Un nuevo método resuelve el misterio del tamaño de lejanas nubes de gas
13/1/2016 de Swinburne University of Technology
Ilustración de artista que muestra el poder de galaxias situadas detrás para medir el tamaño de nubes de gas en comparación con el método convencional que utiliza cuásares. Crédito: Adrian Malec y Marie Martig.
Utilizando los telescopios mayores del mundo, un equipo de investigadores ha descubierto antiguas nubes de gas mayores que galaxias en el Universo primitivo. El descubrimiento, dirigido por el profesor asociado Jeff Cooke del la Universidad de Tecnología de Swinburne y el profesor asociado John O’Meara, del St. Michael’s College, ha ayudado a resolver un problema relacionado con la naturaleza de las nubes de gas conocidas como sistemas Lyman alfa amortiguados (DLA de sus iniciales en inglés).
Cooke y O’Meara se dieron cuenta de que encontrando nubes de gas del tipo DLA en la línea visual a galaxias más lejanas les permitiría medir su tamaño determinando cuánto cubren de la galaxia. «Nuestro nuevo método identifica primero las galaxias que con mayor probabilidad pueden tener nubes de gas del tipo DLA entre ellas y nosotros y luego las busca utilizando exposiciones largas y profundas con los potentes telescopios de 10 metros Keck en Hawaii y datos profundos de los telescopios VLT de 8 metros en Chile», comenta Cooke.
Las nubes DLA contienen la mayor parte del gas frío del Universo y se ha predicho que contienen suficiente gas para formar la mayor parte de las estrellas que vemos hoy en día en las galaxias que tenemos alrededor. Sin embargo, esta predicción todavía tiene que ser confirmada. Estas nubes apenas tienen estrellas, lo que las hace demasiado débiles para observarlas directamente a partir sólo de la luz que emiten. Es más habitual detectarlas cuando se encuentran por delante de otro objeto más lejano brillante y dejan una señal de absorción inconfundible en la luz del objeto del fondo.
Anteriormente los investigadores usaban cuásares como objetos de fondo para buscar DLA. Aunque los cuásares pueden ser muy brillantes, son raros y pequeños (sólo una fracción de año luz de tamaño), mientras que las galaxias son bastante comunes y proporcionan un área más de cien veces mayor para estudiar los DLA. «Empleando la técnica de las galaxias, los DLA pueden estudiarse en grandes números para obtener una imagen tomográfica en 3D de la distribución de nubes de gas en el Universo primitivo y ayudar a completar nuestra comprensión de cómo se formaron y evolucionaron las galaxias a lo largo del tiempo cósmico», comenta O’Meara.