Otro soles giran con la velocidad correcta
18/5/2016 de Leibniz Institute for Astrophysics Potsdam (AIP)
Imagen en falso color del cúmulo estelar abierto M67, a partir de imágenes en rojo, verde y azul tomadas con filtros Johnson B, V y G con el instrumento WiFSIP/STELLA desde Tenerife. Crédito: AIP.
Astrofísicos del Leibniz Institute for Astrophysics Potsdam (AIP) y de la Universidad Johns Hopkins de Baltimore han medido, por primera vez, los periodos de rotación de las estrellas de un cúmulo casi tan viejo como el Sol, encontrando que son similares. Resulta que estas estrellas giran una vez cada 26 días, justo como nuestro Sol. Este descubrimiento refuerza de manera importante lo que se conoce como la conexión solar-estelar, un principio fundamental que guía gran parte de la astrofísica solar y estelar moderna.
Este principio – que el Sol es una estrella – no fue demostrado hasta el siglo 19, cuando se midieron las distancias a las estrellas más cercanas. Nos permite utilizar el Sol, la única estrella que podemos observar con detalle, para estudiar procesos que ocurren en otras estrellas, y al revés, usar otras estrellas para inferir el pasado y el futuro de nuestro Sol. Los periodos de rotación estelar son un dato clave de los fenómenos magnéticos en las estrellas.
El equipo del AIP/JHU trabajó con el cúmulo abierto M67, de 4 mil millones de años de edad, el único cúmulo accesible de estrellas con la edad del Sol. Midieron diminutas variaciones periódicas de la luz de veinte estrellas similares al Sol causadas por manchas estelares de sus superficies, al ser transportadas por el disco durante la rotación de la estrella. Dado que las estrellas estudiadas son bastante viejas, sus manchas estelares son relativamente pequeñas, similares a las que podemos encontrar en nuestro Sol pero diminutas en comparación con las visibles en estrellas más jóvenes. Las medidas solo fueron posibles gracias a la exquisita sensibilidad del telescopio espacial Kepler, ahora reconvertido en la misión K2.
«Con la medida de los periodos de rotación de estrellas de hasta la edad de nuestro Sol podemos ahora trazar atrás en el tiempo la evolución de nuestra estrella con confianza».