Mientras las estrellas se forman, los campos magnéticos influyen sobre regiones grandes y pequeñas
31/3/2015 de Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics (CfA) / Nature
La nebulosa Pata de Gato, también conocida como NGC 6334, cobra vida en esta imagen infrarroja tomada por el telescopio espacial Spitzer. Un nuevo estudio de esta nebulosa encuentra que los campos magnéticos influyen en la formación de estrellas a distintas escalas, desde cientos de años-luz a una fracción de año-luz. En esta fotografía el rojo muestra la luz correspondiente a una longitud de onda de 8 micras, el verde corresponde a 4 micras y el azul a 3.6 micras. Crédito: S. Willis (CfA); NASA/JPL-Caltech/SSC.
Las estrellas se forman cuando la gravedad junta material dentro de nubes gigantescas de gas y polvo. Pero la gravedad no es la única fuerza que interviene. También la turbulencia y los campos magnéticos luchan contra la gravedad, revolviéndolo todo o canalizando y restringiendo los flujos del gas, respectivamente. Una nueva investigación que se centra en los campos magnéticos muestra que influyen en la formación de estrellas a una gran variedad de escalas, desde cientos de años-luz a una fracción de año-luz.
El nuevo estudio, publicado electrónicamente en la revista Nature el 30 de marzo, investiga la nebulosa Pata de Gato, también conocida como NGC 6334. Esta nebulosa contiene material equivalente a 200 000 soles que está juntándose para formar nuevas estrellas, algunas con hasta 30 ó 40 veces la masa de nuestro Sol. Se encuentra a 5500 años-luz de la Tierra, en la constelación de Escorpio.
Los investigadores midieron cuidadosamente la orientación de los campos magnéticos dentro de la Pata de Gato. «Descubrimos que la dirección del campo magnético se mantiene bastante bien a grandes y pequeñas escalas, implicando que la gravedad propia y la turbulencia de la nube no son capaces de alterar significativamente la dirección del campo», afirma Hua-bai Li, que ha realizado las observaciones de alta resolución mientras era investigador postdoctoral del Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics (CfA).
Este trabajo constituye la primera vez que han sido medidos los campos magnéticos de una sola región a tantas escalas diferentes. También tiene implicaciones interesantes para la historia de nuestra galaxia. Cuando una nube molecular colapsa para formar estrellas, los campos magnéticos detienen el proceso. Como resultado, sólo una fracción del material de la nube es incorporado en estrellas. El resto es dispersado por el espacio, donde queda disponible para formar nuevas generaciones de estrellas. Gracias a los campos magnéticos, el proceso de formación de estrellas es más amplio.