Una estrella glotona podría tener pistas sobre la formación de planetas
15/6/2016 de JPL
Ilustración de artista representando la estrella FU Orionis. Su brillo ha ido disminuyendo progresivamente desde su explosión inicial en 1936. Los investigadores han descubierto que ha perdido un 13 por ciento de su brillo en longitudes de onda cortas del infrarrojo desde 2004 (izquierda) a 2016 (derecha). Crédito: NASA/JPL-Caltech.
En 1936 la joven estrella FU Orionis empezó a engullir material del disco de polvo y gas que la rodea con una repentina voracidad. Durante una comilona de tres meses, mientras la materia se convertía en energía, la estrella aumentó de brillo en un factor 100, calentando el disco a temperaturas de hasta 7000 grados. FU Orionis todavía está devorando gas hoy en día, aunque no con tanta rapidez.
Este aumento de brillo es el episodio más extremo de su clase que ha sido confirmado en una estrella del tamaño del Sol y puede tener consecuencias para cómo se forman las estrellas y planetas. El intenso horneado del disco que rodea la estrella probablemente ha cambiado su composición química, alterando de manera permanente material que podría convertirse un día en planetas. «Estudiando FU Orionis estamos viendo los años de bebé de un sistema solar», comenta Joel Green. «Nuestro propio Sol puede haber atravesado un aumento de brillo similar, que habría sido un paso crucial en la formación de la Tierra y otros planetas en nuestro Sistema Solar».
Green y su equipo compararon datos infrarrojos obtenidos en 2016 con SOFIA (Stratospheric Observatory for Infrared Astronomy) y observaciones de 2004 realizas por el telescopio espacial Spitzer de NASA. «Combinando datos de los dos teelscopios con una diferencia temporal de 12 años hemos podido obtener una perspectiva única del comportamiento de la estrella con el paso del tiempo», comenta Green. Utilizando estas observaciones en el infrarrojo y otros datos históricos, los investigadores han descubierto que FU Orionis ha continuado su ávido festín después del episodio inicial de aumento de brillo: la estrella ha comido el equivalente a 18 jupiteres en los últimos 80 años.
Las medidas recientes de SOFIA indican a los investigadores que la cantidad total de luz visible e infrarroja procedente del sistema FU Orionis disminuyó un 13 por ciento durante 12 años desde las observaciones de Spitzer. Los investigadores determinaron que esta disminución fue provocada por una pérdida de brillo de la estrella en longitudes de onda cortas del infrarrojo pero no a longitudes largas. Esto significa que hasta el 13 por ciento del material más caliente del disco ha desaparecido, mientras que el material más frío ha permanecido intacto.