El gas caliente arroja «agua fría» al proceso de formación de estrellas de una galaxia
10/12/2014 de JPL
Una nueva característica en la evolución de las galaxias ha sido captada en esta imagen de interacciones galácticas. Las dos galaxias vistas aquí, NGC 3226 arriba y NGC 3227 abajo, se encuentran entre los restos de una tercera galaxia desaparecida, canibalizada por la gravedad de las galaxias supervivientes. La ola de gas que fluye hacia NGC 3226, que se aprecia como un filamento azul, parece estar deteniendo la formación de estrellas en esta galaxia, perturbando el gas frío necesario para hacer estrellas. Crédito: NASA/CFHT/NRAO/JPL-Caltech/Duc/Cuillandre
Para crear nuevas estrellas un ambiente frío cósmico es lo ideal. Tal como sugiere un nuevo estudio, una ola de gas caliente dirigida hacia una galaxia cercana – restos de otra galaxia que ha sido devorada – han extinguido la formación de estrellas perturbando el gas frío que estaba disponible para ello.
Los astrónomos quieren comprender por qué las galaxias del Universo local pertenecen a una de dos categorías principales: espirales jóvenes y que forman estrellas (como nuestra Vía Láctea), y elípticas viejas, en las que la formación de estrellas ha cesado. La galaxia del nuevo estudio, NGC 3226, se encuentra en un terreno intermedio, así que aprender sobre su formación estelar es muy importante.
«Hemos explorado el fantástico potencial de los grandes archivos de datos de los telescopios Hubble y Spitzer de NASA y Herschel de ESA, para construir una imagen de una galaxia elíptica que ha sufrido enormes cambios en su pasado reciente debido a violentas colisiones con sus vecinas» afirma Philip Appleton. «Estas colisiones no sólo están modificando su estructura y color, sino también las condiciones del gas que reside en ella, haciendo difícil – por el momento – que la galaxia forme muchas estrellas».
NGC 3226 está relativamente cerca, a sólo 50 millones de años-luz. Varios bucles de gas tachonados de estrellas emanan de NGC 3226. También hay filamentos entre ella y una galaxia compañera, NGC 3227. Estos flujos de material sugieren que allí existió una tercera galaxia hasta hace poco, esto es, hasta que NGC 3226 la devoró, esparciendo fragmentos de la galaxia destruida por toda la zona. Sus restos permanecen formando un disco templado que ha apagado la formación de nuevas estrellas, por lo menos hasta que se enfríe y alcance otra vez temperaturas adecuadas, reiniciándose de nuevo la formación estelar.