Las Nubes de Hidrógeno en Andrómeda
Hoy os presentamos una fotografía de la galaxia de Andrómeda, realizada por Vicent Peris y Alicia Lozano. La imagen está tomada con el telescopio de gran campo TURIA 1 del OAO, acumulando 51 horas con filtro H-alpha y 14 horas con filtro R, y está procesada con PixInsight.
Debido a la proximidad y parecido a nuestra galaxia, Andrómeda, catalogada como Messier 31 y también como NGC 224, es el foco de múltiples investigaciones sobre la estructura de las galaxias. Esta galaxia espiral situada a 2.5 millones de años luz de nosotros, es el objeto más lejano que puede ser visible a simple vista ya que su núcleo se encuentra en el límite de la capacidad del ojo humano para alcanzar a detectar el brillo extendido en una superficie.
Otras resoluciones: 800, 2400, 4800, 9600
Cuando la luz que llega hasta nuestras retinas salía de esta galaxia, en nuestro planeta apenas aparecía el género Homo, con lo que algunos habitantes de la Tierra empezaban a adquirir apariencia humana. La galaxia de Andrómeda y nuestra Galaxia son los dos componentes principales de nuestro pequeño Grupo Local de galaxias. Aunque desde aquí vemos esta galaxia alabeada, la nuestra desde Andrómeda se ve prácticamente de cara, por lo que si un observador nos viera desde allí podría dibujar nuestra espiral de forma mucho más definida que nosotros con ella.
Originalmente Andrómeda fue considerada como la más cercana de las grandes nebulosas, a pesar de que desde 1864 ya se había observado que su espectro no era el característico de una nebulosa. Tras el descubrimiento en 1917 de una nova dentro de ella es cuando se determinó que no se trataba de una “nebulosa espiral” como se pensaba, sino de una galaxia espiral. Sin embargo, no fue hasta 1925 cuando se puso fin a la disputa sobre su naturaleza gracias al descubrimiento de estrellas cefeidas en su interior por el astrónomo Edwin P. Hubble, quedando ya catalogada como galaxia.
Hace algunos años, Vicent Peris realizó una fotografía del núcleo de M31 tomada con el telescopio de 3.5 m del Observatorio de Calar Alto. En aquella ocasión, se trataba de imágenes obtenidas con filtros [O III] y H-alpha, con la idea de realzar dentro de la galaxia los objetos con líneas de emisión en estas bandas. Pero para poder hacer esto, era necesario eliminar la emisión continua de las imágenes de banda estrecha. De esta forma, se consigue aislar la emisión pura de luz debida al oxígeno e hidrógeno. Esta es la única forma posible de desvelar la estructura espiral gaseosa que surge desde el núcleo de la galaxia.
La idea para producir esta fotografía se basa en usar esta técnica para desnudar la galaxia y destacar toda su delicada geometría. Únicamente eliminando de la imagen toda la luz proveniente del continuo podemos conseguir que la galaxia nos descubra sus más íntimas formas. Pequeños nudos nacarados salpican los brazos espirales poniendo en evidencia las zonas de intensa formación estelar. Remolinos de gas de hidrógeno ionizado adquieren protagonismo para mostrarnos el esqueleto de la galaxia desprovista prácticamente de sus estrellas. Y todo ello queda suspendido girando alrededor de un vertiginoso núcleo, visible gracias a haberle quitado el bulbo de luz al que estamos acostumbrados a ver en esta galaxia, para mostrarnos sin tapujos una estructura hipnótica que atrapa la vista.