Espectros en rayos gamma obligan a los investigadores a replantearse el modo en que piensan que se formó Mercurio
28/4/2015 de Lawrence Livermore National Laboratory
Un versátil instrumento desarrollado por científicos del Lawrence Livermore National Laboratory (LLNL) y que transporta la primera nave espacial que se ha colocado en órbita alrededor de Mercurio está haciendo que los investigadores se replanteen sus teorías de formación de planetas.
Conocido como espectrómetro de rayos gamma (o GRS de sus iniciales en inglés) este instrumento es parte de un conjunto de siete instrumentos a bordo de la nave espacial MESSENGER (MErcury Surface, Space ENvironment, GEochemistry and Ranging). Sus medidas permiten conocer la composición del planeta y con ello ayudan a los investigadores a refinar sus teorías sobre la formación de Mercurio.
Un descubrimiento clave revelado por los datos del GRS ha sido la medida de niveles más altos de lo esperado de potasio, sodio y cloro en la superficie de Mercurio. Antes de los datos de MESSENGER los científicos imaginaron varios mecanismos de formación de Mercurio que implicaban procesos de alta temperatura que explicasen el núcleo de hierro del planeta inusualmente grande. Pero dado que esos procesos habrían eliminado elementos como potasio, sodio y cloro del planeta, las observaciones del GRS han obligado a los científicos a reconsiderar los orígenes de Mercurio.
Los datos del GRS han sido empleados también para producir un mapa de distribuciones de potasio por la superficie de Mercurio. Se trata del primer mapa de elementos de la superficie del planeta y es hasta ahora el único mapa que proporciona las composiciones en cantidades absolutas.