Los brazos espirales acunan planetas terrestres bebé
29/6/2015 de Carnegie Institution / The Astrophysical Journal
Un nuevo trabajo de Alan Boss de Carnegie ofrece una solución potencial a un antiguo problema en la teoría más aceptada de cómo se formaron los planetas rocosos en nuestro Sistema Solar, así como en otros. El problema que está resolviendo: cómo los granos de polvo de la materia que orbita alrededor de una joven protoestrella evitan ser arrastrados hacia la estrella antes de agruparse en cuerpos suficientemente grandes para que su propia gravedad les permita atraer con rapidez material suficiente para crecer y convertirse en planetas.
Las observaciones de estrellas jóvenes que todavía están rodeadas por sus discos de gas demuestran que aquéllas similares en tamaño a nuestro propio Sol a menudo sufren estallidos periódicos, de unos 100 años de duración, durante los cuales aumenta la intensidad de la estrella.Y lo que es más importante, estos episodios pueden relacionarse con un periodo de inestabilidad gravitacional en el disco. El nuevo trabajo de Boss muestra que un episodio así puede dispersar los cuerpos que tiene entre 1 y 10 metros de tamaño, alejándolos de la estrella en desarrollo en lugar de dirigirlos hacia ella.
Otro trabajo reciente ha mostrado la presencia de brazos espirales alrededor de estrellas jóvenes, parecidos a los que se piensa que están relacionados con las perturbaciones de corto término en el disco. Las fuerzas gravitacionales de estos brazos espirales podrían dispersar hacia afuera los problemáticos cuerpos del tamaño de guijarros, permitiéndoles acumularse rápidamente para formar planetesimales suficientemente grandes para que el arrastre del gas ya no constituya un problema.
«Este trabajo muestra que, de hecho, esas partículas con tamaño de guijarros podrían ser dispersadas por el disco por la formación de brazos espirales y luego evitar ser arrastradas hacia la protoestrella del centro del sistema en desarrollo», explica Boss. «Una vez estos cuerpos se encuentran en la regiones exteriores del disco, están a salvo y pueden crecer para convertirse en planetesimales».