Spitzer y OGLE detectan un planeta a gran profundidad en nuestra Galaxia
16/4/2015 de CfA
Esta ilustración artística muestra un planeta de la mitad de la masa de Júpiter situado a 13000 años-luz de la Tierra. Fue detectado por el telescopio Optical Gravitational Lensing Experiment (OGLE) y el telescopio espacial Spitzer de NASA empleando la técnica de microlente. Spitzer proporcionó medidas de la paralaje que permitieron a los científicos determinar lo lejos que se encuentra el planeta. Crédito: Christine Pulliam (CfA).
El telescopio espacial Spitzer de NASA ha colaborado con un telescopio instalado en tierra para encontrar un remoto planeta gaseoso a unos 13000 años-luz de distancia, lo que le convierte en uno de los planetas más lejanos que se conoce.
El descubrimiento demuestra que Spitzer, desde su posición flotando en el espacio, puede ser empleado para resolver el problema de cómo se distribuyen los planetas por nuestra galaxia plana con forma espiral, la Vía Láctea. «No sabemos si los planetas son más comunes en el bulbo central de nuestra galaxia o en el disco, razón por la cual estas observaciones son importantes», afirma Jennifer Yee del Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics (CfA), y Sagan fellow de NASA.
El telescopio polaco OGLE, instalado en el observatorio de Las Campanas en Chile, rastrea los cielos buscando planetas con el método llamado de microlente gravitatoria. Un episodio de microlente se produce cuando una estrella pasa casualmente por delante de otra, y su gravedad actúa como una lupa y aumenta el brillo de la estrella más lejana. Si la estrella que está delante está casualmente orbitada por un planeta, el planeta puede causar un pico en la intensificación.
Los astrónomos están empleando estos picos para encontrar y caracterizar planetas hasta distancias de 27000 años-luz en el bulbo central de nuestra galaxia, donde el cruce entre estrellas es más habitual. En este estudio, OGLE detectó el principio del fenómeno de microlente, y Spitzer empezó a monitorizarlo. Tanto Spitzer como OGLE encontraron un claro pico en la intensificación, observando Spitzer que ocurría 20 días más tarde. Este retraso entre las observaciones de Spitzer y OGLE permitió calcular la distancia a la estrella y su planeta. Conociendo la distancia, los astrónomos pueden también determinar la masa del planeta, que es aproximadamente la mitad de la de Júpiter.