Una belleza espiral adornada con una supernova que se consume
21/3/2013 de ESO
A unos 35 millones de años luz de la Tierra, en la constelación de Eridanus (El Río), se encuentra la galaxia espiral NGC 1637. Allá por 1999 la apariencia serena de esta galaxia fue eclipsada por la aparición de una supernova muy brillante. Los astrónomos que estudiaron las consecuencias de esta explosión con el telescopio VLT (Very Large Telescope) de ESO, en el Observatorio Paranal (Chile) nos han proporcionado una visión deslumbrante de esta galaxia relativamente cercana.
Las supernovas son uno de los eventos más violentos de la naturaleza. Representan la cegadora muerte de algunas estrellas y pueden eclipsar la luz combinada de miles de millones de estrellas de sus galaxias anfitrionas.
En 1999, el Observatorio Lick de California anunció el descubrimiento de una nueva supernova en la galaxia espiral NGC 1637. Fue detectada usando un telescopio construido especialmente para localizar estos escasos, pero importantes, objetos cósmicos. Fueron necesarias observaciones posteriores para confirmar el descubrimiento y estudiarlo en profundidad. Esta supernova fue ampliamente observada y fue bautizada con el nombre SN 1999em. Tras su espectacular explosión en 1999, los científicos han estudiado cuidadosamente el brillo, que ha ido palideciendo lentamente con el paso de los años.
La estrella que se transformó en SN 1999em era muy masiva — más de ocho veces la masa del Sol — antes de su muerte. Al final de su vida su núcleo colapsó, lo que dio lugar a una explosión cataclísmica.
Durante las observaciones de seguimiento de SN 1999em, los astrónomos tomaron muchas fotografías de este objeto con el telescopio VLT, combinadas para proporcionar imágenes muy precisas de su galaxia anfitriona, NGC 1637. La estructura espiral que muestra esta imagen tiene un patrón muy diferente, con rastros azulados de estrellas jóvenes, nubes de gas brillante y caminos de polvo oscurecidos.