Hubble observa un planeta de color azul intenso: miden por primera vez el color de un exoplaneta
12/7/2013 de ESA Hubble
Un grupo de astrónomos ha determinado por primera vez el verdadero color de un planeta en órbita alrededor de otra estrella, empleando el telescopio espacial Hubble de NASA/ESA. Si lo viéramos de cerca, este planeta, conocido como HD 189733b, tendría un oscuro color azul cobalto, que recordaría el color de la Tierra vista desde el espacio.
Pero hasta aquí llegan los parecidos. Esta «intenso punto azul» es un gigante gaseoso en órbita muy cerca de su estrella nodriza. La atmósfera del planeta es abrasadora, con una temperatura de más de 1000 grados Celsius, y llueve cristal, de lado, en vientos huracanados de 7000 kilómetros por hora.
A una distancia de 63 años-luz de nosotros, este turbulento mundo alienígena es uno de los exoplanetas más cercanos a la Tierra que puede verse pasando por delante de su estrella. Ha sido estudiado con profundidad por el Hubble y otros telescopios, y su atmósfera se ha visto que es extremadamente cambiante y exótica, con neblinas y fulguraciones violentas. Ahora, este planeta es el protagonista de una importante ‘primera vez’: la primera medida del color visible de un exoplaneta.
Para medir cómo veríamos con nuestros ojos este planeta, los astrónomos han medido la cantidad de luz reflejada por la superficie de HD 189733b – una propiedad conocida como albedo.
HD 189733b es débil y está cerca de su estrella. Para aislar la luz del planeta de la luz de la estrella, el equipo empleó el espectrógrafo Space Telescope Imaging Spectrograph (STIS) del Hubble, para mirar al sistema antes, durante y después de que el planeta pasara por detrás de su estrella nodriza mientras gira en su órbita. Cuando se deslizó tras su estrella, la luz reflejada del planeta quedó temporalmente bloqueada a la vista, y la cantidad de luz observada de todo el sistema disminuyó. «Vimos que el brillo del sistema completo caía en la parte azul del espectro cuando el planeta se ocultó detrás de la estrella», explica Tom Evans de la Universidad de Oxford, primer autor del artículo. «A partir de esto, podemos deducir que el planeta es azul, pues la señal permaneció constante en los otros colores que medimos».
El color azul del planeta no se debe al reflejo de un océano tropical, sino a la turbulenta y neblinosa atmósfera que se piensa está decorada con partículas de silicatos, que dispersan la luz azul.