La Vía Láctea saquea galaxias enanas cercanas, quitándoles todos los restos del gas con el que forman estrellas
21/10/2014 de National Radio Astronomy Observatory
Ilustración artística de la Vía Láctea. Su caliente halo parece estar arrancando el hidrógeno atómico, con el que se forman las estrellas, de sus galaxias enanas esferoidales compañeras. Crédito: NRAO/AUI/NSF
Un equipo de astrónomos ha empleado datos de varios radiotelescopios para descubrir que nuestras vecinas galácticas más próximas, las galaxias enanas esferoidales, carecen de gas para formar estrellas, y que la culpa es de la Galaxia la Vía Láctea.
Estas nuevas observaciones en radio, que son las de mayor sensibilidad de su clase, revelan que dentro de una frontera bien definida alrededor de nuestra Galaxia, las galaxias enanas están absolutamente vacías de gas hidrógeno; más allá, las galaxias enanas rebosan de material para formar estrellas.
La Galaxia la Vía Láctea es de hecho el miembro mayor de un grupo compacto de galaxias que se encuentran ligadas entre sí por la gravedad. Pululando alrededor de nuestra Galaxia hay una colección de galaxias enanas más pequeñas, las menores de las cuales son las enanas esferoidales relativamente cercanas. Más allá tenemos un cierto número de galaxias enanas irregulares, de tamaños parecidos, ricas en gas y ligeramente deformadas, que no están gravitacionalmente ligadas a la Vía Láctea y que pueden ser unas recién llegadas a nuestro vecindario galáctico.
«Lo que hemos encontrado es que existe un claro límite, un punto cerca de nuestra Galaxia hasta el cual las galaxias enanas carecen de cualquier resto de hidrógeno atómico neutro», señala Kristine Spekkens. Este límite se extiende aproximadamente 1000 años-luz desde el borde del disco lleno de estrellas de la Vía Láctea hasta un punto donde se piensa que coincide con el borde de su distribución de materia oscura, una región suficientemente densa como para afectar a la composición de las galaxias enanas. Más allá, las enanas esferoidales empiezan a desaparecer, y florecen sus contrapartidas ricas en gas, las enanas irregulares.