Marzo 2015
Vida «no como la conocemos» es posible en la luna Titán de Saturno
2/3/2015 de Cornell University
Representación de un azotosoma de 9 nanometros, el tamaño de un virus, con parte de la membrana cortada para mostrar el interior hueco. Crédito: James Stevenson.
El agua líquida es una exigencia para la vida en la Tierra. Pero en otros mundos mucho más fríos, la vida podría existir más allá de los límites de la química del agua.
Tomando un enfoque imaginativo al tiempo que rigurosamente científico, ingenieros químicos y astrónomos de Cornell ofrecen ahora un patrón para la vida que podría desarrollarse en un inhóspito y frío mundo, específicamente Titán, la luna gigante de Saturno. Un cuerpo planetario bañado en mares, no de agua sino de metano líquido. Titán podría albergar células basadas en metano, sin oxígeno, capaces de metabolizar, reproducirse y hacer todo lo que la vida hace en la Tierra.
La membrana celular teórica que proponen está formada por pequeños componentes orgánicos de nitrógeno y es capaz de funcionar a las temperaturas en que el metano es líquido, esto es 145 grados bajo cero.
Los ingenieros han llamado a su membrana celular teórica «azotosoma». El azotosoma está hecho de moléculas de nitrógeno, carbono e hidrógeno, que se sabe que existen en los fríos mares de Titán, pero muestra la misma estabilidad y flexibilidad que su análogo en la Tierra, el liposoma.
Un nuevo vaquero espacial de NASA despliega su «lazo»
2/3/2015 de NASA
La misión Soil Moisture Active Passive (SMAP) de NASA producirá mapas globales de alta resolución de la humedad del suelo para rastrear la disponibilidad de agua por nuestro planeta y guiar las decisiones políticas. Crédito: NASA/JPL-Caltech.
Como un vaquero en un rodeo, el más nuevo de los satélites de observación de la Tierra de NASA, el Soil Moisture Active Passive (SMAP), ha levantado triunfalmente su brazo y desplegado un enorme «lazo» dorado (antena) que pronto girará para capturar los mejores mapas de humedad del suelo jamás obtenidos desde el espacio.
Lanzado el 31 de enero desde la base de la fuerza aérea Vandenberg de California en un cohete Delta II, SMAP está ahora literalmente cabalgando firme en su silla mientras continúa superando con éxito los procedimientos de comprobación de su fase de comisionado, que durará tres meses. Los análisis de la unidad de datos de medida de inercia y otros datos de telemetría confirman que el desplegado de la antena, realizado el 24 de febrero, ha sido completamente exitoso.
La misión de como mínimo 3 años de SMAP ampliará nuestra comprensión de la humedad del suelo, una componente clave del sistema de la Tierra que relaciona el agua, la energía y los ciclos de carbono que dirigen nuestro planeta. Los instrumentos de radar y los radiómetros de SMAP observarán el suelo hasta 5 centímetros de profundidad, a través de nubes y cubiertas moderadas de vegetación, día y noche, para producir los mapas con la mayor resolución y más precisos que se hayan conseguido jamás desde el espacio. SMAP también detectará si el suelo está congelado o descongelado. Detectar variaciones en el momento del deshielo en primavera y cambios en la longitud de las estaciones ayudarán a los científicos a determinar con mayor precisión cuánto carbono eliminan las plantas de la atmósfera cada año.
Descubren estrellas recién nacidas en el límite de la Galaxia
2/3/2015 de Royal Astronomical Society
Imagen en negativo, tomada por el satélite WISE de NASA, del cúmulo recién descubierto Camargo 438. El cúmulo se encuentra a unos 16 000 años-luz de distancia, por lo que la imagen tiene un ancho de unos 24 años-luz. Los puntos negros de la imagen son estrellas individuales. Crédito: D. Camargo/NASA/WISE.
Un equipo de astrónomos brasileños, dirigido por Denilso Camargo de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul, ha realizado un notable descubrimiento: un cúmulo de estrellas que se están formando en el propio límite de la Galaxia.
La Vía Láctea, la galaxia en la que vivimos, tiene la forma de una espiral barrada, con brazos de estrellas, gas y polvo que se curvan partiendo de una barra central. Vista de canto, la Galaxia parecería relativamente plana, con la mayor parte del material distribuido en un disco y en las regiones centrales. Las estrellas se forman en el interior de densas concentraciones de gas en lo que se denominan nubes moleculares gigantes, localizadas principalmente en la parte interna del disco galáctico. Como existen muchas de estas concentraciones en cada nube, la mayoría (si no todas) las estrellas nacen juntas en cúmulos.
El equipo de Denilso no sólo ha descubierto nubes moleculares gigantes a miles de años-luz por encima y por debajo del disco galáctico, sino que una de ellos contenía, inesperadamente, dos cúmulos de estrellas. Esta es la primera vez que los astrónomos han encontrado estrellas naciendo en un lugar tan remoto. Los nuevos cúmulos, llamados Camargo 438 y 439, están dentro de la nube molecular HRK 81.4-77.8. Se piensa que esta nube tiene una edad de unos 2 millones de años. Se encuentra a unos 16 000 años-luz por debajo del disco galáctico, a una distancia enorme de la regiones habituales de formación estelar.
Denilso piensa que hay dos explicaciones posibles. Una es que episodios violentos como explosiones de supernova expulsaron gas y polvo fuera del disco galáctico. El material se juntó de nuevo, formando nubes moleculares gigantes. Otra posibilidad sería que la interacción entre nuestra Galaxia y sus satélites, las galaxias conocidas como Nubes de Magallanes, podría haber perturbado el gas que se precipita hacia la Galaxia, de nuevo conduciendo a la formación de nubes moleculares gigantes.
Nuevos hallazgos encontrados en colisiones de agujeros negros
2/3/2015 de UT Dallas
En un sistema binario de agujeros negros, las direcciones del momento angular debido a la rotación de cada agujero negro (flechas rojas) y el momento angular orbital total del sistema (flecha azul), cambian (o precesionan) con el tiempo. Gráfico de Midori Kitagawa.
Nuevas investigaciones, dirigidas por el Dr. Michael Kesden de UT Dallas, revelan nuevos datos sobre el evento más energético del universo, la fusión de dos agujeros negros en rotación, orbitando uno al otro, para formar un agujero negro mucho mayor. Los resultados proporciona, por primera vez, soluciones a ecuaciones que describen las condiciones que se dan mientras dos agujeros negros de un sistema binario giran y se precipitan en espiral uno hacia el otro para acabar chocando.
Kesden afirma que las soluciones deberían de tener un impacto importante no sólo en el estudio de agujeros negros, sino también en la búsqueda de ondas gravitacionales en el cosmos. La teoría general de la relatividad predice que dos objetos masivos en órbita en un sistema binario deberían de acercarse mientras el sistema emite un tipo de radiación llamado ondas gravitacionales.
«Una carga eléctrica acelerando, como un electrón, produce radiación electromagnética, incluyendo ondas de luz visible. De modo similar, cada vez que tienes una masa que acelera, puedes producir ondas gravitacionales», cometan Kesden. Aunque las teorías de Einstein predicen la existencia de ondas gravitacionales, éstas no han sido directamente detectadas todavía. Este año, un experimento llamado Interferometer Gravitational-Wave Observatory (LIGO), intentará ser el primero que lo haga.
«Las ecuaciones que hemos resuelto ayudan a predecir las características de las ondas gravitacionales que LIGO esperaría ver en fusiones de agujeros negros binarios», afirma Kesden. Las nuevas soluciones describen las orientaciones de la rotación de cada uno de los agujeros negros y cómo cambian (su precesión).
Una galaxia envejecida en un joven universo
3/3/2015 de Nature
Esta espectacular vista desde el telescopio espacial Hubble de NASA/ESA, muestra al rico cúmulo de galaxias Abell 1689. La enorme concentración de masa dobla la luz procedente de objetos más distantes y puede aumentar su brillo total aparente, haciéndolos visibles. Señalado con un recuadro, vemos uno de estos objetos: A1689-zD1 (aunque, en esta foto, apenas es visible). Nuevas observaciones llevadas a cabo con ALMA y con el telescopio VLT de ESO, han revelado que este objeto es una galaxia polvorienta vista cuando el universo tenía tan sólo 700 millones de años. Crédito: NASA; ESA; L. Bradley (Johns Hopkins University); R. Bouwens (University of California, Santa Cruz); H. Ford (Johns Hopkins University); and G. Illingworth (University of California, Santa Cruz).
Una de las galaxias más lejanas jamás observadas proporciona a los astrónomos la primera detección de polvo en un remoto sistema de formación estelar de este tipo, una prometedora evidencia para explicar la rápida evolución de las galaxias después del Big Bang. Para recoger el débil resplandor del polvo frío en la galaxia A1689-zD1, las nuevas observaciones han utilizado el conjunto ALMA; para medir su distancia lo han hecho con el Very Large Telescope de ESO.
Un equipo de astrónomos, liderado por Darach Watson, de la Universidad de Copenhague, ha utilizado el instrumento X-shooter, instalado en el Very Large Telescope, junto con ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array), para observar una de las galaxias más remota y más joven jamás encontrada. Se sorprendieron al descubrir un sistema mucho más evolucionado de lo esperado, ya que tenía una fracción de polvo similar a una galaxia como la Vía Láctea, mucho más evolucionada. Este polvo es vital para la vida, ya que ayuda en la formación de planetas, moléculas complejas y estrellas normales.
El objeto se llama A1689-zD1. Podemos verlo gracias a que una lente gravitatoria (en forma de espectacular cúmulo de galaxias – Abell 1689 – que se encuentra entre la joven galaxia y la Tierra) amplifica su brillo más de nueve veces. Sin este fenómeno gravitacional, el resplandor de esta lejana galaxia habría sido demasiado débil para detectarlo.
Estamos viendo a A1689-zD1 cuando el universo tenía sólo unos 700 millones de años (el cinco por ciento de su edad actual). Sorprendentemente, la galaxia A1689-zD1 parecía estar emitiendo una gran cantidad de radiación en el infrarrojo lejano, indicando que ya había producido muchas de sus estrellas y cantidades significativas de metales, revelando que no sólo contenía polvo sino que tenía una proporción polvo-gas similar a la de galaxias mucho más maduras.
Los resultados sugieren que A1689-zD1 ha estado formando estrellas uniformemente a un ritmo moderado desde 560 millones de años después del Big Bang, o bien ha pasado de forma muy rápida por su fase de brote estelar (starburst) antes de entrar en una etapa de declive en cuanto a formación de estrellas.
La gigantesca «Y» del cielo de Venus se debe a una onda distorsionada por el viento
3/3/2015 de Instituto de Astrofísica de Andalucía – CSIC
El planeta Venus, visto diferentes longitudes de onda (IR: infrarrojo; NIR: infrarrojo cercano; VIS: visible; UV: ultravioleta). Fuente: Javier Peralta (IAA).
El planeta Venus, que aparece cubierto por una densa capa de nubes sin rasgos destacables, muestra sin embargo unas llamativas estructuras oscuras cuando se observa en el ultravioleta. La mayor de ellas, que abarca casi todo el disco del planeta y presenta forma de «Y», ha supuesto una incógnita desde su hallazgo hace más de medio siglo. Ahora, un trabajo encabezado por astrónomos del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), con participación de la Universidad del País Vasco y del Instituto de Astrofísica e Ciências do Espaço (Portugal), ha descrito el mecanismo que la sustenta e incluso ha logrado reproducir, por primera vez, su evolución a lo largo de un mes.
Cuando se descubrió, los astrónomos pensaron que la Y era solo una agrupación de nubes arrastrada por el viento. Sin embargo, los datos de la misión Mariner 10 (NASA) desvelaron en 1973 que la estructura no solo se propagaba como un todo, sino que lo hacía a una velocidad distinta a la del medio a su alrededor. «Se llegó a la conclusión de que solo podía tratarse de una onda, o una perturbación periódica en la variables atmosféricas, pero no sabíamos de qué tipo», señala Javier Peralta, investigador del IAA-CSIC que lidera este estudio, elegido como portada en Geophysical Research Letters y destacado en la revista Science.
Estas estructuras oscuras revelaron la presencia masiva de un compuesto aún desconocido que absorbe la radiación ultravioleta y oscurece esas regiones. Y también permitieron conocer el carácter «superrotante» de la atmósfera de Venus: mientras que el planeta tarda 243 días en girar sobre sí mismo, la atmósfera da una vuelta en torno al planeta cada cuatro días. «Una onda del tamaño de la Y debe jugar un papel clave en la explicación de por qué la atmósfera gira sesenta veces más deprisa que la superficie, de modo que entender esta estructura era crucial», apunta Peralta (IAA-CSIC).
La forma de Y se debe a la distorsión que los vientos producen en esta onda. «El fuerte viento que sopla hacia el oeste en Venus es más o menos constante desde el ecuador hasta latitudes medias. Pero como a latitudes altas el radio de la circunferencia es menor, los vientos completan una vuelta más deprisa que en el ecuador, por lo que la onda se va distorsionando – explica Javier Peralta (IAA-CSIC). Su color oscuro se debe a que la onda empuja hacia arriba y concentra el misterioso absorbente ultravioleta.
Una investigación llega al núcleo de la formación de la Tierra
3/3/2015 de Lawrence Livermore National Laboratory (LLNL) / Nature Geosicences
Esta ilustración artística muestra un impacto de escala planetaria contra la Luna. Ilustración de W.K. Hartmann.
Choques violentos entre la Tierra que crecía y otros objetos del sistema solar generaron cantidades importantes de vapor de hierro, según un nuevo estudio realizado por Richard Kraus (LLNL) y sus colegas.
Para los científicos planetarios, una de las áreas de investigación más importante y compleja es predecir cómo se formaron y evolucionaron los planetas hasta su estado actual. Hablando de forma general, los planetas se forman por una serie de impactos, siendo la velocidad de estos impactos baja al principio, de unos pocos kilómetros por hora, pero más rápidos a medida que los planetas crecían, hasta los 160 000 kilómetros por hora.
Los resultados de este estudio muestran que el hierro se vaporiza fácilmente durante episodios de impactos, incluso en los impactos a velocidades mucho más bajas de lo que se pensaba.
«Esto produce un cambio en cómo pensamos que ocurrieron procesos como la formación del núcleo de hierro de nuestra Tierra», afirmó Kraus. «En vez de que el hierro de los objetos que chocaban se hundiera directamente al núcleo en crecimiento de la Tierra, el hierro se vaporiza y esparce por la superficie dentro de un penacho de vapor. Después de enfriarse, el vapor habría condensado, produciendo una lluvia de hierro que se mezcló con el manto, todavía fundido, de la Tierra.
Nave espacial de NASA próxima a la histórica llegada a un planeta enano
3/3/2015 de JPL
Ilustración artística que representa la llegada de la nave espacial Dawn de NASA al planeta enano Ceres, el cuerpo más masivo del cinturón de asteroides. Dawn es la primera misión que visitará un planeta enano, un cuerpo esférico que está en órbita alrededor del Sol pero que, a diferencia de un planeta, no limpia de otros objetos su camino orbital. Crédito: NASA/JPL-Caltech.
La nave espacial Dawn ha enviado nuevas imágenes captadas al aproximarse su histórica inserción en órbita en el planeta enano Ceres. Dawn será la primera misión que consiga visitar un planeta enano cuando entre en órbita alrededor de Ceres este viernes, 6 de marzo.
Las imágenes más recientes muestran numerosos cráteres y brillantes e inusuales manchas que los científicos piensan que nos dicen cómo Ceres, el primer objeto descubierto en el cinturón de asteroides de nuestro Sistema Solar, se formó y si su superficie está cambiando. A medida que la nave describe órbitas espirales acercándose al planeta enano, los investigadores buscarán signos de cambios en estas extrañas formaciones, lo que sugeriría la existencia en la actualidad de actividad geológica.
«El estudio de Ceres nos permite realizar una investigación histórica en el espacio, abriendo una ventana al capítulo inicial de la historia de nuestro Sistema Solar», afirma Jim Green, director de la División de Ciencia Planetaria de NASA en Washington. «Los datos que envíe Dawn podrían producir descubrimientos importantes en nuestra comprensión acerca de cómo se formó el Sistema Solar».
El astrónomo siciliano Padre Giuseppe Piazzi, descubrió Ceres en 1801. A medida que se encontraron más objetos en esta región, se les empezó a conocer como asteroides o planetas menores. Inicialmente Ceres fue clasificado como planeta y luego fue llamado asteroide. En reconocimiento a sus características similares a las de los planetas, Ceres fue designado como planeta enano en 2006, junto con Plutón y Eris.
Lejos de casa: un cúmulo extraviado es a la vez diminuto y lejano
4/3/2015 de Observatorio Gemini
Imagen del cúmulo estelar Kim 2 tomada con el espectrógrafo multi-objeto de Gemini en modo imagen, en banda g. Crédito: Gemini Observatory.
Como el perrito perdido que vaga demasiado lejos de casa, así han encontrado los astrónomos a un grupo de estrellas anormalmente pequeño y lejano que parece fuera de lugar. El cúmulo, compuesto por sólo un puñado de estrellas, está situado lejos, en los «suburbios» de la Vía Láctea. Este situado en un lugar en el que los astrónomos nunca antes habían visto un cúmulo de estrellas.
El nuevo cúmulo de estrellas ha sido descubierto por Dongwon Kim, estudiante de doctorado de la Universidad Nacional Australiana, junto con un equipo de astrónomos (Helmut Jerjen, Antonino Milone, Dougal Mackey, and Gary Da Costa) que están llevando a cabo el proyecto de rastreo Stromlo de satélites de la Vía Láctea.
«El cúmulo es poco brillante, muy débil, y se encuentra realmente en los arrabales de nuestra Vía Láctea», afirma Kim. «De hecho, este grupo de estrellas se encuentra unas diez veces más lejos que el cúmulo estelar promedio del halo de nuestra galaxia – es un perrito perdido», añade Mackey. Los cúmulos globulares son ciudades esféricas de estrellas que forman un extenso halo alrededor del núcleo de nuestra Galaxia, y los más brillantes pueden verse fácilmente con telescopios de aficionados o incluso con binoculares. Sin embargo, este nuevo descubrimiento ha tenido que ser confirmado con uno de los mayores telescopios del mundo, «es definitivamente una rara esfera diminuta», comenta Milone.
El nuevo cúmulo de estrellas, llamado Kim 2, también muestra indicios de pérdidas importantes de masa a lo largo de su historia. Las simulaciones por computadora predicen que como consecuencia de su evolución a lo largo de miles de millones de años, incluyendo la lenta pérdida de estrellas debido a la atracción gravitatoria de la Vía Láctea, los cúmulos de estrellas deberían de estar ordenados de modo que sus estrellas más masivas se concentraran hacia los centros. «Esta ‘segregación por masa’ ha sido difícil de observar, particularmente en cúmulos de poca masa, pero los excelentes datos de Gemini revelan que Kim 2 parece estar diferenciado en masa y, por tanto, probablemente ha perdido mucha de su masa original», afirma Da Costa. El descubrimiento sugiere que un números importante de cúmulos globulares de luminosidad baja podría haber existido en el halo cuando la Vía Láctea era más joven, pero la mayoría de ellos podría haberse evaporado a causa de procesos dinámicos internos.
OSIRIS capta la sombra de Rosetta
4/3/2015 de ESA
Imagen de 228 x 228 m de la región Imhotep del cometa 67P/Churyumov-Gersimenko, observada por la cámara OSIRIS durante el sobrevuelo de Rosetta a las 12:39 UT el 24 de febrero de 2015. La imagen fue tomada a seis kilómetros por encima de la superficie del cometa, y la resolución de la imagen es de sólo 11 cm/pixel. La borrora sombra de Rosetta mide unos 20×50 metros, y se ve en la parte inferior de la imagen. Crédito: ESA/Rosetta/MPS for OSIRIS Team MPS/UPD/LAM/IAA/SSO/INTA/UPM/DASP/IDA.
Imágenes de la cámara científica OSIRIS tomadas durante el sobrevuelo cercano del 14 de febrero han sido ahora enviadas a la Tierra, revelando la superficie del cometa 67P/C-G con detalle sin precedentes, incluyendo la sombra de la nave espacial rodeada por una corona de luz.
La imagen muestra un área cercana al límite de la «barriga» del cometa, cerca de la frontera regional Imhotep-Ash, donde una red de pendientes pronunciadas separa terrenos de aspecto suave de un área más escarpada. La imagen fue tomada desde una distancia de 6 km de la superficie del cometa, y tiene una resolución de 11 cm/pixel. Cubre un área de 228x 228 m.
Durante el sobrevuelo, Rosetta no sólo pasó más cerca del cometa que nunca, sino que lo hizo también buscando una geometría de observación especial: durante un corto lapso de tiempo, el Sol, la nave y el cometa estuvieron exactamente alineados. En esta disposición geométrica, las estructuras de la superficie casi no arrojan sombras y por tanto pueden estudiarse las propiedades de reflexión de la luz en el material de la superficie.
Realizan pruebas diagnósticas de un fallo eléctrico en el rover Curiosity de Marte
4/3/2015 de JPL
Esta imagen en color sin procesar de la cámara Mastcam muestra el taladro del rover justo después de finalizar una perforación en «Telegraph Peak» el 24 de febrero de 2015. Crédito: NASA/JPL-Caltech/MSSS.
El rover Curiosity de Marte seguirá estacionario durante varios días mientras los ingenieros realizan un análisis, después de que entrara en modo de protección contra fallos el 27 de febrero, que detuvo el proceso de transferencia de muestras de material entre los instrumentos en el brazo robótico del rover.
La telemetría recibida del robot indicaba que se había producido un breve cortocircuito y que el vehículo había seguido su respuesta programada, deteniendo la actividad del brazo que estaba en marcha en el momento en que se produjo el fallo en la corriente eléctrica.
Cuando se produjo el fallo, el robot estaba trasladando polvo de roca obtenida con el taladro del brazo a los instrumentos de laboratorio que se encuentran en el interior del robot. La muestra procede de una roca llamada «Telegraph Peak». El mismo procedimiento de transferencia se había completado con éxito en otras cinco perforaciones anteriores en 2013 y 2014.
Un satélite meteorológico explota en 43 fragmentos
4/3/2015 de SpaceDaily
Logo del Programa de Satélites Meteorológicos de Defensa (DMSP, por sus iniciales en inglés) de Estados Unidos. Crédito: Fuerza Aérea de USA.
La Fuerza Aérea estadounidense confirmó el pasado 26 de febrero un «evento catastrófico» que produjo la destrucción de un satélite meteorológico el 3 de febrero. El satélite, que había sido utilizado por los militares estadounidenses con anterioridad, explotó en 43 pedazos.
Los ingenieros sugieren que un pico de temperatura afectó a los rumbos de los satélites y provocó que el satélite DMSP-F13 perdiera el control de altitud. Era el más viejo de los satélites pertenecientes a la flota militar de satélites meteorológicos, y había dejado de operar casi completamente desde 2006, aunque todavía tomaba datos en modo de copia de seguridad, pero no participaba en la creación de modelos a largo plazo. Los oficiales de la Fuerza Aérea afirman que su pérdida tendrá efectos mínimos en relación con sus operaciones y habilidad de predicción meteorológica.
Los 43 fragmentos probablemente seguirán en órbita alrededor de la Tierra hasta que eventualmente regresen a la atmósfera debido a la atracción de la fuerza gravitatoria del planeta. Aunque existe la posibilidad de que estos escombros espaciales se encuentren con otros satélites, en la actualidad los ingenieros son capaces de maniobrar los vehículos espaciales, alejándolos del peligro. Actualmente existen unos 21 000 fragmentos de basura espacial con tamaños de 10 cm o mayores, en órbita alrededor de la Tierra.
La ‘lluvia’ galáctica podría ser clave en la formación de estrellas
5/3/2015 de Michigan State University / Nature
Un cúmulo de galaxias conocido como Abell 2597 es uno de los 200 estudiados por un equipo de astrónomos que trataba de determinar por qué algunas galaxias son más prolíficas en la creación de nuevas estrellas que otras. Liderado por MSU, el estudio ha descubierto que gases fríos y su relación con los agujeros negros del centro de los cúmulos, contribuyen a regular la formación de estrellas. Crédito: NASA/CXC/STSci/DSS/Magellan.
Algunas de las galaxias de nuestro Universo son verdaderos viveros de estrellas. Por ejemplo, nuestra Vía Láctea produce, en promedio, por lo menos una nueva estrella cada año. Otras quedaron estériles hace años, y ahora producen muy pocas estrellas nuevas o ninguna.
Por qué ocurre esto es una pregunta que ha preocupado a los astrónomos durante años. Pero ahora, más de 20 años de investigaciones realizadas por un equipo liderado por la universidad de Michigan, han culminado en lo que podría ser la respuesta a esa esquiva pregunta. Según un estudio que publican en la revista Nature, la ‘lluvia’ galáctica podría ser la clave para que una galaxia sea fértil.
El gas frío ayuda a que la creación de estrellas sea posible. Cuando las condiciones son correctas, estas nubes de gas frío ayudan a formar estrellas. Sin embargo, algunas de las nubes se precipitan a los agujeros negros que residen en el centro de los cúmulos de galaxias. Esto induce la formación de chorros de radiación que vuelven a calentar el gas como una antorcha, impidiendo que se formen más estrellas.
Los investigadores, empleando el observatorio de rayos X Chandra de NASA, analizaron rayos X de más de 200 cúmulos de galaxias. Pudieron observar cómo este proceso de precipitación afecta a los alrededores de algunos de los mayores agujeros negros del Universo.
Un planeta ‘criado’ por cuatro estrellas
5/3/2015 de JPL
Ilustración artística que muestra el sistema 30 Ari, con cuatro estrellas y un planeta. El planeta, un gigante de gas, completa una órbita alrededor de la estrella primaria (amarilla) en aproximadamente un año terrestre. La estrella primaria, llamada 30 Ari B, posee una compañera – la pequeña estrella enana roja mostrada arriba a la izquierda. Esta pareja de estrellas está ligada en una órbita de larga distancia con otra pareja de estrellas (arriba a la derecha) conocida como 30 Ari A. Crédito: Karen Teramura, UH IfA.
Crecer como planeta con más de una estrella progenitora tiene sus dificultades. Aunque los planetas de nuestro Sistema Solar giran alrededor de una sola estrella – nuestro Sol – otros planetas más lejanos llamados exoplanetas, pueden criarse en familias con dos o más estrellas. Los investigadores que desean conocer más acerca de las complejas influencias que las estrellas múltiples tienen sobre los planetas ahora disponen de dos casos nuevos: un planeta con tres progenitoras, y otro con cuatro.
Se trata de la segunda vez que se ha identificado un planeta en un sistema cuádruple de estrellas. Aunque el planeta era conocido ya, se pensaba que sólo tenía tres estrellas, no cuatro. El primer planeta con cuatro estrellas, KIC 4862625, fue descubierto en 2013 por científicos ciudadanos utilizando datos públicos de la misión Kepler de NASA.
Este último descubrimiento sugiere que los planetas en sistemas cuádruples de estrellas podrían ser menos raros de lo que se pensaba. De hecho, investigaciones recientes han demostrado que este tipo de sistemas de estrellas, que usualmente consiste en dos parejas de estrellas gemelas orbitando unas a otras a grandes distancias, es en sí mismo más común de lo que se creía.
El sistema planetario de cuatro estrellas recién descubierto, llamado 30 Ari, se encuentra a 136 años-luz en la constelación de Aries. El planeta gaseoso del sistema es enorme, con diez veces la masa de Júpiter, y completa una órbita alrededor de la estrella principal cada 335 días. La estrella principal tiene una estrella compañera relativamente cercana, a la que el planeta no orbita. Esta pareja, a su vez, está ligada en una órbita de larga distancia con otra pareja de estrellas que se encuentra a unas 1670 unidades astronómicas (una unidad astronómica es la distancia de la Tierra al Sol). Los astrónomos piensan que es muy poco probable que este planeta, o cualquier luna que tenga alrededor, pueda mantener vida.
El telescopio Subaru observa cambios rápidos en la cola de plasma de un cometa
5/3/2015 de Subaru Telescope
Esta animación muestra cambios en la estructura global de la cola de plasma del cometa Lovejoy. Se trata de 3 exposiciones de dos minutos tomadas en la banda I. La hora mostrada a la derecha corresponde al inicio de cada exposición en hora local hawaiana, el 4 de diciembre de 2013. Se observa que la cola se estrecha al pasar el tiempo. Crédito: NAOJ.
Imágenes de una observación en diciembre de 2013 del cometa C/2013 R1 (Lovejoy) revelan detalles claros sobre actividad rápidamente variable en la cola de plasma de dicho cometa.
La cola de plasma de un cometa se forma cuando moléculas de gas y átomos expulsados del cometa se encuentran con el viento solar. Los cambios y perturbaciones del viento solar pueden afectar al comportamiento y aspecto de esta cola de plasma, haciendo que se formen nódulos de material ionizado. El material de la cola de plasma se separa de la coma del cometa y fluye con el viento solar. En ese momento la cola de plasma puede tener un aspecto torcido.
Los cometas adecuados para que los astrónomos observen sus colas de plasma son relativamente raros – uno o dos al año. Durante su paso, la cola de plasma del cometa Lovejoy estaba casi perpendicular (83.5 grados) a la línea visual desde la Tierra. Esto lo convirtió en un excelente candidato para realizar observaciones de la estructura de su cola de plasma con la cámara Suprime-Cam del telescopio Subaru.
Durante las observaciones, el cometa mostró cambios muy rápidos en su cola en el transcurso de sólo 20 minutos. Estos cambios extremos en corto tiempo son el resultado de las interacciones con el viento solar, que está formado por partículas cargadas eléctricamente que fluyen constantemente desde el Sol. La razón de estos cambios rápidos todavía no se conoce bien.
Otro descubrimiento ha sido que los nódulos presentes en la cola de plasma, a unos 300 000 kilómetros del núcleo, se movían a una velocidad relativamente baja, a unos 20 – 25 kilómetros por segundo. Esto es mucho más despacio que lo medido en otros cometas, como el P/Halley, con nódulos que alcanzaban los 58 kilómetros por segundo. El equipo de observadores piensa que en este caso estaban observando el inicio de la aceleración de los nóduclos por el viento solar.
Descubren dos chorros del viento solar en la heliosfera
5/3/2015 de NASA
Una nueva simulación de la helisofera – la burbuja magnética que rodea el Sol – muestra que tiene dos chorros relativamente cortos saliendo de la parte delantera. Crédito: M. Opher/ Con permiso de la AAS.
Mientras el Sol se desplaza por la Galaxia, emite partículas cargadas eléctricamente en un flujo de plasma llamado viento solar. El viento solar, a su vez, crea una burbuja conocida como heliosfera, que se extiende más allá de los planetas del Sistema Solar. Durante décadas los científicos han imaginado la heliosfera con la forma de un cometa, con una cola muy larga extendiéndose hasta unos 750 mil millones de kilómetros, miles de veces la distancia de la Tierra al Sol.
Un nuevo estudio financiado por NASA sugiere ahora que la helisofera está de hecho dominada por dos chorros gigantes de material que salen hacia atrás desde los polos norte y sur del Sol, y que se mantienen confinados por la interacción del campo magnético del Sol con el campo magnético interestelar. Estos chorros se curvan formando dos colas relativamente cortas, hacia atrás. El resultado es una heliosfera sin esa larga cola; una heliosfera que se parece más a una luna creciente que a un cometa. Aún más, los dos chorros son similares a otros chorros astrofísicos observados en el espacio, así que su estudio podría abrir puertas para comprender estos chorros en el Universo.
«Todos asumían que la forma de la heliosfera venía dictada por el flujo del material interestelar que pasa rodeándola», afirma Merav Opher, astrónoma de la Universidad de Boston, directora de la investigación. «Los científicos pensaban que el viento solar fluyendo por esta cola podría fácilmente arrastrar los campos magnéticos de la heliosfera, creando esta larga cola. Pero resulta que los campos magnéticos son suficientemente fuertes como para resistir ese tirón, y lo que hacen es comprimir el viento solar y crear estos dos chorros».
Marte: el planeta que perdió vastos océanos de agua
6/3/2015 de ESO / Science
Esta ilustración muestra el aspecto que podría haber tenido Marte hace cuatro mil millones de años. El joven planeta Marte podría haber tenido suficiente agua como para cubrir completamente su superficie con una capa líquida de 140 metros de profundidad, pero lo más probable es que el líquido se acabase acumulando, formando un océano de casi la mitad del hemisferio norte de Marte, alcanzando en algunas regiones profundidades de más de 1,6 kilómetros. Crédito: ESO/M. Kornmesser.
De acuerdo con nuevos resultados publicados hoy, Marte albergó un primitivo océano que contenía más agua que el océano Ártico de la Tierra y que habría cubierto una parte de su superficie mayor que la que ocupa el océano Atlántico en nuestro planeta. Un equipo internacional de científicos ha utilizado el VLT (Very Large Telescope) de ESO, junto con los instrumentos del Observatorio W. M. Keck y el Telescopio Infrarrojo de la NASA, para monitorizar, durante un periodo de seis años, la atmósfera del planeta y trazar las propiedades del agua. Estos nuevos mapas son los primeros de su clase. Los resultados aparecen hoy en línea en la revista Science.
Hace unos cuatro mil millones de años, el joven planeta habría tenido suficiente agua como para cubrir toda su superficie con una capa líquida de 140 metros de profundidad, pero es más probable que el líquido se acabase acumulando, formando un océano que habría ocupado casi la mitad del hemisferio norte de Marte, alcanzando, en algunas regiones, profundidades superiores a 1,6 kilómetros.
Esta nueva estimación se basa en observaciones detalladas de dos formas ligeramente diferentes de agua en la atmósfera de Marte. Una es la forma más conocida del agua, compuesta por dos átomos de hidrógeno y uno oxígeno, el H2O. La otra es el HDO, o agua semipesada, una variación natural en la que un átomo de hidrógeno es reemplazado por una forma más pesada, llamada deuterio.
Como la forma deuterada es más pesada que el agua normal, no resulta tan fácil que se pierda en el espacio a través de la evaporación. Así, cuanto mayor sea la pérdida de agua del planeta, mayor proporción de HDO a H2O habrá en el agua restante.
Los nuevos resultados muestran que el agua atmosférica de la región cercana a los polos fue enriquecida en un factor siete en relación con el agua de los océanos de la Tierra, lo que implica que el agua de los casquetes de hielo permanentes de Marte está enriquecida ocho veces más. Para proporcionar un nivel tan alto de enriquecimiento, Marte debe haber perdido un volumen de agua 6,5 veces mayor que el de los casquetes polares actuales. El volumen del océano temprano de Marte debe haber sido, por lo menos, de 20 millones de kilómetros cúbicos.
Para Michael Mumma, científico senior en Goddard y segundo autor del artículo, «Con Marte perdiendo tanta agua, es muy probable que el planeta fuese húmedo durante mucho más tiempo de lo que se pensaba anteriormente, sugiriendo que el planeta podría haber sido habitable a lo largo de un periodo mayor”.
Una supernova termonuclear expulsa a la estrella más rápida de la Galaxia
6/3/2015 de Keck Observatory / Science
Ilustración artística de la fase de transferencia de masa seguida por una supernova de detonación doble que condujo a la expulsión de US 708. Mientras que esta ilustración muestra la supernova (abajo en el centro) y la estrella expulsada (izquierda) al mismo tiempo, en realidad la supernova habría dejado de verse mucho tiempo atrás antes de que la estrella alcanzara esta posición. Crédito: ESA/HUBBLE, NASA, S. GEIER.
Un equipo de científicos ha descubierto, con telescopios del observatorio W. M. Keck y Pan-STARRS1, una estrella que rompe el récord de velocidad galáctica, viajando a una velocidad de unos 1200 kilómetros por segundo. Esta velocidad es tan alta que la estrella escapará de la gravedad de nuestra Galaxia. En contraposición con las otras estrellas errantes conocidas, los científicos han demostrado que esta estrella compacta fue expulsada de un sistema binario, con sus componentes extremadamente cercanas entre sí, por una explosión termonuclear de supernova.
Las estrellas como el Sol están ligadas a nuestra Galaxia y están en órbita alrededor de su centro con velocidades moderadas. Sólo unas pocas, llamadas estrellas de hipervelocidad, se sabe que viajan con velocidades tan altas que no están ligadas, lo que significa que no están en órbita en la Galaxia sino que escaparán de su gravedad para vagar por el espacio intergaláctico.
Se presume que el mecanismo más plausible para expulsar estas estrellas de nuestra Galaxia es un encuentro cercano con el agujero negro supermasivo del centro de la Vía Láctea.
Los datos obtenidos por el equipo de astrónomos dirigido por Stephan Geier (European Southern Observatory, Garching) les permitieron determinar que la estrella US 708 se está moviendo a unos 1200 kilómetros por segundo – mucho más rápido que las velocidades de estrellas ya conocidas de nuestra galaxia la Vía Láctea. Y lo que es más importante, la trayectoria de US 708 descarta que el origen de su velocidad extrema sea el agujero negro supermasivo del centro galáctico.
US 708 es una estrella compacta de helio que está girando rápidamente, probablemente formada por la interacción con una compañera cercana. Por tanto, US 708 pudo haber residido inicialmente en un sistema binario ultracompacto, transfiriendo helio a una compañera enana blanca masiva, produciendo al final una explosión termonuclear de supernova de tipo Ia. En este escenario, la compañera superviviente, es decir, US 708, fue expulsada violentamente del sistema binaria destruido, y ahora está viajando a una velocidad extrema.
Hubble observa imágenes múltiples de una supernova por vez primera
6/3/2015 de Hubble / Science
Las enormes masas del cúmulo de galaxias MACS J1149+2223 y de una de sus galaxias desvían la luz de una supernova situada detrás, creando cuatro imágenes diferentes de ella. La luz ha sido aumentada y distorsionada debido al efecto de lente gravitatoria, y como resultado, las imágenes están dispuestas alrededor de la galaxia elíptica en una formación conocida como cruz de Einstein. Crédito: S. Rodney (John Hopkins University, USA) y el equipo FrontierSN; T. Treu (University of California Los Angeles, USA), P. Kelly (University of California Berkeley, USA) y el equipo GLASS; J. Lotz (STScI) y el equipo Frontier Fields; M. Postman (STScI) y el equipo CLASH; y Z. Levay (STScI).
Un equipo de astrónomos ha observado con el telescopio espacial Hubble de NASA/ESA, por primera vez, cuatro imágenes de una lejana estrella explotando. Las imágenes están dispuestas formando una cruz por la potente fuerza de gravedad de una galaxia que está delante, y que pertenece a un cúmulo masivo de galaxias. El descubrimiento aparece hoy publicado en una edición especial de la revista Science que conmemora el centenario de la teoría general de la relatividad de Einstein.
Las enormes masas de la galaxia y del cúmulo de galaxias MACS J1149+2223 en el que se encuentra, desvían la trayectoria que sigue la luz de una supernova mucho más lejana situada detrás, creando cuatro imágenes diferentes de ella. La luz ha sido aumentada y distorsionada debido al efecto de lente gravitatoria, y como resultado, las imágenes se encuentran colocadas alrededor de la galaxia elíptica en una formación conocida como cruz de Einstein.
Aunque los astrónomos han descubierto docenas de galaxias y cuásares con imágenes múltiples, nunca habían visto imágenes múltiples de una explosión estelar.
«La supernova parece 20 veces más brillante de lo que es su brillo natural», explica Jens Hjorth del Dark Cosmology Centre, en Dinamarca. «Esto es debido al efecto combinado de dos lentes que se solapan. El masivo cúmulo de galaxias enfoca la luz de la supernova a lo largo de por lo menos tres caminos diferentes, y cuando da la casualidad de que uno de esos caminos está precisamente alineado con una galaxia elíptica individual del cúmulo, se produce un segundo efecto de lente gravitatoria». La materia oscura asociada con la galaxia elíptica desvía y vuelve a enfocar la luz en cuatro trayectorias más, generando la rara cruz de Einstein que han observado los científicos.
Cuando estas cuatro imágenes de la supernova se debiliten, los astrónomos podrán volver a verla más adelante. Las imágenes de la supernova no llegan todas al mismo tiempo a la Tierra porque cada imagen producida corresponde a un camino diferente que ha seguido la luz. Cada trayectoria encuentra una diferente cantidad de materia (oscura y visible) que tuerce su camino y por tanto, la luz tarda más en recorrer unos caminos que otros. «Las cuatro imágenes de supernova captadas por el Hubble aparecieron con una diferencia de unos pocos días o semanas entre ellas y las encontramos después de que aparecieran todas», explica Steve Rodney de Johns Hopkins University, USA. «Pero pensamos que la supernova puede haber aparecido en imágenes individuales hace unos 20 años en otro lugar del cúmulo, y lo que es más interesante, se espera que reaparezca de nuevo dentro de entre uno y cinco años – y en ese momento esperamos capturarla en acción».
Esta observación única ayudará a los astrónomos a refinar sus estimaciones sobre la cantidad y distribución de la materia oscura en la galaxia y el cúmulo que actúan como lentes.
Una nueva técnica permite el análisis de nubes alrededor de exoplanetas
6/3/2015 de MIT
El análisis de datos del telescopio espacial Kepler ha demostrado que aproximadamente la mitad de la cara diurna del exoplaneta Kepler-7b está cubierta por una gran masa de nubes. La comparación estadística con más de 1000 modelos atmosféricos muestra que estas nubes están formadas probablemente por enstatita, un mineral común en la Tierra que se encuentra en forma de vapor a la temperatura extrema de Kepler-7b. Estos modelos cambiaban la altura, condensación, tamaño de partículas y composición química de las nubes para buscar la reflectividad correcta y las propiedades de color coincidentes con las observadas en el planeta. Crédito: NASA/ José-Luis Olivares, MIT.
Investigadores del Departamento de Ciencias Planetarias, Atmosféricas y de la Tierra del MIT describen en un artículo científico una técnica que permite analizar datos del observatorio espacial Kepler de NASA y determinar los tipos de nubes en los planetas que están en órbita alrededor de otras estrellas, conocidos como exoplanetas.
El equipo, dirigido por Kerri Cahoy, ya ha empleado este método para determinar las propiedades de las nubes del exoplaneta Kepler-7b. El planeta es conocido como un «júpiter caliente» ya que las temperaturas en su atmósfera se encuentran alrededor de los 1700 Kelvin.
Los investigadores habían demostrado con anterioridad que estudiando las variaciones en la cantidad de luz procedente de estos sistemas de estrellas cuando un planeta transita, es decir, pasa por delante de ellas, pueden detectar la presencia de nubes en la atmósfera de ese planeta. Esto es debido a que las partículas dentro de las nubes dispersan luz de diferentes longitudes de onda.
Para averiguar si estos datos podrían ser utilizados para determinar la composición de estas nubes, los investigadores del MIT estudiaron la luz de Kepler-7b. Emplearon modelos de temperatura y presión de la atmósfera del planeta para determinar qué tipos de nubes se formarán en ella, según comenta el director del trabajo, Matthew Webber. «Entonces empleamos los modelos de nubes para determinar cómo la luz se reflejaría en la atmósfera del planeta [para cada tipo de nube], e intentamos comparar estas posibilidades con las propias observaciones de la misión Kepler», sigue Webber.
Trabajando de este modo hacia atrás, los científicos fueron capaces de encontrar coincidencias entre los datos de Kepler y un tipo de nube formada por silicatos y magnesio vaporizados. Las temperaturas extremadamente altas de la atmósfera de Kepler-7b indican que algunos minerales, que existen comúnmente en la superficie de la Tierra como rocas, se encuentran en forma de vapores a gran altura en la atmósfera del planeta. Estos vapores minerales forman pequeñas partículas en las nubes cuando se enfrían y condensan.
Una nave espacial de NASA se convierte en la primera que se pone en órbita alrededor de un planeta enano
9/3/2015 de NASA
Ceres visto desde la nave espacial Dawn de NASA el 1 de marzo, justo unos días antes de que la misión consiguiera insertarse en órbita alrededor de este inexplorado planeta enano. La imagen fue tomada desde una distancia de unos 48 000 kilómetros. Crédito: NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA.
La nave espacial Dawn de NASA ha sido la primera misión que se ha colocado en órbita alrededor de un planeta enano. La nave espacial se encontraba aproximadamente a 61 000 kilómetros de Ceres cuando fue capturada por la gravedad del planeta enano a las 12:39 UT del pasado viernes.
Los controladores de misión en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de NASA en Pasadena, California, recibieron una señal de la nave a las 13:36 UT, indicando que Dawn se encontraba en buen estado y poniendo en marcha su motor de iones, el indicador de que Dawn había entrado en órbita, tal como se había planeado.
«Desde su descubrimiento en 1801, Ceres fue conocido como planeta, después como asteroide, y finalmente como planeta enano», comenta Marc Rayman, ingeniero jefe y director de la misión en JPL. «Ahora, después de un viaje de 4900 millones de kilómetros y 7 años y medio, Dawn llama ‘hogar’ a Ceres».
Las imágenes más recientes recibidas desde la nave espacial, tomadas el 1 de marzo, muestran Ceres en fase creciente, con su mayor parte a la sombra debido a que la trayectoria de la nave espacial la situó a un lado de Ceres que se encuentra en dirección contraria a la del Sol, hasta mediados de abril. Cuando Dawn emerja de la cara oculta de Ceres, proporcionará imágenes cada vez más detalladas a medida que desciende en espiral a órbitas más bajas alrededor del planeta.
El planeta «habitable» GJ 581d, probablemente sí que existe
9/3/2015 de Queen Mary University of London / Science
Una representación artística del aspecto que podría tener GJ 581d. Crédito: Queen Mary University of London.
Los investigadores están seguros de que el planeta llamado GJ 581d, identificado en 2009 en órbita alrededor de la estrella Gliese 581, sí que existe. Un informe publicado en Science rebate los anuncios realizados el año pasado acerca de que el primer planeta supertierra descubierto en la zona habitable de una lejana estrella era «actividad estelar camuflada como planeta».
El candidato a planeta fue observado empleando un espectrómetro, que mide el «bamboleo», pequeños cambios en la longitud de onda de la luz emitida por una estrella, que se produce cuando un planeta está en órbita a su alrededor. En 2014 investigadores que revisaron los datos afirmaron que el «planeta» en realidad era sólo ruido en los datos producido por manchas estelares. La posible existencia del planeta fue ampliamente rechazada sin más pesquisas.
Pero ahora, investigadores de QMULy la Universidad de Hertfordshire han puesto en duda los métodos empleados para rechazar la existencia del planeta. La técnica estadística usada en la investigación de 2014 para estudiar la actividad estelar es sencillamente inapropiada para identificar planetas pequeños como GJ 581d.
Ahora, empleando un modelo más preciso de los datos disponibles, los investigadores están muy seguros de que la señal de GJ 581d es real, a pesar de la variabilidad estelar. El director del artículo, el Dr. Guillem Anglada-Escudé, afirma: «La existencia (o no) de GJ 581d es importante porque fue el primer planeta tipo Tierra descubierto en la zona habitable alrededor de otra estrella y es un caso de referencia para la técnica Doppler».
Hayabusa 2 pasa a fase de crucero mientras se dirige al asteroide 1999 JU3
9/3/2015 de JAXA
Dibujo esquemático de las posiciones relativas entre Hayabusa 2, la Tierra, el Sol y el asteroide 1999 JU3, el 3 de marzo de 2015. La cuadrícula roja muestra el plano de la eclíptica (plano que contiene la órbita de la Tierra alrededor del Sol). Cada cuadrado mide 0.5 unidades astronómicas de lado. Crédito: JAXA.
La exploradora de asteroides Hayabusa 2 completó su periodo inicial de confirmación de funcionamiento el pasado 2 de marzo, después de finalizar la comprobación y evaluación de los datos tomados. La nave de exploración ha permanecido bajo inspección durante tres meses, después de su lanzamiento el pasado 3 de diciembre de 2014.
Hayabusa 2 pasó el 3 de marzo a la fase de crucero mientras se dirige al asteroide «1999 JU3». El plan es incrementar la velocidad de la nave (60 metros por segundo) haciendo funcionar dos motores de iones por dos veces (en total unas 600 horas o 25 días), hasta su paso asistido por la Tierra, en noviembre o diciembre de este año.
En un principio, desde el 3 de marzo se incrementará de forma gradual la duración de la operación continua de los motores de iones, que funcionarán durante unas 400 horas en marzo. La segunda parte de la operación está prevista para principios de junio.
¿Has utilizado alguna vez la cámara de una nave interplanetaria?
9/3/2015 de ESA
Algunas imágenes recientes del Planeta Rojo tomadas por la cámara Visual Monitoring Camera, a bordo del orbitador Mars Express. Izquierda: el cañón del Valles Marineris puede verse cerca del borde derecho superior del disco, lleno de niebla o polvo. Centro: una imagen clara del cañón hasta llegar al casquete polar sur. Derecha: actividad meteorológica en el horizonte. Crédito: ESA/Mars Express/VMC/Bill Dunford/CC BY-NC 3.0.
En mayo, la «webcam» a bordo de Mars Express estará disponible para las peticiones del público. ESA invita a escuelas, clubs científicos y grupos de jóvenes a enviar propuestas y conseguir una de las ocho oportunidades de tomar una imagen en otro planeta.
La cámara Visual Monitoring Camera (VMC) de Mars Express (la «webcam» de Marte) es un sencillo instrumento de baja resolución que inicialmente sólo se pretendía que ofreciera una confirmación visual de la separación de la sonda Beagle. Desde 2007, ha proporcionado imágenes únicas de Marte, incluyendo vistas del planeta en fase creciente que no pueden conseguirse desde la Tierra, y que rutinariamente son compartidas en este blog y en Flickr.
Aunque no se trata de un instrumento propiamente científico, y a pesar de su baja resolución, la cámara proporciona imágenes de buena calidad de intrigantes formaciones marcianas, incluyendo nubes y actividad atmosférica, y formaciones superficiales como Olympus Mons y Tharsis Montes.
En mayo, Marte se encontrará en conjunción solar, lo que significa que las señales de radio entre la Tierra y Mars Express se verán interrumpidas por el Sol. Como consecuencia, los instrumentos científicos profesionales de la nave serán apagados. Esto ofrece el primer periodo de tres días en el que la cámara VMC puede ser apuntada libremente hacia casi cualquier objetivo desde casi cualquier punto de la órbita de 300 x 10 000 km.
ESA invita a escuelas, clubs de astronomía, museos científicos y otras organizaciones de jóvenes (ver criterios de selección) para que propongan objetivos de lo que tomar imágenes con VMC, que serán obtenidas entre el 25 y el 27 de mayo.
Un estudio de la nebulosa de Carina revela detalles de la formación estelar
10/3/2015 de Rice University
En esta compilación, cada imagen en blanco y negro corresponde a la imagen en color que tiene encima. En las imágenes en blanco y negro, el negro corresponde al hidrógeno atómico y el blanco al hidrógeno molecular. En las imágenes en color, el rojo muestra hidrógeno molecular, el verde muestra los lugares donde el hidrógeno ha sido ionizado y el azul marca gas altamente ionizado cerca de las masivas estrellas de tipo O. Crédito: P. Hartigan/Rice University.
Un nuevo estudio, dirigido por la Universidad de Rice, de una de las regiones de nuestro vecindario galáctico donde se están formando estrellas más activamente, ayudará a los astrónomos a comprender mejor los procesos que pueden haber contribuido a la formación del Sol hace 4500 millones de años.
«La mayoría de las estrellas se forma en nubes moleculares, regiones donde la densidad de materia es suficiente para que los átomos de hidrógeno se emparejen y formen moléculas de H2«, afirma Patrick Hartigan, director del estudio. «La nebulosa de Carina es un lugar ideal para observar cómo ocurre esto porque hay docenas de ejemplos de estrellas formándose en diferentes fases de desarrollo».
Carina contiene más de 70 estrellas de tipo O, cada una con masas entre 15 y 150 veces la del Sol. Las estrellas de tipo O son muy calientes y mueren jóvenes, típicamente en unos 10 millones de años. Estas estrellas masivas juegan un papel clave en el modo en que evolucionan las otras estrellas menos masivas, parecidas al Sol, que se encuentran en la misma región ya que las estrellas O evaporan y dispersan polvo y gas que en caso contrario se podría acumular en un disco para formar planetas alrededor de las estrellas de masa baja. «La radiación ultravioleta de estas estrellas calientes y masivas ioniza el hidrógeno molecular y mientras la radiación evapora la nube molecular, las estrellas O excavan hermosos pilares y limpian el espacio alrededor de las estrellas más pequeñas cercanas», afirma Hartigan.
Hartigan comenta que las simulaciones numéricas realizadas en las últimas décadas sugieren que los fuertes vientos estelares de las estrellas O también inducen la formación de estrellas, comprimiendo el material de la nube molecular hasta el punto en que se vuelve gravitacionalmente inestable. Comenta que las nuevas imágenes revelan límites importantes a este proceso. «Observamos dos cúmulos de estrellas en los que los pilares están siendo excavados desde dentro por las jóvenes estrellas recién formadas dentro del pilar, y desde fuera, por estrellas de tipo O», comenta Hartigan. «Parece que las estrellas del cúmulo ya existían antes de que las estrellas O evaporaran el material de la nube, lo que implica que las estrellas O no son responsables de la creación de estos cúmulos».
Nueva imagen de radar de Venus tomada desde la Tierra
10/3/2015 de NRAO
Una proyección de datos de radar de Venus tomados en 2012. Se ven con facilidad importantes formaciones de la superficie, como montañas y cordilleras. La banda negra diagonal del centro corresponde a áreas demasiado cercanas al «ecuador» Doppler, donde no es posible obtener imágenes detalladas. Crédito: B. Campbell, Smithsonian, et al., NRAO/AUI/NSF, Arecibo.
Para los telescopios ópticos en tierra, la superficie de Venus está envuelta bajo gruesas nubes compuestas principalmente de dióxido de carbono. Para penetrar este velo, sondas como la nave espacial Magellan de NASA emplean radares para desvelar las notables formaciones de este planeta, como montañas, cráteres y volcanes.
Recientemente, combinando las capacidades de recepción de alta sensibilidad del telescopio Green Bank y el potente transmisor de radar del observatorio de Arecibo, los astrónomos han sido capaces de obtener imágenes con gran detalle de la superficie de este planeta sin tener que abandonar la Tierra.
Las señales de radar emitidas desde Arecibo atravesaron tanto nuestra atmósfera como la de Venus, y allí chocaron contra la superficie y rebotaron, siendo recibidas por el telescopio de Green Bank en un proceso conocido como radar biestático.
Este método es esencial para estudiar no sólo la superficie tal como es ahora, sino también para encontrar cambios. Comparando las imágenes tomadas en periodos temporales diferentes, los científicos esperan acabar detectando señales de vulcanismo activo u otros procesos geológicos dinámicos que revelen pistas sobre la historia geológica de Venus y las condiciones del subsuelo.
El cartógrafo de humedad del suelo de NASA toma sus primeras imágenes
10/3/2015 de JPL
Primera imagen de una prueba del instrumento de radar del satélite Soil Moisture Active Passive (SMAP) de NASA, tomada entre el 27 y el 28 de febrero de 2015. La prueba fue realizada con la antena de SMAP en modo no rotante, lo que limita la anchura de las franjas de medida a 40 kilómetros. Crédito: NASA/JPL-Caltech; NASA Goddard Space Flight Center.
Siguiendo al despliegue con éxito de su antena reflectora de 6 metros, el nuevo observatorio Soil Moisture Active Passive (SMAP) de NASA ha completado con éxito una prueba de dos días de sus instrumentos científicos.
Los instrumentos de radar y radiómetro del observatorio operaron por primera vez con la antena de SMAP en modo no rotante los pasados 27 y 28 de febrero. La prueba fue un paso clave en la preparación de la rotación prevista para la antena de SMAP de aproximadamente 15 revoluciones por minuto, a finales de marzo. Este aumento en la rotación se realizará después de que comprobaciones y maniobras adicionales ajusten el observatorio a su órbita final durante las próximas dos semanas.
La primera imagen de prueba ilustra la importancia que la rotación de la antena de SMAP tiene para producir mapas más completos. Para esta prueba inicial con la antena de SMAP sin rotar, la anchura de las franjas de medida del observatorio (las bandas observadas sobre la Tierra en la imagen) estuvo limitada a 40 kilómetros. Cuando esté girando y completamente operativa, la antena de SMAP medirá franjas del suelo de 1000 kilómetros de ancho mientras vuela sobre la Tierra a una altura de 685 kilómetros. Esto permitirá a SMAP cartografiar el globo entero con datos de radar de alta resolución cada dos o tres días.
La radiación cósmica provoca fluctuaciones en las temperaturas globales, pero no cambio climático
10/3/2015 de Phys.org
La nebulosa del Cangrejo se formó por la explosión como supernova de una estrella. Las explosiones de supernova son una fuente de producción de rayos cósmicos que viajan por el espacio, alcanzando la Tierra. Crédito: FORS Team, 8.2-meter VLT, ESO.
A diferencia de la radiación electromagnética, que consiste en partículas cargadas aceleradas y partículas sin masa, los rayos cósmicos galácticos están compuestos en su mayor parte por núcleos atómicos y electrones solitarios, objetos que tienen masa. Los rayos cósmicos se originan en una amplia variedad de fenómenos y fuentes, incluyendo supernovas, núcleos galácticos y brotes de rayos gamma. Los investigadores han especulado durante décadas acerca de los posibles efectos de los rayos cósmicos galácticos sobre la atmósfera de la Tierra, pero hasta hace poco, una relación causal entre clima y rayos cósmicos ha sido difícil de establecer.
Ahora un artículo publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences establece matemáticamente una relación causal entre los rayos cósmicos y cambios de año en año en la temperatura global, pero no encuentra una relación causal entre los rayos cósmicos y el progresivo calentamiento del siglo XX.
En 1911, Charles Thomas Rees Wilson determinó que la radiación ionizante produce la nucleación de las nubes atmosféricas. Un aumento en la nubosidad en la alta troposfera reduce la radiación de longitud de onda larga y produce temperaturas más altas. El aumento de la nubosidad en la baja troposfera conduce a una reducción en la radiación entrante, disminuyendo las temperaturas globales. Además el flujo de rayos cósmicos depende del viento solar, que actúa como barrera y puede disminuir el flujo de radiación cósmica de baja energía. El clima de la Tierra depende de esta combinación de factores.
«Nuestros resultados sugieren una relación entre débil y moderada de los rayos cósmicos con cambios de un año al siguiente en las temperaturas globales», escriben los autores del estudio. «Sin embargo, encontramos que el efecto es modesto como mucho, y sólo lo hallamos cuando eliminamos la tendencia secular en las temperaturas globales». Esta tendencia secular es el calentamiento que se cree debido al exceso de carbono en la atmósfera.
Nuevas galaxias enanas descubiertas en órbita alrededor de la Vía Láctea
11/3/2015 de the University of Cambridge
Las Nubes de Magallanes y los Telescopios Auxiliares del Observatorio de Paranal en el desierto de Atacama en Chile. Sólo 6 de las 9 satélites recién descubiertas se muestran en esta imagen. Las otras tres están justo fuera del campo de visión. Los recuadros muestran imágenes de los tres objetos más visibles (Eridanus 1, Horologium 1 and Pictoris 1). Crédito: V. Belokurov, S. Koposov (IoA, Cambridge). Photo: Y. Beletsky (Carnegie Observatories).
Un equipo de astrónomos de la Universidad de Cambridge ha identificado nueve nuevas galaxias satélite enanas en órbita alrededor de la Vía Láctea, el mayor número descubierto de una sola vez. El descubrimiento, realizado en imágenes del proyecto Dark Energy Survey recién publicadas, puede ayudar a desvelar los misterios que hay detrás de la materia oscura, la sustancia invisible que mantiene unidas a las galaxias.
Las nuevas galaxias han sido descubiertas en el hemisferio sur, cerca de las Nubes de Magallanes, las galaxias enanas mayores y mejor conocidas en la órbita de la Vía Láctea.
Los objetos recién descubiertos son mil millones de veces menos brillantes que la Vía Láctea, y un millón de veces menos masivas. La más cercana se encuentra a unos 95 000 años-luz de distancia, mientras que la más lejana está a más de un millón de años-luz.
Según el equipo de Cambridge, tres de los objetos descubiertos son claramente galaxias enanas, mientras que los demás podrían ser galaxias enanas o cúmulos globulares, objetos con propiedades visibles similares a las de las galaxias enanas, pero no compuestos por materia oscura.
«La gran cantidad de materia oscura contenida en las galaxias satélite de la Vía Láctea hace que este sea un importante resultado tanto para la astronomía como para la física», comenta Alex Drlica-Wagner de Fermilab. Dado que contienen hasta un 99 por ciento de materia oscura y sólo un 1 por ciento de materia observable, las galaxias enanas son ideales para comprobar si los modelos de materia oscura que existen son correctos. La materia oscura es invisible y su presencia sólo se conoce por su atracción gravitatoria.
La detección de rayos gamma procedentes de una galaxia enana recién descubierta podría dar pistas sobre la materia oscura
11/3/2015 de Brown University
Científicos de las universidad de Carnegie Mellon, Brown y Cambridge han detectado emisiones de rayos gamma en la dirección a la galaxia Reticulum 2. Las áreas brillantes indican una fuerte señal de rayos gamma procedente de la dirección de la galaxia, según el algoritmo de búsqueda de los investigadores. Crédito: NASA/DOE/Fermi-LAT Collaboration/Geringer-Sameth & Walker/Carnegie Mellon University/Koushiappas/Brown University.
Un equipo de científicos ha detectado por vez primera rayos gamma emanando de una galaxia enana. Tal detección puede ser la señal emitida en la aniquilación de partículas de materia oscura, predicha por muchas teorías de materia oscura y largamente buscada.
Una galaxia enana recién descubierta, en órbita alrededor de nuestra propia Vía Láctea, parece estar radiando rayos gamma, según el análisis de físicos de las universidad de Carnegie Mellon, Brown y Cambridge. La fuente exacta de esta luz de alta energía es incierta actualmente, pero podría tratarse de una señal de materia oscura escondida en el centro de la galaxia.
«Algo en dirección a esta galaxia enana está emitiendo rayos gamma», afirma Alex Geringer-Sameth de Carnegie Mellon University y director del estudio. «No existe una razón convencional por la que esta galaxia deba emitir rayos gamma, así que se trata potencialmente de una señal de materia oscura».
La galaxia, llamada Reticulum 2, fue descubierta entre los datos del proyecto Dark energy Survey, un experimento que cartografía el cielo del sur para comprender la expansión acelerada del Universo. A aproximadamente 98 000 años-luz de la Tierra, Reticulum 2 es una de las galaxias enanas más cercanas detectadas. Empleando datos públicos del telescopio de rayos gamma Fermi de NASA, Geringer-Sameth, Matthew Walker y Savvas Koushiappas (de Brown University) han demostrado que existe un exceso de rayos gamma procedentes de la dirección de la galaxia en comparación con los esperados del fondo normal.
«En la búsqueda de materia oscura, los rayos gamma de una galaxia enana han sido durante mucho tiempo considerados una señal muy fuerte» afirmó Koushiappas. «Parece que podemos estar ahora detectando esa señal por primera vez».
Misteriosos fenómenos en un gigantesco choque de cúmulos de galaxias
11/3/2015 de NRAO
Abell 2256, en una imagen radio en «verdadero color», obtenida con el VLA. Crédito: Owen et al., NRAO/AUI/NSF.
Un equipo de investigadores ha obtenido, con el radiotelescopio Karl G. Jansky Very Large Array (VLA) la imagen más detallada de una región fascinante donde cúmulos de cientos de galaxias están chocando, creando una rica variedad de misteriosos fenómenos visibles solo con radiotelescopios.
Los científicos han empleado el VLA para obtener una imagen en radio en «verdadero color». Esta imagen muestra la región tal como la vería el ojo humano, si fuera sensible a las ondas de radio en vez de a las ondas de luz en el óptico. En esta imagen, el rojo muestra los lugares donde predominan las ondas de radio más largas, y el azul muestra los lugares donde predominan las ondas de radio más cortas, según el comportamiento que vemos en luz visible.
La imagen muestra numerosas formaciones extrañas que los astrónomos piensan que están relacionadas con un choque que se está produciendo entre cúmulos de galaxias. La región se llama Abell 2256, y se encuentra a unos 800 millones de años-luz de la Tierra y tiene unos 4 millones de años-luz de tamaño. Abell 2256 contiene una fascinante variedad de objetos y de muchos de ellos se desconoce su origen.
Con apodos como «Gran Reliquia», «Halo» y «Cola larga», las estructuras de esta región pueden observarse con mayor fidelidad que antes, según Frazer Owen, del National Radio Astronomy Observatory (NRAO). «La imagen revela detalles de las interacciones entre dos cúmulos en proceso de fusión y sugiere que están en marcha procesos físicos previamente inesperados en tales encuentros», comentó.
Soprano «espacial» planea el primer dúo desde la Estación Espacial Internacional
11/3/2015 de Phys.org
La cantante británica Sarah Brightman está entrenando junto con cosmonautas y astronautas de NASA, preparándose para su viaje al espacio. Fuente: Phys.org.
La cantante británica Sarah Brightman anunció ayer martes que está trabajando con su exmarido Andrew Lloyd-Webber para actuar en el espacio después de pagar 52 millones de dólares (48 millones de euros) para volar en la Estación Espacial Internacional (ISS).
La cantante de «El fantasma de la Ópera» se convertirá en la primera soprano que cante a bordo de la ISS. Durante una conferencia de prensa, Brightman describió las dificultades de cantar en órbita, a 400 kilómetros por encima de la Tierra. «Cantar en microgravedad es algo muy diferente a cantar aquí abajo, usamos la Tierra para apoyarnos cuando cantamos», afirma la artista, que consiguió un Top 10 británico en 1978 con la canción «I Lost My Heart To A Starship Trooper».
«Se trata de encontrar una canción que sea adecuada al espacio y algo increíblemente simple, no demasiado complicada de cantar». «He estado trabajando con mi exmarido, Andrew Lloyd-Webber, que de hecho ha creado una composición muy hermosa».
La artista, de 54 años de edad, que ha estado aprendiendo ruso y técnicas de supervivencia como parte de un riguroso entrenamiento, explicó que estaba intentando «conectar con un coro, o niños, u otro cantante en la Tierra» para la actuación en directo. «Sería algo hermoso», añadió.
La soprano pasará 10 días en el espacio, despegando del cosmódromo de Baikonur en Kazajistán, el 1 de septiembre, convirtiéndose en la octava turista espacial en un viaje organizado por la compañía estadounidense Space Adventures. En enero empezó a entrenar en el legendario centro de entrenamiento de cosmonautas Gagarin en la Ciudad de las Estrellas, a las afueras de Moscú. La soprano está entrenando junto con astronautas y cosmonautas de NASA, de la agencia espacial rusa Roscosmos y de la agencia espacial japonesa JAXA, junto con un empresario japonés que será su sustituto en el vuelo espacial en el caso de que renuncie.
Un gran espectáculo de nuevas estrellas
12/3/2015 de ESO
Esta imagen, captada con la cámara OmegaCAM, instalada en el telescopio de sondeo VST (VLT Survey Telescope), en el Observatorio Paranal, muestra parte de la asociación estelar Ara OB1. En el centro de la imagen vemos el joven cúmulo abierto NGC 6193, y a la derecha la nebulosa de emisión NGC 6188, iluminada por la radiación ionizante emitida por las más brillantes estrellas cercanas.
Este espectacular paisaje en la constelación austral de Ara (el Altar) es un tesoro de objetos celestes. Cúmulos de estrellas, nebulosas de emisión y regiones activas de formación estelar son sólo algunas de las riquezas que se observan en esta zona que se encuentra a unos 4.000 años luz de la Tierra. Esta hermosa nueva imagen es la vista más detallada de esta parte del cielo obtenida hasta el momento, y fue tomada con el VST, el telescopio de rastreo del VLT, instalado en el Observatorio Paranal de ESO, en Chile.
En el centro de la imagen vemos el cúmulo abierto NGC 6193, que contiene alrededor de treinta estrellas brillantes y da forma al corazón de la asociación Ara OB1. Las dos estrellas más brillantes son estrellas gigantes muy calientes. Juntas, son la fuente principal de iluminación de la cercana nebulosa de emisión, la nebulosa del Borde o NGC 6188, visible a la derecha del cúmulo.
Una ‘asociación estelar’ es un gran grupo de estrellas, unidas por un lazo gravitatorio menos intenso que el de otro tipo de cúmulos, y que aún no se han separado por completo para quedar a la deriva, conservando un vínculo con su lugar de formación inicial. Las asociaciones OB consisten, principalmente, en estrellas blancoazuladas muy jóvenes, que son, aproximadamente, 100.000 veces más brillantes que el Sol y entre 10 y 50 veces más masivas.
La nebulosa del Borde es el prominente muro de nubes oscuras y brillantes que marca el límite entre la región de formación estelar activa dentro de la nube molecular (conocida como RCW 108) y el resto de la asociación. El área que rodea a RCW 108 está compuesta, en su mayor parte, de hidrógeno, el ingrediente principal para la formación de estrellas. Dichas zonas también son conocidas como regiones H II.
La radiación ultravioleta y el intenso viento estelar de las estrellas de NGC 6193 parecen estar desencadenando el nacimiento de la próxima fuente de formación estelar en las nubes de gas y polvo circundantes. A medida que los fragmentos de nubes colapsan, se calientan y, con el tiempo, acaban formando nuevas estrellas.
La Galaxia corrugada: la Vía Láctea podría ser mucho mayor de lo estimado hasta ahora
12/3/2015 de Rensselaer Polytechnic Institute (RPI)
Una Vía Láctea con surcos podría ser un 50 por ciento mayor de lo estimado hasta ahora. Fuente: Rensselaer Polytechnic Institute.
La galaxia de la Vía Láctea es por lo menos un 50 % mayor de lo estimado habitualmente, según nuevos descubrimientos que revelan que el disco galáctico presenta varios surcos concéntricos. La investigación, realizada por un equipo internacional liderado por la profesora Heidi Jo Newberg del Rensselaer Polytechnic Institute (RPI), revisa datos astronómicos del proyecto Sloan Digital Sky Survey que, en 2002, estableció la presencia de un abultado anillo de estrellas más allá del plano de la Vía Láctea.
«En esencia, lo que hemos encontrado es que el disco de la Vía Láctea no es sólo un disco de estrellas en un plano sino que está corrugado», afirmó Heidi Newberg, profesora de física, física aplicada y astronomía de la Escuela de Ciencia de Rensselaer. «»Vemos al menos cuatro surcos en el disco de la Vía Láctea. Aunque sólo podemos mirar una parte de la Galaxia con estos datos, asumimos que este patrón se encuentra por todo el disco».
El descubrimiento muestra que las estructuras anteriormente identificadas como anillos son de hecho parte del disco galáctico, extendiendo la anchura conocida de la Vía Láctea de 100 000 años-luz a 150 000 años-luz, según Yan Xu, científico de los Observatorios Nacionales Astronómicos de China, director de la investigación.
«Los astrónomos habían observado que el número de estrellas de la Vía Láctea disminuye rápidamente a unos 50 000 años-luz del centro de la galaxia, y entonces aparece un anillo de estrellas a unos 60 000 años-luz del centro», afirma Xu. «Lo que vemos ahora es que este supuesto anillo es de hecho un caballón en el disco. Y que podría haber muchos más caballones hacia el exterior que todavía no hemos visto».
Discos de polvo sobreviven al fuego cósmico cercano de jóvenes estrellas masivas
12/3/2015 de Max Planck Institue for Astronomy
El centro galáctico, con los cúmulos Arches y Quintuplete. Intensos vientos y radiación de la estrellas masivas del Quintuplete han erosionado las densas nubes de gas que rodean al cúmulo, tal como indican las flechas. Los discos de polvo alrededor de estrellas más pequeñas que viven en estos cúmulos están expuestos al mismo ambiente hostil y no deberían de sobrevivir largos periodos de tiempo. Crédito: HST/Spitzer composite: NASA, ESA, D.Q.Wang (UMass), JPL, S. Stolovy (Spitzer Science Center).
Un equipo de astrónomos, dirigido por la Universidad de Bonn, ha descubierto discos de polvo alrededor de estrellas en cúmulos de estrellas que se formaron recientemente cerca del centro de la Vía Láctea. Debido a que estos cúmulos jóvenes contienen estrellas muy calientes que generan una intensa y energética radiación ultravioleta, dichos discos de polvo, los lugares donde se forman planetas alrededor de estrellas jóvenes, se pensaba que resultaban rápidamente destruidos.
El descubrimiento de que estos discos pueden sobrevivir en estos ambiente tan calientes por mucho más tiempo esconde información nueva acerca de dónde y cuándo pueden formarse planetas, especialmente hace miles de millones de años cuando las galaxias que formaban estrellas a un ritmo mucho mayor que hoy en día y bajo condiciones extremas parecidas eran mucho más dominantes que en el Universo de hoy en día.
El estudio, dirigido por la Dra. Andrea Stolte del Instituto Argelander de Astronomía de la Universidad de Bonn, ha observado jóvenes estrellas brillantes en dos cúmulos de estrellas, el cúmulo Arches y el cúmulo Quintuplete. Estos cúmulos se formaron hace sólo unos pocos millones de años, cerca del centro de la Vía Láctea, donde existe una intensa formación de estrellas. Son de los cúmulos estelares más jóvenes y masivos de nuestra Galaxia, que albergan miles de estrellas recién nacidas.
Cómo estos discos giratorios sobreviven a la radiación infernal de sus vecinas gigantes es un problema. Los astrónomos consideran dos posibilidades: o bien el gas y los discos de polvo presentan una resistencia sin precedentes frente a este ambiente hostil, o un mecanismo no observado recarga los discos. La solución puede encontrarse en las estrellas compañeras. Cuando dos estrellas giran una alrededor de otra, la compañera mayor puede alimentar a su gemela más pequeña, posiblemente aportando material al disco a un ritmo suficientemente grande como para compensar las pérdidas por evaporación debidas a la intensa radiación ultravioleta que rodea a la pareja.
Datos de una nave espacial sugieren la presencia de actividad hidrotermal en el océano de una luna de Saturno
12/3/2015 de JPL / Nature
Este corte de la luna Encélado de Saturno es una ilustración artística que muestra la posible actividad hidrotermal que podría estar teniendo lugar bajo el fondo marino del océano subterráneo de la luna, en base a resultados recientemente publicados con datos de la misión Cassini de NASA.
La nave espacial Cassini de NASA ha proporcionado a los científicos el primer indicio claro de que la luna Encélado de Saturno muestra señales de actividad hidrotermal hoy en día que puede parecerse a la que se observa en los océanos profundos de la Tierra. Las implicaciones de tal actividad en un mundo diferente a nuestro planeta abren posibilidades científicas sin precedentes.
«Estos descubrimientos contribuyen a la posibilidad de que Encélado, que posee un océano subterráneo y exhibe una notable actividad geológica, pueda contener ambientes adecuados para organismos vivos», afirma John Grunsfeld, de NASA. «Los lugares de nuestro Sistema Solar donde existen ambientes extremos en los que la vida podría existir nos acercan a responder la pregunta: ¿estamos solos en el Universo?».
La actividad hidrotermal se produce cuando el agua marina se infiltra y reacciona con una corteza rocosa y emerge en forma de una solución caliente repleta de minerales, algo que ocurre de manera natural en los océanos de la Tierra. Según dos artículos científicos, los resultados constituyen las primeras indicaciones claras de que una luna helada puede tener procesos activos similares.
El primer artículo, publicado en la revista Nature, trata sobre granos microscópicos de roca detectados por Cassini en el sistema de Saturno. Un completo análisis de cuatro años de datos de la nave, simulaciones por computadora y experimentos de laboratorio han llevado a los investigadores a concluir que los diminutos granos se formaron con mucha probabilidad cuando agua caliente que contenía minerales disueltos del interior rocoso de la luna viajó hacia arriba, entrando en contacto con agua más fría. Las temperaturas necesarias para la interacción que forma los diminutos granos de roca serían de por lo menos 90ºC.
El segundo artículo, publicado en Geophysical Research Letters, sugiere que la actividad hidrotermal sea una de las dos causas probables de la presencia de metano en la pluma de gas y partículas de hielo que surge de la región polar del sur de Encélado. Los investigadores señalan que a las altas presiones esperadas en el océano de la luna, pueden formarse materiales helados llamados clatratos que aprisionan moléculas de metano dentro de una estructura cristalina de hielo de agua. Sus modelos indican que este proceso es tan eficiente eliminando metano del océano que los investigadores todavía necesitan una explicación para su abundante presencia en la pluma.
Observaciones del telescopio Hubble sugieren la presencia de un océano subterráneo bajo la mayor luna de Júpiter
13/3/2015 de Hubble site
Ilustración artística de la luna Ganímedes en órbita alrededor del planeta gigante Júpiter. El telescopio espacial Hubble observó auroras en la luna que están controladas por los campos magnéticos de Ganímedes. Dos auroras ovales pueden verse a latitudes medidas en los hemisferios norte y sur. Los datos del Hubble permitieron medir pequeños desplazamientos en los cinturones de las auroras debidos a la influencia del intenso campo magnético de Júpiter. Esto permite estudiar el interior de la luna. La presencia de un océano salino bajo la corteza helada de la luna reduce el desplazamiento de los óvalos medidos con el Hubble. Crédito: NASA, ESA, y G. Bacon (STScI).
El telescopio espacial Hubble de NASA /ESA ha encontrado los mejores indicios hasta la fecha de la existencia de un océano subterráneo de agua salada en Ganímedes, la mayor luna de Júpiter. El océano subterráneo se piensa que contiene más agua que toda la que hay en la superficie de la Tierra.
Ganímedes es la mayor luna de nuestro Sistema Solar y la única que posee su propio campo magnético. El campo magnético produce auroras, que son cintas de gas caliente electrificado brillante, en regiones alrededor de los polos norte y sur de la luna. Debido a que Ganímedes se encuentra cerca de Júpiter, se encuentra también dentro del campo magnético de Júpiter. Cuando el campo magnético de Júpiter cambia, las auroras en Ganímedes también cambian, moviéndose en una dirección y la contraria.
Observando el movimiento de las dos auroras, los científicos han podido determinar que existe una gran masa de agua salada bajo la corteza de Ganímedes, que afecta a su campo magnético.
Un equipo de científicos dirigido por Joachim Saur de la Universidad de Colonia (Alemania) tuvo la idea de usar el Hubble para conocer más acerca del interior de la luna. Si hubiera un océano de agua salada, el campo magnético de Júpiter crearía un campo magnético secundario en el océano opuesto al campo de Júpiter. Esta «fricción magnética» suprimiría el movimiento de las auroras. Este océano lucha contra el campo magnético de Júpiter con tanta intensidad que reduce el movimiento de las auroras a 2 grados en lugar de 6 grados, que sería el caso si no hubiera océano.
Los científicos estiman que el océano tiene unos 100 km de profundidad (10 veces más que los oceános de la Tierra) y está enterrado bajo una corteza de 150 km de grosor, compuesta principalmente por hielo.
«Tierras caóticas»: algunos exoplanetas habitables podrían experimentar climas imposibles de predecir
13/3/2015 de University of Washington
Una «Tierra caótica» podría existir en un sistema planetario en el que un planeta vecino tiene un «año» que es un múltiplo entero del «año» de otro planeta y si los planos orbitales no están alineados. Estos planetas tendrían climas impredecibles, quizás siendo inhabitables durante periodos de millones de años. En este dibujo, un planeta potencialmente habitable es perturbado por un planeta con la masa de Neptuno, induciendo una órbita alargada que producirá temperaturas extremas en el planeta. Crédito: Rory Barnes.
Una nueva investigación, realizada por el astrónomo Rory Barnes de la Universidad de Washington y sus colaboradores, describe posibles sistemas planetarios donde un empujón gravitacional de un planeta que tenga justo la configuración orbital e inclinación precisas podría tener un efecto entre suave y devastador sobre la órbita y clima de otro mundo posiblemente habitable.
La magnitud del caos varía mucho, comenta Barnes, desde planetas cuyas órbitas siguen siendo principalmente circulares a aquéllos «cuyas órbitas se hacen tan alargadas que un planeta podría chocar contra su estrella nodriza, ¡un modo extremo de cambio climático!».
Y aunque el efecto no sea tan dramático, la órbita (y por tanto el clima ya que la órbita es el factor principal determinante del clima) podría todavía ser suficiente para inhibir la vida, o esterilizar el planeta si la vida ya hubiera aparecido, afirma Barnes.
El efecto en particular que estudian se llama «resonancia» y aparece cuando los periodos orbitales de dos planetas son una proporción entera uno del otro, como Neptuno que completa tres órbitas alrededor del Sol cada vez que Plutón completa dos. Una fuerza repetitiva, como un empujón gravitacional, ocurre en el mismo lugar en las órbitas de los planetas alrededor de la estrella, y su efecto se acumula lentamente a lo largo de millones de años.
Esto puede ocurrirle a un planeta que se encuentre en la zona habitable de su estrella, la franja de espacio correcta para permitir que un planeta en órbita tenga agua líquida en su superficie, posibilitando la vida. Barnes llama a estos mundos «Tierras caóticas» y sugiere darles prioridades bajas en la búsqueda de vida.
Cruzando la frontera entre Marte alto y bajo
13/3/2015 de ESA
Parte de la región de Cydonia Mensae de Marte, en la región de transición entre las tierras altas del sur llenas de cráteres y las suaves tierras bajas del norte. Crédito: ESA/DLR/FU Berlin, CC BY-SA 3.0 IGO.
En la frontera entre las tierras altas del sur llenas de cráteres y las suaves tierras bajas del norte de Marte existe un área rica en formaciones esculpidas por agua y hielo.
Cydonia Mensae es una región con formaciones del tipo de mesetas, cráteres y, por lo demás, terreno suave. Se piensa que la región albergó antiguos mares o lagos que posteriormente quedaron cubiertos por lava y depósitos de sedimentos de cientos de metros de grosor. Estos depósitos fueron eliminados posteriormente por erosión debida al agua, dejando amplios valles llenos de escombros, montículos dispersos y mesetas de varios tamaños y formas.
Algunos de los montículos que quedan tienen textura superficial diferente y una mayor densidad de cráteres de impacto que sus alrededores, lo que sugiere que en el pasado pertenecieron al área más vieja de las tierras altas del sur.
En el centro de la imagen hay dos grandes mesetas, cada una de unos 20 km de ancho. Probablemente en el pasado estuvieron juntas en un solo bloque, pero ahora se encuentran separadas por un valle muy ancho. Un canal mucho más estrecho corta a través de la parte izquierda de la meseta de la izquierda, con signos de cauces alrededor.
El Sol emite una potente fulguración solar
13/3/2015 de Spaceweather.com
El satélite Solar Dynamics Observatory de NASA captó una imagen de una fulguración solar de nivel medio el 11 de marzo de 2015, observando un brillante destello de luz en el Sol. La zona donde se produjo la explosión es mayor que la Tierra, que se muestra a escala sobre la imagen del Sol. Crédito: NASA/SDO.
El Sol emitió una potente fulguración solar el pasado 11 de marzo. El Solar Dynamics Observatory, que vigila el Sol constantemente, captó una imagen del fenómeno. Las fulguraciones solares son potentes explosiones de radiación. La radiación dañina de una fulguración no puede atravesar la atmósfera de la Tierra para afectar físicamente a los humanos que están en el suelo. Sin embargo, cuando son suficientemente intensas, pueden perturbar la atmósfera en la capa por la que viajan las señales de GPS y comunicaciones.
La intensa radiación en el ultravioleta de la explosión ionizó las capas altas de la atmósfera de la Tierra, produciendo apagonas en radio HF, que afectaron al hemisferio donde era de día en ese momento, en particular a América.
La explosión también envió materia de la corona solar al espacio, que podría alcanzar la Tierra el 13 o 14 de marzo, produciendo auroras.
OSIRIS detecta vestigios de hielo en el cuello del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko
16/3/2015 de Max Planck Institute for Solar System Research
Imagen en falso color que muestra la suave región Hapi, que conecta la cabeza con el cuerpo del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko. Las diferencias en la reflectividad han sido incrementadas en esta imagen para enfatizar el color azulado de la región Hapi. Durante estas observaciones Rosetta se encontraba a 70 km de distancia del cometa. Crédito: ESA/Rosetta/MPS del equipo OSIRIS MPS/UPD/LAM/IAA/SSO/INTA/UPM/DASP/IDA .
La región Hapi del cuello del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko de Rosetta refleja la luz roja menos que la mayoría de las otras regiones del cometa. Por lo tanto, tiene un color azulado. La región Hapi está situada entre los dos lóbulos del cometa y, en los últimos meses, ha demostrado ser particularmente activa, y el origen de chorros espectaculares de polvo y de gas. Científicos del equipo de OSIRIS están usando imágenes obtenidas con los filtros de color del sistema de imágenes científicas de Rosetta para estudiar las propiedades de reflectividad de la superficie de 67P. Sus análisis confirman que la región Hapi es única. Su color azulado puede apuntar a la presencia de agua congelada mezclada íntimamente con el polvo de la superficie.
En un análisis recientemente llevado a cabo por el equipo de OSIRIS, la región Hapi destaca claramente del resto del cometa: mientras que la mayoría de las distintas partes de 67P muestran un espectro de reflectividad ligeramente rojizo, algo común en núcleos cometarios y otros cuerpos primitivos, la reflexión de la luz roja es algo menor en esta región.
«Sabemos que las propiedades de reflectividad están estrechamente relacionadas con la morfología de la superficie», comenta la científico de OSIRIS Sonia Fornasier, del Observatorio de París. Allí donde la superficie suave de la región Hapi deja paso al terreno más escarpado de las zonas que la rodean, también cambia la reflectividad. Los científicos piensan que las propiedades especiales de la reflectividad de Hapi apuntan a una mayor abundancia de agua congelada en o cerca de la superficie.
Misiones anteriores a cometas habían observado comportamientos parecidos en los cometas 103P/Hartley 2 y 9P/Temple 1, asociando el espectro azulado a la presencia de agua congelada. Aunque OSIRIS sólo puede estudiar un número limitado de bandas espectrales, Rosetta está equipada con otros instrumentos, como VIRTIS, que pueden identificar sin ambigüedad la señal espectral de moléculas de agua en reflexión infrarroja. «Estamos ansiosos por comprobar si nuestra sospecha será confirmada», afirma Holger Sierks, investigador principal de OSIRIS, del Max Planck Institute for Solar System Research.
Nuevos mapas de la composición de la superficie de Mercurio iluminan la historia del planeta
16/3/2014 de Carnegie Science Institution
Mapas de magnesio/silicio (izquierda) y absorción de neutrones térmicos (derecha) por la superficie de Mercurio (los valores rojos indican valores altos, y los azules bajos). Estos mapas, junto con mapas de otras abundancias de elementos, revelan la presencia de terrenos geoquímicos distintos. Los depósito de las suaves llanuras volcánicas están delimitados en blanco. Fuente: Carnegie Science Institution.
Dos nuevos artículos publicados por miembros del equipo científico de MESSENGER proporcionan mapas globales de la composición química de la superficie de Mercurio que muestran terrenos geoquímicos previamente no reconocidos – grandes regiones que poseen composiciones distintas de las de sus alrededores. La presencia de estos grandes terrenos posee implicaciones importantes en la historia del planeta.
El más obvio de los terrenos geoquímicos de Mercurio es una gran formación, que cubre más de cinco millones de kilómetros cuadrados. Este terreno «exhibe las proporciones más altas de magnesio/silicio, azufre/silicio y calcio/silicio, así como algunas de las menores proporciones de aluminio/silicio de la superficie del planeta», escribe Shoshana Weider. Weider y sus colaboradores sugieren que esta «región rica en magnesio» podría ser una antigua cuenca de impacto. Según esta interpretación, la firma química distintiva de la región refleja una contribución sustancial de material del manto que resultó expuesto durante un gran impacto.
Otro mapa muestra las primeras medidas de absorción de neutrones de baja energía («térmicos») por la superficie de Mercurio. «De estos mapas podemos inferir la distribución de elementos que absorben neutrones térmicos por el planeta, incluyendo hierro, cloro y sodio», escribe el autor principal Patrick Peplowski.
Según Peplowski, los resultados indican que las suaves llanuras del interior de la cuenca Caloris, la mayor cuenca de impacto bien conservada de Mercurio, posee una composición elemental que es diferente de otras llanuras volcánicas, lo que sugiere que los magmas que la crearon eran mezclas parcialmente fundidas de una parte químicamente diferente del manto de Mercurio. La región rica en magnesio de Mercurio también posee concentraciones altas de elementos no identificados que absorben neutrones.
«Los magmas que aparecieron hace mucho tiempo procedían de una fusión parcial del manto de Mercurio. Las diferencias en composición que estamos observando entre distintos terrenos geoquímicos indican que Mercurio posee un manto químicamente heterogéneo», comenta Peplowski.
El rover lunar Yutu de China encuentra que la geología lunar es más compleja de lo que se pensaba
16/3/2015 de Phys.org / Science
Un equipo de investigadores que trabaja en la misión lunar Chang’E-3 de China ha encontrado múltiples capas de roca diferentes bajo la superficie de la Luna, indicando una historia geológica mucho más compleja de lo que pensaba la comunidad científica. En su artículo publicado en la revista Science, el equipo describe su análisis de los datos enviados por el rover Yutu.
El 14 de diciembre de 2013, la nave espacial Chang’E-3 de China alunizó en la superficie de la Luna. Unas pocas horas después del alunizaje, un rover llamado Yutu (Conejo de Jade)salió de la nave y emprendió una trayectoria en zig-zag por el terreno cercano. A bordo de rover viajaban varios sensores. Uno de ellos era el radar Lunar Penetrating Radar (LPR), capaz de estudiar la superficie lunar hasta 400 metros de profundidad. El rover captó datos del subsuelo aproximadamente durante un mes antes de que se apagase por problemas técnicos.
En este nuevo informe, los investigadores que estudiaron los datos enviados por el rover anuncian que LPR reveló nueve capas de roca diferentes bajo la superficie, indicando una historia geológica mucho más compleja de lo que predecían las teorías. Las capas son debidas, aparentemente, a flujos de lava que se mezclaron con regolito (polvo lunar transformado por erosión). Los datos enviados por Yutu son los primeros que revelan datos del subsuelo. Durante las misiones Apollo se emplearon taladros para recoger muestras de roca del subsuelo, pero sólo penetraron hasta una profundidad de tres metros.
Los científicos destacan que al estudiar las capas de roca han realizado dos importantes descubrimientos. El primero es que los indicios muestran que la Luna tuvo mucha mas actividad volcánica de lo que se pensaba. El segundo es que una zona bajo estudio mostró que además del basalto contenía rocas piroclásticas, una indicación de actividad explosiva. La mayoría de los investigadores que han estudiado la Luna pensaban que gases volátiles atrapados en el manto escapan cuando la Luna todavía estaba en formación. Los nuevos descubrimientos sugieren que esto no ocurrió.
Lockheed Martin desvela un nuevo método para reabastecer la estación espacial
16/3/2015 de Lockheed Martin
Esta ilustración muestra la solución de Lockheed Martin para el programa de Reabastecimiento Comercial 2 de NASA. Esta imagen muestra la nave espacial Júpiter, el contenedor de carga Exoliner y el brazo robótico atracando en la Estación Espacial Internacional. Crédito: Lockheed Martin.
Las tecnologías detrás del programa Servicios de Reabastecimiento Comercial 2 (CRS-2) de Lockheed Martin para NASA contienen tres elementos principales: un vehículo espacial de servicio reutilizable llamado Júpiter; un gran y versátil contenedor de carga llamado Exoliner, y un brazo robótico. Desvelado el pasado 12 de marzo en Washington, el programa CRS-2 ofrece a NASA una amplia capacidad de carga y la oportunidad de incluir cargamentos comerciales, y servirá de fundamento para la futura exploración de sistemas del espacio profundo.
La compañía explica que Júpiter serviría de repartidor, basurero, especialista en despliegue de satélites y vehículo de transporte de astronautas, todo en uno.
El uso más inmediato para Júpiter será como ferry de carga, transportando suministros a y desde la ISS. Pero a diferencia de otros vehículos de carga que empiezan y finalizan su misión en la superficie de la Tierra, como la cápsula Dragon de SpaceX, Júpiter permanecerá en el espacio todo el tiempo.
Júpiter empezaría su vida transportando una carga en un contenedor del tamaño de un vagón de tren llamado Exoliner. Después de entregar Exoliner, Júpiter quedará congelada en una órbita baja alrededor de la Tierra – quizás sirviendo para otros propósitos – como desplegar satélites – hasta que sea el momento de entregar otro cargamento.
Cuando llegue una nueva misión de reabastecimiento, Júpiter recogerá la basura de la ISS y transportará a la estación espacial el nuevo Exoliner. Júpiter estará todo el tiempo acompañada por un brazo robótico que ayudará en las distintas entregas.
«Imagina un futuro de líneas de transporte interplanetario a la Luna y Marte, numerosas naves espaciales autónomas transportando suministros, instrumentos científicos y materiales de construcción para hábitats» comenta Jim Crocker, vicepresidente de Space Systems Company International.
Un asteroide inusual, sospechoso de haber girado hasta explotar
23/3/2015 de W.M. Keck Observatory
El asteroide activo P/2015 F5 captado por Keck II/DEIMOS a mediados de 2014. El panel superior muestra una imagen de gran campo del núcleo principal y fragmentos menores en el interior de una larga cola de polvo. El panel inferior corresponde a una imagen de cerca con la estela eliminada numéricamente para resaltar la visibilidad de los fragmentos. Crédito: M. Drahus, W. Waniak (OAUJ) / W. M. Keck Observatory.
Un equipo dirigido por astrónomos de la Universidad Jagiellonian de Cracovia, Polonia, empleó recientemente el observatorio W.M. Keck en Hawái para observar y medir una rara clase de «asteroides activos» que emiten polvo de forma espontánea y que han confundido a los científicos durante años. Los investigadores han sido capaces de medir la velocidad de rotación de uno de estos objetos, sugiriendo que el asteroide giró tan rápido que explotó, expulsando polvo y fragmentos recién descubiertos en una estela que le sigue.
A diferencia de lo que ocurre con cientos de miles de asteroides del Cinturón Principal de nuestro Sistema Solar, que se mueven limpiamente por sus órbitas, los asteroides activos fueron descubiertos hace varios años imitando a cometas con colas formadas por la tranquila sublimación de hielo durante largos periodos de tiempo.
En 2010 se descubrió un nuevo tipo de asteroide activo que expulsaba polvo sin una razón obvia. Los científicos gravitaban alrededor de dos posibles respuestas. Una afirma que la explosión es el resultado de una colisión a hipervelocidad con otro objeto menor. La segunda explicación popular se basa en las consecuencias de una «rotura rotacional», un proceso que consiste en la expulsión de polvo y fragmentos debido a que el asteroide gira tan rápido que las grandes fuerzas centrífugas superan la propia fuerza de gravedad del objeto, haciendo que se rompa. La rotura rotacional se piensa que es el estado final del llamado efecto YORP – una lenta evolución del ritmo de rotación debido a la emisión asimétrica de calor.
«Cuando apuntamos Keck II al asteroide P/2012 F5 el pasado agosto, esperábamos medir lo rápido que giraba y comprobar si tenía fragmentos de tamaño apreciable. Y los datos nos mostraron todo eso», afirma Drahus. El equipo descubrió por lo menos cuatro fragmentos del objeto, del que se sabía que había expulsado polvo a mediados de 2011. También midieron un periodo de rotación muy corto de 3.24 horas – suficientemente rápido para producir la explosión en el objeto.
Rosetta ha sido la primera en detectar nitrógeno molecular en un cometa
23/3/2015 de ESA/Science
Imagen del cometa 67P/Churyumov–Gerasimenko tomada por la cámara NavCam de Rosetta el pasado 14 de marzo de 2015. Crédito: ESA.
La nave espacial Rosetta de ESA ha realizado la primera medida de nitrógeno molecular en un cometa, proporcionando pistas sobre la temperatura del lugar en el que se formó el cometa 67P/Churyumov–Gerasimenko.
La detección in situ de nitrógeno molecular en un cometa ha sido intentada durante mucho tiempo. Sólo se había observado nitrógeno con anterioridad ligado a otros elementos, incluyendo cianuro de hidrógeno y amoníaco, por ejemplo.
Su detección es particularmente importante porque el nitrógeno molecular se cree que era el tipo de nitrógeno más común disponible cuando se estaba formando el Sistema Solar. En las frías regiones exteriores probablemente constituyó la principal fuente del nitrógeno que fue incorporado a los planetas gigantes de gas. También domina la densa atmósfera de la luna Titán de Saturno, y está presente en las atmósferas y hielos de las superficies de Plutón y Tritón, una luna de Neptuno.
«La identificación del nitrógeno molecular restringe las condiciones en las que el cometa se formó, ya que necesita de temperaturas muy bajas para quedar atrapado en hielo», afirma Martin Rubin, de la Universidad de Berna, director del trabajo.
El centro de la Vía Láctea alberga una «fábrica de polvo» de supernovas
23/3/2015 de Cornell University / Science Express
Esta imagen en falso color muestra el centro de la galaxia la Vía Láctea. Las líneas de contorno marcan el área polvorienta de Sagitario A Este, un antiguo resto de supernova. Crédito: NASA/Cornell .
Observando el centro de la galaxia la Vía Láctea, los astrónomos han visto por primera vez de forma directa con SOFIA (un telescopio infrarrojo a bordo de un Boeing 747 modificado) el polvo producido por una antigua supernova.
«El polvo en sí mismo es importante puesto que se trata del material que forma estrellas y planetas, como el Sol y la Tierra, respectivamente, así que conocer de dónde procede es una cuestión importante», comenta el autor principal del trabajo, Ryan Lau, de la Universidad de Cornell. «Nuestro trabajo refuerza con contundencia la teoría de que las supernovas son las que están produciendo el polvo que vemos en galaxias del Universo temprano», afirmó.
Lau explica que una de las grandes preguntas de la astronomía es por qué las galaxias – que se formaron tan pronto como sólo mil millones de años después del Big Bang – contienen tanto polvo. La teoría más aceptada es que las supernovas – estrellas que explotan al final de sus vidas- contienen grandes cantidades de material rico en metales que, a su vez, alberga ingredientes clave del polvo como silicio, hierro y carbono.
Los astrónomos observaron Sagitario A Este, un remanente de supernova de 10 000 años de edad cerca del centro de nuestra Galaxia. En el turbulento ambiente de una supernova, los científicos esperan que el polvo resulte destruido. «No había ninguna observación directa de polvo que hubiera sobrevivido al ambiente de un resto de supernova… hasta ahora, y es por esto que nuestras observaciones de una supernova «vieja» son tan importantes», comenta Lau.
Desvelada la extensión de una erupción volcánica gigante en la Luna
23/3/2015 de Durham University
La detección del elemento radiactivo torio ha permitido descubrir que el material expulsado en la erupción de este volcán alcanzó a cubrir un área de 70 000 km2. Fuente: Durham University.
Un equipo de científicos ha producido un nuevo mapa del volcán más inusual de la Luna, el complejo volcánico Compton-Belkovitch, mostrando que su erupción explosiva dispersó escombros sobre un área mucho mayor de lo que se pensaba.
Cartografiando el elemento radiactivo torio que expulsó durante la erupción han descubierto que, con ayuda de la baja gravedad de la Luna, los escombros de este volcán anónimo cubrieron un área del tamaño de Escocia, o unos 70 000 km2.
Los investigadores emplearon datos de la nave Lunar Prospector de NASA, que descubrió esta zona volcánica en 1999, cuando detectó un depósito aislado de torio en la cara oculta de la Luna, entre los cráteres de impacto Compton y Belkovich. Desde su descubrimiento el depósito ha sido difícil de estudiar puesto que se encuentra bajo escombros de impactos de meteoritos, pero Lunar Prospector sí que detectó rayos gamma emitidos por el torio, que pueden atravesar hasta un metro de roca.
Basándose en esta información, el equipo dirigido por Durham empleó una técnica de realce de la imagen basada en «pixones», originalmente diseñada para observar el Universo lejano, para crear un mapa más nítido y poner de manifiesto el enorme tamaño del depósito de torio formado por la erupción volcánica.
Ahora, los investigadores están planeando utilizar esta técnica de cartografiado en el mayor volcán conocido del Sistema Solar, el Olympus Mons de Marte. En lugar del elemento radiactivo torio, los investigadores buscarán hidrógeno y posibles restos de hielo de agua de glaciares en las pendientes altas del Planeta Rojo.
El Sistema Solar pudo albergar supertierras
24/3/2015 de CalTech
Esta instantánea de una nueva simulación muestra una época al principio de la historia del Sistema Solar en la que Júpiter probablemente migró hacia el interior (aquí la órbita de Júpiter es el grueso círculo blanco). A medida que se movió hacia el interior, Júpiter recogió los fragmentos primitivos de construcción de los planetas, o planetesimales, y los condujo hacia órbitas excéntricas (turquesa) que se solaparon con la parte no perturbada del disco planetario (amarillo), iniciando una cascada de colisiones que habrían empujado a los planetas interiores a precipitarse hacia el Sol. Crédito: K.Batygin/Caltech.
Mucho antes de que Mercurio, Venus, la Tierra y Marte se formaran, parece que el Sistema Solar interior pudo albergar varias supertierras (planetas mayores que la Tierra pero más pequeños que Neptuno). Si fue así, esos planetas hace mucho que desaparecieron, rompiéndose y cayendo al Sol hace miles de millones de años, en gran parte debido al gran viaje que Júpiter realizó hacia el interior y luego hacia el exterior en la historia temprana del Sistema Solar.
Este posible escenario ha sido sugerido por Konstantin Batygin, de Caltech y Gregory Laughlin de UC Santa Cruz. Los resultados de sus cálculos y simulaciones sugieren la posibilidad de una nueva imagen del Sistema Solar temprano que ayudaría a responder varias preguntas acerca de la composición actual del Sistema Solar y de la propia Tierra. Por ejemplo, el nuevo trabajo explica por qué los planetas terrestres de nuestro Sistema Solar tienen unas masas tan bajas (relativamente) comparadas con los planetas en órbita alrededor de otras estrellas similares al Sol.
«Nuestro trabajo sugiere que la migración de Júpiter hacia dentro y hacia afuera podría haber destruido la primera generación de planetas y haber preparado el camino para la formación de los planetas terrestres con poca masa que nuestro Sistema Solar tiene hoy en día», afirma Batygin. «Todo esto encaja muy bien con otros descubrimientos recientes en la comprensión de cómo evolucionó el Sistema Solar, además de rellenar algunos huecos».
Gracias a nuevos estudios de exoplanetas (planetas en sistemas solares que no son el nuestro) sabemos que cerca de la mitad de las estrellas parecidas al Sol de nuestra vecindad galáctica tienen planetas en órbita. Pero esos sistemas no se parecen en nada al nuestro. En nuestro Sistema Solar hay muy poco dentro de la órbita de Mercurio; sólo se encuentran unos pocos escombros (probablemente asteroides cercanos a la Tierra que se desplazaron hacia el interior), pero ciertamente no hay planetas. Esto contrasta drásticamente con lo que los astrónomos observan en la mayoría de los sistemas planetarios. Estos sistemas típicamente poseen uno o dos planetas que son sustancialmente más masivos que la Tierra, en órbitas más cercanas a su sol que la de Mercurio, pero con muy pocos objetos a mayores distancias.
Los mayores impactos de asteroides, encontrados en Australia central
24/3/2015 de Australian National University (ANU)
El DR. Andrew Glikson examina una muestra de suevita, una roca con material parcialmente fundido formado durante un impacto. Imagen. D. Seymour.
En Australia Central ha sido encontrada una zona de impacto de 400 kilómetros de ancho producida por un enorme meteorito que se rompió en dos fragmentos momentos antes de chocar contra la Tierra.
El cráter del impacto ocurrido hace millones de años hace mucho que desapareció. Pero un equipo de geofísicos ha descubierto las cicatrices gemelas de los impactos – la mayor zona de impacto jamás encontrada en la Tierra – escondidas en las profundidades de la corteza terrestre.
«Los dos asteroides deben de haber tenido unos 10 kilómetros de ancho, y habrían supuesto el final para muchas especies de vida del planeta en aquel tiempo», afirma el Dr. Andrew Glikson, de ANU. La revelación de impactos antiguos tan violentos puede conducir a nuevas teorías acerca de la historia de la Tierra.
«Los grandes impactos como estos podrían haber tenido un papel mucho más importante en la evolución de la Tierra de lo que se pensaba», afirmó el Dr. Glikson.
La fecha exacta de los impactos no está clara. Las rocas que los rodean tienen entre 300 millones y 600 millones de años de antigüedad, pero faltan los indicios del tipo de los dejados por otras colisiones de meteoritos. «Es un misterio – no podemos encontrar un episodio de extinción que coincida con estas colisiones. Tengo la sospecha de que el impacto podría tener más de 300 millones de años de edad», comenta.
Un choque de estrellas: la explicación para una enigmática explosión ocurrida en el siglo XVII
24/3/2015 de ESO / Nature
Este mapa, que indica la posición de una nova (marcada en rojo) que apareció en el año 1670, fue documentado por el famoso astrónomo Hevelius y publicado en la revista Philosophical Transactions por la Royal Society en Inglaterra. Crédito: Royal Society.
Nuevas observaciones, llevadas a cabo con APEX y otros telescopios, revelan que la estrella que los astrónomos europeos vieron aparecer en el cielo en 1670 no era una nova, sino un tipo de colisión estelar mucho más excepcional y violento. Fue lo suficientemente espectacular como para verse fácilmente a simple vista durante su primer estallido, pero los rastros que dejó eran tan débiles que ha sido necesario utilizar telescopios submilimétricos para llevar a cabo un meticuloso análisis que, finalmente, pudiera despejar el misterio más de 340 años después. Los resultados aparecen electrónicamente en la revista Nature el 23 de marzo de 2015.
Algunos de los más grandes astrónomos del siglo XVII, incluyendo Hevelius — el padre de la cartografía lunar — y Cassini, documentaron cuidadosamente, en el año 1670, la aparición de una nueva estrella en el cielo. Hevelius la describió como una nova “sub capite Cygni” (una nueva estrella debajo de la cabeza del cisne) pero actualmente los astrónomos la conocen por el nombre de Nova Vulpeculae 1670.
El autor principal de este Nuevo estudio, Tomasz Kamiński (ESO e Instituto Max Planck de Radioastronomía, Bonn, Alemania), explica: «durante muchos años se creyó que este objeto era una nova, pero cuanto más se ha estudiado menos parecía una nova ordinaria — o cualquier otro tipo de explosión de una estrella».
Tomasz Kamiński continúa la historia: «ahora hemos sondeado la zona en longitudes de onda de radio y submilimétricas. Hemos encontrado que los alrededores del remanente están bañados por un gas frío, rico en moléculas, con una composición química muy inusual».
Pero si no fue una nova, entonces ¿qué fue? La respuesta es una espectacular colisión entre dos estrellas, más brillante que una nova, pero menos que una supernova, que produce algo denominado nova roja luminosa. Son eventos muy excepcionales en los que las estrellas explotan debido a una fusión con otra estrella, arrojando al espacio el material que anteriormente contenían en su interior y dejando tan sólo un débil remanente rodeado de un ambiente fresco, rico en moléculas y polvo. Esta nueva clasificación de estrellas explosivas, recientemente aceptada, encaja casi a la perfección en el perfil de Nova Vul 1670.
Encuentran las marcas químicas de antiguas supernovas
24/3/2015 de Carnegie Science
La galaxia enana Sculptor, en datos del Digitized Sky Survey 2. Cortesía de ESO/Digitized Sky Survey 2.
Una búsqueda de las estrellas más viejas en galaxias cercanas ha permitido encontrar dos estrellas en la galaxia enana Sculptor que nacieron poco después de que se formara la galaxia, hace aproximadamente 13 mil millones de años. El inusual contenido químico de las estrellas puede haberse originado en una sola explosión de supernova en la primera generación de estrellas de Sculptor.
La enana Sculptor es una pequeña galaxia que está en órbita alrededor de nuestra Vía Láctea. Las galaxias enanas dejaron de evolucionar hace mucho tiempo, y las estrellas más jóvenes de Sculptor tienen 7 mil millones de años de edad. Por ello, las galaxias enanas ofrecen a los científicos la posibilidad de ver cómo eran las galaxias en las primeras épocas de Universo.
Los astrónomos que estudian las primeras fases de la formación de galaxias después del Big Bang pueden emplear la composición química de las estrellas para desvelar la historia de nuestra propia galaxia y de las vecinas. Los elementos más pesados que el hidrógeno, el helio y el litio sólo pueden haber sido formados por estrellas. Cuantas más estrellas forma una galaxia, más enriquecida en elementos pesados estará.
Los investigadores han estudiado cinco estrellas en Sculptor, midiendo la abundancia de 15 elementos en cada una de ellas. Las dos estrellas más primitivas contienen menos de la mitad del magnesio y calcio que sería de esperar basándose en su contenido en hierro, y sólo el 10 por ciento del silicio que poseen estrellas parecidas de otras galaxias.
«El único modo de explicar esta falta de magnesio, calcio y silicio en estas estrellas es si sus elementos pesados hubieran sido formados en menos de cuatro supernovas, y esas supernovas hubiesen sido de un tipo raro de explosión», explica Josh Simon, de Carnegie.
El robot Curiosity encuentra nitrógeno biológicamente útil en Marte
25/3/2015 de JPL
Este autorretrato del rover Curiosity de Marte combina docenas de exposiciones tomadas por el instrumento Mars Hand Lens Imager (MAHLI) durante el día marciano, o sol, 177 desde la llegada de Curiosity a Marte (3 de febrero de 2013), más tres exposiciones tomadas durante sol 270 (10 de mayo de 2013). Crédito: NASA/JPL-Caltech/MSSS.
Un equipo de científicos ha realizado la primera detección de nitrógeno en la superficie de Marte, emitido por sedimentos marcianos al calentarlos con el instrumento Sample Analysis at Mars (SAM) del rover Curiosity de NASA.
El nitrógeno fue detectado en la forma de óxido nítrico, y podría liberarse en la rotura de nitratos durante el calentamiento. Los nitratos son una clase de moléculas que contienen nitrógeno en un modo que puede ser utilizado por organismos vivos. El descubrimiento supone un indicio más de que el Marte antiguo era habitable para la vida.
El nitrógeno es esencial para todas las formas de vida conocidas, dado que es empleado en los ladrillos de moléculas mayores como el ADN y el ARN, que codifican las instrucciones genéticas de la vida, y por las proteínas, que son empleadas para construir estructuras como pelo y uñas, y para acelerar o regular reacciones químicas.
Sin embargo, en la Tierra y en Marte el nitrógeno atmosférico está bloqueado como gas nitrógeno N2, dos átomos de nitrógeno ligados tan fuertemente que no reaccionan fácilmente con otras moléculas. Los átomos de nitrógeno han de ser separados o «fijados» para que puedan participar en las reacciones químicas necesarias para la vida. El nitrato NO3, un átomo de nitrógeno unido a tres átomos de oxígeno, es una fuente de nitrógeno fijado. Una molécula de nitrato puede unirse con varios átomos y moléculas, formando lo que se conoce como nitratos.
No existen indicios de que las moléculas de nitrógeno fijado encontradas hayan sido creadas por vida. Más bien los científicos piensan que los nitratos son antiguos y que probablemente proceden de procesos no biológicos como impactos de meteorito y rayos en el lejano pasado marciano. Pero supone un indicio más de que el antiguo ambiente del cráter Gale de Marte era habitable.
Un segundo planeta menor podría tener anillos como Saturno
25/3/2015 de MIT
Impresión artística del aspecto que debe de tener el sistema de anillos alrededor de un planeta menor como Cariclo o Quirón. Crédito: ESO/L. Calçada/Nick Risinger.
Existen sólo cinco cuerpos en nuestro Sistema Solar que se sabe que poseen anillos. El más obvio es el planeta Saturno, y en menor medida, anillos de gas y polvo rodean también a Júpiter, Urano y Neptuno. El quinto miembro de este grupo es Cariclo, perteneciente a una clase de planetas menores llamados centauros: pequeños cuerpos rocosos que poseen cualidades de asteroides y cometas a la vez.
Los científicos detectaron recientemente el sistema de anillos de Cariclo, un descubrimiento sorprendente, pues se pensaba que los centauros están relativamente inactivos. Ahora, científicos de MIT y otras instituciones han detectado un posible sistema de anillos alrededor de un segundo centauro, Quirón.
En noviembre de 2011, los investigadores observaron una ocultación estelar en la que Quirón pasó por delante de una estrella brillante, bloqueando brevemente su luz. Los investigadores analizaron las emisiones de luz de la estrella, y la momentánea sombra creada por Quirón, identificando estructuras que sugerían que el centauro podría tener un disco de escombros. Los científicos piensan que estas estructuras pueden ser un sistema de anillos, una capa circular de gas o chorros de material simétricos escapando de la superficie del centauro. De momento, a la luz de las nuevas observaciones, toda las interpretaciones son igual de válidas.
Jessica Ruprecht, del MIT, afirma que es posible imaginar un escenario en el que los centauros formen anillos. Por ejemplo, cuando un cuerpo se rompe, los escombros resultantes pueden ser capturados por otro cuerpo, como Quirón. Los anillos podrían ser también material sobrante de la formación del propio Quirón.
Observan un «estirón» en una protoestrella recién nacida
25/3/2015 de NASA
Imágenes en el infrarrojo de instrumentos del observatorio nacional de Kitt Peak (izquierda) y del telescopio espacial Spitzer de NASA que documentan la erupción en HOPS 383, una joven protoestrella del complejo de formación estelar de Orión. Al fondo, una imagen de gran campo de la región. Crédito: E. Safron et al.; Background: NASA/JPL/T. Megeath (U-Toledo).
Empleando datos de observatorios en órbita, incluyendo el telescopio espacial Spitzer de NASA, e instalaciones en tierra, un equipo internacional de astrónomos ha descubierto una explosión en una estrella que se cree que se encuentra en las fases tempranas de su desarrollo. La erupción, afirman los científicos, revela una repentina acumulación de gas y de polvo en una estrella excepcionalmente joven conocida como HOPS 383.
Las estrellas se forman dentro de fragmentos de nubes de gas frío que colapsan. A medida que la nube se contrae bajo su propia gravedad, su región central se hace más caliente y densa. Al final de este proceso, el fragmento en colapso se ha convertido en una protoestrella central caliente rodeada por un disco polvoriento aproximadamente de la misma masa, rodeado por una densa envoltura de gas y polvo. Los astrónomos llaman a esto una protoestrella de «clase 0».
«HOPS 383 es la primera explosión que hemos visto en un objeto de clase 0, y parece ser la erupción protoestelar más joven que haya sido registrada», afirma William Fischer, del Goddard Space Flight Center de NASA. La fase 0 es corta, durando unos 150 000 años, y es considerada el estado de desarrollo inicial de estrellas como el Sol.
El primer indicio de un aumento de brillo en HOPS 383 se encontró en datos de Spitzer de 2006. En 2008 su brillo se había multiplicado por 35. Según los datos más recientes disponibles, de 2012, la erupción no muestra signos de disminuir. «Una erupción que dura tanto descarta muchas posibilidades, y pensamos que la mejor forma de explicar HOPS 383 es por un aumento repentino en la cantidad de gas que la protoestrella está acretando del disco que tiene alrededor», explica Fischer.
IZw18: la galaxia que nos revela el pasado del Universo
25/3/2015 de Instituto de Astrofísica de Andalucía
La galaxia enana compacta azul I Zwicky 18, en una imagen tomada con las cámaras ACS y WFPC2 del telescopio espacial Hubble.
Hace unos trece mil trescientos millones de años se formaron las primeras galaxias, compuestas casi en su totalidad por hidrógeno y helio, los elementos primordiales que surgieron tras el Big Bang. Su estudio, a día de hoy, resulta técnicamente muy complejo debido a su gran distancia, pero la observación de galaxias similares en el universo local se está revelando como un excelente atajo para conocerlas.
«La galaxia enana IZw18 es la galaxia más pobre en metales (en astrofísica, los elementos más pesados que el hidrógeno y el helio) del universo cercano, y una de las que más se asemeja a las primeras galaxias. De modo que su estudio nos permite atisbar las condiciones que se daban en el universo primordial», destaca Carolina Kehrig, investigadora del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) que encabeza una investigación que analiza las propiedades de IZw18.
Este estudio ha descubierto en esta pequeña galaxia cercana una región muy extensa de helio ionizado, algo más frecuente en galaxias muy distantes y con poca abundancia de metales. La ionización del helio requiere la presencia de objetos que emitan una radiación lo suficientemente intensa como para arrancar los electrones de los átomos de helio. «En este trabajo damos una nueva interpretación para el origen de esta radiación en la galaxia IZw18, un tema que sigue siendo una incógnita», apunta Kehrig (IAA-CSIC).
«Nuestros datos apuntan a que estrellas extremadamente calientes, como estrellas supermasivas de baja metalicidad o bien estrellas masivas prácticamente sin metales, pueden esconder la clave para resolver el problema de la excitación del helio en IZw18, aunque la existencia de estas estrellas aún no ha sido confirmada observacionalmente en ninguna galaxia», apunta Carolina Kehrig (IAA-CSIC).
Se trataría de estrellas muy calientes análogas a las estrellas de primera generación (conocidas como estrellas de Población III) y que, según los modelos teóricos, estarían compuestas solo por hidrógeno y helio y podrían tener cientos de veces la masa del Sol. Se cree que estas estrellas jugaron un papel decisivo en la “reionización” del universo, época durante la que las primeras estrellas y galaxias se hicieron visibles, y que aún sigue siendo poco conocida.
Un antiguo sistema de lagos marciano registra dos episodios relacionados con agua
26/3/2015 de Brown University
Una formación con aspecto de delta en el borde occidental del cráter Jerezo indica un área donde el agua habría entrado en el lago, depositando minerales de arcilla transportados desde la cuenca del canal que conducía el agua. Crédito: NASA/MSSS.
Investigadores de Brown University han completado un nuevo análisis de un antiguo sistema de lagos marciano en el cráter Jerezo, cerca del ecuador del planeta. El estudio ha encontrado que la acometida de agua que llenó el cráter fue uno de por lo menos dos episodios diferentes de actividad de agua en la región que rodea Jerezo.
«Podemos decir que este lugar realmente bien al descubierto constituye un argumento sólido para afirmar que por lo menos se produjeron dos periodos de actividad relacionada con agua en la historia de Marte», comenta Tim Goudge, estudiante graduado de Brown que ha dirigido el estudio.
El antiguo lago del cráter Jerezo fue identificado por primera vez en 2005 por Caleb Fasset. Fasset identificó dos canales en las caras norte y oeste del cráter, que parecen haberle proporcionado el agua. Cada uno de los canales posee un depósito en forma de delta donde fueron depositados los sedimentos transportados por el agua al lago. El nuevo análisis, dirigido por Goudge, demuestra que cada depósito contiene minerales diferentes que coinciden con los de la cuenca hidrográfica de la que proceden. «Esta es una buena indicación de que los minerales se formaron en la cuenca y fueron transportados posteriormente al lago», comenta Goudge.
La formación de los minerales y su transporte parece que se produjeron con bastante tiempo de diferencia. «Lo que esto implica es que existieron de hecho dos periodos de actividad relacionada con el agua», sigue Goudge. «El primer episodio formó los minerales alterados en la cuenca y algún tiempo después apareció la actividad de agua en la superficie que transportó los minerales al lago».
Descubren una capa caliente en la atmósfera de Venus que no tiene explicación
26/3/2015 de Moscow Institute of Physics and Technology (MIPT)
Temperaturas en la cara nocturna de Venus a altitudes de 90 y 100 km. Fuente: Moscow Institute of Physics and Technology (MIPT)
Un grupo de científicos rusos, europeos y americanos ha encontrado una capa caliente en la atmósfera de Venus, cuya naturaleza todavía es desconocida. Los investigadores realizaron el descubrimiento compilando un mapa de temperatura de la alta atmósfera de la cara nocturna del planeta basándose en datos tomados por la sonda Venus Express.
«Hemos medido temperaturas a altitudes de entre 90 y 140 kilómetros» afirma un autor del estudio, Denis Belyaev del MIPT. «En la cara nocturna del planeta, las temperaturas normalmente bajan con la altitud, pero hemos encontrado un pico en el mapa en el rango entre los 90 y 100 kilómetros. Aquí la atmósfera era entre 20 y 40 grados más caliente de lo esperado. Todavía no conocemos qué es lo que causa el calentamiento, pero la capa de ozono de Venus se encuentra a esta altitud. Podría haber una conexión».
Los investigadores han descubierto también otra peculiaridad en la alta atmósfera de Venus: por la mañana temprano es más caliente que por la tarde, mientras que debería de ser al contrario. Venus gira muy lentamente y un «día» en el planeta dura 116 días terrestres. Durante la larga noche la alta atmósfera se enfría, por lo que al empezar la noche debería de ser más caliente que al empezar la mañana. «Hemos descubierto que la temperatura atmosférica es 20 grados más alta por la mañana que por la noche», afirma Belyaev. «Esto es probablemente debido a la circulación global de la atmósfera».
Un agujero negro ‘desconecta’ la formación de estrellas
26/3/2015 de ESA/ Nature
Los astrónomos que estudian el agujero negro supermasivo del centro de la galaxia IRAS F11119+3257 han encontrado pruebas de que los vientos que soplan del agujero negro están barriendo la reserva de gas para formar estrellas de la galaxia. Crédito: ESA/ATG medialab.
Un equipo de astrónomos ha descubierto, con el telescopio espacial Herschel de ESA, que los vientos que soplan de un enorme agujero negro están barriendo la reserva de gas para formar estrellas de la galaxia que lo aloja.
Los agujeros negros supermasivos, que se encuentran en el centro de la mayoría de las galaxias, son objetos extremadamente densos y compactos, con masas entre los millones y miles de millones de veces la masa de nuestro Sol. Muchos son relativamente pasivos, como el que se encuentra en el centro de nuestra Vía Láctea. Sin embargo, algunos de ellos están devorando sus alrededores con gran apetito.
Estos agujeros negros activos no sólo se alimentan del gas cerca sino que también expulsan parte de él en forma de potentes vientos y chorros. Los astrónomos sospechan desde hace tiempo que estos flujos son responsables de privar a las galaxias de su gas interestelar, en particular de las moléculas de gas a partir de las cuales nacen estrellas. Esto puede al final afectar a la actividad de formación de estrellas de una galaxia, frenándola o posiblemente deteniéndola del todo.
Hasta ahora no se había podido captar una imagen completa de este proceso. Aunque los astrónomos eran capaces de detectar vientos muy cerca de los agujeros negros empleando telescopios de rayos X, y rastrear flujos galácticos de moléculas de gas con observaciones en el infrarrojo, no habían todavía tenido éxito en encontrar ambos en la misma galaxia.
«Es la primera vez que vemos un agujero negro supermasivo en acción, expulsando la reserva de gas para formar estrellas de la galaxia», explica Francesco Tombesi del Goddard Space Flight Center de NASA, quien ha dirigido el estudio publicado hoy en Nature. Combinando observaciones en el infrarrojo del observatorio espacial Herschel de ESA y nuevos datos del satélite de rayos X Suzaku de Japón y EEUU, los astrónomos detectaron los vientos cerca del agujero negro central, así como su efecto global alejando del centro el gas galáctico en una galaxia conocida como IRAS F11119+3257.
Explosiones en las auroras de Júpiter, relacionadas con una extraordinaria interacción planeta-luna
26/3/2015 de American Geophysical Union
En esta ilustración artística, flujos de iones y electrones cargados eléctricamente son acelerados a lo largo de las líneas del campo magnético de Júpiter (las curvas azules que parecen una fuente), induciendo la aparición de auroras (anillos azules) en el polo del planeta. Las partículas aceleradas proceden de nubes de material (rojo) expulsadas por volcanes de la luna Io de Júpiter (la pequeña esfera de la derecha). Crédito: Japan Aerospace Exploration Agency (JAXA).
En la Tierra, las erupciones de partículas expulsadas por el Sol disparan brillantes auroras que bailan brevemente sobre los polos de nuestro planeta. Pero en Júpiter hay auroras todo el tiempo, y nuevas observaciones muestran que este espectáculo joviano a veces explota debido a un proceso que nada tiene que ver con el Sol.
Los observadores de Júpiter saben desde hace mucho tiempo que las siempre presentes auroras polares del planeta gigante – miles de veces más brillantes y muchas veces mayores que las de la Tierra- son alimentadas por partículas con carga eléctrica del Sol que chocan con el campo magnético de Júpiter y por la interacción entre Júpiter y una de sus muchas lunas, llamada Io. Pero también hay explosiones de auroras en Júpiter, o periodos de gran aumento del brillo, similares a las tormentas de auroras de la Tierra, que nadie ha podido relacionar con ninguna de las causas ya conocidas.
En la interacción de Júpiter con Io que produce auroras, los volcanes de la pequeña luna expulsan nubes de átomos con carga eléctrica (iones) y electrones a una región que rodea a Júpiter y que está bajo el influjo del potente campo magnético del planeta, miles de veces más intenso que el de la Tierra. Girando junto con su planeta, que rota rápidamente, el campo magnético arrastra con él el material de Io, produciendo fuertes campos eléctricos en los polos de Júpiter. La aceleración de los iones y los electrones produce intensas auroras que brillan en casi todas las partes del espectro electromagnético, pero más intensamente en bandas de alta energía, como luz ultravioleta y rayos X, que son invisibles para el ojo humano.
Ahora nuevas observaciones de las emisiones del planeta en el ultravioleta extremo muestran que las brillantes explosiones que se producen en las auroras de Júpiter probablemente son iniciadas por la interacción planeta-luna, no por la actividad solar. Empezando en enero de 2014, un telescopio a bordo del satélite Hisaki de JAXA, que se centró en Júpiter durante dos meses, registró el aumento intermitente de brillo de la aurora del planeta gigante. El telescopio detectó repentinas llamaradas en días en los que el flujo habitual de partículas del Sol, conocido como viento solar, era relativamente débil.
Una nave espacial de NASA detecta una aurora y una misteriosa nube de polvo alrededor de Marte
27/3/2015 de JPL
Ilustración artística del espectrógrafo ultravioleta de MAVEN observando la aurora de Marte en diciembre. Las observaciones de MAVEN muestran que las auroras en Marte son similares a las de la Tierra, pero tienen un origen diferente. Crédito: University of Colorado.
La nave espacial Mars Atmosphere and Volatile Evolution (MAVEN) de NASA ha observado dos fenómenos inesperados en la atmósfera marciana: una nube de polvo de gran altitud y una aurora que llega a gran profundidad dentro de la atmósfera marciana.
La presencia de polvo a altitudes orbitales entre 150 kilómetros y 300 kilómetros sobre la superficie no estaba predicha. Aunque el origen y composición del polvo son desconocidos, no existe ningún peligro para MAVEN ni otras naves espaciales en órbita alrededor de Marte.
«Si el polvo se origina en la atmósfera, ello sugeriría que nos estamos perdiendo algún proceso fundamental en la atmósfera marciana», afirmó Laila Andersson, de la Universidad de Colorado.
MAVEN también detectó una brillante aurora en luz ultravioleta en diciembre de 2014 cubriendo el hemisferio norte de Marte. Las auroras son producidas por partículas con mucha energía como electrones chocando contra la atmósfera, haciendo que el gas de ésta brille.
«Lo que es particularmente sorprendente en la aurora que vimos es la profundidad en la atmósfera a la que se produce – mucho más profunda que en la Tierra o cualquier otro lugar de Marte», explica Arnaud Stiepen, de la Universidad de Colorado. «Los electrones que la produjeron deben de tener realmente mucha energía».
La mejor imagen obtenida hasta ahora de una nube de polvo que pasa junto al agujero negro del centro de la galaxia
27/3/2015 de ESO
Esta composición muestra el movimiento de la nube de polvo G2 a medida que se acerca y, posteriormente, se aleja, del agujero negro supermasivo del centro de la Vía Láctea. En esta imagen vemos, de izquierda a derecha, la posición de la nube en los años 2006, 2010, 2012 y en febrero y septiembre de 2014. Las manchas se han coloreado para mostrar el movimiento de la nube: el rojo indica que el objeto se aleja y el azul que el objeto se acerca. La cruz marca la posición del agujero negro supermasivo. Crédito: ESO/A. Eckart.
Las mejores observaciones realizadas hasta el momento de la polvorienta nube de gas G2 confirman que, en mayo del 2014, hizo su mayor aproximación al agujero negro supermasivo del centro de la Vía Láctea y sobrevivió a la experiencia. El nuevo resultado del Very Large Telescope de ESO muestra que el objeto no parece haberse deformado significativamente y que es muy compacto. Es más probable que se trate de una joven estrella con un núcleo masivo que todavía está acretando material. El propio agujero negro todavía no ha mostrado ningún aumento de actividad.
En el corazón de nuestra galaxia, la Vía Láctea, hay un agujero negro supermasivo con una masa de cuatro millones de veces la de nuestro Sol. A su alrededor orbita un pequeño grupo de estrellas brillantes y, además, a lo largo de los últimos años, se ha estudiado y seguido el proceso de caída hacia el agujero negro de una enigmática nube de polvo conocida como G2. Se predijo que el punto de mayor aproximación sería en mayo de 2014.
Debido a la potente gravedad y a las grandes fuerzas de marea existentes en esta región se esperaba que la nube quedara destrozada y dispersa a lo largo de su órbita. Parte de este material podría alimentar al agujero negro y provocar una súbita combustión y otros eventos que harían evidente que el monstruo estaba disfrutando de una comida especial. Para estudiar estos eventos únicos, durante los últimos años numerosos equipos han utilizado grandes telescopios de todo el mundo con el fin de observar cuidadosamente la región del centro galáctico.
La resistencia de la nube de polvo a la extrema gravedad generada por la fuerza de marea cercana al agujero negro, sugiere que, más que una nube, se trata de material que rodea a un objeto denso con un núcleo masivo. A esto se suma la falta, hasta el momento, de pruebas que indiquen que el material esté alimentando al monstruo central, lo cual generaría llamaradas y aumentaría su actividad.
Un nuevo giro en la peculiar rotación de Saturno
27/3/2015 de Tel Aviv University / Nature
Una pacífica imagen de Saturno tomada por la nave espacial Cassini de NASA mientras se acercaba al planeta en diciembre de 2004. Crédito: NASA.
Hacer el seguimiento de la velocidad de rotación de planetas sólidos como la Tierra y Marte es una tarea relativamente sencilla: basta con medir el tiempo que tarda una estructura de la superficie en volver a aparecer de nuevo mientras gira.
Pero los planetas gaseosos gigantes Júpiter y Saturno son más problemáticos para los científicos planetarios ya que ambos carecen de superficies sólidas mensurables y están cubiertos por densas capas de nubes, impidiendo las medidas visuales directas de las sondas espaciales. Saturno ha supuesto un reto incluso mayor para los científicos, ya que se sabe que diferentes partes de esta bola de hidrógeno y helio giran a distintas velocidades, mientras que su eje de rotación y su polo magnético permanecen alineados.
Un nuevo método ideado por el investigador Dr. Ravit Helled, publicado recientemente en Nature, propone una estrategia basada en la medición del campo gravitatorio y en el hecho único de que su eje este-oeste es más corto que su eje norte-sur.
Según el nuevo método, el día de Saturno tiene una duración de 10 horas, 32 minutos y 44 segundos. Cuando los investigadores aplicaron su método a Júpiter, cuyo periodo de rotación ya es bien conocido, los resultados fueron idénticos a las medidas convencionales, reflejando la solidez y precisión del método.
Las manchas brillantes de Ceres podrían ser hielo activo
27/3/2015 de Nature
La nave esacial Dawn captó esta imagen de las manchas brillantes gemelas de Ceres el pasado 19 de febrero. Crédito: NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA.
Un par de manchas brillantes que relucen dentro de un cráter de impacto del planeta enano Ceres podrían ser algún tipo de penacho helado u otra formación geológica activa.
Nuevas imágenes de la nave espacial Dawn de NASA muestran las manchas, conocidas como «estructura número 5», desde diferentes ángulos a medida que el planeta gira entrando y saliendo de la luz del Sol. Las imágenes muestran las manchas incluso cuando aparecen cerca del borde de Ceres, cuando las paredes del cráter de impacto deberían bloquear la vista de cualquier cosa confinada en el fondo. Que algo sea visible en todas estas circunstancias sugiere que la estructura debe de elevarse bastante sobre la superficie.
«Lo que es impresionante es que puedes ver la formación cuando el borde todavía está fuera de la vista», afirma Andreas Nathues, científico planetario del Instituto Max Planck de Investigación del Sistema Solar de Göttingen, Alemania.
Al amanecer, la estructura número 5 aparece brillante. Al atardecer parece apagarse. Esto podría significar que la luz solar juega un importante papel, por ejemplo, calentando hielo justo debajo de la superficie y provocando que explote formando algún tipo de penacho u otra estructura.
Se piensa que Ceres es de hielo por lo menos en una cuarta parte, mucho más que la mayoría de asteroides. El objetivo de Dawn es averiguar dónde reside ese hielo y qué papel tiene en dar forma a la superficie del planeta enano. Una idea es que el hielo está cubierto por una capa de suelo muy delgada. El hielo puede ocasionalmente ser lanzando como un chorro hacia arriba en «criovolcanes», gracias a las presiones internas del asteroide.
Los astrónomos ponen al día sus lámparas cósmicas
30/3/2015 de JPL / Science
Un nuevo estudio analiza varios lugares donde explotaron en el pasado varias estrellas muertas. Las explosiones, llamadas supernovas de tipo Ia, ocurrieron en el interior de galaxias, de las cuales seis son mostradas en estas imágenes del Sloan Digital Sky Survey. Crédito: SDSS.
Las brillantes explosiones de estrellas muertas han sido empleadas durante años para iluminar las regiones lejanas de nuestro cosmos. Las explosiones, llamadas supernovas de tipo Ia, permiten a los astrónomos medir las distancias a las galaxias y medir el ritmo cada vez mayor al que nuestro Universo se expande.
Pero estas herramientas no son perfectas. En un nuevo informe, que apareció en la edición del 27 de marzo de la revista Science, los astrónomos identifican las mejores supernovas de tipo Ia para medir distancias cósmicas. Empleando datos de archivo del satélite Galaxy Evolution Explorer (GALEX) de NASA los científicos demuestran que una clase particular de supernovas de tipo Ia que se producen cerca de estrellas jóvenes puede mejorar estas medidas con una precisión de más de dos veces la conseguida anteriormente.
«Hemos descubierto una población de supernovas de tipo Ia cuya emisión de luz depende muy precisamente de lo rápido que disminuye su brillo, haciendo posible la medida de distancias muy exactas a ellas», afirma Patrick Kelly de la Universidad de California, Berkeley, autor principal del nuevo estudio. «Estas supernovas se encuentran cerca de poblaciones de estrellas brillantes, calientes».
El descubrimiento ayudará a iluminar el camino hacia la comprensión de la energía oscura, uno de los mayores misterios del campo de la cosmología, el estudio del origen y desarrollo del universo. La energía oscura es la culpable principal de la desconcertante aceleración de nuestro cosmos, un fenómeno descubierto en 1998. La aceleración fue descubierta cuando los astrónomos observaron que las galaxias están apartándose unas de otras a grandes velocidades.
Los planetas terrestres como Tatooine de «La Guerra de las Galaxias» pueden ser comunes
30/3/2015 de The University of Utah
En esta pintura, el astrofísico Ben Bromley de la Universidad de Utah imagina una doble puesta de Sol en un planeta terrestre inhabitado en órbita alrededor de una pareja de estrellas binarias. Crédito: Ben Bromley, University of Utah.
El hogar de Luke Skywalker en «La Guerra de las Galaxias» es el planeta desierto Tatooine, con amaneceres gemelos puesto que se encuentra en órbita alrededor de dos estrellas. Hasta ahora sólo han sido identificados planetas de gas gigantes inhabitables rodeando tales estrellas binarias, y muchos investigadores piensan que no pueden formarse planetas rocosos allí. Ahora simulaciones matemáticas muestran que los planetas terrestres sólidos como Tatooine probablemente existen y pueden ser muy comunes en sistemas binarios de estrellas.
«Nuestro resultado principal es que, salvo en una pequeña región cerca de una estrella binaria, puede producirse la formación de planetas [tanto rocosos como gigantes gaseosos] de modo muy parecido a alrededor de una sola estrella», escriben los investigadores. «En nuestro escenario, los planetas son tan abundantes alrededor de binarias como alrededor de estrellas individuales».
«Durante más de una década, los astrofísicos pensaban que los planetas como la Tierra no podían formarse alrededor de la mayoría de las estrellas binarias, por lo menos no lo suficientemente cerca como para ser habitables», afirma Ben Bromley, de la Universidad de Utah. «El problema es que los planetesimales necesitan unirse con lentitud para crecer. Alrededor de una sola estrella, los planetesimales tienden a seguir caminos circulares – anillos concéntricos que no se cruzan. Si los planetesimales se acercan unos a otros, entonces pueden unirse lentamente».
Pero si los planetesimales están en órbita alrededor de una pareja de estrellas, «sus caminos se entremezclan por el tira y afloja de las estrellas binarias», afirma Bromley. «Sus órbitas pueden quedar tan entrelazadas que cruzan las trayectorias de los otros a velocidades altas, abocándolos a choques destructivos, no al crecimiento».
Ahora en este estudio Ben Bromley y Scott Kenyon demuestran matemáticamente y con sencillas simulaciones por computadora que los planetas rocosos del tamaño de la Tierra pueden formarse alrededor de estrellas binarias si poseen una órbita «predominantemente circular». No llevaron a cabo sus simulaciones hasta el punto de la formación de planetas, pero mostraron que los planetesimales podrían sobrevivir sin colisiones durante decenas de miles de años en órbitas concéntricas ovaladas alrededor de estrellas binarias.
Hubble y Chandra descubren que la materia oscura no interacciona tanto como se pensaba
30/3/2015 de Hubble site / Science
Este collage muestra imágenes de seis cúmulos de galaxias diferentes tomadas con el telescopio espacial Hubble y el observatorio de rayos X Chandra de NASA. Los cúmulos fueron observados en un estudio de cómo la materia oscura de los cúmulos de galaxias se comporta cuando los cúmulos chocan.En total se estudiaron 72 grandes colisiones. Crédito: NASA, ESA, STScI, y CXC.
Un equipo de astrónomos ha descubierto con observaciones del telescopio espacial Hubble y el observatorio de rayos X Chandra de NASA que la materia oscura no disminuye su velocidad cuando choca contra otra materia oscura. Esto significa que interacciona consigo misma incluso menos de lo que se pensaba. Los investigadores afirman que esto reduce las opciones acerca de qué podría ser esta misteriosa sustancia.
La materia oscura es una forma transparente de materia que constituye la mayor parte de la masa del Universo. Debido a que la materia oscura no refleja, absorbe o emite luz, sólo puede ser rastreada indirectamente, por ejemplo midiendo cómo deforma el espacio debido al efecto de lente gravitatoria, cuando la luz de fuentes lejanas es aumentada y distorsionada por los efectos gravitacionales de la materia oscura.
Los dos observatorios espaciales fueron empleados para estudiar cómo se comporta la materia oscura de los cúmulos de galaxias cuando los cúmulos chocan. Se empleó el Hubble para cartografiar la distribución de estrellas y materia oscura posterior a la colisión, por medio de sus efectos de lente gravitatoria sobre la luz del fondo. Chandra fue empleado para ver la emisión en rayos X del gas que chocaba.
Los cúmulos de galaxias poseen tres ingredientes principales: galaxias, nubes de gas y materia oscura. Durante las colisiones, las nubes de gas que envuelven las galaxias chocan unas contra otras y se frenan o detienen. Las galaxias son mucho menos afectadas por el arrastre del gas y como existen enormes huecos entre sus estrellas, no tienen un efecto de frenado unas sobre otras.
Estudiando 72 grandes choques de cúmulos de galaxias, ahora los investigadores han descubierto que como las galaxias, la materia oscura continua impertérrita a través de los choques violentos sin ser frenada en relación con las galaxias. Y la razón por la que esto ocurre es porque no sólo no interacciona con partículas visibles, sino que interacciona muy raramente con otra materia oscura, incluso con menos frecuencia de la que se pensaba.
¿Cantan las estrellas?
30/3/2015 de Science & Technology Facilities Council
Un descubrimiento fortuito realizado por un equipo de investigadores ha proporcionado indicios experimentales de que las estrellas pueden generar sonido.
El estudio de los fluidos en movimiento (conocido como hidrodinámica) se remonta a los egipcios, así que no se producen a menudo nuevos descubrimientos. Sin embargo, examinando el resultado al disparar un láser ultraintenso contra plasma, los investigadores notaron algo inusual. Se dieron cuenta de que en la billonésima de segundo después de que el láser alcanzara su objetivo, el plasma fluía rápidamente desde áreas de densidad alta a regiones más estancadas de densidad baja, de modo tal que creó algo así como un atasco de tráfico. El plasma se amontonó en la separación entre las regiones de alta y baja densidad, generando una serie de pulsos de presión: una onda de sonido.
El sonido generado era de tan alta frecuencia que habría causado problemas incluso a los murciélagos y delfines. Con una frecuencia de casi un billón de hertzios, el sonido producido no sólo fue inesperado sino también cercano a la frecuencia más alta posible en un material así, seis millones de veces más alta de lo que puede oír un mamífero.
El Dr. John Pasley, del Instituto de Plasma de Nueva York comentó: «Uno de los pocos lugares de la naturaleza donde pensamos que puede ocurrir este fenómeno es en la superficie de las estrellas. Cuando están acumulando material nuevo las estrellas pueden generar sonido de modo muy parecido a lo que observamos en el laboratorio – así que las estrellas pueden estar cantando – pero dado que el sonido no puede propagarse a través del vacío del espacio, nadie puede oírlas».
Las marcas en Marte del aterrizaje de 2012 van desapareciendo irregularmente
31/3/2015 de JPL
Esta secuencia de imágenes muestra la zona del suelo en la que cayó la grúa aérea de la misión del rover Curiosity de NASA, tras depositar al robot en agosto de 2012, y cómo el aspecto de las marcas oscuras cambió durante los 30 meses siguientes. Crédito: NASA/JPL-Caltech/Univ. of Arizona.
Una serie de observaciones desde la órbita de Marte muestran cómo las zonas oscuras que fueron producidas en agosto de 2012 por el aterrizaje del robot de exploración Curiosity de NASA han ido desapareciendo de forma irregular.
La cámara HiRISE del Mars Reconnaissance Orbiter de NASA realizó observaciones en múltiples ocasiones desde el aterrizaje el mes pasado. Después de ir borrándose a lo largo de dos años, el ritmo de cambio se frenó y algunas de las marcas pueden incluso haberse oscurecido de nuevo.
Las imágenes muestran cambios en cuatro lugares a los que llegaron diferentes piezas de Curiosity, como el escudo térmico y la fase de descenso. Las cuatro series, cada una con imágenes de entre cinco y siete fechas diferentes desde el aterrizaje, están disponibles electrónicamente en http://www.jpl.nasa.gov/spaceimages/details.php?id=PIA19159 .
«Naves como Curiosity crean estas zonas oscuras allí donde el polvo brillante es apartado por el viento del aterrizaje», afirma Ingrid Daubar, una científico del equipo de HiRISE en el Jet Propulsion Laboratory. «Esperábamos ver cómo se difuminaban debido al viento que mueve el polvo de los alrededores durante los meses y años que siguieron al aterrizaje, pero nos ha sorprendido observar que el ritmo de cambio no parece ser regular».
Mientras las estrellas se forman, los campos magnéticos influyen sobre regiones grandes y pequeñas
31/3/2015 de Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics (CfA) / Nature
La nebulosa Pata de Gato, también conocida como NGC 6334, cobra vida en esta imagen infrarroja tomada por el telescopio espacial Spitzer. Un nuevo estudio de esta nebulosa encuentra que los campos magnéticos influyen en la formación de estrellas a distintas escalas, desde cientos de años-luz a una fracción de año-luz. En esta fotografía el rojo muestra la luz correspondiente a una longitud de onda de 8 micras, el verde corresponde a 4 micras y el azul a 3.6 micras. Crédito: S. Willis (CfA); NASA/JPL-Caltech/SSC.
Las estrellas se forman cuando la gravedad junta material dentro de nubes gigantescas de gas y polvo. Pero la gravedad no es la única fuerza que interviene. También la turbulencia y los campos magnéticos luchan contra la gravedad, revolviéndolo todo o canalizando y restringiendo los flujos del gas, respectivamente. Una nueva investigación que se centra en los campos magnéticos muestra que influyen en la formación de estrellas a una gran variedad de escalas, desde cientos de años-luz a una fracción de año-luz.
El nuevo estudio, publicado electrónicamente en la revista Nature el 30 de marzo, investiga la nebulosa Pata de Gato, también conocida como NGC 6334. Esta nebulosa contiene material equivalente a 200 000 soles que está juntándose para formar nuevas estrellas, algunas con hasta 30 ó 40 veces la masa de nuestro Sol. Se encuentra a 5500 años-luz de la Tierra, en la constelación de Escorpio.
Los investigadores midieron cuidadosamente la orientación de los campos magnéticos dentro de la Pata de Gato. «Descubrimos que la dirección del campo magnético se mantiene bastante bien a grandes y pequeñas escalas, implicando que la gravedad propia y la turbulencia de la nube no son capaces de alterar significativamente la dirección del campo», afirma Hua-bai Li, que ha realizado las observaciones de alta resolución mientras era investigador postdoctoral del Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics (CfA).
Este trabajo constituye la primera vez que han sido medidos los campos magnéticos de una sola región a tantas escalas diferentes. También tiene implicaciones interesantes para la historia de nuestra galaxia. Cuando una nube molecular colapsa para formar estrellas, los campos magnéticos detienen el proceso. Como resultado, sólo una fracción del material de la nube es incorporado en estrellas. El resto es dispersado por el espacio, donde queda disponible para formar nuevas generaciones de estrellas. Gracias a los campos magnéticos, el proceso de formación de estrellas es más amplio.
Una nueva explicación para la cara oscura de Mercurio
31/3/2015 de Lawrence Livermore National Laboratory / Nature Geoscience
Esta imagen completa de Mercurio muestra su superficie oscura. Fuente: Lawrence Livermore National Laboratory.
Mirando al espacio, la superficie de Mercurio se muestra oscura y sin reflejos, algo que ha intrigado mucho tiempo a los científicos planetarios debido a que la abundancia de hierro es muy baja en la superficie (menos del 2 por ciento).
El hierro es un material importante en el oscurecimiento de cuerpos sin aire como la Luna y los asteroides. Aunque el intenso ambiente de erosión espacial de Mercurio contribuye a que su superficie sea oscura, al convertir con eficiencia la pequeña cantidad de hierro disponible en hierro metálico submicroscópico, este efecto no es suficiente para explicar las observaciones del aspecto de Mercurio. Y así, los investigadores han especulado durante mucho tiempo sobre la posible contribución de un «misterioso agente oscurecedor» en la superficie oscura de Mercurio.
En un estudio publicado en la revista Nature Geoscience un equipo de investigadores estudia si el carbono transportado por cometas y/o el polvo de cometas podría ser este esquivo y misterioso agente oscurecedor.
«Nuestro estudio responde a un antiguo misterio sobre por qué la superficie de Mercurio es más oscura que la superficie de la Luna, implicando al carbono como ‘agente secreto’ oscurecedor, que es difícil de detectar con los métodos de teledetección disponibles», afirma la autora principal Megan Bruck Syal, investigadora postdoctoral del Lawrence Livermore National Laboratory. «Mercurio es eficientemente pintado de negro por el constante flujo de micrometeoritos ricos en carbono».
Regreso a Rea
31/3/2015 de JPL
Dos imágenes del satélite Rea de Saturno tomadas por la nave espacial Cassini de NASA. Cassini ha regresado al plano ecuatorial de Saturno después de dos años en órbitas con alta inclinación. Esto le permitirá pasar cerca de varias de las heladas lunas del planeta. Crédito: NASA/JPL-Caltech/Space Science Institute.
Después de un par de años en órbitas de alta inclinación que han limitado su habilidad para encontrarse con las lunas de Saturno, la nave espacial Cassini de NASA ha regresado al plano ecuatorial de Saturno en marzo de 2015.
Como preludio a su retorno al reino de los satélites helados la nave espacial realizó el pasado 9 de febrero su primer vuelo relativamente cercano a una luna helada (aparte de Titán) en casi dos años. Durante este encuentro las cámaras de Cassini captaron imágenes de la helada luna Rea, tal como se muestra en estos dos mosaicos de imágenes. Las imágenes fueron tomadas con una diferencia de hora y media mientras Cassini se acercaba a Rea.
Las imágenes fueron tomadas con filtros espectrales transparente, verde, infrarrojo y ultravioleta y luego combinadas para crear estos retratos en color realzado, que muestran una gama de colores más amplia que los colores visibles al ojo humano para así destacar las sutiles diferencias de color de la superficie de Rea. La superficie es bastante uniforme en color natural.
Auroras en Marte
12/5/2015 de Science@NASA
Un mapa de las detecciones de auroras en el ultravioleta con MAVEN, superpuestas a una imagen de la superficie marciana. El mapa muestra que la aurora estaba por todo el hemisferio norte, sin relación con lugares geográficos concretos. La aurora se detectó en todas las observaciones durante un periodo de 5 días. Crédito: University of Colorado.
Un día, cuando los humanos vayan a Marte, podrían descubrir que, a veces, el Planeta Rojo tiene cielos verdes. A finales de diciembre de 2014 la nave espacial MAVEN de NASA detectó indicios de auroras por todo el hemisferio norte de Marte. Las «Luces de Navidad», como las llamaron los científicos, rodearon el globo y descendieron tan cerca del ecuador marciano que, si se hubieran producido en la Tierra, habrían sido vistas desde lugares como Florida o Marruecos.
No se trata de la primera vez que una nave espacial detecta auroras en Marte. Hace diez años Mars Express de ESA descubrió un resplandor en el ultravioleta procedente de «paraguas magnéticos» en el hemisferio sur. A diferencia de la Tierra, Marte no posee un campo magnético global que rodee el planeta por completo. En su lugar tiene campos magnéticos con forma de paraguas que brotan del suelo como setas, aquí y allá, pero principalmente en el hemisferio sur. Estos paraguas son los restos de un antiguo campo global que desapareció hace miles de millones de años.
«Las cubiertas de estos paraguas se encuentran en los lugares donde esperamos ver las auroras marcianas» afirma Nick Schneider. «Pero MAVEN las está observando fuera de estos paraguas, algo que es nuevo».
Y como Mars Express hace 10 años, MAVEN utiliza una cámara en el ultravioleta, que no es lo que se vería a simple vista. ¿Qué vería un ser humano? Aunque la atmósfera marciana está formada principalmente por CO2, contiene algo de oxígeno y ésa es la clave del color de las auroras. Los átomos de oxígeno excitados en la atmósfera marciana probablemente producirían luz verde. «Un resplandor difuso verde es bastante posible en Marte, por lo menos cuando el Sol está emitiendo partículas de alta energía», comenta Schneider.
Demuestran que las «olas rompientes» perturban el campo magnético de la Tierra
12/5/2015 de University of New Hampshire / Nature Communications
Ondas de Kelvin-Helmholtz en la atmósfera se forman cuando vientos de alta velocidad soplan por encima de masas de aire más estancadas. Las ondas crean turbulencia y mezclan las masa de aire. Esto mismo ocurre en la magnetosfera de la Tierra, permitiendo qe las partículas del viento solar penetren en la magnetosfera y produzcan perturbaciones en los cinturones de radiación de que protegen la Tierra. Crédito: Copyright University Corporation for Atmospheric Research, foto de Benjamin Foster.
Los procesos físicos que hay detrás de la formación de las nubes con aspecto de olas rompientes en nuestra atmósfera a menudo también abren las puertas al plasma del viento solar de alta energía que perturba el campo magnético de la Tierra, o magnetosfera, que nos protege de la radiación cósmica.
El fenómeno está relacionado con las ondas de Kelvin-Helmholtz de frecuencia ultrabaja, que se encuentran por todo el Universo y crean patrones característicos – desde en las nubes de la Tierra y las superficies de los océanos hasta en la atmósfera de Júpiter – pero que no se pensaba que fueran un mecanismo habitual en el cambio de la dinámica de la magnetosfera.
«Nuestro artículo demuestra que las ondas, que son creadas por lo que se conoce como la inestabilidad de Kelvin-Helmholtz, ocurren con mucha más frecuencia de lo que se pensaba», afirma Joachim Raeder. «Y esto es importante puesto que cada vez que el borde de la magnetosfera de la Tierra (la magnetopausa) es sacudida se crearán ondas que se propagarán por toda la magnetosfera, que a su vez pueden dar o quitar energía a las partículas de los cinturones de radiación».
El efecto de las ondas de inestabilidad de Kelvin-Helmholtz (que toman nombre de los científicos del siglo XIX Lord William Thomson Kelvin y Hermann von Helmholtz) puede verse normalmente en los patrones de las nubes, en las superficies de océanos o lagos e incluso en las piscinas. Las ondas son creadas cuando un fluido o dos fluidos diferentes, viento y agua por ejemplo, interaccionan a diferentes velocidades, creando diferentes presiones por delante y por detrás de la onda. «En las nubes se ven porque la baja atmósfera está más estancada y hay viento a más alta velocidad que pasa por encima de ella, lo que crea este patrón de remolinos», hace notar Shiva Kavosi, directora del estudio.
Los astrónomos toman un nuevo tipo de pulso del cielo
12/5/2015 de JPL
Una instantánea nocturna muestra algunas de las antenas del Owens Valley Long Wavelength Array en California, con el centro de nuestra galaxia al fondo. Crédito: Gregg Hallinan.
Cada noche nuestro cielo palpita con pulsos de ondas de luz de radio, la mayoría de los cuales no son visibles. Una nueva red de radioantenas en California, llamada Owens Valley Long Wavelength Array, se está preparando para captar parte de este movimiento, con el objetivo de pillar señales de estrellas que explotan, destellos de planetas y otros objetos que podrían ser más exóticos. La red ha producido un nuevo vídeo del cielo en radio, mostrando cómo parpadea y cambia en 24 horas.
«Nuestro nuevo telescopio nos permite ver el cielo entero de una vez y podemos tomar imágenes de todo él instantáneamente», afirma Gregg Hallinan, investigador principal del Owens Valley Long Wavelength Array.
Uno de los objetivos clave del proyecto es monitorizar el tiempo meteorológico espacial extrasolar: la interacción entre estrellas cercanas y los planetas que tienen en órbita a su alrededor. Las medidas de estas interacciones en otros sistemas estelares podrían revelar información nueva sobre la intensidad de los campos magnéticos de los planetas y, relacionado con esto, su potencial para albergar vida. Los campos magnéticos fueron fundamentales en el desarrollo de la vida en la Tierra, ofreciendo protección frente a la radiación y las partículas peligrosas.
La red está formada por 250 antenas de bajo coste, cada una de 1 metro de tamaño, dispersas por el Valle Owens. Los planes futuros incluyen miles de antenas adicionales: cuantas más antenas tenga la red, mayor la sensibilidad para tomar imágenes. El pequeño tamaño de las antenas conlleva también beneficios, porque posibilitan el disponer de un enorme campo de visión, del mismo modo en que los binoculares pueden ver una gran área del cielo. La red cubre el cielo visible entero de una sola vez.
Tráfico denso alrededor de Marte
12/5/2015 de JPL
Este gráfico muestra la formas relativas y distancias de los cinco orbitadores activos en Marte, además de las de los dos satélites naturales del planeta. Muestra las posibles intersecciones entre las órbitas de las naves espaciales. Crédito: NASA/JPL-Caltech.
NASA ha reforzado un proceso de monitorizado del tráfico, comunicación y planificación de maniobras para asegurar que los orbitadores que se encuentran en Marte no se acerquen demasiado unos a otros.
La adición el año pasado de dos nuevas naves espaciales orbitando Marte elevó el censo de orbitadores activos marcianos a cinco, el mayor número de la historia. El Mars Atmosphere and Volatile Evolution (MAVEN) de NASA y la misión Mars Orbiter Mission de la India se añadieron a Mars Express de ESA (la Agencia Espacial Europea), y dos de NASA: Mars Odyssey y Mars Reconnaissance Orbiter (MRO). El nuevo procedimiento mejorado para evitar colisiones también hace el seguimiento de la posición aproximada del Mars Global Surveyor, un orbitador de NASA que ya no funciona.
No es sólo el número total lo que importa sino también el tipo de órbitas que las misiones emplean para conseguir sus objetivos científicos. MAVEN estudia la alta atmósfera. Vuela siguiendo una órbita elongada, algunas veces más lejos de Marte que los demás orbitadores de NASA y a veces más cerca, así que cruza altitudes ocupadas por esos orbitadores. Por seguridad, NASA también monitoriza las posiciones de los orbitadores de ESA e India, ambos con órbitas elongadas.
La gestión del tráfico en Marte es mucho menos compleja que en la órbita de la Tierra donde hay más de 1000 orbitadores activos, además de fragmentos adicionales de instrumentos inactivos que contribuyen al peligro. A medida que la exploración de Marte se intensifica, y así ocurrirá con futuras misiones, las precauciones van aumentando. El nuevo procedimiento fue establecido para gestionar este aumento a medida que se añaden nuevos miembros a la comunidad orbital en los próximos años.