Monitorizando la insana actividad volcánica en Io desde la comodidad de la Tierra
Observar erupciones volcánicas activas debe hacerse, definitivamente, desde una cierta distancia, pero un grupo de investigadores de California ha pensado cómo hacerlo desde la comodidad de casa. Utilizando una ingeniosa combinación de rastreos telescópicos realizados desde tierra y datos de archivo, han compilado casi 40 casos claros de efusivas erupciones volcánicas y explosiones a alta temperatura en la diminuta luna de Júpiter Io, mostrando detalles de hasta 100 km en la superficie de la luna.
Los volcanes en erupción de Io pueden verse directamente desde tierra utilizando telescopios clásicos. Io es un satélite relativamente pequeño (3600 kilómetros de diámetro), casi el mismo tamaño que nuestra luna, situado mucho más lejos (4.2 veces la distancia entre el Sol y la Tierra, es decir, a 630 millones de kilómetros). Debido al pequeño tamaño aparente de Io, la observación de los detalles en su superficie ha permanecido tradicionalmente fuera de las capacidades de los telescopios instalados en el suelo de la Tierra.
Para superar esta limitación, ingenieros y científicos planetarios diseñaron naves espaciales que visitaran el sistema joviano, incluyendo Io. En 1979, Voyager 1 reveló la dinámica actividad volcánica de Io a partir de las primeras fotografías cercanas de su superficie, que capturaron extraños terrenos volcánicos, penachos activos y puntos calientes. La nave espacial Galileo permaneció en órbita en el sistema joviano desde 1995 a 2003 y observó más de 160 volcanes activos y un amplio rango de estilos de erupción. Varias cuestiones importantes quedaron para la era post-Galileo, y el origen y evolución térmica a largo plazo de la actividad volcánica de Io todavía no se conoce completamente.
Mientras, los astrónomos planetarios han desarrollado instrumentos para romper la barrera de visibilidad» y mejorar la calidad de la imagen de los telescopios en tierra. El emborronamiento introducido por el movimiento constante de la atmósfera de la Tierra puede ser corregido en tiempo real usando óptica adaptativa, que proporciona una imagen con una resolución cercana al límite de difracción del telescopio. Desde 2001, todos los telescopios de 8-10 metros han sido equipados con esta tecnología.
Las nuevas observaciones han revelado erupciones jóvenes y energéticas. Se detectan fácilmente por su inmensa emisión térmica a longitudes de onda cortas, implicando que la erupción tiene una alta temperatura. El equipo observó el despertar del volcán Tvashtar al mismo tiempo que lo hizo la nave espacial New Horizons, que pasó por Júpiter en su camino hacia Plutón. A partir de un estudio combinado basado en tres telescopios, anunciaron que la erupción fue detectable desde abril de 2006 a septiembre de 2007. Observaciones más antiguas de la nave espacial Galileo y el observatorio W.M. Keck muestran que este volcán mostró anteriormente un estilo de erupción como de una fuente de fuego, que empezó en noviembre de 1999 y duró 15 meses. De forma parecida, Pillan, una erupción energética detectada por la nave Galileo desde 1996 a 1999, mostró una actividad esporádica de nuevo en agosto de 2007, que fue anunciada por el equipo que estaba usando el telescopio W.M. Keck.