Hubble observa luz fantasmagórica de galaxias muertas
31/10/2014 de Hubble site
El cúmulo masivo de galaxias Abell 2744, llamado cúmulo de Pandora, adquiere un aspecto fantasmagórico en esta imagen del telescopio espacial Hubble donde la luz de las estrellas del cúmulo ha sido artificialmente coloreada de azul. La imagen revela que no toda la luz estelar procede de las galaxias, que aparecen como brillantes manchas blancoazuladas. Una fracción de la luz estelar está dispersa por el cúmulo, como se ve en las regiones azul oscuro. Esta luz procede de galaxias «muertas». Fuente: NASA, ESA, M. Montes (IAC), y J. Lotz, M. Mountain, A. Koekemoer, y el equipo del HFF (STScI).
El telescopio espacial Hubble de NASA/ESA ha captado el débil y fantasmagórico resplandor de estrellas expulsadas de antiguas galaxias que fueron hechas jirones por la gravedad hace miles de millones de años. El desastre ocurrió a 4 mil millones de años-luz de nosotros, dentro de una inmensa colección de casi 500 galaxias llamada el cúmulo de Pandora, también conocido como Abell 2744. Las estrellas dispersas ya no están ligadas a ninguna galaxia, y se encuentran a la deriva entre las galaxias del cúmulo.
Observando la luz de las estrellas huérfanas, los astrónomos han obtenido datos que sugieren que hasta seis galaxias fueron destruidas dentro del cúmulo en un periodo de tiempo de 6 mil millones de años. Los modelos por computadora de la dinámica gravitacional entre las galaxias dentro de un cúmulo sugieren que las galaxias tan grandes como nuestra Vía Láctea son las candidatas más probables a ser el origen de estas estrellas. Las galaxias condenadas habrían sido despedazadas como melcocha al precipitarse a través del centro del cúmulo de galaxias, donde las fueras gravitacionales de marea son más intensas. Los astrónomos han sostenido durante mucho tiempo que la luz de las estrellas dispersadas debería de poderse detectar después del desmembramiento de dichas galaxias. Sin embargo, este brillo es muy débil y, por tanto, muy difícil de identificar.
«Los datos de Hubble que revelan la luz fantasmal son pasos importantes hacia la comprensión de la evolución de los cúmulos de galaxias» afirma Ignacio Trujillo del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) en España, uno de los investigadores involucrados en este estudio de Abell 2744. «»Los resultados concuerdan con lo que había sido predicho que ocurriría en el interior de los cúmulos masivos de galaxias», añade Mireia Montes del IAC, directora del trabajo.
Las medidas del Hubble determinaron que las estrellas fantasma son ricas en los elementos más pesados como oxígeno, carbono y nitrógeno. Esto significa que las estrellas dispersadas deben de ser de segunda o tercera generación, que fueron enriquecidas con los elementos forjados en el interior de la primera generación de estrellas del Universo. Las galaxias espirales, como las que se piensa que fueron despedazadas, pueden mantener una formación continua de estrellas que origina estrellas químicamente enriquecidas.