Spitzer cartografía los patrones climáticos de una supertierra
5/4/2016 de JPL / Nature
Esta ilustración muestra una posible imagen del caliente exoplaneta rocoso llamado 55 Cancri e que es casi dos veces mayor que la Tierra. Crédito: NASA / JPL-Caltech.
Las observaciones con el telescopio espacial Spitzer de NASA han producido el primer mapa de temperaturas de un planeta supertierra, un planeta rocoso casi el doble de grande que el nuestro. El mapa revela cambios extremos de temperatura de una cara del planeta a la otra y apunta a que una posible explicación de ello sea la presencia de flujos de lava.
«Nuestra imagen de este planeta sigue cambiando», comenta Brice Olivier Demory de la Universidad de Cambridge, UK, autor principal del artículo publicado en la revista Nature. «Los últimos descubrimientos nos indican que el planeta tiene noches cálidas y días mucho más calientes. Esto indica que el transporte de calor por el planeta se realiza de manera poco eficiente. Proponemos que ello podría ser explicado por una atmósfera que existiría sólo en la cara diurna del planeta o por flujos de lava en la superficie del planeta».
La tórrida supertierra 55 Cancri e se encuentra relativamente cerca de la Tierra, a unos 40 años-luz de distancia. Está en órbita muy cerca de su estrella, completando un giro cada 18 horas. Debido a la proximidad del planeta a la estrella, está sincronizada por la gravedad, igual que nuestra Luna con la Tierra. Esto significa que una cara de 55 Cancri e, denominada cara diurna, está siempre cociéndose bajo el calor intenso de su estrella, mientras que la cara nocturna permanece en la oscuridad y es mucho más fría.
Spitzer observó el planeta con su visión infrarroja durante un total de 80 horas mientras completaba varias órbitas alrededor de su estrella. El hecho de que haya detectado que la cara nocturna es significativamente más fría que la diurna significa que el calor no está siendo distribuido por el planeta demasiado bien. Los datos no apoyan la idea de que una atmósfera gruesa y vientos están moviendo el calor por el planeta tal como se pensaba. En cambio sugieren un planeta sin una atmósfera masiva y posiblemente apuntan a un mundo de lava donde la lava se endurecería en la cara nocturna y no sería capaz de transportar calor.