Observaciones del telescopio Hubble sugieren la presencia de un océano subterráneo bajo la mayor luna de Júpiter
13/3/2015 de Hubble site
Ilustración artística de la luna Ganímedes en órbita alrededor del planeta gigante Júpiter. El telescopio espacial Hubble observó auroras en la luna que están controladas por los campos magnéticos de Ganímedes. Dos auroras ovales pueden verse a latitudes medidas en los hemisferios norte y sur. Los datos del Hubble permitieron medir pequeños desplazamientos en los cinturones de las auroras debidos a la influencia del intenso campo magnético de Júpiter. Esto permite estudiar el interior de la luna. La presencia de un océano salino bajo la corteza helada de la luna reduce el desplazamiento de los óvalos medidos con el Hubble. Crédito: NASA, ESA, y G. Bacon (STScI).
El telescopio espacial Hubble de NASA /ESA ha encontrado los mejores indicios hasta la fecha de la existencia de un océano subterráneo de agua salada en Ganímedes, la mayor luna de Júpiter. El océano subterráneo se piensa que contiene más agua que toda la que hay en la superficie de la Tierra.
Ganímedes es la mayor luna de nuestro Sistema Solar y la única que posee su propio campo magnético. El campo magnético produce auroras, que son cintas de gas caliente electrificado brillante, en regiones alrededor de los polos norte y sur de la luna. Debido a que Ganímedes se encuentra cerca de Júpiter, se encuentra también dentro del campo magnético de Júpiter. Cuando el campo magnético de Júpiter cambia, las auroras en Ganímedes también cambian, moviéndose en una dirección y la contraria.
Observando el movimiento de las dos auroras, los científicos han podido determinar que existe una gran masa de agua salada bajo la corteza de Ganímedes, que afecta a su campo magnético.
Un equipo de científicos dirigido por Joachim Saur de la Universidad de Colonia (Alemania) tuvo la idea de usar el Hubble para conocer más acerca del interior de la luna. Si hubiera un océano de agua salada, el campo magnético de Júpiter crearía un campo magnético secundario en el océano opuesto al campo de Júpiter. Esta «fricción magnética» suprimiría el movimiento de las auroras. Este océano lucha contra el campo magnético de Júpiter con tanta intensidad que reduce el movimiento de las auroras a 2 grados en lugar de 6 grados, que sería el caso si no hubiera océano.
Los científicos estiman que el océano tiene unos 100 km de profundidad (10 veces más que los oceános de la Tierra) y está enterrado bajo una corteza de 150 km de grosor, compuesta principalmente por hielo.