Un remolino azul en El Río
4/9/2012 de ESO
En esta nueva imagen, obtenida con el telescopio VLT (Very Large Telescope) de ESO, vemos la galaxia NGC 1187. Esta impresionante espiral se encuentra a unos 60 millones de años luz de nosotros, en la constelación de Eridanus (El Río). NGC 1187 ha albergado dos explosiones de supernova durante los últimos treinta años, la última en el año 2007. Esta imagen de la galaxia es la más precisa de las obtenidas hasta el momento.
La galaxia NGC 1187 se ve casi de frente en la nueva imagen del VLT, que nos muestra con claridad su estructura espiral. Pueden verse alrededor de media docena de brazos espirales prominentes, cada uno de los cuales contiene grandes cantidades de gas y polvo. Los rastros azulados de los brazos espirales indican la presencia de estrellas jóvenes nacidas de las nubes de gas interestelar.
Mirando hacia las zonas centrales, vemos cómo brilla el protuberante centro en tonos amarillos. Esta parte de la galaxia está compuesta, principalmente, de estrellas viejas, gas y polvo. En el caso de NGC 1187, más que un centro redondeado, hay una sutil estructura central en forma de barra. Se cree que esta característica forma barrada actúa como un mecanismo que canaliza el gas procedente de los brazos espirales hacia el centro, aumentando la formación estelar en esa zona.
En los alrededores de la galaxia, pueden verse muchas más galaxias más débiles y más distantes. Algunas incluso brillan a través del disco de NGC 1187. Sus tonos predominantemente rojizos contrastan con los cúmulos de estrellas azul pálido de los objetos más cercanos.
NGC 1187 parece una galaxia tranquila e inmutable, pero ha albergado dos explosiones de supernova desde 1982. Una supernova es una violenta explosión estelar, resultante de la muerte de una estrella masiva o de una enana blanca en un sistema binario. Las supernovas son uno de los fenómenos más energéticos del universo, y son tan brillantes que a menudo iluminan brevemente una galaxia al completo antes de desaparecer de nuestra vista durante semanas o meses. Durante este corto periodo de tiempo una supernova puede irradiar tanta energía como la que se estima que emitirá el Sol a lo largo de toda su vida.