La violenta historia del Sol joven resuelve un misterio de meteoritos
2/7/2014 de ESA
Un grupo de astrónomos ha empleado el telescopio espacial Herschel de ESA para estudiar los violentos comienzos de una estrella tipo Sol, encontrando indicios de potentes vientos estelares que podrían resolver un extraño misterio sobre meteoritos.
A pesar de su tranquila apariencia en el cielo nocturno, las estrellas son hornos abrasadores que llegan a la vida a través de procesos tumultuosos, y nuestro Sol, de 4500 millones de años de edad, no es una excepción. Para conocer un poco más sobre sus duros inicios, los astrónomos recogen pistas, no sólo en el Sistema Solar, sino también estudiando estrellas jóvenes en otros lugares de nuestra Galaxia.
Empleando Herschel para estudiar la composición química de regiones donde las estrellas están naciendo hoy en día, un equipo de astrónomos ha observado que un objeto en particular es diferente. La fuente inusual es un prolífico vivero estelar llamado OMC2 FIR4, una agrupación de estrellas nuevas situadas en el interior de una nube gaseosa y polvorienta, cerca de la famosa Nebulosa de Orión.
«Para nuestra sorpresa, descubrimos que la proporción entre dos especies químicas, una basada en el carbono y oxígeno y la otra en el nitrógeno, es mucho más pequeña en este objeto que en cualquier otra protoestrella que conozcamos», afirma la Dra. Ceciclia Ceccarelli, quien dirigió el estudio.»La causa más probable en este ambiente es un violento viento de partículas muy energéticas, expulsado por lo menos por una de las estrellas embrionarias que están tomando forma en este huevo protoestelar», añade la Dra. Ceccarelli.
Los astrónomos piensan que un viento violento parecido de partículas también barrió el Sistema Solar primitivo, y este descubrimiento podría finalmente constituir una explicación al origen de un elemento químico particular observado en meteoritos, el berilio 10.