Estudiantes de bachillerato descubren el púlsar con la órbita más grande jamás observada
4/5/2015 de National Radio Astronomy Observatory / Astrohpysical Journal
Impresión artística del púlsar PSR J1930-1852 mostrado en órbita alrededor de una estrella de neutrones compañera. Descubierto por un equipo de estudiantes de bachillerato, este púlsar posee la órbita más grande nunca observada alrededor de otra estrella de neutrones. Crédito: B. Saxton (NRAO/AUI/NSF).
Un equipo de estudiantes de bachillerato ha descubierto un púlsar nuevo analizando datos del radiotelescopio Robert C. Byrd Green Bank Telescope (GBT). Observaciones posteriores realizadas por astrónomos con el GBT han revelado que este púlsar forma parte de sólo un puñado de sistemas dobles de estrellas de neutrones y además posee la órbita más grande de todos alrededor de una estrella de neutrones. Este impresionante descubrimiento ayudará a los astrónomos a comprender mejor cómo se forman y evolucionan los sistemas binarios de estrellas de neutrones.
Los púlsares son estrellas de neutrones que giran rápidamente, los restos superdensos de estrellas masivas que han explotado como supernovas. Mientras un púlsar gira, haces de ondas de radio como los de un faro, que salen de los polos de su potente campo magnético, barren el espacio. Cuando uno de estos haces barre la Tierra los radiotelescopios pueden captar el pulso de ondas de radio.
Un 10 por ciento de los púlsares conocidos se encuentra en sistemas binarios; la gran mayoría de ellos se encuentra en órbita alrededor de antiguas estrellas enanas blancas compañeras. Solo unos pocos están en órbita alrededor de otras estrellas de neutrones o de estrellas de secuencia principal como nuestro Sol. La razón de esta escasez de sistemas dobles de estrellas de neutrones, piensan los astrónomos, es el proceso por el que se forman los púlsares y todas las estrellas de neutrones.
Cuando una estrella supermasiva explota como supernova al final de su vida normal la explosión puede ser un poco asimétrica, propinando un «golpe» al núcleo estelar que queda. Cuando esto ocurre la estrella de neutrones resultante es expulsada a gran velocidad por el espacio. Este proceso significa que las probabilidades de que dos de estas estrellas permanezcan unidas gravitacionalmente en el mismo sistema son notablemente pequeñas.