Hubble observa la estrella que cambió el Universo
24/5/2011 de NASA
Aunque el universo está lleno de miles de millones de miles de millones de estrellas, el descubrimiento de una sola estrella variable en 1923 alteró el curso de la astronomía moderna. Y al menos un famoso astrónomo de la época lamentó que el descubrimiento había hecho añicos su imagen del mundo.
La estrella tiene el insulso nombre de variable de Hubble número uno, o V1, y reside en las regiones exteriores de la vecina galaxia de Andrómeda, o M31. Pero a principios del siglo XX, la mayoría de los astrónomos consideraba que la Vía Láctea era un «universo isla» de estrellas solitario, con nada observable más allá de sus fronteras. Andrómeda estaba catalogada sólo como una más de muchas manchas de luz borrosas que los astrónomos llamaban «nebulosas espirales».
¿Formaban parte estas nebulosas espirales de la Vía Láctea, o eran universos isla independientes situados fuera de nuestra galaxia? Los astrónomos no estaban seguros, hasta que Edwin Hubble encontró una estrella en Andrómeda cuyo brillo aumentaba y disminuía con un comportamiento predecible, como un faro, y la identificó como V1, una variable cefeida. Este tipo especial de estrella ya había demostrado ser un indicador fiable de distancias en nuestra galaxia.
La estrella ayudó a Hubble a demostrar que Andrómeda se encontraba más allá de nuestra galaxia y resolvió el debate sobre el estatus de las nebulosas espirales. El universo se convirtió en un lugar mucho más grande después del descubrimiento de Hubble, para gran disgusto del astrónomo Harlow Shapley, quien pensaba que las nebulosas difusas formaban parte de nuestra Vía Láctea.
Casi 90 años después, V1 está de nuevo en el foco de atención. Los astrónomos han apuntado el tocayo de Edwin Hubble, el telescopio espacial Hubble de NASA, hacia esa estrella, una vez más, en un tributo simbólico a la observación clave del legendario astrónomo.