¿Hay vida ahí afuera? Las lunas lejanas podrían tener la respuesta
2/6/2015 de McMaster University / Astronomy and Astrophysics y The Astrophysical Journal
Ilustración de artista de una exoluna habitable alrededor de un planeta mayor que Júpiter. Crédito: NASA. Fuente: Universe Today.
¿Hay vida fuera de la Tierra? La respuesta a esta pregunta puede estar en una luna que todavía no vemos. Investigadores de McMaster han descubierto, creando modelos de sistemas planetarios fuera de nuestro Sistema Solar, que las lunas grandes, mayores que Marte, podrían ser la mejor apuesta. Empleando datos de nuestro Sistema Solar y observaciones de enormes planetas los astrofísicos Rene Heller y Ralph Pudritz han demostrado que algunas de las lunas de esos planetas podrían ser habitables.
Muchos planetas fuera del Sistema Solar son incluso más masivos que Júpiter y están en órbita alrededor de estrellas parecidas al Sol a distancias similares a la de la Tierra. Pero estos superjovianos son de hecho bolas gigantes de gas que no pueden albergar vida ya que carecen de una superficie sólida. Sin embargo, sus lunas podrían tener las condiciones correctas para permitir la presencia de agua líquida en la superficie y, por tanto, la aparición y evolución de vida.
Más cerca de casa, Heller y Pudritz han creado modelos de la vida temprana de Júpiter, revelando un patrón de distribución del hielo en las lunas de Júpiter que les ha conducido a predecir la formación de lunas alrededor de superjovianos de otros sistemas solares. Esas lunas podrían tener hasta el doble de la masa de Marte.
Hasta la fecha no ha sido descubierta ninguna luna (llamada exoluna) alrededor de un exoplaneta, pero las hay con toda seguridad, afirma Heller. Con unos 4000 exoplanetas de cuya existencia se sabe actualmente y con las capacidades tecnológicas en aumento, el descubrimiento de una exoluna está cerca. Si existen estas lunas gigantes alrededor de planetas gigantes, podrían estar ya presentes en los datos disponibles del telescopio espacial Kepler de NASA, o podrían ser detectados en el futuro por la misión PLATO de la ESA o el European Extremely Large Telescope de ESO.