Los episodios de microlente gravitatoria casuales permiten estudiar los núcleos de las galaxias
11/7/2016 de Royal Astronomical Society
Ilustración de artista de ULAS J1120+0641, un cuásar muy lejano (un AGN extremo) alimentado por un agujero negro con una masa de dos mil millones de veces la masa del Sol. Crédito: ESO/M. Kornmesser.
Algunas galaxias bombean enormes cantidades de energía desde un pequeño volumen del espacio, típicamente no mucho mayor que nuestro propio Sistema Solar. Los núcleos de estas galaxias, llamados núcleos galácticos activos (o AGN) se encuentran a menudo a cientos de millones o incluso a miles de millones de años luz, así que son difíciles de estudiar con detalle. Las «microlentes» gravitatorias que se producen de manera natural pueden ser un modo de estudiar estos objetos y ahora un equipo de astrónomos ha observado pistas de cambios en el brillo intenso de AGN que apunta a su presencia.
La energía emitida por un AGN es a menudo equivalente a la de una galaxia entera de estrellas. Es una emisión tan intensa que la mayoría de los astrónomos piensa que sólo puede generarla gas precipitándose a un agujero negro supermasivo, un objeto con muchos millones de veces la masa del Sol. Los científicos están particularmente interesados en ver lo que le ocurre al gas cuando se acerca al agujero negro. Pero a tan grandes distancias, estos objetos son meros puntos de luz incluso para los mejores telescopios. Las observaciones espectroscópicas (en las que la luz de un objeto es dispersada en los colores que la componen) muestra que hay nubes en movimiento rápido que emiten radiación rodeando el disco, pero el tamaño verdadero del disco y la posición exacta de las nubes son muy difíciles de localizar.
Alastair Bruce (Universidad de Edimburgo) describe cómo los astrónomos pueden beneficiarse de coincidencias cósmicas aprovechando un fenómeno descrito en la teoría de la relatividad general. En ella Einstein describió cómo la luz viaja siguiendo trayectorias curvas bajo la influencia de un campo gravitatorio. Así que los objetos masivos como agujeros negros, y también planetas y estrellas, pueden actuar desviando la luz de un objeto más lejano, convirtiéndose de forma efectiva en una lente.
Esto significa que si un planeta o estrella de una galaxia a medio camino pasa directamente entre la Tierra y el AGN más lejano, durante unos pocos años actuará como lente, enfocando e intensificando la señal procedente de las cercanías del agujero negro. Este tipo de lente, debido a una sola estrella, se llama «microlente». Bruce y su equipo piensan que ya han encontrado pruebas de dos episodios de microlente asociados con AGN. Aunque este tipo de sucesos ya se había observado con anterioridad, la particularidad de este trabajo es que se buscan cambios extremos en intensidad que impliquen el descubrimiento tanto de AGN como de microlentes no conocidas anteriormente. «En teoría la microlente podría incluso permitirnos ver detalles de los discos de acreción y de las nubes que están cerca de ellos. Necesitamos aprovecharnos de estas oportunidades allá donde se presenten», concluye Bruce.