del valle Marathon, investigada por el róver Opportunity en 2015 y 2016, y un barranco excavado por un fluido que es el destino de su nueva misión, situado al sur. Crédito: NASA/JPL-Caltech/Univ. of Arizona.
El róver Opportunity de NASA recorrerá un barranco excavado hace mucho tiempo por un fluido que podría haber sido agua, según los últimos planes para la misión de 12 años de antigüedad. Ningún róver de Marte ha hecho esto antes.
El róver que lleva más tiempo activo en Marte también visitará, por primera vez, el interior de un cráter junto al cual ha trabajado durante los últimos cinco años. Estas actividades forman parte de la misión extendida de dos años que empezó el pasado 1 de octubre, la más reciente en la serie de extensiones que siguieron al final de la misión primaria de Opportunity en abril de 2004.
Opportunity inicia esta misión extendida en la zona del valle Bitterroot, situada en el borde occidental del cráter Endeavour, una cuenca de 22 kilómetros de diámetro que fue excavada por el impacto de un meteoro hace miles de millones de años. Opportunity alcanzó el borde de este cráter en 2011, después de más de 7 años investigando una serie de cráteres más pequeños. En esos cráteres, el róver encontró pruebas de que en el pasado el agua empapó capas del subsuelo y algunas veces cubrió la superficie.
El barranco elegido como destino principal corta de oeste a este a través del borde a poco menos de un kilómetros al sur de la posición actual del róver. «Estamos convencidos de que es un barranco excavado por un fluido y que el agua estuvo involucrada», comenta el investigador principal de Opportunity, Steve Squyers. «Los barrancos de Marte formados por fluidos han sido observados desde órbita desde la década de 1970, pero ninguno había sido examinado antes de cerca en la superficie. Uno de los tres objetivos de nuestra nueva misión extendida es investigar este barranco. Esperamos descubrir si el líquido era un flujo de escombros, con mucha grava lubricada con agua, o un flujo sobre todo de agua y menos de otros materiales».
Estudian una peculiar estrella de edad indefinida
11/10/2016 de JPL / The Astrophysical Journal
Una estrella de edad indefinida, llamada IRAS 19312+1950, exhibe características de una estrella muy joven y de una estrella muy vieja. Es la estrella brillante roja situada en el centro de esta imagen. Crédito: NASA/JPL-Caltech.
Durante años los astrónomos se han preguntado por una estrella masiva situada en las profundidades de la Vía Láctea, que muestra signos contradictorios de ser extremadamente joven y extremadamente vieja. Los investigadores inicialmente la clasificaron como una estrella vieja, quizás una supergigante roja. Pero un nuevo estudio, dirigido por NASA, sugiere que el objeto, llamado IRAS 19312+1950, podría ser algo bastante diferente, una protoestrella, una estrella todavía en proceso de formación.
Al principio, los científicos propusieron que el objeto era una estrella vieja rodeada por una sorprendente nube, típica del tipo que normalmente acompaña a las estrellas jóvenes. Otra idea es que de algún modo las observaciones estaban captando dos objetos: una estrella muy vieja y una nube embrionaria de material formador de estrellas que se hallaba el mismo campo de visión.
Martin Cordiner (Goddard Space Flight Center, NASA) y sus colaboradores revisaron el objeto, estudiándolo con observaciones en el infrarrojo realizadas por el observatorio Herschel de la ESA y analizando datos anteriormente obtenidos por el telescopio espacial Spitzer de NASA. Ambos telescopios operan en longitudes de onda del infrarrojo, lo que proporcionó a los científicos nuevos datos sobre los gases, polvo y hielos de la nube que rodea a la estrella.
Esta información adicional hace pensar a los investigadores que la estrella se encuentra en un estadio muy inicial de formación. El objeto es mucho más brillante de lo que parecía al principio, dicen, emitiendo unas 20 000 veces la energía de nuestro Sol. Los astrónomos encontraron grandes cantidades de hielos de agua y dióxido de carbono en la nube alrededor del objeto. Estos hielos están situados sobre granos de polvo relativamente cerca de la estrella, y todo este polvo y el hielo bloquean la luz estelar haciendo que la estrella parezca más débil de lo que es realmente.
Además, la nube densa que rodea el objeto pare estar en colapso, lo que ocurre cuando una estrella que está creciendo atrae material hacia ella. Por el contrario, el material que hay alrededor de una estrella evolucionada se está expandiendo y se encuentra en proceso de huida hacia el medio interestelar. La envoltura completa de material se estima que tiene la masa de entre 500 y 700 soles, que es mucho más de lo que podría haber producido una estrella vieja o agonizante.
La Vía Láctea se dio un festín hace 6 millones de años
11/10/2016 de CfA / The Astrophysical Journal
Esta ilustración de artista muestra la Vía Láctea tal como pudo haber sido hace seis millones de años durante una fase de actividad de tipo «cuásar». Una tenue burbuja de color naranja se extiende desde el centro galáctico hasta un radio de unos 20 000 años-luz. Fuera de esa burbuja, una ‘niebla’ de gas a un millón de grados de temperatura podría ser la materia que falta en la galaxia, 130 mil millones de masas solares. Crédito: Mark A. Garlick/CfA.
El centro de la Vía Láctea es actualmente un lugar tranquilo donde un agujero negro supermasivo dormita, y sólo ocasionalmente traga pequeños sorbos de gas hidrógeno. Pero no siempre ha sido así. Un nuevo estudio demuestra que hace 6 millones de años, cuando los primeros ancestros humanos conocidos como homininos pisaban la Tierra, el núcleo de nuestra galaxia brilló con fiereza. El prueba de esta fase activa procede de la búsqueda de la masa que falta en la galaxia.
Las medidas muestran que la Vía Láctea pesa entre 1 y 2 billones de veces tanto como el Sol. Unos cinco sextos de esta masa se encuentran en forma de materia oscura, invisible y misteriosa. El sexto restante, unos 150-300 mil millones de masas solares, es materia normal. Sin embargo, contando todas las estrellas, gas y polvo que podemos ver, sólo hallamos unos 65 mil millones de masas solares. El resto de la materia normal (hecha de neutrones, protones y electrones) parece estar perdida.
«Analizamos observaciones en rayos X del archivo de la nave espacial XMM-Newton y encontramos que la masa que falta está en forma de niebla gaseosa a un millón de grados de temperatura que empapa nuestra galaxia. Esa niebla absorbe los rayos X procedentes de fuentes más lejanas», comenta Fabrizio Nicastro (CfA e INAF). Los astrónomos utilizaron la cantidad de absorción para calcular cuánta materia normal hay y cómo está distribuida. Aplicaron modelos por computadora, comprobando que no podían ajustar las observaciones con una distribución del gas suave y uniforme. En cambio, descubrieron que hay una «burbuja» en el centro de nuestra galaxia que se extiende hasta dos tercios de la distancia hacia la Tierra.
La creación de esa burbuja necesitó de una cantidad tremenda de energía. Esa energía, según los investigadores, procedía del agujero negro que se estaba alimentando. Aunque parte del gas fue tragado por el agujero negro, el resto fue expulsado hacia el exterior a velocidades de 1000 km/s. Seis millones de años después, la onda de choque creada durante esa fase de actividad ha recorrido 20 000 años-luz de espacio. Y mientras el agujero negro ha agotado la comida que tenía cerca y se ha puesto a hibernar. Esta cronología ha sido corroborada por la presencia de estrellas de 6 millones de años de edad cerca del centro galáctico. Esas estrellas se formaron a partir del mismo material que en el pasado fluyó hacia el agujero negro.
La historia de un agujero negro, contada por una mancha y una burbuja cósmicas
11/10/2016 de NASA
Dos estructuras cósmicas albergan pruebas de un notable cambio en el comportamiento de un agujero negro supermasivo de una galaxia lejana. Se trataría de un nuevo modo de estudiar la actividad en el pasado de un agujero negro gigante y de sus efectos sobre la galaxia que lo alberga. Crédito: rayos X de NASA/CXC/ETH Zurich/L. Sartori et al; óptico de NASA/STScI.
Dos estructuras cósmicas muestran pruebas de un cambio notable en el comportamiento de un agujero negro supermasivo de una galaxia lejana. Utilizando datos del observatorio de rayos X Chandra de NASA y de otros observatorios, los astrónomos estudian la actividad pasada del agujero negro gigante y su efecto sobre la galaxia en la que reside, buscando pistas en una «mancha» y en una burbuja de gas cósmicas.
La Mancha Verde, una famosa estructura cósmica también conocida como el Objeto de Hanny, está situada a unos 650 millones de años-luz de la Tierra. Los astrónomos piensan que un estallido de radiación X y ultravioleta producido por un agujero negro supermasivo situado en el centro de la galaxia IC 2497 (a sólo 200 000 años-luz de distancia) excitó los átomos de oxígeno de una nube de gas, proporcionando a la Mancha Verde su resplandor esmeralda. Actualmente el agujero negro está creciendo lentamente y apenas produce suficiente radiación como para provocar un brillo así.
Sin embargo, la distancia de la Mancha Verde a IC 2497 es suficientemente grande como para que estemos observando una respuesta retrasada, o un eco de la actividad en el pasado de un agujero negro que crecía con rapidez. Un agujero negro así produciría cantidades copiosas de radiación debido al material que se precipitaba a su interior, colocándolo en la categoría de los cuásares.
Las observaciones nuevas con Chandra demuestran que el agujero negro todavía está produciendo grandes cantidades de energía, incluso aunque no se encuentra ya generando una radiación intensa como la de un cuásar. La prueba de este cambio en la actividad del agujero negro se halla en el gas caliente del centro de IC 2497. El centro de la emisión en rayos X muestra un gas más frío, que los astrónomos interpretan como una gran burbuja en el gas. Los astrónomos sospechan que puede estar siendo creada cuando una pareja de chorros de material procedentes del agujero negro apartaron el gas caliente. En este caso, la energía producida por el agujero negro supermasivo ha cambiado de la de un cuásar, en el que la energía es radiada en un haz ancho, a una salida más concentrada en forma de chorros de partículas colimados y congruentes con la emisión en radio observada en esta fuente.
El Hubble descubre una pareja de galaxias procedente del desierto
11/10/2016 de Hubblesite / The Astrophysical Journal
El telescopio espacial Hubble de NASA ha captado el resplandor de estrellas nuevas en estas pequeñas galaxias antiguas. Piscis A está a la izquierda y Piscis B a la derecha. Los astrónomos estiman que hace menos de 100 millones de años ambas galaxias duplicaron su ritmo de formación de estrellas. Un análisis de sus colores revela que las galaxias contienen de 20 a 30 estrellas azules brillantes. El color azul es una señal de que son jóvenes, de menos de 100 millones de años de edad. Cada galaxia contiene unos 10 millones de estrellas. Crédito: NASA, ESA, y E. Tollerud (STScI).
El telescopio espacial Hubble ha descubierto dos diminutas galaxias enanas, procedentes de un vasto desierto cósmico, que han llegado a una «gran ciudad» cercana, abarrotada de galaxias. Tras permanecer adormiladas durante miles de millones de años, ahora están listas para divertirse empezando con una tormenta de nacimiento de estrellas.
«Estas imágenes del Hubble pueden ser instantáneas de lo que fueron en el pasado las galaxias enanas de hoy en día», comenta el director del estudio Erik Tollerud (Space Telescope Science Institute). «El estudio de éstas y otras galaxias parecidas puede proporcionar más datos sobre la formación y evolución de las galaxias enanas». Las observaciones del Hubble sugieren que las galaxias Piscis A y B tienen un desarrollo tardío ya que han pasado la mayor parte de su existencia en el Vacío Local, una región del universo poco poblada por galaxias. El Vacío Local tiene unos 150 millones de años-luz de longitud.
Bajo la constante atracción gravitatoria de la gran ciudad galáctica, las galaxias enanas solitarias han llegado por fin a una región poblada donde el gas intergaláctico es más denso. En este ambiente rico en gas, el nacimiento de estrellas puede haber sido provocado por una lluvia de gas que se precipita sobre las galaxias mientras atraviesan esta región más densa. Otra idea es que el duo puede haber encontrado un filamento gaseoso que comprime el gas de las galaxias y aviva el nacimiento de estrellas. Basándose en las posiciones de las galaxias, el equipo de Tollerud determinó que los objetos se hallan en el borde de un gran filamento de gas denso. Cada galaxia contiene unos 10 millones de estrellas.
«Estas galaxias puede que hayan pasado la mayor parte de su historia en el vacío», explicó Tollerud. «Si esto es cierto, el ambiente del vacío habría frenado su evolución. Prueba de que las galaxias proceden de este vacío es que su contenido en hidrógeno es algo mayor relativo al de galaxias parecidas. En el pasado, las galaxias tenían mayores concentraciones de hidrógeno, el combustible necesario para hacer estrellas. Pero estas galaxias parecen retener esa composición más primitiva, en lugar de la composición enriquecida de las galaxias contemporáneas, debido a una historia menos intensa de formación de estrellas. Las galaxias son también bastante compactas comparadas con las típicas galaxias que están formando estrellas en nuestro vecindario galáctico».
Los mundos tipo Tatooine en órbita alrededor de dos soles a menudo sobreviven a las violentas correrías de las estrellas maduras
13/10/2016 de York University / The Astrophysical Journal
Ilustración de artista de un planeta en órbita alrededor de dos estrellas ancianas que intercambian material y se van acercando cada vez más. Crédito: Jon Lomberg.
Los planetas que giran alrededor de dos soles pueden sobrevivir, sorprendentemente, las fases finales violentas de las vidas de las estrellas, según un nuevo estudio de NASA y la Universidad de York (Canadá). El descubrimiento es sorprendente porque los planetas que están en órbita alrededor de un solo sol, como Mercurio y Venus en nuestro sistema solar, serán destruidos cuando la estrella anciana se hinche, convirtiéndose en una gigante roja.
Los sistemas binarios de estrellas están por todas partes en el Universo y consisten en dos estrellas que se encuentran en órbita alrededor de un centro de gravedad común. Si las dos estrellas están suficientemente cerca una de la otra, cuando una de ellas evoluciona y crece convirtiéndose en gigante, intercambian material y se acercan más, quedando envueltas por una atmósfera común compartida. El sistema binario acaba perdiendo una gran cantidad de materia o podría destruirse en una explosión de supernova.
Los astrónomos han simulado el destino final de nueve planetas circumbinarios recientemente descubiertos por la misión Kepler de NASA. Han encontrado que la mayoría sobrevivirán a la fase de envoltura común, incluso aquéllos que están en órbitas muy cercanas a sus estrellas. Además, los planetas pueden migrar a órbitas más alejadas, parecidas a la que tendría Venus si se desplazara a la posición de Urano alrededor del Sol. En algunos casos, los planetas pueden incluso alcanzar más del doble de la distancia de Plutón.
Además, cuando hay múltiples planetas en órbita alrededor de una estrella binaria, algunos pueden ser expulsados del sistema, mientras otros pueden intercambiar posiciones o incluso chocar contra sus estrellas.
El viejo corazón de la Vía Láctea
13/10/2016 de ESO
Esta imagen, captada con el telescopio de rastreo infrarrojo VISTA, que forma parte del sondeo público de ESO Variables en la Vía Láctea (VVV), muestra la parte central de la Vía Láctea. La capacidad de VISTA de observar en el infrarrojo nos permite ver a través del polvo cósmico para estudiar las estrellas cercanas al centro galáctico. Crédito: ESO/VVV Survey/D. Minniti.
Por primera vez, utilizando el telescopio infrarrojo VISTA de ESO, se ha descubierto, en el centro de la Vía Láctea, la presencia de estrellas antiguas de un tipo conocido como RR Lyrae. Las estrellas RR Lyrae normalmente se encuentran en poblaciones estelares antiguas de más de 10.000 millones de años de edad. Su descubrimiento sugiere que el bulbo galáctico de la Vía Láctea probablemente creció a través de la fusión de cúmulos de estrellas primordiales. Estas estrellas pueden ser incluso los restos del cúmulo estelar más viejo y masivo de toda la Vía Láctea, un auténtico superviviente.
Nuestra Vía Láctea tiene un centro densamente poblado — una característica común en muchas galaxias, pero única en tanto en cuanto está lo suficientemente cerca como para poder estudiarlo en profundidad. Este descubrimiento de estrellas RR Lyrae proporciona una evidencia consistente que ayuda a los astrónomos a decidir entre dos teorías principales sobre cómo se forman los bulbos galácticos.
Las estrellas RR Lyrae suelen encontrarse en densos cúmulos globulares. Son estrellas variables, y el brillo de cada estrella RR Lyrae fluctúa regularmente. Observando la longitud de cada ciclo de aumento y disminución de brillo en una RR Lyrae, y midiendo el brillo de la estrella, los astrónomos pueden calcular su distancia.
La identificación de una docena de estrellas RR Lyrae indica que los vestigios de antiguos cúmulos globulares se encuentran dispersos en el centro del bulbo de la Vía Láctea. Rodrigo Contreras, explica: «Este descubrimiento de estrellas RR Lyrae en el centro de la Vía Láctea tiene importantes implicaciones en la formación de núcleos galácticos. La evidencia apoya el escenario en el que el bulbo se creó a partir de la fusión de unos pocos cúmulos globulares».
Los anillos gigantes que rodean a un exoplaneta giran en la dirección equivocada
13/10/2016 de Astronomie.nl / Astronomy and Astrophysics
Ilustración de artista de los anillos gigantes que rodean al planeta 1407b. Son tan grandes que podrían verse al atardecer desde la Tierra si se encontraran alrededor de Saturno. Crédito: M. Kenworthy / Leiden University.
Investigadores de Japón y Países Bajos que habían descubierto un exoplaneta con enormes anillos, han calculado ahora que los anillos gigantes pueden persistir durante más de 100 000 años, siempre que los anillos giren en dirección opuesta al sentido de giro del planeta alrededor de la estrella.
Los investigadores Steven Rieder (RIKEN, Japón) y Matthew Kenworthy (Universidad de Leiden, Países Bajos) estudiaron la estrella J1407. Esta joven estrella mostró una serie de eclipses extraños en 2007 para los que los astrónomos ofrecieron una explicación en 2015: debía de haber un planeta con un gigantesco sistema de anillos en órbita alrededor de la estrella. Los anillos deberían de ser cien veces mayores que los anillos de Saturno.
En 2016 los astrónomos realizaron simulaciones para comprobar si un sistema de anillos tan masivo puede ser estable durante un tiempo largo. Antes de las simulaciones había dudas acerca de esta hipótesis dado que el exoplaneta sigue una órbita muy excéntrica: a veces se acerca a la estrella y la acción de la fuerza gravitatoria de la misma podría perturbar los anillos.
Ahora las simulaciones muestran que el sistema es estable y que puede persistir durante más de 10 000 órbitas de 11 años. Pero con una condición: que los anillos giren en sentido opuesto al de rotación del planeta alrededor de la estrella. Los anillos que giran así (anillos retrógrados) no son comunes. Por ello, los investigadores sospechan que se produjo una catástrofe que hizo que los anillos (o el planeta) girasen en sentido contrario.
Determinan con mucha precisión la avanzada edad de un cúmulo
13/10/2016 de Gemini Observatory / The Astrophysical Journal
Imagen obtenida con el instrumento GeMS del observatorio Gemini de NGC 6624, revelando estrellas individuales hasta en el núcleo del cúmulo. La edad del cúmulo determinada con este estudio se encuentra entre los 11 500 millones y los 12 500 millones de años, lo que confirma que se formó cuando el Universo sólo tenía una fracción de su edad actual de 13 800 millones de años. Crédito: Gemini Observatory / AURA / Travis Rector (University of Alaska Anchorage).
Un equipo internacional de astrónomos ha calculado con mucha precisión la edad del antiguo cúmulo globular NGC 6624. Además de proporcionar una bella imagen, este trabajo ayuda a los astrónomos a entender mejor la formación y evolución de nuestra Galaxia durante el principio de su evolución, cuando el Universo tenía menos de 2 mil millones de años de edad.
Los investigadores han utilizado la avanzada tecnología de óptica adaptativa del telescopio Gemini Sur para estudiar las profundidades del cúmulo globular muy compacto NGC 6624, mostrando imágenes puntuales de miles de estrellas. La nitidez de las imágenes tomadas en el infrarrojo cercano es comparable con la obtenida desde el espacio por el telescopio espacial Hubble en luz óptica. “Con imágenes de esta nitidez, los astrónomos pueden hacer cosas que nunca habrían soñado que eran posibles desde tierra”, comenta Douglas Geisler (Universidad de Concepción, Chile).
Los investigadores obtuvieron las imágenes utilizando dos filtros que son sensibles a bandas de longitudes de onda específicas del infrarrojo cercano, y luego dibujaron un diagrama de color-magnitud, una técnica que revela detalles acerca de la historia de la evolución de las estrellas del cúmulo. Las observaciones proporcionan una clara detección de la llamada “rodilla de la secuencia principal”, una curva característica en el camino de evolución de las estrellas de secuencia principal de baja masa. Esta curva es extremadamente débil y, por tanto, difícil de detectar, siendo necesario para ello una fotometría (medida del brillo de las estrellas) muy precisa.
Esta es la primera vez que se ha identificado la rodilla de la secuencia principal en este cúmulo globular. “El análisis de estas imágenes muy nítidas y del diagrama de color-magnitud tan profundo nos permite determinar la edad del cúmulo con precisión extremadamente alta”, comenta Sara Saracino (Università di Bologna), directora del estudio. A su vez, esto ayuda a comprender mejor la formación y evolución del bulbo de nuestra Vía Láctea, que podría ser el componente más antiguo de la Galaxia. Los nuevos datos de Gemini revelan que la edad de NGC 6624 se encuentra entre los 11 500 millones de años y los 12 500 millones de años, casi tan viejo como el propio Universo, cuya edad estimada es de 13 800 millones de años.
El Universo observable contiene diez veces más galaxias de lo que se pensaba
14/10/2016 de ESA Hubble / Astrophysical Journal
Esta imagen fue tomada por el telescopio espacial Hubble de NASA/ESA y cubre parte del campo sur del proyecto GOODS (Great Observatories Origins Deep Survey). Se trata de un gran censo de galaxias, un estudio del espacio profundo llevado a cabo por varios observatorios para investigar la formación y evolución de las galaxias. Crédito: NASA, ESA/Hubble.
Un equipo de astrónomos ha empleado el telescopio espacial Hubble de NASA/ESA y otros telescopios para crear un censo preciso del número de galaxias que contiene el Universo. Los investigadores alcanzaron la sorprendente conclusión de que hay por lo menos 10 veces más galaxias en el Universo observable de lo que se pensaba. Los resultados tienen consecuencias claras para nuestra comprensión de la formación de galaxias y también ayudan a los científicos a resolver una antigua paradoja astronómica: ¿por qué el cielo es oscuro por la noche?
Christopher Conselice (University of Nottingham, UK) y su equipo han estudiado imágenes del espacio profundo del Hubble y otros datos publicados anteriormente, pasándolos a 3 dimensiones para poder medir de forma precisa el número de galaxias en diferentes épocas de la historia del Universo. Además, han utilizado modelos matemáticos nuevos que les permiten inferir la existencia de galaxias que la generación actual de telescopios no puede observar. Esto ha conducido a la sorprendente conclusión de que para que los números salgan, cerca del 90% de las galaxias del Universo observable son demasiado débiles y están demasiado lejos para poder ser vistas, todavía.
Al analizar los datos, los astrónomos investigaron hasta más de 13 mil millones de años hacia el pasado. Esto les demostró que las galaxias no están distribuidas uniformemente a lo largo de la historia del Universo. De hecho, parece que había un factor 10 más de galaxias por unidad de volumen cuando el Universo tenía sólo unos pocos miles de millones de años comparando con la actualidad. La mayoría de estas galaxias eran relativamente débiles y pequeñas, con masas parecidas a las de las galaxias satélite que rodean la Via Láctea.
Estos resultados son una prueba sólida de que se ha producido una evolución importante a lo largo de la historia del Universo, una evolución en la cual las galaxias se han unido unas con otras, reduciendo drásticamente su número total. Además, el número decreciente de galaxias a medida que pasa el tiempo también contribuye a solucionar la paradoja de Olbers: por qué el cielo es oscuro por la noche. Los investigadores concluyen que hay tantas galaxias que, en principio, cada punto del cielo contiene parte de alguna. Sin embargo, la mayoría son invisibles al ojo humano e incluso para los telescopios modernos, debido a una combinación de factores: el desplazamiento al rojo de la luz, la naturaleza dinámica del Universo y la absorción de la luz por el gas y el polvo intergalácticos.
Estrellas con tres discos de gas donde se forman planetas
14/10/2016 de University of Copenhagen / Astrophysical Journal Letters
Observaciones con el telescopio ALMA del gas alrededor de dos estrellas llamadas IRS 43. Los colores son una ilustración. El gas se desplaza en órbita alrededor de las estrellas, resaltadas en amarillo. El gas que se está alejando de nosotros es representado en color rojo, mientras que el que se está acercando es mostrado en azul. Las posiciones de los discos vienen indicadas por las líneas punteadas. Crédito: Christian Brinch, NBI, KU.
Una estrella con un anillo de planetas en órbita a su alrededor, ésa es la imagen que conocemos de nuestro Sistema Solar y de muchos de los miles de exoplanetas observados en años recientes. Pero ahora, investigadores del Instituto Niels Bohr han descubierto un sistema que tiene dos estrellas con tres discos de acreción giratorios donde se forman planetas. Es una estrella binaria en la que cada estrella posee su propio disco de formación de planetas y, además, tienen un disco mayor que comparten. Los tres discos no están alineados entre sí.
Un sistema solar se forma a partir de una gran nube de gas y polvo. La nube condensa y se hace tan compacta que acaba colapsando en una gran bola de gas situada en el centro. Aquí la presión calienta la materia y crea una resplandeciente bola de gas, una estrella. El resto de la nube de gas y polvo gira como un disco alrededor de la estrella recién formada. En este disco giratorio , el material empieza a acumularse y formar concentraciones cada vez mayores, que al final se convierten en planetas.
A menudo no son una sino dos las estrellas que se forman en la densa nube de gas y polvo. Es lo que se llama una estrella binaria y se mantienen unidas por su atracción gravitatoria mutua, girando una alrededor de la otra. Aproximadamente la mitad de todas las estrellas son binarias y pueden tener cada una un disco giratorio de gas y polvo.
Pero ahora los investigadores han observado algo muy inusual: una estrella binaria con no sólo dos, sino tres disco de gas. “Las dos estrellas recién formadas tienen ambas el tamaño de nuestro Sol y cada una posee un disco giratorio de gas y polvo similar al tamaño de nuestro Sistema Solar. Además tienen un disco compartido que es mucho mayor y que cruza por encima de los otros dos discos. Los tres discos están escalonados y esto rompe con todo lo que hemos visto hasta ahora”, comenta Christian Brinch (Universidad de Copenague).
Proxima Centauri podría ser más parecida al Sol de lo que pensábamos
14/10/2016 de CfA
Esta ilustración de artista muestra el interior de una estrella de masa baja. Dichas estrellas tienen estructuras internas diferentes de la de nuestro Sol, por lo que no se espera que exhiban ciclos de actividad magnética. Sin embargo, los astrónomos han detectado que la cercana estrella Proxima Centauri desafía esa predicción y muestra señales de tener un ciclo de 7 años. Crédito: NASA/CXC/M.Weiss.
En agosto los astrónomos anunciaron que la estrella Proxima Centauri alberga un planeta del tamaño dela Tierra (llamado Proxima b) en su zona habitable. A primera vista, Proxima Centauri no puede parecer más distinta del Sol. Es una pequeña estrella enana roja fría con sólo una décima parte de la masa del Sol y la milésima parte de su luminosidad. Sin embargo, una nueva investigación muestra que es parecida al Sol de un modo sorprendente: posee un ciclo regular de manchas estelares.
Las manchas estelares (como las manchas solares) son zonas oscuras de la superficie de la estrella donde la temperatura es algo más fría que la del entorno. Son producidas por campos magnéticos. Una estrella está compuesta por gases ionizados llamados plasma. Los campos magnéticos pueden restringir el flujo del plasma y crear manchas. Los cambios en el campo magnético de una estrella pueden afectar al número y distribución de manchas estelares.
Nuestro Sol experimenta un ciclo de actividad de 11 años. En el mínimo solar, el Sol está casi libre de manchas. Durante el máximo solar, típicamente más de 100 manchas solares cubren menos del uno por ciento de la superficie del Sol, en promedio. El nuevo estudio encuentra que Proxima Centauri sufre un ciclo parecido que dura siete años de máximo a máximo. Sin embargo, su ciclo es mucho más exagerado. Por lo menos un quinto de la superficie de la estrella está cubierto de manchas a la vez. Además algunas de esas manchas son mucho mayores en relación con el tamaño de la estrella que las manchas de nuestro Sol.
A los astrónomos les ha sorprendido detectar un ciclo de actividad estelar en Proxima Centauri ya que su interior se supone que es muy diferente del interior del Sol. El tercio exterior del Sol experimenta un movimiento ondulado llamado convección, parecido al agua hirviendo en un puchero, mientras que el interior del Sol permanece relativamente quieto. Hay una diferencia en la velocidad de rotación entre estas dos regiones. Muchos astrónomos piensan que la tensión que aparece debido a esta diferencia es la responsable de la generación del ciclo de actividad magnética del Sol. Por el contrario, el interior de una enana roja pequeña como Proxima Centauri debería de ser convectivo hasta el mismo núcleo de la estrella. Por tanto, no debería experimentar un ciclo regular de actividad. “La existencia de un ciclo en Proxima Centauri demuestra que no entendemos tan bien como creíamos cómo se generan los campos magnéticos de las estrellas”, afirma Jeremy Drake (CfA).
Los impactos pequeños están reformando el suelo de la luna más rápido de lo que pensaban los científicos
14/10/2016 de Arizona State University / Nature
¡Bang! Un nuevo cráter lunar apareció entre el 25 de octubre de 2012 y el 21 de abril de 2013. Con 12 metros de ancho, el cráter no es difícil de ver en la imagen, pero el patrón de escombros expulsados es difícil de trazar. Crédito: NASA/GSFC/Arizona State University.
La superficie de la luna está siendo “labrada” (azotada por impactos pequeños) más de 100 veces más rápido de lo que pensaban los científicos. Esto significa que las formaciones superficiales que se creía que eran jóvenes quizás son más jóvenes de lo supuesto. También significa que las estructuras instaladas en la Luna que formen parte de expediciones humanas necesitarán una mejor protección.
Este nuevo descubrimiento surge a partir del estudio de imágenes lunares en alta resolución tomadas a lo largo de más de siete años por un equipo de científicos de la Universidad del Estado de Arizona y la Universidad de Cornell. “Antes del lanzamiento del Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO) en 2009 pensábamos que la superficie lunar tardaba entre cientos de miles y millones de años en cambiar significativamente”, comenta Emerson Speyerer. “Pero hemos descubierto que los materiales más superficiales de la Luna son renovados completamente en unos 80 000 años”.
“Utilizamos imágenes anteriores y posteriores tomadas con la cámara de ángulo estrecho de LRO”, aclara Speyerer. Durante los siete años que lleva funcionando la misión, el equipo de investigadores ha identificado 222 cráteres de impacto nuevos que se han formado a lo largo de este periodo. “Tienen tamaños que varían entre varios metros y hasta 43 metros de ancho”. El número de cráteres nuevos encontrados es mayor de lo que se esperaba a partir de lo predicho por los modelos estándar de impactos utilizados por los científicos lunares.
El descubrimiento indica que las formaciones lunares de la superficie son más jóvenes de lo que se pensaba. Los teóricos afirman que una unidad geológica lunar debería de acumular un cierto número de cráteres de un tamaño determinado en un millón de años, por ejemplo. Pero resulta que los impactos están formando cráteres más rápidamente, y entonces tardan menos en alcanzar el número de referencia y la unidad geológica es en realidad más joven de lo que predice la teoría.
Los ladrillos de la vida proceden de la luz estelar
17/10/2016 de JPL
La cara polvorienta de la Espada de Orión es iluminada en esta impresionante imagen infrarroja del observatorio espacial Herschel de ESA. Dentro de la imagen del recuadro, se ha superpuesto en amarillo la emisión de los átomos de carbono ionizado (C+). Crédito: ESA/NASA/JPL-Caltech.
La vida existe en una miríada de formas maravillosas pero si rompes cualquier organismo en sus partes más básicas, todo es lo mismo: átomos de carbono conectados con hidrógeno, oxígeno, nitrógeno y otros elementos. Pero cómo se formaron en el espacio estas sustancias fundamentales ha sido un misterio durante mucho tiempo.
Ahora los astrónomos entienden mejor cómo se forman las moléculas que son necesarias para construir otras sustancias químicas esenciales para la vida. Gracias a datos del observatorio espacial Herschel de la ESA, un equipo de científicos ha descubierto que la luz ultravioleta de las estrellas juega un papel clave en la creación de estas moléculas, y no los episodios que producen turbulencias, como se pensaba.
Los científicos han estudiado los ingredientes de la química del carbono en la nebulosa de Orión, la región de formación estelar más cercana a la Tierra que forma estrellas masivas. Cartografiaron la cantidad, temperatura y movimientos de la molécula de carbono-hidrógeno (CH), el ion positivo de carbono-hidrógeno (CH+) y su pariente, el ion de carbono (C+). Un ion es un átomo o molécula con un desequilibrio entre el número de electrones y el de protones, lo que produce la aparición de carga eléctrica.
Los datos de Herschel demuestran que las moléculas de CH+ muy probablemente fueron creadas por la emisión ultravioleta de estrellas muy jóvenes de la Nebulosa de Orión que, comparadas con el Sol, son más calientes y mucho más masivas y emiten mucha más luz ultravioleta. Cuando una molécula absorbe un fotón de luz, se «excita» y tiene más energía para reaccionar con otras partículas. En el caso de una molécula de hidrógeno, la molécula vibra, gira más rápido o ambas cosas cuando es golpeada por un fotón de luz ultravioleta. Cuando el hidrógeno interestelar se calienta debido a la luz ultravioleta de las estrellas grandes, los iones de carbono que se habían formado en un principio en las estrellas empiezan a reaccionar con el hidrógeno molecular, creando CH+. El CH+ acaba capturando un electrón para formar la molécula de CH neutro. «Es el principio de toda la química del carbono», afirma John Pearson (JPL). «Si quieres formar cualquier cosa más compleja, tienes que pasar por este camino».
Los discos de gas molecular denso dominan el crecimiento de los agujeros negros supermasivos. ¿Son las explosiones de supernova la clave?
17/10/2016 de ALMA
Una ilustración de gas siendo conducido hacia un agujero negro después de una explosión de supernova. La fuerte turbulencia producida por las explosiones de supernovas dentro de un disco de gas molecular denso en la región central de una galaxia perturba el movimiento estable del gas. Esto provoca que el gas fluya hacia el agujero negro supermasivo del centro. Crédito: The University of Tokyo.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Tokyo y otros colaboradores, ha descubierto que los discos de gas molecular denso de unos pocos cientos de años-luz de tamaño, situados en el centro de las galaxias, proporcionan gas a los agujeros negros supermasivos que se encuentran allí. Se trata de un descubrimiento importante para entender cómo crecen los agujeros negros supermasivos con el paso del tiempo cósmico.
Los agujeros negros supermasivos de más de un millón de veces la masa de nuestro Sol existen en los centros de muchas galaxias, pero cómo aparecieron no está claro. Además, se conocía la existencia de una correlación entre el ritmo al que se forman las estrellas en la regiones centrales de las galaxias y la cantidad de gas que se precipita al interior de los agujeros negros, haciendo que algunos científicos sugiriesen que la formación de estrellas alienta el crecimiento de los agujeros negros.
Ahora, un equipo de investigadores dirigido por Takuma Izumi (Universidad de Tokio) ha revelado por primera vez – con datos observacionales tomados por ALMA y otros telescopios – que los discos de gas molecular denso que ocupan regiones de hasta unos pocos años-luz en los centros de las galaxias están proporcionando gas directamente a los agujeros negros supermasivos. Los científicos también lograron explicar, con un modelo teórico, que los cambios (el balance entre gas introducido y gas expulsado) en los niveles de gas que observan eran resultado de un aumento en la cantidad de gas que se precipita hacia los agujeros negros dentro de los discos de gas alentado por la fuerte turbulencia generada por explosiones de supernova (una actividad asociada con la formación de estrellas) cuando mueren estrellas dentro del disco de gas.
Resuelven un misterio cósmico gracias a un mapa de vacíos y supercúmulos
17/10/2016 de University of Portsmouth / Astrophysical Journal Letters
El efecto de los vacíos y supercúmulos observado en zonas del fondo cósmico de microondas (CMB). Los fotones del CMB que han atravesado regiones vacías en promedio serán ligeramente más fríos que la media (panel izquierdo), y los procedentes de regiones de supercúmulos serán ligeramente más calientes (panel derecho). La escala de colores muestra la diferencia de temperaturas, siendo el azul más frío y el rojo más caliente. Los círculos muestran las regiones donde se espera que el efecto sea importante. Fuente: University of Portsmouth.
Un equipo de astrofísicos de la Universidad de Portsmouth ha creado el mayor mapa de vacíos y supercúmulos del Universo que ayuda a resolver un misterio cosmológico. El mapa de las posiciones de los vacíos (grandes espacios que contienen muy pocas galaxias) y de los supercúmulos (enormes regiones con muchas más galaxias de lo normal) puede ser utilizado para medir el efecto de la energía oscura sobre el «estiramiento» del Universo. Los resultados confirman las predicciones de las teoría de la gravitación de Einstein.
El director de la investigación, el Dr. Seshadri Nadathur, explica: «Hemos utilizado una técnica neva para medir con precisión el efecto que estas estructuras tienen sobre los fotones del fondo cósmico de microondas (CMB), la luz que quedó poco después del Big Bang, cuando las atraviesan. La luz del CMB viaja a través de estos vacíos y supercúmulos de camino hacia nosotros. Según la teoría general de la relatividad de Einstein, el efecto de estiramiento de la energía oscura produce un cambio diminuto en la temperatura de la luz del CMB, dependiendo de su lugar de procedencia. Los fotones de luz que pasan a través de vacíos deberían de verse ligeramente más fríos de lo normal y aquéllos que llegan de supercúmulos deberían de ser ligeramente más calientes. Es lo que se conoce con el nombre de efecto integrado de Sachs-Wolfe (ISW).
«Cuando este efecto fue estudiado por astrónomos de la Universidad de Hawái en 2008 utilizando un catálogo más antiguo de vacíos y cúmulos, el efecto parecía ser cinco veces mayor de lo predicho. Esto ha preocupado a los científicos durante mucho tiempo, así que nosotros lo volvimos a mirar con datos nuevos». Para crear el mapa de vacíos y supercúmuos, los investigadores de Portsmouth han utilizado más de 750 mil galaxias identificadas en el Sloan Digital Sky Survey. Esto les permitió obtener un catálogo de estructuras más de 300 veces mayor del que se había sido utilizado anteriormente. Luego emplearon simulaciones por computadora para predecir la intensidad del efecto ISW.
A diferencia del trabajo anterior, el nuevo resultado concuerda extremadamente bien con las predicciones de la teoría de la gravedad de Einstein. Pero también dejan sin explicación una estructura particular del CMB conocida como la Mancha Fría. «Se ha sugerido que la Mancha Fría podría deberse al efecto ISW de un gigantesco ‘supervacío’ que ha sido observado en esa región del espacio. Pero si la gravitación de Einstein es correcta, el supervacío no es suficientemente grande para explicar la Mancha Fría».
Preparados para el Planeta Rojo
17/10/2016 de ESA
La ExoMars Trace Gas Orbitery su sonda de demostración de entrada, descenso y aterrizaje Schiaparelli, acercándose a Marte. Esta previsto que Schiaparelli penetre en la atmósfera marciana el 19 de octubre, mientras TGO se coloca en órbita alrededor de Marte. Crédito: ESA/ATG medialab.
Esta semana, ExoMars de ESA tiene una sola oportunidad de ser capturada por la gravedad de Marte. La nave espacial y los controladores de misión que lo harán posible ya están preparados.
La misión ExoMars Trace Gas Orbiter es una misión de varios años de duración que pretende estudiar el metano y otros gases presentes con niveles bajos en la atmósfera de Marte, que podrían ser prueba de actividad biológica o geológica. La nave nodriza de 3.7 toneladas de peso transporta la sonda de aterrizaje Schiaparelli, de 577 kg, que probará tecnologías clave que prepararán la misión del róver de la ESA de 2020.
La pareja ha casi concluido su viaje de 496 millones de kilómetros y ahora inicia una fase crítica, empezando por la separación con éxito ayer de la sonda, que ha comenzado a descender hacia el planeta, cuya superficie alcanzará el próximo miércoles, al tiempo que la nave principal empieza a rodear Marte.
Puede seguir las últimas actualizaciones de la misión via Twitter de @esaoperations, @ESA_ExoMars, @ESA_TGO y @ESA_EDM, y con el hashtag #ExoMars.
Urano podría tener dos lunas por descubrir
24/10/2016 de JPL / The Astronomical Journal
Imagen en falso color de Urano tomada por el telescopio espacial Hubble de NASA en agosto de 2003. El brillo de los débiles anillos y lunas del planeta ha sido intensificado para que puedan apreciarse. Crédito: NASA/Erich Karkoschka (Univ. Arizona).
La nave Voyager 2 de NASA pasó por Urano hace 30 años pero los investigadores todavía están realizando descubrimientos con los datos que tomó entonces. Un nuevo estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Idaho sugiere que podría haber dos diminutas lunas todavía por descubrir cerca de dos de los anillos del planeta.
Rob Chancia (Universidad de Idaho) observó patrones clave en los anillos mientras examinaba las imágenes de los anillos helados de Urano tomadas por Voyager 2 en 1986. Le llamó la atención que la cantidad de material del borde del anillo alfa, uno de los anillos múltiples más brillantes de Urano, variaba periódicamente. Un patrón parecido, más prometedor, se producía en la misma parte del anillo beta vecino.
“Cuando observas ese patrón en lugares diferentes del anillo, la longitud de onda es distinta, lo que apunta a que algo cambia a lo largo del anillo. Hay algo que está rompiendo la simetría”, comenta Matt Hedman (Universidad de Idaho).
Los investigadores estiman que el tamaño hipotético de las lunas de los anillos de Urano sería de entre 4 y 14 kilómetros de diámetro, tan pequeñas como algunas lunas identificadas en Saturno, pero más pequeñas que las lunas conocidas de Urano. Las lunas uranianas son especialmente difíciles de observar porque sus superficies están cubiertas de material oscuro.
Seguimiento a largo plazo y en alta resolución de erupciones en la luna Io de Júpiter
24/10/2016 de UC Berkeley / Icarus
Imagen en alta resolución de Io que muestra puntos calientes (Loki Patera y Amaterasu Patera) visibles desde la Tierra solo con óptica adaptativa instalada en los telescopios más grandes del planeta, Keck y Gemini. Crédito: UC Berkeley.
La luna Io de Júpiter continúa siendo el cuerpo volcánico más activo del Sistema Solar, tal como ha quedado documentado en la serie más larga de observaciones frecuentes en alta resolución de la emisión termal de la luna.
Utilizando la óptica adaptativa en el infrarrojo cercano instalada en dos de los telescopios más grandes del mundo (el Keck de 10m y el Gemini North de 8m), astrónomos de UC Berkeley han seguido 48 zonas calientes volcánicas en la superficie de Io durante un periodo de 29 meses, entre agosto de 2013 y finales de 2015. Sin la óptica adaptativa (una técnica que elimina el emborronamiento atmosférico y crea una imagen nítida), Io es una simple bola borrosa. La óptica adaptativa puede distinguir estructuras separadas sólo unos pocos cientos de kilómetros en la superficie de Io, que tiene 3600 kilómetros de diámetro.
Algunas de las erupciones parecen progresar por la superficie con el paso del tiempo, como si cada una iniciara otra a 500 km de distancia. “Aunque es un desafío para la imaginación pensar en un mecanismo que pueda operar a distancias de 500 kilómetros, el volcanismo de Io es mucho más extremo que nada de lo que hay en la Tierra y continúa asombrándonos”, comenta Katherine de Kleer (UC Berkeley).
Los investigadores observaron un sorprendente número de erupciones intensas pero de duración corta, que aparecían de repente y desaparecían en cuestión de días, todas ellas en el hemisferio posterior de Io y no en el delantero, como preveían los modelos teóricos, y a latitudes más altas que la mayoría de las erupciones típicas.
La curiosa inclinación del Sol apunta a la presencia de un planeta todavía por descubrir
24/10/2016 de Caltech / Astrophysical Journal
Esta ilustración artística muestra al Planeta Nueve con el Sol en la distancia. Se piensa que el planeta es gaseoso, parecido a Urano y Neptuno. Crédito: Caltech/R. Hurt (IPAC).
El Planeta Nueve, el planeta todavía no descubierto situado en el borde del Sistema Solar que fue predicho por Konstantin Batygin y Mike Brown en enero de 2016, parece ser el responsable de la inclinación inusual del Sol, según un estudio nuevo.
“Como el Planeta Nueve es tan grande y tiene una órbita inclinada respecto de los otros planetas, el Sistema Solar no tiene más remedio que perder lentamente su alineación”, afirma Elisabeth Baily (Caltech).
Todos los planetas del Sistema Solar están en órbita respecto del Sol en un mismo plano, a menos de dos grados unos de otros. Sin embargo, ese plano gira con una inclinación de seis grados respecto del Sol, dando la impresión de que el propio Sol está tumbado con un cierto ángulo. Hasta ahora nadie había encontrado una explicación para este fenómeno.
Brown y Batygin hallaron pruebas posibles de que el Sol es orbitado por un planeta que aún no ha sido visto, de unas 10 veces el tamaño de la Tierra y con una órbita unas 20 veces más alejada del Sol en promedio que la de Neptuno. Según sus cálculos, el Planeta Nueve parece estar en órbita a unos 30 grados de separación del plano orbital de los demás planetas, afectando además a las órbitas de una gran población de objetos del Cinturón de Kuiper, que fue lo que hizo que Brown y Batygin sospecharan inicialmente acerca de la existencia de este planeta.
Flujos de lava activos recientemente en el flanco oriental de Iddun Mons en Venus
24/10/2016 de DLR
Modelo de elevación de Idunn Mons, en Venus, un volcán que tiene un diámetro de 200 kilómetros en su base. Crédito: NASA/JPL-Caltech/ESA.
Los datos obtenidos en el infrarrojo cercano por la misión Venus Express de la Agencia Espacial Europea (ESA) en este planeta gemelo en tamaño a la Tierra, han permitido detectar anomalías en el flanco este de Idunn Mons, un volcán con un diámetro de 200 km en su base, situado en el hemisferio sur de Venus. Estas anomalías constituyen una indicación de vulcanismo geológicamente reciente en esta área.
“Con nuestra técnica nueva podemos combinar los datos en el infrarrojo con imágenes de radar de mucha más alta resolución de la misión Magellan, que estuvo en órbita alrededor de Venus desde 1990 a 1992. Es la primera vez que, combinando los datos de dos misiones diferentes, podemos realizar un mapa geológico de alta resolución de una estructura volcánica activa recientemente en la superficie de un planeta que no es la Tierra”, comenta Piero D’Incecco (DLR).
La nave Mars Reconnaisance Orbiter observa el lugar de aterrizaje de Schiaparelli
24/10/2016 de ESA
Observación del lugar de aterrizaje de Schiaparelli captada por Mars Reconnaissance Orbiter. Crédito: NASA/JPL-Caltech/MSSS.
La nave Mars Reconnaisance Orbiter ha identificado marcas nuevas sobre la superficie del Planeta Rojo que se piensa que están relacionadas con el módulo de demostración de tecnología de entrada, descenso y aterrizaje Schiaparelli, de la misión ExoMars de ESA.
Schiaparelli penetró en la atmósfera marciana a las 14:42 GMT del pasado 19 d octubre, iniciando un descenso de 6 minutos hasta la superficie, pero se perdió el contacto poco antes del momento de aterrizaje previsto. Los datos registrados por su nave nodriza, la Trace Gas Orbiter, están siendo analizados para comprender qué ocurrió durante la secuencia de descenso. Mientras, la cámara de baja resolución CTX a bordo de Mars Reconnaissance Orbiter (MRO) tomó imágenes del lugar esperado de aterrizaje en Meridiani Planum el 20 de octubre como parte de una campaña prevista de toma de imágenes.
La instantánea publicada tiene una resolución de 6 metros por pixel y muestra dos nuevas estructuras sobre la superficie cuando es comparada con una imagen tomada con la misma cámara en mayo de este año.
Una de las estructuras es brillante y podría tratarse del paracaídas de 12 metros de diámetro utilizado en la segunda fase del descenso de Schiaparelli, después de la entrada inicial con el escudo térmico. El paracaídas y el escudo trasero asociado fueron eyectados por Schiaparelli antes de la fase final, durante la cual sus nueve motores la deberían de haber frenado, deteniéndola justo sobre la superficie.
Las estimaciones indican que Schiaparelli cayó desde una altura de entre 2 y 4 kilómetros, impactando por tanto a una velocidad considerable, mayor de 300 km/h. El gran tamaño de la estructura podría deberse a material de la superficie esparcido por el choque. También es posible que la sonda explotara al colisionar, ya que los tanques de combustible de sus motores estaban probablemente todavía llenos.
Descubren misteriosos objetos cósmicos con erupciones en rayos X
25/10/2016 de Chandra / Nature
Esa imagen muestra la posición de una fuente notable que sufre explosiones en rayos X que no se parecen a nada conocido. Junto con otra fuente similar encontrada en una galaxia diferente, estos objetos puede que representen un fenómeno enteramente nuevo. Crédito: NASA/CXC/UA/J.Irwin et al.
Un equipo de astrónomos ha encontrado una pareja de objetos cósmicos extraordinarios que sufren dramáticas explosiones en rayos X. Este descubrimiento, conseguido con los observatorios de rayos X Chandra de NASA y XMM-Newton de ESA, puede representar una nueva clase de fenómenos explosivos encontrada en el espacio.
Las misteriosas fuentes de rayos X se iluminan y se convierten en cien veces más brillantes en menos de un minuto, antes de regresar a sus niveles originales de rayos X después de una hora. En el máximo, estos objetos pueden clasificarse como fuentes ultraluminosas de rayos X que emiten entre cientos y miles de veces más rayos X que los sistemas binarios típicos en los que una estrella se halla en órbita alrededor de un agujero negro o estrella de neutrones. «Nunca habíamos visto nada así», explica Jimmy Irwin (University de Alabama), que ha dirigido el estudio.
Aunque los magnetares – estrellas de neutrones jóvenes con potentes campos magnéticos – se sabe que producen destellos rápidos y brillantes en rayos X, estos objetos recién descubiertos son diferentes en aspectos clave. Primero, los magnetares sólo tardan entre unos pocos segundos y decenas de segundos en disminuir los niveles de rayos X después de la explosión. Segundo, estos nuevos objetos se encuentran en poblaciones de estrellas viejas en galaxias elípticas, galaxias con forma de huevo que están compuestas principalmente por estrellas viejas. Esto hace poco probable que los objetos nuevos sean jóvenes, en términos astronómicos, como se piensa que lo son los magnetares. Además, son más brillantes en rayos X durante sus periodos «de tranquilidad».
Aunque la naturaleza de estas fuentes es desconocida, los astrónomos han empezado a buscar respuestas. Una es que los destellos representan episodios en los que la materia robada a una estrella compañera cae rápidamente dentro de un agujero negro o una estrella de neutrones. Esto podría ocurrir cuando la compañera se acerca mucho al objeto compacto en una órbita excéntrica. Otra explicación estaría relacionada con materia precipitándose hacia un agujero negro de masa intermedia, con una masa de 800 veces la del Sol en un caso y de 80 veces la del Sol en el otro de los dos casos descubiertos.
El descubrimiento de una binaria binaria pone en duda lo que pensamos sobre la formación del Sistema Solar
25/10/2016 de University of Florida / Astronomical Journal
Ilustración que muestra una estrella con dos compañeros gigantes en órbita, un planeta gigante y una enana marrón, muy cercanos a ella. La estrella forma parte a su vez de un sistema binario junto con otra estrella más pequeña. Fuente: Universidad de Florida.
Todo lo que sabemos acerca de la formación de los sistemas solares podría estar equivocado, afirman el profesor de astronomía de la Universidad de Florida Jian Ge y su postdoc Bo Ma. Han descubierto las primeras binarias binarias, dos compañeros masivos (un planeta gigante y una enana marrón, o estrella «fallida») alrededor de una estrella que a su vez se encuentra en un sistema binario con otra estrella. La primera, llamada MARVELS-7a, tiene 12 veces la masa de Júpiter, mientras que la segunda, MARVELS-7b, tiene 57 veces la masa de Júpiter.
Los astrónomos piensan que los planetas de nuestro Sistema Solar se formaron a partir del colapso de una nube gaseosa con forma de disco con nuestro planeta mayor, Júpiter, protegido de los planetas interiores por el cinturón de asteroides. En el nuevo sistema binario, HD 87646, los dos compañeros gigantes están cerca de la masa mínima para quemar deuterio e hidrógeno, lo que significa que han acumulado mucho más polvo y gas del que puede proporcionar un disco colapsado típico de gas y polvo. Probablemente se formaron a través de otro mecanismo. La estabilidad del sistema, a pesar de tener estos objetos masivos tan cerca uno del otro, crea preguntas nuevas sobre cómo se forman los discos protoplanetarios.
La estrella primaria de HD 8764 es un 12 por ciento más masiva que nuestro Sol, pero se encuentra a sólo 22 unidades astronómicas (aproximadamente la distancia del Sol a Urano en nuestro sistema solar) de la secundaria, una estrella que es un 10 por ciento menos masiva que nuestro Sol. Una unidad astronómica es la distancia promedio entre el centro de nuestra Tierra y el Sol, y en términos cósmicos se trata de una distancia muy pequeña. Dentro de este corto espacio, dos planetas gigantes compañeros están en órbita alrededor de la estrella primaria a 0.1 y 0.5 unidades astronómicas. Nuestra teoría actual de cómo se forman los sistemas solares no puede explicar la presencia estable de estos grandes objetos compañeros.
Noches nubladas, días soleados en lejanos jupíteres calientes
25/10/2016 de JPL / Astrophysical Journal
Esta ilustración representa como vería los jupíteres calientes de diferentes temperaturas y nubes con distintas composiciones una persona que volara sobre la cara diurna de estos planetas en una nave espacial, en base a modelos por computadora. Crédito: NASA/JPL-Caltech/University of Arizona/V. Parmentier.
La previsión meteorológica para planetas lejanos abrasadores llamados «jupíteres calientes» podría ser más o menos así: noches nubladas y días soleados, con máximas de unos 1300 ºC.
Estos mundos misteriosos están demasiado lejos para que podamos ver nubes en sus atmósferas. Pero un estudio reciente empleando el telescopio espacial Kepler de NASA y técnicas de modelización por computadora encuentra pistas acerca de dónde pueden reunirse estas nubes y de qué están hechas.
Los jupíteres calientes se hallan en órbita tan cerca alrededor de sus estrellas que están como perpetuamente a la parrilla. Y aunque esto podría desanimar a los turistas galácticos, para el estudio representa un importante avance en la comprensión de la estructura de las atmósferas alienígenas.
Los jupíteres calientes están sincronizados por fuerzas de marea con la estrella, de modo que siempre es la misma cara del planeta la que está dirigida hacia el sol y la otra siempre está en oscuridad. En la mayoría de los casos, la cara «diurna» carecería de nubes y la cara «nocturna»tendría muchas nubes, quedando cielos parcialmente cubiertos en la zona intermedia, según muestra el estudio.
Los científicos crearon inicialmente varios jupíteres idealizados por computadora, empleando modelos de circulación atmosférica global, versiones más sencillas que el tipo de modelos por computadora utilizados para simular el clima de la Tierra. Encontraron que en los mundos más calientes existen potentes vientos que empujan hacia el este la parte más caliente de la atmósfera, la que está libre de nubes. «Afirmamos que la parte occidental de la cara diurna del planeta es más nubosa que la parte oriental», comenta Vivien Parmentier (Universidad de Arizona), directora del estudio.
Predicen el posible lugar de nacimiento del cometa 67P estudiado por Rosetta
25/10/2016 de Western University
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Utilizando análisis estadísticos y computación científica, un equipo de astrónomos ha cartografiado el camino que con mayor probabilidad señala hacia los propios orígenes del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, información vital para descubrir de qué material está hecho y durante cuánto tiempo ha estado presente en nuestro Sistema Solar.
«Estos resultados proceden del cálculo de la órbita del cometa desde el presente hacia el pasado, algo computacionalmente difícil debido a la caoticidad de la órbita causada por encuentros cercanos con Júpiter», comenta Mattia Galiazzo (Western University). «Así que los detalles son oscuros pero podemos determinar un camino dinámico desde su órbita actual hasta el Cinturón de Kuiper».
Galiazzo y su colaborador Paul Wiegert piensan que 67P/Churyumov-Gerasimenko es relativamente nuevo en las zonas interiores del nuestro Sistema Solar, habiendo llegado hace sólo 10 000 años. Antes de eso, el cometa habría permanecido inactivo en estado congelado lejos del Sol. Estudios anteriores demuestran que cometas parecidos (conocidos como la familia de cometas de Júpiter) históricamente permanecen en las partes internas de nuestro Sistema Solar durante 12 000 años, y que por tanto tiene sentido reconocer a 67P/Churyumov-Gerasimenko como miembro de la familia de Júpiter.
La mayoría de los cometas de la familia de Júpiter se piensa que proceden del Cinturón de Kuiper, una agrupación con forma de anillo de cometas, asteroides y otros cuerpos espaciales del Sistema Solar más alejados que los planetas conocidos, y Galiazzo y Wiegert, basándose en el análisis inicial de su investigación, piensan que esto también se aplica en el caso de 67P/Churyumov-Gerasimenko.
La imagen con más resolución de Eta Carinae
26/10/2016 de ESO
Este mosaico muestra la nebulosa Carina (parte izquierda de la imagen), hogar del sistema estelar Eta Carinae. Esta parte fue observada con el instrumento Wide Field Imager, instalado en el telescopio MPG/ESO de 2,2 metros, en el Observatorio La Silla. La parte central muestra los alrededores de la estrella: la nebulosa del Homúnculo, creada por el material expulsado desde el sistema Eta Carinae.Esta imagen fue tomada con el instrumento de óptica adaptativa del infrarrojo cercano NACO, instalado en el Very Large Telescope de ESO. La imagen de la derecha muestra la parte más interna del sistema vista por el interferómetro VLTI (Very Large Telescope Interferometer). Es la imagen con mayor resolución obtenida hasta ahora de Eta Carinae. Crédito: ESO/G. Weigelt.
Un equipo internacional de astrónomos ha utilizado el interferómetro VLTI (Very Large Telescope Interferometer) para obtener la imagen con más detalle jamás lograda del sistema estelar Eta Carinae. El equipo encontró nuevas e inesperadas estructuras en el interior del sistema binario, incluso en la zona que hay entre las dos estrellas, donde chocan vientos estelares a velocidades extremadamente altas. Esta nueva información sobre el interior de este enigmático sistema estelar podría conducir a una mejor comprensión de la evolución de las estrellas muy masivas.
Este colosal sistema binario consta de dos estrellas que se orbitan mutuamente y es muy activo, produciendo vientos estelares que viajan a velocidades de hasta 10 millones de kilómetros por hora. La zona que hay entre las dos estrellas, donde chocan los vientos de cada estrella, es muy turbulenta, pero hasta ahora no había podido ser estudiada.
El área central de la zona donde chocan los vientos es tan comparativamente pequeña (mil veces más pequeña que la nebulosa del Homúnculo) que ni los telescopios espaciales ni los basados en tierra han sido capaces, hasta ahora, de obtener imágenes detalladas. El equipo ha utilizado la extraordinaria capacidad de resolución del instrumento AMBER, instalado en el VLTI, para asomarse a este reino violento por primera vez. Una combinación inteligente — un interferómetro — de tres de los cuatro Telescopios Auxiliares del VLT logró aumentar en diez veces la capacidad de resolución (si lo comparamos con el uso de una Unidad de Telescopio del VLT). El resultado fue la imagen con mayor resolución jamás obtenida del sistema, lo que proporcionó datos inesperados sobre su estructura interna.
La nueva imagen obtenida por el VLTI nos muestra claramente la estructura que existe entre las dos estrellas de Eta Carinae. Se observó una inesperada estructura en forma de abanico allí donde el salvaje viento de la estrella más pequeña y caliente choca con el viento más denso de la estrella más grande de la pareja.
Titán experimenta cambios estacionales drásticos
26/10/2016 de Europlanet
A medida que Titán se aproxima al solsticio de verano en su hemisferio norte, la nave espacial Cassini ha revelado cambios estacionales drásticos en la temperatura y composición atmosféricas de la mayor luna de Saturno. El invierno está conquistando el hemisferio sur y se ha desarrollado un fuerte vórtice, enriquecido con gases traza, en la alta atmósfera sobre el polo sur. Estas observaciones muestran una inversión polar en la atmósfera de Titán desde la llegada de Cassini a Saturno en 2004, cuando fueron observadas estructuras similares en el hemisferio norte.
“La larga misión de Cassini y sus visitas frecuentes a Titán nos han permitido observar el patrón de cambios estacionales en Titán con detalle exquisito, por vez primera”, señala la Dra. Athena Coustenis (Observatoire de Paris). “Llegamos a mitad del invierno en el norte y ahora tenemos la oportunidad de monitorizar la respuesta atmosférica de Titán durante dos estaciones completas. Desde el equinoccio, cuando ambos hemisferios han recibido la misma cantidad de calor del Sol, hemos observado cambios rápidos”, comenta Coustenis.
El calor ha circulado por la atmósfera de Titán a través de un ciclo en el que gases calientes se elevan desde el polo estivo y gases fríos descienden sobre el polo invernal. Las observaciones de Cassini mostraron una inversión a gran escala de este sistema inmediatamente después del equinoccio de 2009.
Los hemisferios de Titán han respondido de modos diferentes a estos cambios estacionales. Los efectos invernales han provocado una caída en la temperatura de 40 ºC en la estratosfera polar sur durante los últimos cuatro años. Esto contrasta con el calentamiento mucho más gradual del hemisferio norte, donde las temperaturas permanecieron estables durante los inicios de la primavera y han exhibido un aumento de 6 ºC sólo desde 2014. Pocos meses después del equinoccio, el vórtice de la estratosfera sobre el polo sur se había hecho muy prominente, así como un “punto caliente” que se halla a gran altitud. Las estructuras correspondientes del hemisferio norte habían desaparecido casi por completo en 2011.
Psyche: descubrimientos inesperados en un mundo de metal
26/10/2016 de University of Arizona / The Astronomical Journal
Ilustración de artista de una nave espacial en Psyche, una misión propuesta dentro del programa Discovery de NASA que exploraría el enorme asteroide de metal desde órbita. Crédito: NASA/JPL-Caltech.
Un equipo de astrónomos ha hallado pruebas de la presencia de agua en la superficie del mayor asteroide metálico del Sistema Solar. De nombre 16 Psyche, el objeto es uno de los más masivos del Cinturón de Asteroides, con un diámetro de 300 km, y una composición que es de metal níquel-hierro casi puro. Se piensa que es el núcleo de un embrión planetario que fue destruido casi por completo por impactos hace miles de millones de años.
Observaciones anteriores no habían mostrado pruebas de agua en su superficie. Pero en una nueva investigación Vishnu Reddy (Universidad de Arizona) afirma haber encontrado en observaciones del Infrared Telescope Facility de NASA nuevas pruebas de la presencia de volátiles como agua o hidroxilo (un radical libre compuesto por un átomo de hidrógeno enlazado con un átomo de oxígeno) sobre la superficie de Psyche. En la atmósfera de la Tierra, el hidroxilo es extremadamente reactivo y ayuda a eliminar muchos compuestos químicos. Por ello también es conocido como “el detergente de la atmósfera”.
“No esperábamos que un asteroide metálico como Psyche estuviera cubierto de agua y/o hidroxilo”, comenta Reddy. “Los asteroides ricos en metales como Psyche se piensa que se han formado bajo condiciones secas sin la presencia de agua ni de hidroxilo, así que al principio estábamos perplejos ante nuestras observaciones”.
Aunque el origen de esta agua en Psyche sigue siendo un misterio, Reddy y sus colaboradores proponen dos posibles mecanismos de formación. “Pensamos que el agua que vemos en Psyche podría haber sido llevada a su superficie por asteroides carbonáceos que chocaron contra él en un pasado lejano”, según Reddy. “Nuestro descubrimiento de carbono y agua sobre un asteroide que se supone que no debería de tener estos componentes apoya la idea de que estos ladrillos de la vida podrían haber sido transportados a nuestra Tierra al principio de la historia de nuestro Sistema Solar”. Otra explicación es que el hidroxilo podría ser producto de la interacción entre el viento solar y minerales con silicatos sobre la superficie de Psyche.
Encontrado el disco de formación de planetas más viejo
26/10/2016 de Carnegie / The Astrophysical Journal Letters
Un grupo de científicos ciudadanos y astrónomos profesionales ha unido fuerzas para realizar descubrimientos en un lugar poco habitual. Han hallado una estrella rodeada del disco circunestelar más viejo conocido, un anillo primordial de gas y polvo que está en órbita alrededor de una estrella joven y del cual pueden formarse planetas por colisión y acumulación del material.
Los astrónomos, dirigidos por Steven Silverbeg (Universidad de Oklahoma), dicen haber identificado una nueva estrella enana roja con un disco circunestelar caliente, del tipo asociado con los sistemas planetarios jóvenes. Los discos circunestelares alrededor de enanas rojas como este son ya de entrada raros, pero esta estrella, llamada AWI0005x3s, parece haber mantenido su disco durante un tiempo excepcionalmente largo.
«La mayoría de los discos de este tipo desaparecen en menos de 30 millones de años», comenta Silverbeg. «Esta enana roja en particular es una candidata a formar parte de la asociación estelar de Carina, lo que le atribuye una edad de alrededor de 45 millones de años (como el resto de estrellas del grupo). Es el sistema de enana roja con un disco más viejo que hemos observado en una de estas asociaciones».
Determinar la edad de una estrella puede ser difícil o imposible. Pero la asociación de Carina, donde se encontró esta enana roja, es un grupo de estrellas cuyos desplazamientos por la Galaxia indican que nacieron todas aproximadamente al mismo tiempo en el mismo vivero estelar.
“Es sorprendente ver un disco circunestelar alrededor de una estrella que puede tener 45 millones de años de edad, porque normalmente esperamos que estos discos se disipen en unos pocos millones de años”, explica Jonathan Gagné (Carnegie Institution). “Serán necesarias más observaciones para determinar si la estrella es realmente tan vieja como sospechamos, y si resulta serlo, se convertirá seguro en banco de pruebas para comprender los periodos de vida de los discos”.
El telescopio VLT de ESO detecta inesperados halos gigantes alrededor de distantes cuásares
27/10/2016 de ESO / Astrophysical Journal
Este mosaico muestra 18 de los 19 cuásares observados por un equipo internacional de astrónomos, liderado por el ETH Zúrich (Suiza). Cada cuásar observado está rodeado por un brillante halo de gas. Es la primera vez que un sondeo de cuásares muestra este tipo de halos brillantes alrededor de todos los cuásares observados. Crédito: ESO/Borisova et al.
Un equipo internacional de astrónomos ha descubierto brillantes nubes de gas alrededor de cuásares distantes. Esta es la primera vez que todos los cuásares de un sondeo han mostrado estos halos, cuyas firmas inconfundible fueron recogidas por el instrumento MUSE, instalado en el Very Large Telescope de ESO. Las propiedades de los halos de este sorprendente hallazgo están también en notable desacuerdo con las teorías actualmente aceptadas de la formación de la galaxia en el universo temprano.
Una colaboración internacional de astrónomos, liderada por un grupo del ETH (Swiss Federal Institute of Technology, Instituto Federal Suizo de Tecnología) en Zúrich (Suiza), ha utilizado las capacidades únicas del instrumento MUSE, instalado en el telescopio VLT (Very Large Telescope), en el Observatorio Paranal de ESO, para estudiar el gas que se encuentra alrededor de distantes galaxias activas, menos de 2.000 millones de años después del Big Bang. Estas galaxias activas, llamadas cuásares, contienen agujeros negros supermasivos en sus centros, los cuales consumen estrellas, gas y otros materiales a una velocidad extremadamente alta. Esto, a su vez, provoca que el centro de la galaxia emita enormes cantidades de radiación, haciendo de los cuásares los objetos más luminosos y activos del universo.
Se estudiaron 19 cuásares, seleccionados entre los más brillantes que son observables con MUSE. Estudios anteriores demostraron que alrededor del 10% de todos los cuásares estudiados estaban rodeados por halos compuestos de un gas conocido como medio intergaláctico (WHIM por sus siglas en inglés, Warm–Hot Intergalactic Medium). Estos halos se extienden hasta 300.000 años luz de distancia de los centros de los cuásares. Este nuevo estudio, sin embargo, ha desvelado una sorpresa al haber detectado grandes halos alrededor de los 19 cuásares observados — muchos más que los dos halos que, por estadística, se esperaban observar. El equipo sospecha que esto se debe al enorme aumento en la capacidad de observación de MUSE con respecto a instrumentos similares anteriores, pero será necesario llevar a cabo más observaciones para determinar si éste es el caso.
Los 19 halos recién detectados también revelaron otra sorpresa: están formados por gas intergaláctico relativamente frío, a aproximadamente 10.000 grados centígrados. Esta revelación entra en conflicto con los modelos actualmente aceptados sobre la estructura y la formación de las galaxias, que sugiere que el gas, estando tan cerca de las galaxias, debería tener temperaturas de más de un millón de grados.
Pillan un joven sistema estelar en el momento de crear múltiples estrellas cercanas
27/10/2016 de NRAO / Nature
Imagen de ALMA del sistema L1448 IRS3B con dos estrellas jóvenes en el centro y una tercera alejada de ellas. La estructura espiral del disco de polvo que las rodea indica inestabilidad del disco, según los astrónomos. Crédito: Bill Saxton, ALMA (ESO/NAOJ/NRAO), NRAO/AUI/NSF.
Por primera vez, un equipo de astrónomos ha observado un disco polvoriento de material alrededor de una estrella que está fragmentándose en un sistema múltiple. Los científicos sospechaban de la existencia de un proceso así, causado por inestabilidades gravitatorias, pero observaciones nuevas con ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array) y VLA (Karl G. Jansky Very Large Array) han mostrado el proceso en acción.
«Este trabajo nuevo apoya directamente la conclusión de que hay dos mecanismos que producen sistemas múltiples de estrellas: la fragmentación de discos circunestelares, como el que vemos aquí, y la fragmentación de la nube de gas y polvo mayor a partir de la cual se forman las estrellas jóvenes», comenta John Tobin (University of Oklahoma y Leiden Observatory).
Las estrellas se forman en nubes gigantes de gas y de polvo, cuando el material tenue de las nubes colapsa gravitacionalmente formando núcleos más densos que empiezan a atraer material adicional hacia su interior. El material que cae forma un disco en rotación alrededor de la joven estrella. Al final, la estrella reúne masa suficiente para alcanzar las temperaturas y presiones en su centro que dispararán las reacciones termonucleares.
Los estudios anteriores habían indicado que los sistemas de estrellas múltiples tienden a tener estrellas compañeras relativamente cerca, a unas 500 veces la distancia de la Tierra al Sol, o significativamente separadas entre sí, más de 1000 veces dicha distancia. Los astrónomos concluyeron que las diferencias en distancia son resultado de distintos mecanismos de formación. Los sistemas más separados, decían que se forman cuando los fragmentos más grandes de la nube sufren turbulencias, y observaciones recientes han corroborado esa idea.
Los sistemas más cercanos se pensaba que son producto de la fragmentación del disco más pequeño que rodea a una joven protoestrella, pero esa conclusión estaba basada principalmente en la relativa proximidad entre las estrellas compañeras. «Ahora hemos visto esa fragmentación del disco en marcha», afirma Tobin.
«Breakthrough Listen» buscará señales de vida inteligente alrededor de una estrella extraña
27/10/2016 de UC Berkeley
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La estrella de Tabby ha provocado tanto interés durante el año pasado, con especulaciones sobre si alberga una civilización altamente avanzada capaz de construir megaestructuras en órbita para captar la energía de la estrella que el proyecto Breakthrough Listen de UC Berkeley está dedicando horas de tiempo de observación del radiotelescopio Green Bank para ver si puede detectar señales de extraterrestres inteligentes.
«El programa Breakthrough Listen tiene el equipo SETI más potente del planeta y acceso a los telescopios más grandes del mundo», afirma Andrew Siemion (Berkeley SETI Research Center). «Podemos mirar con mayor sensibilidad y en un intervalo de tipos de señales más amplio que cualquier otro experimento del mundo».
«Todo el mundo, todos los telescopios del programa SETI, todo astrónomo con un tipo de telescopio que pueda ver a cualquier longitud de onda la estrella de Tabby, la ha observado», comenta. «Ha sido escudriñada con el Hubble, con el Keck, en el infrarrojo y en radio y en altas energías y en cualquier modo posible que puedas imaginar, incluyendo un conjunto completo de experimentos SETI. No se ha encontrado nada».
Aunque Siemion y sus colaboradores son escépticos acerca de que el comportamiento único de la estrella sea un indicador de una civilización avanzada, no pueden no mirar. Se han unido con los astrónomos Jason Wright y Tabetha Boyajian (de quien recibe su nombre la estrella) para observarla con instrumentos sofisticados que el equipo de Breakthrough Listen ha montado recientemente sobre el telescopio de 100 m de diámetro. Las observaciones serán de ocho horas durante tres noches seguidas, empezando ayer 26 de octubre, lo que supondrá alrededor de 1 petabyte de datos en cientos de millones de canales de radio individuales.
Preferentemente planetas del tamaño de la Tierra con mucha agua
27/10/2016 de Universität Bern / Astronomy and Astrophysics
Ilustración de planetas del tamaño de la Tierra en órbita alrededor de una estrella enana roja. Crédito: NASA, ESA y G. Bacon (STScI).
Simulaciones por computadora realizadas por astrofísicos de la Universidad de Berna sobre la formación de planetas en órbita dentro de la zona habitable de estrellas de poca masa, como Proxima Centauri, muestran que estos planetas es muy probable que tengan aproximadamente el tamaño de la Tierra y contengan grandes cantidades de agua.
En agosto de 2016 el anuncio del descubrimiento de un exoplaneta terrestre en órbita en la zona habitable de Proxima Centauri estimuló la imaginación de los expertos y del público general. Este hallazgo, junto con el de otro planeta similar en mayo de 2016 en órbita alrededor de una estrella con menos masa aún (Trappist-1) convenció a los astrónomos de que estas estrellas enanas rojas pueden albergar una gran población de planetas como la Tierra.
Ahora investigadores de la Universidad de Berna han realizado las primeras simulaciones por computadora de la formación de la población de planetas esperada en órbita alrededor de estrellas diez veces menos masivas que el Sol. «Nuestros modelos han tenido éxito a la hora de reproducir planetas que son similares en términos de masa y periodo a los observados recientemente», explica Yann Alibert. «Es interesante que encontremos que los planetas en órbitas cercanas alrededor de este tipo de estrellas tengan tamaños pequeños. Típicamente tienen entre 0.5 y 1.5 veces el radio de la Tierra, con un pico a 1.0 radios de la Tierra».
Además los investigadores determinaron el contenido en agua de los planetas en órbita alrededor de su pequeña estrella dentro de la zona habitable. Encontraron que, considerando todos los casos, alrededor de un 90% de los planetas albergan más de un 10% de agua. En comparación, la Tierra posee una fracción de agua de solo 0.02%. Así que muchos de estos planetas alienígenas son literalmente mundos de agua comparados con el nuestro. La situación puede ser aún más extrema si los discos protoplanetarios en los que se forman estos planetas duran más tiempo de lo asumido en los modelos. En cualquier caso, estos planetas estarían cubiertos por océanos muy profundos en el fondo de los cuales, debido a la enorme presión, el agua se encontraría en forma de hielo.
Las misiones de NASA cosechan un aluvión de estrellas “calabaza”
28/10/2016 de NASA / Astrophysical Journal
Ilustración de artista que muestra una comparación entre la más extrema de las “estrellas calabaza” encontradas con Kepler y Swift y el SOl. Ambas estrellas se muestran a escala. KSw 71 es mayor, más fría y más roja que el Sol y gira cuatro veces más rápido. El giro hace que la estrella se aplane y tome forma de calabaza, con polos más brillantes y un ecuador más oscuro. La rotación rápida también produce niveles mayores de actividad estelar como manchas estelares, fulguraciones y prominencias, produciendo una emisión en rayos X 4000 veces más intensa que la emisión máxima del Sol. Se piensa que KSw 71 se formó recientemente, después de la fusión de dos estrellas de tipo similar al Sol que formaban en un sistema binario cercano. Crédito: NASA’s Goddard Space Flight Center/Francis Reddy.
Un equipo de astrónomos, utilizando observaciones de las misiones Kepler y Swift de NASA, ha identificado un conjunto de estrellas que giran rápidamente y producen rayos X a más de 100 veces los niveles máximos jamás observados en el Sol. Las estrellas, que giran tan rápidamente que toman la forma aplastada de una calabaza, se cree que son el resultado de sistemas binarios cercanos en los que se fusionan dos estrellas de tipo sol.
“Estas 18 estrellas giran en solo unos pocos días en promedio, mientras que al Sol le cuesta casi un mes”, comenta Steve Howell (Ames Research Center, NASA). “El giro rápido amplifica el mismo tipo de actividad que observamos en el Sol, como las manchas solares y las fulguraciones solares, y esencialmente lo pone en quinta marcha”.
El miembro más extremo del grupo, una gigante naranja de tipo K, llamada KSw 71, es más de 10 veces más grande que el Sol, gira en solo 5.5 días y produce emisiones de rayos X 4000 veces mayores que el Sol en el momento del máximo solar.
Estas estrellas raras forman parte de una exploración en rayos X realizada en el campo original del satélite Kepler, un fragmento de cielo comprendido entre las constelaciones de la Lira y el Cisne. “Un beneficio adicional de la misión Kepler es que su campo de observación inicial es una de las zonas mejor estudiadas del cielo”, comenta Padi Boyd (Goddard Space Flight Center, NASA). “Nuestro grupo estaba buscando fuentes variables de rayos X con contrapartidas ópticas vistas por Kepler, especialmente galaxias activas, en las que un agujero negro central es responsable de las emisiones”. “Con KSwAGS (Kepler–Swift Active Galaxies and Stars Survey ) hemos encontrado 93 fuentes nuevas de rayos X, repartidas a partes iguales entre galaxias activas y varios tipos de estrellas de rayos X”, comenta Krista Lynne Smith (Universidad de Maryland). “Muchas de estas fuentes no habían sido observadas anteriormente en rayos X o luz ultravioleta”.
Finalizada la exploración de Plutón: New Horizons envía a la Tierra los últimos bits de datos de su paso en 2015
28/10/2016 de Johns Hopkins Applied Physics Laboratory
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La misión New Horizons de NASA alcanzó esta semana un hito importante cuando los últimos bits de datos científicos del paso por Plutón (almacenados en los registros digitales de la nave desde 2015) llegaron a la Tierra.
Habiendo recorrido más de 5 mil millones de kilómetros (cinco horas y ocho minutos a la velociad de la luz) desde la nave New Horizons, el bloque final, un segmento de una observación de Plutón y Caronte tomada con el instrumento Ralph/LEISA llegó al centro de operaciones de la misión del Laboratorio de Física Aplicada Johns Hopkins (USA) el 25 de octubre tras ser reenviado desde la estación de espacio profundo de la NASA en Canberra (Australia). Eran algo más de 50 gigabits de datos, los últimos tomados del sistema de Plutón transmitidos a la Tierra por New Horizons durante los últimos 15 meses.
“Los datos sobre el sistema de Plutón que New Horizons ha tomado nos han asombrado una y otra vez con la belleza y complejidad de Plutón y de su sistema de lunas”, comenta Alan Stern (Southwest Research Institute). “Tenemos mucho trabajo por delante para comprender las más de 400 observaciones científicas que han sido enviadas a la Tierra. Y eso es exactamente lo que vamos a hacer; después de todo, ¿quién sabe cuándo llegarán los próximos datos de una nave espacial que visite Plutón?”.
Como solo tenía una oportunidad de observar su objetivo, New Horizons fue diseñada para reunir tantos datos como pudiera y tan rápidos como fuese posible, tomando 100 veces más datos en su acercamiento a Plutón y sus lunas de lo que podía enviar a la Tierra antes de proseguir. La nave espacial fue programada para enviar conjuntos de datos de alta prioridad, seleccionados, en los días justo anteriores y posteriores al máximo acercamiento, y empezó a enviar la gran cantidad de datos que quedaron almacenados en septiembre de 2015.
Explican la formación del cráter anillado de la Luna 28/10/2016 de Brown University / Science
La Cuenca Oriental de la Luna está rodeada por claras estructuras anulares. La imagen muestra el mapa gravitatorio de la cuenca (rojo indica exceso de masa, azul india déficit de masa) que los científicos utilizan para reconstruir la formación de la cuenca y de sus anillos. Crédito: Ernest Wright, NASA/GSFC Scientific Visualization Studio.
La Cuenca Oriental (Mare Orientale) de la Luna es el arquetipo de las cuencas con anillos múltiples que se han encontrado por todo el Sistema Solar. Ahora un equipo de científicos, utilizando datos de la misión Gravity Recovery and Interior Laboratory (GRAIL) de NASA, ha arrojado nueva luz sobre la formación de esta estructura con forma de enorme diana de la Luna. Sus descubrimientos permitirán a los científicos comprender mejor cómo influyeron estos impactos gigantes en la evolución de la Luna, Marte y la Tierra.
Formada hace unos 3800 millones de años, la Cuenca Oriental está situada en el borde suroeste de la cara visible de la Luna y es apenas visible desde la Tierra. Las estructuras más prominentes de la cuenca son tres anillos concéntricos de roca, de los cuales el más exterior tiene un diámetro de más de 900 km.
Los científicos han debatido durante años acerca de cómo se formaron estos anillos. Gracias a los pasos sobre de la cuenca realizados por las naves gemelas de la misión GRAIL en 2012, los científicos piensan que finalmente lo han averiguado. Los datos de GRAIL revelan detalles nuevos acerca de la estructura del interior de Oriental. Los científicos usaron esa información para calibrar un modelo por computadora que, por primera vez, fue capaz de reproducir la formación de los anillos.
Uno de los misterios clave era la posición y tamaño del cráter transitorio de Oriental, la depresión inicial creada cuando el objeto que impactó expulsó material de la superficie. En los impactos pequeños queda el cráter inicial. Pero cuando se producen colisiones mayores, el rebote de la superficie tras el impacto puede borrar, a veces, cualquier rastro del punto de impacto inicial. La señal de gravedad de GRAIL sugiere que el cráter transitorio se encontraba en algún punto entre sus dos anillos interiores, y que medía entre 300 y 500 km de diámetro. Cualquier resto reconocible en la superficie de ese cráter fue borrado por el resultado de la colisión.
Más detalles acerca del final de la sonda Schiaparelli, captados desde órbita 28/10/2016 de JPL
Esta imagen tomada el 25 de octubre de 2016 con la cámara HiRISE de la nave Mars Reconnaissance Orbiter de NASA muestra el lugar donde la sonda de pruebas Schiaparelli de la ESA chocó contra Marte, con recuadros ampliados de los tres lugares donde chocaron distintos componentes de la nave. Crédito: NASA/JPL-Caltech/Univ. of Arizona
El telescopio más potente que se halla en órbita alrededor de Marte ha proporcionado detalles nuevos de la escena cerca del ecuador donde la sonda de prueba Schiaparelli chocó contra la superficie la semana pasada. Una observación realizada el 25 de octubre con la cámara HiRISE (High Resolution Imaging Science Experiment) de la nave Mars Reconnaissance Orbiter de NASA muestra tres impactos a menos de un kilómetros y medio de distancia entre ellos.
La escena mostrada por HiRISE incluye tres lugares donde el hardware alcanzó el suelo. Una formación circular, oscura, se piensa que es donde chocó la propia sonda. Un patrón de rayos que se extiende desde el círculo sugiere que el impacto creó un cráter poco profundo, como se esperaba a causa del apagado prematuro de los motores de frenado. A unos 1.4 km hacia el este se ve un objeto con varios puntos brillantes, rodeado por un terreno oscurecido, y probablemente se trate del escudo térmico. A unos 0.9 kilómetros al sur del lugar de impacto de la sonda aparecen dos estructuras que se piensa que son el paracaídas de la nave y la cubierta trasera a la que estaba enganchado. Está previsto que se tomen más imágenes desde diferentes ángulos que ayudarán a interpretar estos resultados iniciales.
Los datos transmitidos por Schiaparelli durante su descenso atravesando la atmósfera de Marte están permitiendo analizar las razones por las que los motores de la sonda se detuvieron demasiado pronto. Las nuevas imágenes de HiRISE proporcionan información adicional.