No detectan «plumas» en Europa en los datos de Cassini
22/12/2014 de JPL
La luna helada Europa de Júpiter muestra signos de actividad, incluyendo su corteza fracturada y multitud de cráteres de impacto. Los científicos continúan buscando la confirmación de actividad de plumas. Crédito: NASA/JPL-Caltech/SETI Institute
Una nueva revisión de datos obtenidos por la misión Cassini de NASA durante su paso por Júpiter en 2001 muestra que la tenue atmósfera de Europa es incluso más fina de lo que se pensaba, y también sugiere que la delgada capa de gas caliente que rodea la luna no muestra evidencias de chorros de material que se produjeran en el momento de la aproximación. Esta nueva investigación proporciona una instantánea del estado de actividad de Europa en aquel momento, y sugiere que, si hay actividad de chorros o «plumas» en ese momento, sugiriendo que, si existe actividad de plumas, es probablemente intermitente.
Miembros del equipo del espectrógrafo ultravioleta de Cassini UVIS analizaron los datos tomados por su instrumento durante el breve tiempo en que pudo observar Europa en 2001, mientras Cassini cruzaba el sistema de Júpiter de camino a Saturno. Las observaciones muestran que la mayor parte del gas caliente excitado, o plasma, que hay alrededor de Europa no se origina en la propia luna, sino en volcanes de la cercana luna Io. De hecho, a partir de sus datos, los investigadores calcularon que Europa aporta 40 veces menos oxígeno de lo que se pensaba al ambiente que la rodea.
«Nuestro trabajo muestra que los investigadores han sobrestimado bastante la densidad de la atmósfera de Europa » afirma Don Shemansky, director del estudio. El equipo descubrió que la tenue atmósfera de la luna, que ya se pensaba que era millones de veces menos densa que la atmósfera de la Tierra, es de hecho unas 100 veces menos densa de lo señalado en esas estimaciones previas.
Esta revisión a la baja de la cantidad de oxígeno que Europa bombea al ambiente alrededor de Júpiter haría menos probable que la luna expulsara regularmente chorros o plumas de vapor de agua a órbita, especialmente cuando se tomaron los datos.