La Amazonia inhala más carbono del que emite, según un estudio de NASA
16/4/2014 de JPL / Nature Communications
Viejas copas de árboles en el bosque nacional Tapajós de Brasil. Un nuevo estudio de NASA muestra que los árboles que viven en la selva amazónica sin ser perturbados toman más dióxido de carbono del aire del que emiten los árboles muertos. Crédito: NASA/JPL-Caltech
Un nuevo estudio de siete años de duración, dirigido por NASA, ha confirmado que los bosques naturales del Amazonas eliminan más dióxido de carbono de la atmósfera del que emiten, reduciendo por tanto el calentamiento global. Este descubrimiento resuelve un largo debate sobre una componente clave del equilibrio global del carbono en la cuenca del Amazonas.
El equilibrio del carbono en el Amazonas es una cuestión de vida o muerte: los árboles toman dióxido de carbono del aire mientras crecen, y los árboles muertos devuelven este gas que produce efecto invernadero de vuelta al aire cuando se descomponen. El nuevo estudio, publicado en Nature Communications el 18 de marzo, es el primero que mide las muertes de árboles producidas por procesos naturales en la selva del Amazonas, incluso en áreas remotas donde no se habían tomado datos desde tierra.
Fernando Espírito-Santo del JPL de NASA, director del estudio, creo técnicas nuevas para analizar datos de satélite y de otros tipos. Descubrió que cada año los árboles muertos en la Amazonia emiten unos 1700 millones de toneladas métricas de carbono a la atmósfera. Para comparar esto con la absorción de carbono en el Amazonas, los investigadores emplearon censos del crecimiento del bosque y diferentes escenarios modelo para tener en cuenta las incertidumbres. En cada escenario, la absorción de carbono por los árboles vivos superaba las emisiones de los muertos, indicando que el efecto que prevalece en los bosques naturales del Amazonas es la absorción.