Estrellas en fuga dejan ondas infrarrojas por el espacio
8/1/2016 de JPL / American Astronomical Society meeting
Las ondas de choque, que se piensa que señalan el camino de estrellas masivas veloces, son las protagonistas de estas imágenes de los telescopios espaciales Spitzer y WISE de NASA. Crédito: NASA/JPL-Caltech/University of Wyoming.
Los astrónomos están encontrando docenas de las estrellas más rápidas de nuestra Galaxia con la ayuda de imágenes del telescopio espacial Spitzer de NASA y del Wide-field Infrared Survey Explorer, o WISE.
Cuando algunas estrellas masivas y veloces se precipitan a través del espacio pueden hacer que el material se acumule delante de ellas del mismo modo en el que el agua se acumula delante de un barco. Estas impresionantes formaciones espaciales con forma de arco, llamadas frentes u ondas de choque, están permitiendo a los investigadores descubrir estrellas masivas que se dice que se encuentran en fuga.
«Algunas estrellas son empujadas cuando su estrella compañera explota como supernova y otras pueden ser expulsadas de cúmulos estelares abarrotados», comenta el astrónomo William Chick de la Universidad de Wyoming. «El empuje gravitacional aumenta la velocidad de la estrella relativa a la de las otras».
Nuestro Sol está dando vueltas por la Vía Láctea con paso moderado. No está claro si nuestro Sol crea un frente de choque. Por comparar, una estrella masiva con un asombroso frente de choque, llamada Zeta Ophiuchi (o Zeta Oph), está viajando alrededor de la Galaxia más rápido que nuestro Sol, a 24 kilómetros por segundo, en relación con sus alrededores. Puede verse la gigantesca onda de choque de Zeta Oph en esta imagen de la misión WISE:
http://www.nasa.gov/mission_pages/WISE/multimedia/gallery/pia13455.html
Tanto la velocidad de las estrellas que se mueven por el espacio como su masa contribuyen al tamaño y la forma de los frentes de choque. Cuanto más masiva es la estrella, más material expulsa en vientos de alta velocidad. Zeta Oph es unas 20 veces más masiva que nuestro Sol y tiene vientos supersónicos que chocan contra el material que se encuentra por delante. El resultado es una acumulación de material que resplandece. El material con forma de arco se calienta y brilla en luz infrarroja. Esa luz infrarroja se muestra en color rojo en muchas de las imágenes de ondas de choque captadas por Spitzer y WISE.