Remolinos en los restos del Big Bang pueden guardar pistas sobre la infancia del universo
16/12/2013 de University of Chicago
Científicos del Telescopio del Polo Sur han detectado por primera vez una sutil distorsión en la luz más antigua del Universo, que podría ayudar a revelar secretos sobre los momentos más iniciales de la formación del Universo.
Los científicos observaron patrones retorcidos en la polarización del fondo cósmico de microondas – luz que interactuó por última vez con la materia muy al principio de la historia del universo, menos de 400 000 años después del Big Bang. Estos patrones, conocidos como»modos B», son producidos por lentes gravitatorias, un fenómeno que ocurre cuando la trayectoria de la luz es torcida por un objeto masivo, de modo muy parecido a como una lente enfoca la luz.
«La detección de la polarización de modos B por el Telescopio del Polo Sur es un hito muy importante, un logro técnico que indica que está por llegar física emocionante», afirma John Carlstrom, de la Universidad de Chicago y del Instituto Kavli de Física Cosmológica.
El fondo cósmico de microondas es un mar de fotones (partículas de luz) que quedaron después del Big Bang, que permea todo el espacio, a una temperatura de menos 270 grados, sólo 3 grados por encima del cero absoluto. Las medidas de esta antigua radiación ya han proporcionado a los científicos una gran cantidad de información sobre las propiedades del Universo. Variaciones diminutas en la temperatura de la luz han sido medidas y cartografiadas cuidadosamente por todo el cielo con múltiples experimentos, y los científicos están extrayendo incluso más información de la luz polarizada.
El cuidadoso estudio de los modos B ayudará a los científicos a comprender mejor el Universo. Los patrones pueden ser empleados para cartografiar la distribución de la materia, definiendo, por tanto, con más precisión importantes propiedades cosmológicas como las masa de los neutrinos, diminutas partículas elementales que prevalecen por todo el cosmos.