Una propiedad de los rayos podría ayudar a revelar los orígenes del Sistema Solar
4/5/2012 de NASA
Cada segundo, se producen unos 50 rayos en la Tierra. Juntas estas descargas se combinan y refuerzan, produciendo ondas electromagnéticas que rodean la Tierra, creando una señal pulsante entre el suelo y la baja ionosfera, a una altura de unos 100 kilómetros en la atmósfera. Esta señal electromagnética, conocida como resonancia de Schumann, sólo había sido observada desde la superficie de la Tierra hasta que, en 2011, los científicos descubrieron que también podían detectarla utilizando el Vector Electric Field Instrument (VEFI) de NASA a bordo del satélite Communications/Navigation Outage Forecast System (C/NOFS) de la Fuerza Aérea estadounidense.
En un artículo publicado en el Astrophysical Journal, los investigadores describen cómo esta técnica nueva podría emplearse para el estudio de otros planetas en el sistema solar también, e incluso arrojar luz sobre cómo se formó el sistema solar.
«La frecuencia de la Resonancia de Schumann depende, no sólo del tamaño del planeta sino del tipo de átomos y moléculas que existen en la atmósfera porque cambian la conductividad eléctrica», afirma Fernando Simoes, primer autor del artículo. «Así, podríamos usar esta técnica de forma remota, digamos desde unos 1000 kilómetros por encima de la superficie de un planeta, para estimar cuánta agua, metano y amoníaco posee».
Al agua, metano y amoníaco son considerados «volátiles» y el hecho de que estén presentes en cantidades diferentes en distintos planetas es una pista importante sobre el modo en que los planetas se formaron. «Y si podemos obtener mejores estimaciones de la abundancia de estos tipos de átomos en los planetas más exteriores», afirma Simoes, «sabríamos más sobre la abundancia en la nebulosa original de la que se evolucionó el sistema solar».