LRO de NASA descubre que el hidrógeno lunar es más abundante en las pendientes de la Luna orientadas hacia el polo
5/2/2015 de NASA
Imagen tomada por LRO del cráter Hayn en la Luna, situado al noreste del Mare Humboldtianum, iluminado dramáticamente por el Sol cercano al horizonte, que produce largas sombras por el fondo del cráter. Crédito: NASA/GSFC/Arizona State University.
El viaje espacial es difícil y caro: costaría miles de dólares lanzar una botella de agua a la Luna. El reciente descubrimiento de moléculas con hidrógeno, posiblemente incluyendo agua, en la Luna, ha interesado a los exploradores porque estos depósitos podrían ser explotados si son suficientemente abundantes, ahorrando en el coste considerable de traer agua desde la Tierra. El agua lunar podría emplearse para beber, o sus componentes, hidrógeno y oxígeno, podrían usarse para fabricar productos importantes en la superficie que necesitarán los futuros visitantes de la Luna, como combustible para cohetes y aire respirable.
Observaciones recientes realizadas por la nave espacial Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO) de NASA indican que estos depósitos pueden ser ligeramente más abundantes en pendientes de cráteres del hemisferio sur orientadas hacia el polo sur lunar. «Hay un promedio de 23 partes por millón más en hidrógeno en las pendientes que miran hacia el polo que en las orientadas hacia el ecuador», afirma Timothy McClanahan del Goddard Space Flight Center de NASA.
Se trata de la primera vez que se ha detectado una amplia diferencia geoquímica en abundancia de hidrógeno entre pendientes orientadas hacia el polo y hacia el ecuador en la Luna.
El material que contiene hidrógeno es volátil (se vaporiza con facilidad) y puede encontrarse en forma de moléculas de agua (dos átomos de hidrógeno ligados a un átomo de oxígeno) o moléculas de hidroxilo (un oxígeno ligado a un hidrógeno) que están poco unidos a la superficie lunar. La causa de la discrepancia puede ser similar a cómo el Sol moviliza o redistribuye agua congelada de lugares más templados hacia los más fríos en la superficie de la Tierra, según McClanahan.
«Aquí, en el hemisferio norte, si sales en un día soleado después de una nevada, te das cuenta de que hay más nieve en las pendientes orientadas hacia el norte porque pierden agua a ritmos menores que las pendientes orientadas al sur más iluminadas por el Sol», comenta McClanahan. «Pensamos que se produce un fenómeno similar con los volátiles de la Luna: las pendientes orientadas hacia el polo no reciben tanta luz solar como las orientadas hacia el ecuador, así que este material que se vaporiza fácilmente permanece más tiempo y posiblemente se acumula en mayor cantidad en las pendientes orientadas hacia el polo».