Explican por qué las rocas lunares contienen menos volátiles que las de la Tierra
10/11/2015 de Southwest Research Institute / Nature Geoscience
La ausencia en la Luna de elementos químicos que se evaporan con facilidad proporciona pruebas acerca de cómo se formó el sistema Tierra-Luna hace 4500 millones de años. Crédito: NASA/Southwest Research Institute.
Científicos del Southwest Research Institute han combinado modelos dinámicos, térmicos y químicos de la formación de la Luna para explicar la relativa falta de elementos volátiles en las rocas lunares. Las rocas lunares se parecen mucho a las de la Tierra en varios aspectos, pero las rocas de la Luna son deficitarias en elementos volátiles como potasio, sodio y cinc, que tienden a tener puntos de ebullición más bajos y se evaporan con facilidad.
Los científicos piensan que la Luna se formó a partir de un disco de vapor y materia fundida que rodeaba la Tierra y que fue producido por un impacto gigante entre la Tierra y otro cuerpo del tamaño de Marte, hace aproximadamente 4500 millones de años. Anteriormente los científicos habían pensado que los volátiles se habían vaporizado a causa del impacto y habrían escapado antes de que se formara la Luna.
«Sin embargo, pocos volátiles habría podido perder la Tierra puesto que la velocidad necesaria para escapar del campo gravitatorio de la Tierra es bastante alta», comenta el Dr. Robin Canup. «La nueva investigación sugiere que cuando la Luna completaba su crecimiento, la materia fundida rica en volátiles se depositaba preferentemente sobre la Tierra en vez de sobre la Luna en formación».
El modelo por computadora creado por Canup y sus colaboradores muestra que la Luna adquiere la mitad final de su masa a partir de material fundido que condensó en las partes interiores del disco, cerca de la Tierra y por dentro de la órbita inicial de la Luna. Con el tiempo, la órbita de la Luna se expande debido a interacciones dinámicas con el disco interior de material. Cuando la Luna está suficientemente lejos ya no puede acumular de manera eficiente material del disco interior, que es dispersado y asimilado por la Tierra.