Los radiotelescopios podrían observar estrellas escondidas en el centro galáctico
23/9/2015 de CfA / Monthly Notices of the Royal Astronomical Society
En esta imagen infrarroja del telescopio espacial Spitzer, los vientos estelares expulsados por la estrella Zeta Ophiuchi, que se mueve rápidamente, están creando un frente de choque que vemos como resplandecientes hilos de tela de araña, y que sólo se observan en luz infrarroja. Un proceso similar en el centro galáctico podría permitirnos detectar estrellas que no podemos ver de otro modo, según una nueva investigación. Crédito: NASA/JPL-Caltech.
El centro de nuestra Vía Láctea es un lugar misterioso. No solo se encuentra a miles de años-luz de distancia sino que también está envuelto por tanto polvo que la mayoría de las estrellas se vuelven invisibles. Ahora investigadores de Harvard proponen un nuevo modo de quitar la niebla y observar las estrellas escondidas allí. Sugieren buscar las ondas de radio procedentes de estrellas supersónicas.
«Hay mucho que desconocemos del centro galáctico y mucho que queremos aprender», comenta el autor principal del estudio, Idan Gunsburg del Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics (CfA). «Empleando esta técnica pensamos que podemos encontrar estrellas que nadie ha visto antes».
El largo camino desde el centro de nuestra Galaxia hasta la Tierra está tan lleno de polvo que de cada billón de fotones de luz visible que vienen hacia nosotros, sólo un fotón alcanza nuestros telescopios. La ondas de radio, de una parte diferente del espectro electromagnético, tienen energías menores y longitudes de onda más largas. Pueden atravesar el polvo sin impedimentos.
Las estrellas no son suficientemente brillantes en radio para que las podamos detectar a tales distancias. Pero si una estrella está viajando a través del gas más rápido que el sonido, la situación cambia. El material expulsado de la estrella como viento estelar puede introducirse entre los gases interestelares y crear una onda de choque. Y a través de un proceso llamado radiación de sincrotrón, los electrones acelerados por esa onda de choque producen emisión en radio que podríamos en principio detectar. «En cierto sentido, es como buscar el equivalente cósmico de la explosión sónica de un avión», explica Ginsburg.
Para crear una onda de choque, la estrella tendría que desplazarse a una velocidad de miles de kilómetros por segundo. Esto es posible en el centro galáctico por la fuerte influencia gravitatoria que ejerce el agujero negro supermasivo sobre las estrellas. Los investigadores sugieren buscar este efecto en una estrella ya conocida llamada S2. Esta estrella, que es suficientemente brillante y caliente para ser observada en el infrarrojo a pesar de todo el polvo, alcanzará su máximo acercamiento al centro galáctico a finales de 2017 o principios de 2018. Cuando lo haga, los radioastrónomos podrían apuntar a ella y buscar las emisiones en radio de su onda de choque.