La simulaciones revelan una muerte inusual para las estrellas viejas
30/9/2014 de University of California Santa Cruz
Esta imagen es un corte transversal del interior de una estrella supermasiva de 55000 masas solares a lo largo del eje de simetría. Muestra el núcleo interno de helio en el que la fusión nuclear está convirtiendo el helio en oxígeno, produciendo inestabilidades en el fluido (líneas retorcidas). Esta instantánea corresponde a un día después del inicio de la explosión, cuando el radio del círculo exterior sería ligeramente mayor que la órbita de la Tierra alrededor del Sol. Crédito: Ken Chen, UC Santa Cruz
Ciertas estrellas primordiales (aquellas con masas entre 55000 y 56000 veces la masa de nuestro Sol) podrían haber muerto de manera inusual. Durante su muerte estos objetos, que formaban parte de la primera generación de estrellas del universo, habrían explotado como supernovas y se habrían quemado completamente, no dejando ningún resto en forma de agujero negro. Astrofísicos de UC Santa Cruz y la Universidad de Minnesota alcanzaron esta conclusión después de correr varias simulaciones en supercomputadoras.
Las estrellas de la primera generación son especialmente interesantes porque produjeron los primeros elementos pesados (elementos químicos distintos del hidrógeno y el helio). A su muerte, expulsaron estas creaciones químicas al espacio, contribuyendo a la siguiente generación de estrellas, sistemas solares y galaxias. Conociendo con más detalle cómo murieron estas primeras estrellas, los científicos esperan obtener datos acerca de cómo apareció el universo que conocemos hoy en día.
«Hemos encontrado que existe un conjunto de condiciones bajo las cuales las estrellas supermasivas podrían explotar completamente en lugar de convertirse en un agujero negro supermasivo», afirma Ke-Jung Chen, de UC Santa Cruz. Las estrellas con masas cercanas a las 55000 veces la masa del Sol y que no giran morirían sin dejar un agujero negro. Dependiendo de la intensidad de su explosión como supernova, algunas estrellas masivas podrían, al explotar, enriquecer la galaxia entera en la que se encuentran (e incluso otras galaxias cercanas) con elementos que van del carbono al silicio. En algunos casos, la supernova puede incluso iniciar un brote de formación de estrellas en su galaxia, lo que permitiría distinguirla de otras jóvenes galaxias, posibilitando su identificación.