El Mars Orbiter de la NASA proporciona uno de sus últimos mapas a color
27/6/2022 de NASA
Este mapa fue capturado por el Mars Reconnaissance Orbiter de la NASA utilizando su Compact Reconnaissance Imaging Spectrometer for Mars, o CRISM. El cuadrado amarillo indica la región Nili Fossae de Marte, que se destaca en seis vistas en la imagen de arriba. Créditos: NASA/JPL-Caltech/JHU-APL.
Los científicos están a punto de obtener una nueva vista de Marte, gracias a un mapa multicolor de 5,6 gigapíxeles. Cubriendo el 86% de la superficie del Planeta Rojo, el mapa revela la distribución de docenas de minerales clave. Al observar la distribución de los minerales, los científicos pueden comprender mejor el pasado acuoso de Marte y pueden priorizar qué regiones deben estudiarse con mayor detalle.
Las primeras partes de este mapa fueron publicadas por el Planetary Data System de la NASA. Durante los próximos seis meses, se difundirán más, completando así uno de los estudios más detallados de la superficie marciana. (Más información de los segmentos del mapa).
El Mars Reconnaissance Orbiter de la NASA, o MRO, ha estado cartografiando minerales del Planeta Rojo durante 16 años, con su Compact Reconnaissance Imaging Spectrometer for Mars, o CRISM.
Usando detectores que perciben longitudes de onda visibles e infrarrojas, el equipo de CRISM ha producido previamente mapas de minerales en alta resolución que proporcionan un registro de la formación de la corteza marciana y dónde y cómo fue alterada por el agua. Estos mapas han sido cruciales para ayudar a los científicos a comprender cómo los lagos, los arroyos y las aguas subterráneas dieron forma al planeta hace miles de millones de años. La NASA también ha utilizado los mapas de CRISM para seleccionar sitios de aterrizaje para otras naves espaciales, como en el caso del cráter Jezero, donde el rover Perseverance de la NASA está explorando un delta de un antiguo río.
La primera parte de este nuevo mapa incluye 51.000 imágenes, cada una de las cuales representa una “franja” de 540 kilómetros de largo por 10 kilómetros de ancho, que se obtuvo cuando el MRO pasaba por encima. La resolución es más baja que la de los mapas del CRISM, creados a partir de observaciones específicas, porque los datos se adquirieron con el instrumento mirando hacia abajo, una estrategia de imagen diferente diseñada para cubrir más área del planeta.
Para adquirir los datos, el CRISM usó dos espectrómetros, uno de los cuales fue diseñado con tres enfriadores criogénicos para mantener bajas las temperaturas y poder detectar más claramente las longitudes de onda más largas de la luz solar infrarroja reflejada. Usados en sucesión, el último de estos refrigeradores criogénicos completó su ciclo de vida en 2017, lo que limita las capacidades del instrumento para detectar longitudes de onda visibles. Por ello, este será el último mapa de CRISM que cubre el rango completo de longitud de onda del instrumento. El instrumento se encuentra ahora en standby y es posible que registre datos unas cuantas veces más en los próximos meses antes de ser dado de baja.
Se publicará un último mapa este año, que cubrirá las longitudes de onda visibles y se centrará solo en los minerales que contienen hierro; esto tendrá el doble de la resolución del último mapa.
“La investigación del CRISM ha sido una de las joyas de la corona de la misión del MRO de la NASA”, dijo Richard Zurek, científico del proyecto de la misión en el Jet Propulsion Laboratory de la NASA (en el sur de California). “Los análisis derivados de estos mapas finales proporcionarán, durante muchos años, nuevos conocimientos sobre la historia de Marte”.
El MRO está dirigido por el JPL, que es una división de Caltech (en Pasadena). El CRISM está dirigido por el Applied Physics Laboratory de la Universidad Johns Hopkins.