La ‘tomografía axial computarizada’ de un resto de supernova cercano revela un interior espumoso
3/2/2015 de CfA
![This composite image shows two perspectives of a three-dimensional reconstruction of the Cassiopeia A supernova remnant. This new 3-D map provides the first detailed look at the distribution of stellar debris following a supernova explosion. Such 3-D reconstructions encode important information for astronomers about how massive stars actually explode. The blue-to-red colors correspond to the varying speed of the emitting gas along our line of sight. The background is a Hubble Space Telescope composite image of the supernova remnant.](http://www.cfa.harvard.edu/sites/www.cfa.harvard.edu/files/styles/width720/public/images/pr//2015-05.jpg?itok=aaLBaXiu)
Esta imagen compuesta muestra dos perspectivas de una reconstrucción tridimensional del remanente de supernova Casiopea A. este nuevo mapa 3D proporciona la primera imagen detalladas de la distribución de los escombros estelares después de una explosión de supernova. La imagen del fondo es del telescopio espacial Hubble. Crédito: D. Milisavljevic (CfA) & R. Fesen (Dartmouth). Fondo: NASA, ESA, y el Hubble Heritage Team.
Casiopea A, o Cas A, es uno de los remanentes de supernova mejor estudiados de nuestra Galaxia. Sin embargo, todavía esconde importantes sorpresas. Astrónomos del Harvard-Smithsonian y del Dartmouth College han generado un nuevo mapa en 3D de su interior, empleando el equivalente astronómico de la tomografía axial computarizada. Han descubierto que el remanente de supernova Cas A está formado por una colección de una media docena de cavidades enormes, o ‘burbujas’.
«Nuestro mapa tridimensional es una rara imagen del interior de una estrella que explotó», afirma Dan Milisavljevic del Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics (CfA).
Para realizar el mapa 3D Milisavljevic y su colaborador Rob Fesen del Dartmouth College examinaron Cas A en longitudes de onda del infrarrojo usando el telescopio de 4 metros del observatorio nacional de Kitt Peak, en Arizona. La espectroscopia les permitió medir velocidades de expansión de material extremadamente poco luminoso en el interior de Cas A, lo que proporcionó la crucial tercera dimensión.
Descubrieron que las grandes cavidades interiores parecen estar conectadas, y que explican bien los grandes anillos de escombros observados previamente que conforman las brillantes capas exteriores y fácilmente visibles de Cas A. Las dos cavidades más claras tienen diámetros de 3 y 6 años-luz, y la estructura completa es como la de un queso suizo.