Investigación de NASA ayuda a resolver misterios de la atmósfera de Venus
25/9/2014 de NASA
Una nueva investigación muestra agujeros gigantes en la atmosfera de Venus, que proporcionan pistas para comprender por qué este planeta es tan diferente del nuestro. Crédito: NASA’s Goddard Space Flight Center/G. Duberstein
Subrayando las enormes diferencias entre la Tierra y su vecino Venus, nuevas investigaciones muestran indicios de agujeros gigantes en la capa con carga eléctrica de la atmósfera venusina, llamada ionosfera. Las observaciones indican la existencia de un ambiente magnético más complicado de lo que se pensaba, lo que a su vez nos permite comprender mejor este planeta rocoso vecino.
El planeta Venus, con su gruesa atmósfera de dióxido de carbono, su superficie árida, y presiones tan elevadas que las sondas son aplastadas en pocas horas, ofrece a los científicos la posibilidad de estudiar un planeta muy diferente al nuestro. Estos misteriosos agujeros (regiones donde la densidad de la atmósfera es mucho menor) proporcionan pistas adicionales para comprender la atmósfera de Venus, cómo el planeta interactúa con la constante embestida del viento solar procedente del sol, y quizás incluso qué es lo que está escondido a gran profundidad en su núcleo.
Glyn Collison, de NASA, ha buscado estos agujeros en los datos de la nave Venus Express de la Agencia Espacial Europea (ESA). Venus Express, lanzada en 2006, se encuentra actualmente en una órbita de 24 horas alrededor de los polos de Venus. Collins fue capaz de observar agujeros a estas latitudes altas, demostrando que se extienden mucho más por la atmósfera de lo que se pensaba. Las observaciones también sugieren que los agujeros son más comunes de lo que se creía. En 1978, la nave Pioneer Venus Orbiter sólo observó agujeros en una época de gran actividad solar, llamada máximo solar. Los datos de Venus Express, por el contrario, demuestran que los agujeros se pueden formar también durante un mínimo solar.
Venus Express está equipada para medir el débil campo magnético del planeta. Cuando pasó por los agujeros de la ionosfera registró un salto en la intensidad del campo magnético, observando también partículas muy frías que entraban y salían de los agujeros, aunque con una densidad mucho menor que la observada generalmente en la ionosfera. Las observaciones de Venus Express sugieren que no se trata de agujeros sino de dos grandes cilindros de material con menos densidad que salen desde la superficie del planeta y se extienden por el espacio en sentido contrario al de desplazamiento del planeta en su órbita alrededor del Sol, como una cola. Los científicos piensan que hay algún mecanismo que hace que regiones con mayor campo magnético salgan por alguno de los lados de la cola, apuntando directamente hacia y contra el planeta. Estas regiones de fuerza magnética mayor serían las que crearían estos largos agujeros ionosféricos.