Susurros débiles procedentes del espacio revelan la vida pasada de una famosa estrella
2/8/2016 de The University of Sydney / Monthly Notices of the Royal Astronomical Society
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Un equipo de astrónomos ha logrado asomarse al pasado de una estrella cercana millones de años antes de su famosa explosión, utilizando un telescopio en un remoto lugar de Australia libre de interferencias en radio de frecuencia modulada. La investigación, dirigida por un estudiante de la Universidad de Sydney, en colaboración con un equipo internacional de astrónomos, ha consistido en la observación a las frecuencias de radio más bajas de la historia de la región estudiada, y ha ayudado a mejorar nuestros conocimientos sobre las explosiones estelares.
La investigación pinta una imagen de la vida de la estrella muy anterior a su muerte en lo que fue la supernova más cercana y brillante vista desde la Tierra, ahora conocida como el resto de supernova 1987A, que colapsó espectacularmente hace casi 30 años. Mucho se ha podido averiguar acerca del pasado inmediato de esta estrella estudiando las ruinas cósmicas producidas por su colapso el 23 de febrero de 1987. Ahora la detección de sus susurros débiles en radio de baja frecuencia ha proporcionado datos nuevos.
Con el Murchison Widefield Array los radioastrónomos pudieron «ver» la época en que la estrella se encontraba en su larga fase de supergigante roja, millones de años antes de la explosión. Callingham explica que los estudios anteriores se centraron en el material expulsado al espacio cuando la estrella se hallaba en su fase final de supergigante azul. «Igual que excavar unas ruinas antiguas nos enseña acerca de la vida de una civilización pasada, mis colaboradores y yo hemos utilizado observaciones en radio de baja frecuencia como una ventana a la vida de la estrella», comenta.
Los investigadores descubrieron que la supergigante roja perdió su material a un ritmo más lento y generó vientos menos rápidos de lo que se pensaba, que presionaron sobre sus alrededores. «Nadie sabía qué estaba ocurriendo a frecuencias bajas de radio porque las señales de nuestras emisoras en FM ahogan las señales débiles del espacio. Ahora estudiando la intensidad de la señal de radio, los astrónomos pueden calcular por primera vez la densidad del gas de los alrededores y así comprender el ambiente de la estrella antes de que muriera», aclara el profesor Brian Gaensler (Universidad de Toronto).