¿Adónde han ido todas las estrellas?
8/1/2015 de ESA
El instrumento Wide Field Imager (WFI), instalado en el telescopio MPG/ESO de 2,2 metros en el Observatorio La Silla (Chile), captó esta imagen de la nebulosa oscura LDN 483. Este objeto es una región del espacio obstruida con polvo y gas. Estos materiales son suficientemente densos como para eclipsar eficazmente la luz de las estrellas del fondo. LDN 483 se encuentra unos 700 años luz de distancia, en la constelación de Serpens (la serpiente). Crédito: ESO.
En esta nueva imagen de ESO, parece que faltan algunas estrellas. El hueco negro en esta hermoso y brillante campo de estrellas no es una brecha, sino más bien una región del espacio obstruida por gas y polvo. Esta nube oscura se llama LDN 483 (por las siglas Lynds Dark Nebula 483). Estas nubes son los lugares en los que nacen futuras estrellas. El instrumento Wide Field Imager, instalado en el telescopio MPG/ESO de 2,2 metros en el Observatorio La Silla de ESO, captó esta imagen de LDN 483 y sus alrededores.
LDN 483 se encuentra a unos 700 años luz de distancia, en la constelación de Serpens (la serpiente). La nube contiene suficiente material polvoriento como para bloquear completamente la luz visible de las estrellas del fondo. Las nubes moleculares especialmente densas como LDN 483, se califican como nebulosas oscuras debido a esta capacidad para oscurecer el medio. La aparente naturaleza carente de estrellas de LDN 483 y nebulosas similares, podría hacernos pensar que son lugares en los que las estrellas no pueden nacer y desarrollarse. Pero, en realidad, es precisamente lo contrario: las nebulosas oscuras son los entornos más fértiles para la formación de estrellas.
Enterrados en el imbricado interior de LDN 483, los astrónomos que estudian la formación de estrellas en LDN 483 han descubierto algunos de los tipos de bebés de estrellas observables más jóvenes. Podríamos pensar en estas estrellas como en estrellas en gestación en el interior del útero, ya que técnicamente aún no han nacido.
En esta primera etapa de desarrollo, la futura estrella no es más que una bola de gas y polvo contrayéndose bajo la fuerza de gravedad dentro de la nube molecular circundante. La protoestrella sigue siendo bastante fría (unos -250 grados Celsius) y brilla sólo en las largas longitudes de onda submilimétricas la luz. Aunque la temperatura y la presión están empezando a aumentar en el núcleo de la estrella naciente.