Un pequeño pescado cósmico presagia una buena redada para SKA Pathfinder
7/7/2015 de Royal Astronomical Society
Un vestigio de ondas de radio, emitidas antes de que naciera nuestro Sistema Solar, muestra que un nuevo radiotelescopio será capaz de detectar galaxias que otros telescopios no pueden. El trabajo ha sido dirigido por el Dr. James Allison de la Commonwealth Scientific and Industrial Research Organisation (CSIRO) en Australia. Se trata de uno de los primeros descubrimientos realizados con el Australian Square Kilometre Array Pathfinder (ASKAP) de CSIRO, un nuevo radiotelescopio situado 300 km al interior de Australia Occidental en la ciudad de Geraldton.
Procedente de la galaxia PKS B1740-517, en dirección a la constelación austral de Ara, la señal de radio había viajado por el espacio durante cinco mil millones de años antes de ser capturada. Transporta la «marca» del gas frío de hidrógeno que ha atravesado en su camino hasta aquí. El gas frío de hidrógeno es el material en bruto para formar estrellas y existe en grandes cantidades en la mayoría de las galaxias. Los astrónomos pueden observar una galaxia por su gas de hidrógeno incluso aún cuando la luz de sus estrellas es débil o se esconde tras polvo.
La señal recién descubierta es pequeña pero tiene grandes implicaciones. Aunque diminuta, la señal destacó claramente en los datos del ASKAP. Muchos radiotelescopios se ven afectados por radiointerferencias, señales no deseadas que embrollan el espectro. «Ello hace que la búsqueda de este tipo de señal sea como pescar un pequeño pez en un banco de algas», comenta el Dr. Allison. Pero el lugar donde se encuentra ASKAP es excepcionalmente silencioso en radio. «Aquí miramos a través de agua clara para encontrar los peces».
«ASKAP mira en una zona del espectro relativamente poco explorada, de 700 a 1800 megahertzios», comenta la profesora Elaine Sadler. «Esto significa que seremos capaces de detectar gas de hidrógeno a mayor profundidad en el espacio y, gracias al amplio campo de visión de ASKAP, también en un volumen mucho mayor del que podíamos anteriormente. Buscaremos galaxias que tienen entre cinco mil millones y ocho mil millones de años de edad, un periodo de tiempo que representa un quinto de la historia del Universo».