Los componentes para construir una Tierra encontrados en todos los sistemas planetarios
13/7/2015 de Royal Astronomical Society
Ilustración de artista de gas y polvo – los elementos básicos para construir planetas – que giran alrededor de una joven estrella. Los planetas de nuestro Sistema Solar se formaron a partir de un disco similar de gas y polvo capturado por nuestro Sol. Crédito: NASA/JPL-Caltech.
Es tres veces más probable que los planetas tipo Tierra en órbita alrededor de otras estrellas tengan el mismo tipo de minerales que la Tierra de lo que pensaban los astrónomos. De hecho, las condiciones para construir los componentes de las rocas terrestres se encuentran por toda la Vía Láctea.
Los minerales formados por carbono, magnesio, oxígeno y silicio se piensa que controlan el paisaje de los planetas rocosos que se forman en sistemas solares alrededor de estrellas similares al Sol. Una diferencia sutil en la mineralogía puede tener grandes consecuencias para la tectónica de placas y en el calentamiento y enfriamiento de la superficie, todo ello afectando en última instancia a la habitabilidad de un planeta. Hasta ahora los astrónomos pensaban que los planetas rocosos se dividían en tres grupos distintos: aquéllos con un conjunto de componentes parecidos a los de la Tierra, aquéllos con una concentración más rica de carbono y aquéllos que contienen mucho más silicio que magnesio.
«La proporción de elementos en la Tierra ha producido unas condiciones químicas que son las necesarias para la vida. Demasiado magnesio o muy poco silicio y tu planeta acaba teniendo el equilibrio equivocado entre los minerales que forman el tipo de rocas que constituyen la corteza de la Tierra», afirma el profesor Brad Gibson, de la Universidad de Hull. «Demasiado carbono y tu planeta rocoso se convertirá en algo más parecido al grafito de tu lápiz que a la superficie de un planeta como la Tierra».
Gibson y su equipo han construido una sofisticada simulación de la evolución química de la Vía Láctea, lo que resulta en una recreación precisa de la Vía Láctea tal como la vemos hoy en día. Esto ha permitido estudiar la química de procesos como la formación de planetas, en detalle. «Como representación global de la Vía Láctea, todo era bastante perfecto. Todo estaba en su lugar correcto; los ritmos de formación y muerte de estrellas, los elementos individuales y los isótopos, todos coincidían con observaciones de lo que la Via Láctea es en realidad. Pero cuando miramos a la formación de planetas, cada sistema solar poseía los mismos componentes elementales que la Tierra y no sólo uno de cada tres. No logramos encontrar un fallo en el modelo, así que comprobamos las observaciones. Encontramos algunas incertidumbres que provocaban el resultado de uno de cada tres. Eliminándolas, las observaciones coincidían con nuestras predicciones de que los mismos componentes elementales se encuentran en cada sistema de exoplanetas, sea cual sea el lugar de la Galaxia en el que se halle».