Los agujeros negros podrían no ser callejones sin salida después de todo
9/6/2016 de Instituto de Astrofísica e Ciências do Espaço / Classical and Quantum Gravity
Un modelo de espacio-tiempo ‘plegado’ ilustra cómo se puede formar un puente de agujero de gusano con al menos dos bocas que están conectadas por una sola garganta o tubo. Crédito: edobric | Shutterstock.
Un cuerpo físico podría ser capaz de cruzar un agujero de gusano, a pesar de las fuerzas de marea extremas, según sugieren en un estudio nuevo Diego Rubiera-García y su equipo. Este resultado viene apoyado por el hecho de que se conservarían las interacciones entre las diferentes partes del cuerpo que lo mantienen unido.
En sus trabajos anteriores, los investigadores habían encontrado descripciones teóricas de agujeros negros sin singularidad, ese extraño punto infinitesimalmente pequeño donde el espacio y el tiempo llegan abruptamente a su fin. Lo que encontraron en el centro de un agujero negro, y sin haber estado realmente buscando uno, fue la estructura esférica y de tamaño finito de un agujero de gusano. «Lo que hicimos fue reconsiderar una cuestión fundamental en la relación entre la gravedad y la estructura subyacente del espacio-tiempo. En términos prácticos, descartamos una hipótesis que se cumple en la relatividad general pero que no hay ninguna razón a priori para que se mantenga en las extensiones de esta teoría».
Ante esta estructura de agujero de gusano de tamaño finito, donde el espacio y el tiempo continúan transcurriendo más allá del agujero negro en otra parte del Universo, los autores se preguntaron por el destino de un objeto físico que se aventurara en su interior. Se preguntaron si una silla, un científico o una nave espacial podrían soportar el intenso campo gravitatorio y retener su unidad como cuerpo a través del viaje y hasta qué punto resultarían dañados. «Cada partícula del observador sigue una línea geodésica determinada por el campo gravitatorio. Cada geodésica siente una fuerza gravitatoria ligeramente diferente, pero las interacciones entre los constituyentes del cuerpo podrían, no obstante, mantener el cuerpo», afirma Rubiera-García.
La teoría de la relatividad general predice que un cuerpo que se acerque a un agujero negro será aplastado en una dirección y estirado en otra. Pero como el radio del agujero de gusano es finito, los autores demuestran que el cuerpo será aplastado sólo hasta el tamaño del agujero de gusano. En vez de converger a una separación infinitesimal, la llamada singularidad, las líneas geodésicas todavía se encontrarían a distancias mayores que cero. Los autores demuestran que el tiempo pasado por un rayo de luz en un viaje de ida y vuelta entre dos partes del cuerpo es siempre finita. Así, las partes diferentes del cuerpo todavía establecerán interacciones físicas y químicas y, en consecuencia, la causa y el efecto todavía tendrían vigencia por toda la garganta del agujero de gusano.
Según este estudio, pues, el paso a otra región del Universo podría ser posible.