Rosetta: el sur del cometa se calienta
11/2/2015 de Max Planck Institute for Solar System Research
Según cálculos recientes, el hemisferio sur (imagen derecha) del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko de Rosetta, podría perder una capa de polvo de hasta 20 metros durante una órbita. El hemisferio norte (imágenes central e izquierda) sufre mucho menos la erosión solar. Crédito: ESA/Rosetta/MPS por el equipo OSIRIS MPS/UPD/LAM/IAA/SSO/INTA/UPM/DASP/IDA.
La cara sur del cometa de Rosetta cambiará dramáticamente en los próximos meses. Bajo la influencia del Sol, podría perder una capa superficial de varios metros.
Los hemisferios norte y sur del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko experimentan de manera muy desigual la erosión producida por el Sol. Este es el resultado de un reciente análisis realizado por el equipo OSIRIS de Rosetta. Basado en datos obtenidos por el sistema de imágenes científicas OSIRIS, los investigadores emplearon un modelo térmico para estimar cuánto material perderán ambos hemisferios durante una órbita, mientras el hielo sublima desde la superficie del cometa, arrastrando granos de polvo con él. Mientras que el hemisferio sur puede que resulte intensamente modificado arrojando una capa de material de varios metros, el hemisferio norte se verá mucho menos afectado. Desde la llegada de Rosetta, el hemisferio sur ha estado mirando en dirección contraria a la del Sol. A partir de mayo será iluminado de nuevo. Los científicos esperan observar entonces grandes cambios.
De modo similar a la Tierra, el cometa de Rosetta sufre el paso de distintas estaciones mientras viaja alrededor del Sol: mientras algunas regiones están sujetas a una fuerte irradiación solar, al mismo tiempo otras reciben mucha menos luz. Algunas áreas cercanas a los polos también atraviesan fases de oscuridad completa o iluminación permanente. La razón de ello es la inclinación del eje de rotación del cometa con respecto a su plano orbital. Con un ángulo de 52 grados, esta inclinación es mucho mayor en el caso del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko que en el de la Tierra. Ello, combinado con su forma compleja y su órbita muy elíptica, provoca una distribución dispar de los meses de verano e invierno entre los dos hemisferios. El hemisferio norte del cometa experimenta un largo verano que dura 5.6 años cuando el cometa se encuentra lejos del Sol; en cambio, el hemisferio sur tiene una estación estiva corta pero intensa de unos diez meses.
Actualmente la cara sur del cometa mira en dirección contraria a la del Sol y está atrapada en una noche polar. Sin embargo, en mayo empezará de nuevo a ver la luz. «Esperamos que entonces la erosión aumente significativamente», afirma el investigador principal de OSIRIS, Holger Sierks del Instituto Max Planck de Investigación del Sistema Solar.