Los campos magnéticos son fundamentales para dar forma a los viveros de estrellas masivas
19/1/2015 de Max Planck Institute
El panel de la izquierda muestra el «Ladrillo» como una sombra oscura frente a la emisión en el infrarrojo medio del gas y polvo calientes en las cercanías del centro galáctico. La imagen del fondo en falso color y los contornos blancos del panel de la derecha muestran la emisión del polvo frío del propio Ladrillo. Las marcas indican la orientación del campo magnético deducido a partir de las observaciones de polarización. El área mostrada a la derecha viene marcada por el rectángulo blanco en el panel de la izquierda. Crédito: T. Pillai & J. Kauffmann, basadas en imágenes de GLIMPSE & MIPSGAL de Spitzer (NASA / JPL–Caltech / Univ. of Wisconsin) y datos de Hertz del CSO (J. Dotson).
Los campos magnéticos de las nubes oscuras masivas son suficientemente fuertes para evitar que estas regiones colapsen bajo su propia gravedad. Un estudio dirigido por investigadores del Max–Planck–Institut für Radioastronomie de Bonn, Alemania, demuestra por primera vez que una magnetización alta permite la formación de estrellas mucho más masivas que el Sol. Esto ha sido demostrado en observaciones de emisión polarizada del polvo de dos de las nubes más masivas de nuestra Vía Láctea, el»Ladrillo» y la «Serpiente».
Las estrellas mucho más masivas que el Sol (con 8 masas solares o más) viven desenfrenadamente y mueren jóvenes. Expulsan potentes vientos estelares y a veces explotan con violencia para acabar como supernovas. Incluso su nacimiento es espectacular: las estrellas masivas se forman en concentraciones muy densas y masivas de gas que se encuentran enterradas a gran profundidad dentro de nubes oscuras de gas y polvo. De hecho, la elevada masa de estas concentraciones ha mantenido perplejos a los investigadores durante muchos años: estas masas deberían de colapsar rápidamente debido a su propia gravedad y destruirse a sí mismas antes de que los telescopios de la Tierra pudieran detectarlas.
«Por primera vez hemos sido testigos de cómo los campos magnéticos tejen una nube masiva y ayudan a estabilizar la región mientras se prepara para formar estrellas de masa alta», afirma Thushara Pillai, del Max–Planck–Institut für Radioastronomie (MPIfR), directora del estudio. «La nube ya estaría en colapso de no haber un soporte magnético», añade. «En ese caso los jóvenes núcleos en formación nunca llegarían a ser suficientemente masivos para formar estrellas mucho mayores que el Sol».
La geometría del campo magnético puede estudiarse observando las partículas de polvo alineadas con el campo magnético. Estos granos emiten radiación polarizada que puede ser detectada con telescopios. Las líneas de campo magnéticas son constantemente perturbadas por movimientos aleatorios del gas de las nubes. «Puedes imaginar una cuerda de guitarra que está siendo pulsada», sugiere Paul Goldsmith, del Jet Propulsion Laboratory. «En un instrumento de cuerdas como una guitarra, la tensión de la cuerda trata de mantenerla recta. En nuestras nubes, el campo magnético intenta hacer esto, y el grado de rectitud de las líneas de campo es una medida de la intensidad del campo magnético».
Las dos regiones estudiadas en esta investigación han sido el «Ladrillo» (Brick), a unos 26000 años-luz de distancia, y la «Serpiente» (Snake), a 12000 años-luz de la Tierra.